Desde El Sol de Ortega y Gasset a El País de Ortega Spotorno. Esta fue la idea de Ritama Muñoz al organizar estas jornadas del Ateneo sobre la prensa en Dictadura y en Democracia. Buen debate
Toño Fraguas, Aroa Moreno y Erik Martínez Westley, ayer en la 1ª Jornada del Ateneo sobre «»La prensa como oposición al franquismo» dentro de los 50 años de España en libertad.jams
El profesor Ignacio Blanco habló ayer, con erudición, sobre Ortega y Gasset y el diario El Sol. Un golpe de nostalgia para mí ya que creo que soy el único ser vivo que ha repasado todas las páginas de El Sol, desde 1917 hasta 1936. En la Hemeroteca aprendí más periodismo que en la Facultad donde me doctoré. Leí El Sol para los pre guiones y fotos de la serie de TVE «España, siglo XX». Luego vino un debate preocupante y enriquecedor sobre prensa y democracia, a cargo de tres jóvenes periodistas y escritores que nacieron después de la muerte del tirano: Toño Fraguas, Aroa Moreno y Erik Mtz. Westley. Una espléndida tarde de viernes en el Ateneo de Madrid.
El profesor Ignacio Blanco disertó sobre Ortega y Gasset y El Sol. Entre el público estaba Paloma Varela Ortega, hija de Soledad Ortega y nieta del filósofo. Un gran conferencia.jamsAroa Moreno, autora de «Mañana matarán a Daniel», un libro inquietante sobre los últimos fusilamientos de Franco (más bien asesinatos, con juicios falsos), tal día como hoy, 27 de septiembre, hace 50 años. Dos meses después, el 29-N-1975, murió el dictador que ahora parecen añorar en la extrema derecha desmemoriada.jamsMi esposa (awetley.com) y yo no podíamos perdernos este debate. Erik es nuestro hijo mayor y se le dan bien estos debates. Me percaté de ello mientras escribíamos hace un año, a cuatro manos, el libro «Franco para jóvenes» (Ed. Catarata) que ya va por la quinta edición. jamsEl éxito de nuestro libro (me consta que algunos abuelos lo han regalado a sus nietos) ha llevado a la editorial Catarata a pedirnos una nueva obra: «La Transición para jóvenes». Estamos en ello superando nuestros desacuerdos. Para Erik fue una chapuza y para mí, un milagro obra del miedo. Ambos estamos de acuerdo con Nicolás Satorius en que «Franco murió en la cama pero la Dictadura murió en la calle». jamsAl final, en el ascensor del Ateneo pude chupar cámara, y compartir risas, con Eva Quevedo, Aroa Muñoz y Mónica de la Fuente. Como diría el lazarillo de Tormes, «Me junto con los buenos para ser uno de ellos».jams
Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.
«La Democracia no la trajo el rey, se ganó en la calle». Sauquillo, Sartorius, Duval y Fonseca presentaron ayer la revista de eldiario.es sobre la Transición. Hace 50 años, el 18 de noviembre de 1976, las Cortes de Franco se hicieron el harakiri y volaron legalmente la Dictadura al aprobar la Ley para la Reforma Política. La presión del pueblo (trabajadores, estudiantes, vecinos, profesionales, militares demócratas y hasta curas antifranquistas), con huelgas y manifestaciones, conquistó la Democracia en la calle. No fue una Transición pacífica. El miedo de ambos bandos (por su desconocimiento de la fuerza real del contrario) hizo posible la Constitución del 78. El miedo a otra guerra civil nos hizo demócratas. Mi hijo Erik y yo lo contamos en “Franco para jóvenes” (Ed. Catarata) y en mis memorias “La prensa libre no fue un regalo” (Ed. Marcial Pons).
En la revista de eldiaro.es dedicada a la Transición de hace 50 años publico yo mi artículo «Periodismo: de la censura a la libertad» que copio y pego a continuación.
Forges lo tuvo muy claro.
Periodismo: de la censura a la libertad
José A. Martínez Soler
La primera vez que me
atreví a poner la palabra huelga en un titular de Cambio 16, del que yo era
director ejecutivo, me temblaba el pulso. “Huelga en la Perkins”, nada menos. En
marzo de 1972, el dictador Francisco Franco estaba en plena forma. La huelga
fue prohibida por él cuando ganó la guerra civil con la ayuda imprescindible de
Hitler y Mussolini. Desde entonces, era un delito y una palabra tabú. Nadie había
osado escribir sobre ella. Mi titular no pasó la censura previa. El censor del
franquismo, Alejandro Fernández Sordo, me amenazó con enviar a la policía para
secuestrar toda la tirada en la imprenta si no cambiaba “Huelga en la Perkins” por
paro técnico o suspensión temporal de la producción. No sin dolor y coste
económico al tener que cambiar el pliego, cumplimos su orden.
Tres años más tarde,
muerto el dictador, el mismo Fernández Sordo fue nombrado ministro de
Sindicatos y ésta fue su primera declaración a toda página en el diario Pueblo:
“A partir de ahora, a la huelga la llamaremos huelga”. Imposible evitar una
sonrisa. A paso de tortuga, y no sin incurrir en riesgos políticos y
económicos, íbamos conquistando la libertad de expresión palabra a palabra.
Escribir Democracia
tampoco era del gusto de la censura franquista. Por eso, optamos por utilizar la
palabra Europa, quizás de manera abusiva, como sinónimo de Democracia. Queríamos
europeizar España. Las páginas y portadas de nuestro semanario se llenaron de
titulares con la palabra Europa: Europa,
patria querida; Europa, sí. Japón, también; Adiós, Europa, adiós; El juego de
Europa; Qué no, que este país no cabe; Europa se aleja… Fue una buena
coartada. Sorteamos varias veces la censura, aunque no siempre.
El 9 de octubre de 1972,
en nuestro primer aniversario, sufrimos otro sobresalto inesperado. Obtuve una
exclusiva por pura casualidad. La Agencia EFE envió una nota a sus abonados
anulando la noticia sobre el viaje de los príncipes a Alemania. Llamé al
corresponsal Michael Vermehren y le pregunté por esa visita. Me dijo: “Ha
gustado mucho la entrevista que le hice al Príncipe sobre España en Europa”. Le
pedí que, por favor, me tradujera las palabras del príncipe y fui directo a su
casa. Me quedé de una pieza:
Televisión alemana:
-¿Desea Vuestra Alteza Real que España entre en la
Comunidad Económica Europea…?
Juan Carlos de Borbón:
–Sí. Lo deseo. Porque creo que conviene a España y a Europa.
Europa nos había dado con
la puerta en las narices cada vez que Franco pedía negociar algo. Ahora,
parecerá una minucia, pero entonces consideré esa entrevista como una bomba
periodística de primera magnitud. En portada, sobre la caricatura de don Juan
Carlos, saliendo de su cabeza, colocamos este gran titular con un cuerpo gigante:
“EUROPA, SÍ”
En cuanto el Ministerio
de Información recibió los diez ejemplares para censura previa con mi firma en
sus portadas, recibí la llamada furiosa del director general de Prensa. Me llamó de todo. Poner “Europa, sí” en boca
del Príncipe era mentar la cuerda en casa del ahorcado. Me anunció que la
Policía iría a la imprenta para secuestrar toda la tirada. En ese momento, yo
sufría más por perder la exclusiva que por el futuro democrático de España. Le
repliqué diciendo: “Usted sabrá lo que hace, pero no creo que el Príncipe haya
hecho estas declaraciones sin consultar con nadie. Además, cuando Juan Carlos
sea jefe del Estado ¿cómo va explicarle usted al Rey que prohibió su entrevista?”
Al cabo de unas horas,
recibí la llamada de Fernández Sordo. Me dijo que se había esforzado mucho
personalmente para conseguir que Cambio 16 llegara a los quioscos sin que nos
pasara nada malo. Pronto, la prensa se hizo eco de lo que llamaron “la
pregunta” al Príncipe y el “Sí, lo deseo” se transformó en un “Sí, quiero”.
Dicen que el poder
auténtico es el arbitrario, el que no está sometido a límites por otros
poderes. Ese era el caso de la Dictadura. Franco concentraba en su mano todos
los poderes del Estado y los ejercía, sin límites, según su conveniencia. Solo
se publicaba lo que era de su gusto. Por eso, era tan difícil saber cuando
apretaba o aflojaba la acción del Ejecutivo, Legislativo o Judicial,
controlados totalmente por el dictador y sus delegados. Ante la falta clara de
reglas, escribíamos y publicábamos con el mismo riesgo de perder en el juego de
las siete y media: o te pasas o no llegas. Si no llegas, los lectores no sabrán
de los conflictos laborales o estudiantiles ni, por ejemplo, de las torturas en
los sótanos de la Dirección General de Seguridad (DGS), hoy sede de la
Comunidad de Madrid. Pero, si te pasas, (¡ay!) si te pasas es peor ya que pones
en peligro tu publicación y puedes acabar ante el Tribunal de Orden Público o
sufrir interrogatorios en la DGS. Allí tuve que acudir tres veces. Como
invitado, me dijeron.
Franco aflojó un poco la
presión sobre el cuello de los periodistas al aprobar la Ley de Prensa de 1966,
promovida por su ministro Manuel Fraga Iribarne. Sustituyó a la de Ramón
Serrano Suñer de 1938 según la cual el periodista era “… apóstol del
pensamiento y de la fe de la nación recobrada a sus destinos (…) digno
trabajador al servicio de España”.
Por el articulo 1 de la
Ley Fraga se establecía el derecho a la libertad de prensa. Por el artículo 2
se limitaba arbitrariamente ese derecho de tal manera que desaparecía casi por
completo. Sin embargo, aportó un cambio que resultó atractivo para las nuevas
generaciones de periodistas. Desapareció la censura previa obligatoria y se
convirtió en censura voluntaria. El dueño de una publicación podría publicar lo
que quisiera sin someterse a la censura previa voluntaria, pero se arriesgaba a
sufrir las consecuencias de su eventual temeridad.
El diario o la revista
que se publicaba sin pasar por la censura previa se exponía al secuestro
policial de la tirada, a la persecución judicial del autor y el director e,
incluso, al cierre definitivo del medio de comunicación que no fuera del gusto
de la Dictadura. Ese fue el caso, entre otros, del Diario Nivel, del que yo fui
redactor, que nació el 31 de diciembre de 1969 y murió a manos de la Policía el
mismo día de su nacimiento. Fue autorizado por Fraga Iribarne y borrado de un
plumazo del registro oficial de prensa por orden de su sucesor, el ministro del
Opus Dei Alfredo Sánchez Bella.
Al año siguiente, en
1971, el Gobierno decretó el cierre del diario Madrid. Había evolucionado desde
sus posiciones netamente franquistas tras la guerra civil a otras algo más
independientes del Régimen. Ese aperturismo le costó la vida. Poco después
asistimos a la voladura espectacular del edificio del diario Madrid, una imagen
inolvidable y aterradora para quienes luchábamos entonces desde abajo por
conquistar la libertad de prensa.
En Cambio 16, nacido el
mismo año del cierre del diario Madrid, tomamos nota y decidimos someter
nuestro semanario a la censura previa. También optamos por incluir en el pliego
central (fácil de arrancar) los temas que pudieran no gustar a la censura. Nuestro
semanario sufrió muchos secuestros policiales mientras yo negociaba con el
censor el cambio de pliego para poder obtener el permiso de distribución de los
ejemplares. Lo mismo nos ocurrió cuando, en 1974, fundamos el semanario Doblón
dedicado a denunciar, sutil y prudentemente, la corrupción generalizada del
franquismo. Sin libertad de prensa, todo era corrupción en la Dictadura. Nuestra
portada de “Sofico desahuciado” (con varios generales en su Consejo) nos
convirtió pronto en una revista independiente de referencia y… rentable.
Como director fundador de
Doblón, desde 1974 hasta que, en 1976, me fui huyendo a Estados Unidos, fui
procesado docenas de veces por presuntos de delitos de prensa por tribunales
ordinarios y el de Orden Público (de los que fui amnistiado tras la muerte del
dictador) y uno de sedición e injurias al Ejército por un tribunal militar no
amnistiable por mi artículo sobre cambios en la Guardia Civil. Ser el primer
hispanohablante galardonado por la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad
de Harvard me libró de comparecer ante el Consejo de guerra correspondiente.
Con el telegrama del presidente de Harvard en la mano, pedí a José Vega,
capitán general de Madrid, que me permitiera salir de España con mi compromiso
de comparecer ante el tribunal militar en cuanto me llamaran. El moderado
capitán general Vega había sido sustituido por el franquista general Ángel
Campano como director general de la Guardia Civil en el último Consejo de
ministros presidido por Franco antes de morir. Vega contribuyó a que mi
presunto delito contra el Ejército fuera sobreseído.
En febrero de 1976,
publiqué en Doblón varios casos de traslados y ceses de altos mandos de la
Guardia Civil de Vega y su sustitución por fieles a Campano. Aquello apuntaba a
una purga en toda regla para controlar a los 70.000 hombres armados y
permanentemente movilizados de la Benemérita. En pleno ruido de sables, quien
controla a la Guardia Civil (que ya no era una piña) controla España. Frenamos
la purga, pero a mí me secuestró un comando armando con metralletas al salir de
mi casa. Los guardias civiles de Campano me torturaron durante un
interrogatorio de diez horas en la sierra de Guadarrama. Al final, me
sometieron a un fusilamiento simulado, con una pistola a dos palmos de mi
frente, para que les dijera quien me había filtrado los datos de la purga que
publiqué. Pensé que iba a morir. Querían que acusara al general Sáenz de Santa
María, el número 2 de Campano heredado del general Vega. Mis fuentes anónimas me
habían dado por teléfono los datos del boletín oficial donde pude comprobar los
cambios. No sabía qué decir.
Al final, a la de tres,
me dispararon, escuché un chasquido, pero no hubo bala. Me obligaron a firmar
un documento oficial contra el general Sáenz de Santa María fechado en
Guadalajara, el 4 de marzo de 1976, y, casi al anochecer, me liberaron en lo
alto de la sierra. Al salir del hospital, esa misma noche del 2 de marzo,
denuncié ante el juzgado de Guardia que me habían obligado a firmar un
documento, fechado en Guadalajara dos días después, sin recordar su contenido.
Jamás mencioné a la Guardia Civil de Campano, como autora de mi secuestro,
hasta que pasaron treinta años y sus delitos habían prescrito. Aquello ocurrió.
Y puede volver a ocurrir. Opté por perdonar, pero no olvidar. Desde luego, el
miedo que pasé, a los tres meses de la muerte del dictador, nunca lo he
olvidado. Tampoco, que la libertad de prensa (una conquista y no un regalo) es
como el oxígeno. La valoras más cuando te falta.
José A. Martínez Soler es autor de “La prensa libre no fue un regalo” (Ed. Marcial Pons)
Así me dejaron la cara los torturadores a los tres meses de la muerte de Franco. No fue una Transición tan pacífica como dicen algunos.
Un grupo de jubilados del Periodismo (yo, entre ellos), a quienes la APM ha llamado «maestros» por su provecta edad, ha sido honrado para contar su vida en un podcast.
Con mis colegas «maestros» de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid). Detrás de mí están Aberasturi, Guindal, Jansa y Barriopedro.jamsCon mi colega Mariano Guindal, un hombre con suerte (así tituló su biografía). No os perdáis su podcast.jams
Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.
Entre la Copa Davis y la solidaridad contra el genocidio en Gaza ayer elegí ver el tenis. Me equivoqué. No todos los del PP apoyan el asesinato de 20.000 niños. Sus líderes, sí.
Más de 100.000 manifestantes pacíficos anti genocidio en Gaza (con solo 2 detenidos) impiden que la Vuelta ciclista (con el equipo de Israel) llegue Madrid. Honor y gloria a los madrileños.
Contenido del párrafo
Picasso hubiera apoyado ayer la manifestación pacífica de más de 100.000 madrileños nobles anti genocidio (con solo 2 detenidos). El grito de Guernica contra el primer bombardeo nazi contra población civil se refiere ahora a la matanza de civiles en Gaza. Netanyahu imita a Hitler.jamsAyuso, cada vez mas cerca de VOX que del PP, abraza al equipo del Estado genocida de Israel en la Vuelta ciclista a España.jamsFeijóo y Abascal, cada vez más unidos al apoyar el genocidio de Israel, no muestran signos de humanidad.jams
Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.
La Voz de Almería pide hoy un museo sobre la obra del hermano Rufino, uno de los sabios que más ha influido en mi vida. Ahora veo cuán desagradecidos somos con nuestros maestros.
El hermano Rufino, sabio entre los sabios, observando unas flores./ jams
Artículo de Manuel León en La Voz de Almería de hoyjamsObituario del hermano Rufino que publiqué en La Voz de Almería. Me quedé corto.jamsEl científico (biólogo, paleontólogo, filósofo, etc.) veía a Dios en las flores… y en los hierbajos.jams
Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.