La reciente «cacería del moro», alentada por VOX, en Torre Pacheco, y este sábado en Alcalá de Henares, me ha recordado inevitablemente «La noche de los plásticos rotos» en febrero del año 2000 en El Ejido (Almería). Por los brazos caídos de la policía, lo de mi tierra se parecía mucho a la «La noche de los cristales rotos » de los nazis en Alemania. Por eso puse ese título al artículo que publiqué entonces en el recién nacido diario «Madrid y m@s» que pronto se convirtió en 20 minutos. Tres asesinatos de españoles a manos de magrebíes (uno de ellos esquizofrénico) provocaron tres días y tres noches de violencia extrema incontrolada e indiscriminada contra los inmigrantes. Según El País, el lunes 7 de febrero del 2000, salvo en algún caso, «el papel policial fue pasivo. No se actuó para impedir el ataque y saqueo de restaurantes, carnicerías y locutorios telefónicos» y «no se practicó ni una sola detención, salvo la de un inmigrante marroquí que había intentado agredir con arma blanca a un agente». El ministro de Interior del Gobierno Aznar era el hoy ultra extremista Jaime Mayor Oreja. La pasividad de la policía de Aznar fue notoria. El discurso del odio, confundiendo interesada y falsamente inmigración con delincuencia, fue muy rentable para Aznar. Sus principios se lo permitían y le convenía. El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel dimitió. José María Aznar obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones generales del mes siguiente. Pienso que los brazos caídos de la policía de Aznar le ayudaron en las urnas. El embrión de VOX aún no se había separado del PP. No era necesario. Hoy, en El Ejido, VOX es la fuerza más votada. Y el PP lo sabe. Los sucesos racistas de Torre Pacheco y Alcalá alimentan a los votantes de VOX que crecen. Cuando el Partido Popular se acerca a las tesis racistas VOX, los votantes pueden preferir el original a la copia. Si crece el discurso del odio al inmigrante, con el silencio cómplice de Feijoó, VOX puede adelantar al PP en las urnas. El Ejido fue un precedente que no conviene olvidar. Tampoco por parte de la izquierda.

El acercamiento del candidato socialista, Joaquín Almunia, a Izquierda Unida en el 2000 también contribuyó a la victoria de Aznar. No lo dudo. Pero, en mi opinión, fue la violencia tolerada en El Ejido, y el miedo que eso generó en la sociedad española, lo que más favoreció el triunfo electoral del PP.


