El País (14-12-2025) me sorprendió por su publicidad enorme (pags. 2 y 3) sobre el fundador de Mango y por la información muy medida (pag. 39) sobre homicidio contra su hijo mayor.

SE NOS VIO EL PLUMEROInvalid DateJAMS
Durante más de 60 años de ejercicio del Periodismo, la profesión más hermosa del mundo, siempre tuve la mosca detrás de mi oreja por la relación de amor/odio entre la publicidad y la información veraz. Incluso apoyé mi doctorado en la UCM y mis trabajos en Harvard analizando «la compra venta y el precio de la noticia». No hay noticia ni sesgo gratis.
Soy amigo de la publicidad (fundé 20minutos financiado solo con ella), pero soy más amigo aún de la verdad. Por eso, cuando el domingo vi la doble página (2 y 3, que cuestan una fortuna) sobre el aniversario de la muerte de Isak Andic, fundador de Mango, me temí lo peor. Solo cuando leí la crónica sobre la investigación de su muerte, exquisitamente contada por mis colegas Jesús García Bueno y Rebeca Carranco en la página 39 del área de Economía (que yo dirigí durante más de 4 años), respiré aliviado. Mi diario favorito mantuvo la información sobre la investigación por homicidio contra Jonathan Andic, el hijo mayor de Isak, el mismo día del anuncio a doble página. La muerte del creador de Mango (por accidente o asesinato premeditado) se produjo en sospechosas circunstancias. La historia da para una serie de televisión… o una novela de Agatha Christie. Por experiencia, suelo desconfiar de las informaciones que se refieren a grandes anunciantes o a importantes grupos de presión. El mal periodismo «de pesebre» es el que premia, sin merecerlo, al anunciante que riega sus páginas con dinero a cambio de evitar o aliviar la publicación de una catástrofe informativa. Luego está el periodismo «de trabuco». Ese es (¡Ay!) mucho peor. El periódico suele amenazar al anunciante poco generoso con publicar algo malo sobre su marca (sea cierto o no) si no pasa por caja y llena sus páginas con publicidad equivalente al daño reputacional que evita. El País ha mantenido el tipo. Me alegro.

