El artículo de hoy en El País sobre el pinganillo me ha provocado un ataque de nostalgia y algunos recuerdos risueños. Cuenta mi colega Alex Grijelmo, académico»in pectore» de la Lengua, con más méritos que muchos miembros de la RAE, que una señora que seguía el Buenos Días en TVE me paró por la calle para decirme que lamentaba mucho que yo fuera sordo siendo tan joven. Doy fe de tal anécdota que suele contar Jose María Fraguas (alias Pirracas), mi realizador favorito y cofundador de aquel programa informativo pionero en tantas innovaciones.
En mi oído izquierdo se puede apreciar el primer pinganillo(de gran tamaño) estrenado en TVE en enero de 1986. La batería con su atena, en el bolsillo de mi camisa.
El pinganillo fue una innovación en el informativo Buenos Días de TVE.
Un gran invento el pinganillo que descubrí en 1985 en el programa Today de la NBC. Me lo compré en una tienda de la Quinta Avenida de Nueva York y lo incorporamos, desde el primer momento, (no siempre con éxito) al Buenos Días de TVE. Ya no me da vergüenza contar lo que pasó con aquel extraño aparato, enganchado a mi oreja, pues está publicado en mis memorias «La prensa libre no fue un regalo».
Pag. 505 de mis memorias: Toda España pudo escuchar la cisterna del WC del Pirulí.
Menuda racha. Otro golpe. He recibido, con dolor, la noticia de la muerte de Gustavo Matías, periodista y profesor, cuando, por su último mensaje, pesé que estaba resistiendo el cáncer en su tierra leonesa. Lo siento mucho. Hemos pasado muchos años juntos en El País y en La Gaceta de los Negocios. Y era un buen tipo. Yo le quería. Deja viuda a Mari Cruz y huérfanos a dos hijos y a cinco nietos. Acabo de publicar su obituario en El País y aquí, en mi blog de 20 minutos. DEP.
Dio en exclusiva una de las noticias más relevantes de la transición de la dictadura a la democracia: la legalización del Partido Comunista de España
El periodista y profesor de la UAM Gustavo Matías, en una imagen sin datar.
JOSÉ A. MARTÍNEZ SOLER23 SEPT 2023 – 19:02 CESTA los setenta años, un cáncer de pulmón acabó el jueves con la vida de Gustavo Matías Clavero, un ilustre leonés, periodista y profesor universitario. En nuestro oficio, el segundo más viejo del mundo, decimos que noticia es aquello que alguien no quiere que se sepa. Cuando Gustavo, redactor de Economía de EL PAÍS antes que profesor, mordía la pista de una noticia exclusiva era temible. No la soltaba por nada del mundo. Disfrutaba descubriendo secretos económicos de interés para sus lectores.
Forjado en la agencia Europa Press, conocía el valor de adelantarse a los competidores. Era generoso y compartía sus fuentes con sus compañeros, una rara virtud en una profesión de divos. Gustavo era rápido a la hora del cierre, pero escribía habitualmente unas líneas de más. Una anécdota suya hizo fortuna en EL PAÍS y en La Gaceta de los Negocios y, entre risas, la hemos recordado en el tanatorio. Cuando Joaquín Estefanía o yo mismo le gritábamos para que cortara urgentemente una línea de su información para poder ajustar la página, Gustavo nos respondía: “¡Pues quitad mi firma!”. No era presumido.
Sin embargo, no siempre fue así. Una de las noticias más relevantes de la transición de la dictadura a la democracia la dio Gustavo Matías en exclusiva por la línea de Europa Press: la legalización del Partido Comunista de España por el presidente Adolfo Suárez. Siempre presumió de haberse enterado antes que nadie y le dolía que no se le atribuyera ese mérito. Aquí queda dicho, querido Gustavo.
Nunca practicó el disimulo. Era directo. Iba con la verdad por delante y no tenía pelos en la lengua, lo que le creó problemas con no pocos líderes políticos y/o empresariales. Este viernes me recordó Rodolfo Serrano, otro histórico de aquella gloriosa sección de Economía, el día en que Gustavo fue a cubrir una rueda de prensa de Carlos Solchaga y le dijo: “Señor ministro, hay un error en los Presupuestos Generales del Estado y no cuadran sus cuentas”. Solía acertar.
Cuando nuestra generación se inició en la información económica, en pleno franquismo, muchos nos sorprendimos del reparto de sobres con dinero (que llamaban “dietas”) entre periodistas que cubrían juntas generales o acontecimientos relevantes de grandes empresas y bancos. Aquellos colegas recibieron el nombre de “sobre cogedores”. Pronto acabamos con aquellas prácticas corruptas.
Gustavo Matías era íntegro en la relación profesional con sus fuentes. Pudo equivocarse alguna vez, y rectificó, pero nunca publicó una mentira a sabiendas. Era un periodista honesto que defendía la veracidad de lo que contaba en sus más de 4.000 artículos repartidos por EL PAÍS, El Mundo, Cinco Días, Expansión, El Economista, La Gaceta de los Negocios, Ibercampus, etc.
Cuando el periodismo chocó con su vocación docente e investigadora, se pasó a la Universidad Autónoma de Madrid como profesor titular de Economía Aplicada y publicó más de una docena de libros de gran contenido académico. La prensa perdió prematuramente a un gran periodista y la Academia ganó a un magnífico profesor. Muchos discípulos le rindieron homenaje este jueves en el tanatorio. Descansa en paz, amigo Gustavo.
Gustavo Matías
Gustavo Matías cubrió a visita del dictador Fidel Castro a España.
Varios miles de personas han celebrado en Santa Fe (NM) la quema 199 de Zozobra, un muñeco de 15 metros que lleva dentro mensajes con los pesares y problemas del año. Un espectáculo singular con raíces milenarias.
Levantando Zozobra antes del a quema
Zozobra tiene una mesa y una dirección online donde se depositan y recogen los pesares escritos de los ciudadanos para introducirlos en el muñeco. Zozobra acepta todo tipo de problemas: quejas, multas, hipotecas, divorcios, pleitos, enfermedades, desastres naturales, políticos, religiosos… Cualquier cosa que nos haya generado alguna zozobra o angustia o pesar tiene cabida dentro del muñeco.
Como había tanta gente en el parque, lo he vuelto a ver mejor en la tele.
Adiós a los viejos problemas… hasta la Zozobra del año que viene que celebrará su primer centenario.
Yo veo algunas raíces bíblicas de Zozobra en el chivo expiatorio (scape goat) que los hebreos echan al desierto llevando dentro todos los pecados del mundo. También puede ser cabeza de turco, que paga por los pecados de otros.
La Plaza de Santa Fe se llena de turistas
En Santa Fe es tiempo de fiesta. Estos días se llena de turistas de California y de Texas.
En los soportales del Palacio del Gobernador se instalan los nativos para vender su artesanía. Abundan las turquesas de los navajos.
Hay un gran mercado del arte y grandes esculturas de madera por las calles y plazas (¡qué envidia!).
Para nosotros, mañana se acaba la fiesta. Regresamos a España y nos perdemos la carrera de cerdos (pig race) que celebran aquí cada año.
Hay una gran mezcla de culturas en Santa Fe (NM). El campeonato de cerdos lo han copiado seguramente de la Inglaterra profunda donde siguen celebrándolo. Y la quema de la Zozobra puede tener orígenes algo turbios en las hogueras de nuestra Inquisición. ¿Quién sabe?
En dos días volvemos a casa. ¡Como mi Egpaña no hay na!
Alguien pensará que no es noticia para el blog de un abuelo: Mi nieta se mudará a España en 2024. ¡Que paren las máquinas!. Hoy terminó la semana emocionante del tercer cumpleaños de Ana Isabel Martínez Gabriel en Santa Fe (NM). Sus padres, Chaz y David, se mudan con ella a España en 2024. ¿Qué más puedo pedir? Estamos muy felices al poder reunir a toda la familia, tan desperdigada, por fin, en España. Gracias, hijos.
Antes de solpar la vela
La sonrisa del día
Con su padre David, chef del pavo
Mi hijo David es chef y pintor. Cada plato, un cuadro.
David celebró el cumple con sus vecinos con un pavo anticipado de Thanksgiving. En noviembre lo repetiremos en Madrid
La siesta del pastor, antes de comer.
Un día completo. Mejor, imposible. Feliz cumpleaños, Ana Isabel.
Ayer fue un día de nuevas emociones. Eva Bovenzi (pintora) y John (músico) nos visitaron en Santa Fe (NM). Lo celebramos en el famoso restaurante Tesuque Village Market donde un gran chef (nuestro hijo David) cocinó para nosotros… y para otro centenar de clientes.
Con Eva Bovenzi y John en Tesuque Village Market, Santa Fe NM
Eva Bovenzi y Ana Westley fueron compañeras de cuarto (con 18 años) estudiando Literatura en la Universidad (Kalamazoo College, Michigan) y John es un gran músico jubilado. Luego, Eva fue a Bellas Artes y hoy es una pintora famosa. Mi chica optó por el periodismo (New York Times, Wall Street Journal, etc.) y, al jubilarse, por la pintura. Nos juntamos con ellos aquí, en Madrid, en California o en León (incluso en Mojacar, Almería) y nunca faltan las risas y los recuerdos entrañables.
Eva y Eva cuentan las historias de sus amigos comunes de juventud…
Mi hijo David MW, que nos llevó a Los Álamos, (donde crearon la bomba atómica) cocinó anoche para nosotros.
Hace unos 10 años, mi hijo David cambió su carrera de pintor (como su madre) por la de cocinero y hoy es un chef espléndido en el popular restaurante Tesuque Village Market, cerca de la Ópera de Santa Fe (NM).
Este fue el «burrito» ilustrado que cocinó (casi pintó) para mi.
Y estos fueron los tacos que David preparó para mi amigo John
¿Es o no es mi niño un gran chef en la cocina?
Los cuatro, después de una espléndida cena.
Mi niño no nos dejó pagar la cena. Gracias, David. Yo sabía lo bueno que era en la cocina en nuestras respectivas casas, pero nunca le había visto en acción, como un chef profesional, dominando la escena en un restaurante repleto de clientes. Comprenderéis que publico todo esto en mi blog solo para presumir de él. Estoy muy orgullosos de su arte como cocinero de lujo y como pintor. Ojalá se decidan pronto a instalarse con su esposa Chaz y su hija Ana Isabel en Madrid, cerca de nosotros. Me encantaría ver crecer a mi nieta Ana Isabel en España. Santa Fe es una ciudad magnífica, pero está muy lejos de nuestra casa.
Con Walter Robinson en el restaurante del Museo Internacional de Arte Popular de Santa Fe.
Eva y John nos invitaron hoy a comer con Walter Robinson, amigo de la infancia de nuestro querido Dwight Porter, compañero de Ana en la prensa extrajera en Madrid. El mundo es verdaderamente un pañuelo. Resulta que Walter es un famoso escultor … ¡en madera! Naturalmente, presumido como soy, no pude evitar contarle mis progresos en tallasmadera.com.
Mi talla de fin de curso: «Quema de libros de un hereje» en madera de cerezo. Estar sin lijar, sin tapaporos y sin cera.
Y le mostré mi obra de fin de curso (Quema de libros de un hereje, inspirada en la de Juan de Juni del Museo de León. ¿Os podéis creer que fue Eva quien me hizo la foto con la obra del gran Juan de Juni en León en septiembre de 2019?.
Becario admirando la obra del gran Juan de Juni en el Museo de León en sept. de 2019.
Eva y Ana conservan las fotos de nuestro viaje a León, en 2019, antes de la pandemia.
John, Eva y un servidor ante la catedral de León en 2019.
Mañana vuelven nuestros amigos a Colorado. Nuestra próxima cita es en Segovia…
En una semana, he leído en EE.UU. más noticias sobre mi país (sobre todo, por el «MeToo» español) que en todos los años que he vivido aquí. El «machismo» en nuestro fútbol es tratado en el New York Times casi como un asunto local.
En The New York Times
Como estudiante (1976-77), como corresponsal de PRISA (1987-88) y como corresponsal de RTVE (1995-96) apenas he leído más que los encierros de Pamplona, la «tomatina» y algunos penitentes de Semana Santa.
En The New York Times
Por eso, me ha llamado tanto la atención la enorme presencia española diaria en las portadas de los periódicos y en las cadenas de televisión de Estados Unidos.
En The New York Times
Pensé: «Al fin, aquí somos alguien para lo bueno y para lo malo».
En The New York Times
Para lo malo, por lo más bajo, el beso no consentido del «macho» Rubiales.
Gran recibimiento de Alcaraz en Nueva York
Para lo bueno, por lo más alto, la recepción apoteósica de Carlos Alcaraz en Nueva York para defender su título de campeón del US Open.
En The New York Times
La agresión sexual de Rubiales a Jennifer Hermoso, una de las campeonas del fútbol mundial, recibe aquí el tratamiento de una noticia casi local. No en vano, el inglés ha importado del español la palabra «machismo», una lacra muy presente en todas las Américas. También en Europa…
Portadas de diarios norteamericanos y europeos
La agresión sexual en el fútbol español, en las pantallas de TV de EE.UU.
Me ha costado explicar a mi nieto Leo (8 años) por qué tuvieron que inventar aquí, en Los Álamos (N.M.), en 1945, las dos primeras bombas atómicas que mataron a 200.000 japoneses en Hirosima y Nagasaki.
Hongo gigantesco formado tras la explosión de la primera bomba atómica sobre Japón
Con el corazón partido, no tenía respuestas convincentes para sus preguntas más sencillas.
Mi nieto Leo, junto a las réplicas de las dos primeras bombas atómicas: Little Boy y, al fondo, Fat Man.
Afortunadamente, el Museo de Los Álamos está pensado para niños y sus explicaciones en carteles y pies de foto eran mejores que las mías. No todos los científicos de entonces eran partidarios de investigar la fisión o la fusión nuclear. Saqué una conclusión terrible: todas las armas que se inventan, tarde o temprano, se acaban usando. La Historia lo prueba.
Con mi hijo David, entre las estatuas del general Gross y Oppenheimer, máximos responsables del proyecto Manhattan que permitió crear la bomba atómica.
Claro que, hasta hoy, estas dos bombas atómicas cuyas réplicas estamos viendo hoy (Little Boy y Fat Man) solo se han usado en 1945 con el fin de provocar la rendición total del Imperio japonés en la II Guerra Mundial y acabar así con la mayor masacre del siglo XX. Consiguió su objetivo, sí, pero ¿a qué precio? Largo debate.
Tras la visita inquietante al Museo, nuestros hijos, Andrea y David, mi chica y mi nieto intervinieron en el debate.
¿Era necesario lanzarlas sobre la población civil como hicieron los nazis sobre Guernica en la guerra civil española o los aliados sobre Dresde? La cuestión que surgió cuando vimos la película Oppenheimer brotó hoy con más fuerza: ¿El fin justifica los medios? O, como afirmó Albert Camus, «son los medios los que justifican el fin».
Con mi hijo David y mi nieto Leo en Los Álamos (NM)
En el complejo de Los Álamos (un laboratorio fuertemente vigilado por militares) se concentra hoy el mayor porcentaje de cerebros científicos por metro cuadrado del mundo. ¿A qué se dedican cientos de físicos, químicos, biólogos, matemáticos, etc.? No es ciencia ficción. Están inventando nuevas armas que, tarde o temprano, serán usadas.
Réplica del primer detonador que se utilizó con la primera bomba atómica.
Me ha impresionado la pobre tecnología manual utilizada en 1945 para fabricar, por ejemplo, el detonador de la primera bomba nuclear de la Historia. Usaron papel y lápiz, tiza y pizarra. Me asusta pensar qué podrán fabricar ahora con la alta y sofisticada tecnología disponible, incluida la inteligencia artificial. Peor aún: ¿Y si Trump, o alguien como su amigo Putin, gana las elecciones en EE.UU. y tiene en sus manos el botón rojo para utilizar estas nuevas armas secretas, hoy embrionarias o no, del laboratorio de Los Álamos?
Es un milagro que, con el enorme arsenal nuclear actual repartido por el mundo, nuestra especie haya sobrevivido hasta hoy. Confiemos en que la cooperación entre los seres humanos supere a la confrontación. Ojalá. Cruzo los dedos.
Cada vez que bebo agua en Nuevo México, recuerdo lo que pasó en la colina de Los Álamos, al otro lado del Río Grande (que los mexicanos llaman Río Bravo) entre 1943 y 1945. Mi hijo David me advierte de que solo puedo beber agua mineral embotellada:
-«Desde que hicieron aquí las primeras pruebas nucleares, nadie bebe agua del grifo. Puede estar contaminada con restos radioactivos».
Para conmemorar el aniversario del fusilamiento de los 22 Mártires de la Libertad, ejecutados de rodillas y por la espalda por orden de Fernando VII, el rey felón, durante muchos años, pasé el 24 de agosto en Almería. Hoy, en el 199 aniversario de aquel crimen, estoy a 8.000 kms de mi tierra. Por eso, no pude asistir a la recreación histórica espectacular de la Asociación del Bicentenario de Los Coloraos, a la que pertenezco. Lo siento. El 24 de agosto de 2024, bicentenario de aquel crimen, prometo no faltar.
Cuerda de presos «coloraos», camino del fusilamiento.
Ante el Monumento a los Mártires de la Libertad
Recreación histórica
Curas del rey felón confiesan a los reos en capilla
Mártires de la Libertad, fusilados de rodillas y por la espalda.
También me hubiera gustado escuchar el pregón del periodista Paco Giménez Alemán, en el homenaje a los Coloraos.
Paco Giménez Alemán, durante su pregón de los Coloraos. Detrás del orador, la alcaldesa va de colorao,
Le he envié este mensaje: «Magnífico discurso de los Coloraos, querido colega. Lo leí (entero) a 8.000 kms de Almería y me emocionó, como el acto de recreación histórica que han hecho mis amigos «coloraos». Te felicito, Paco, y felicito a la alcaldesa del PP que ha sabido elegirte como orador. Has superado a todos los anteriores oradores conservadores, algunos resabiados por su repelús a la libertad, erróneamente elegidos por anteriores gobernantes del PP. Esta vez, contigo, el Ayuntamiento acertó. ¡Vivan los Coloraos! ¡Viva la libertad! y ¡Viva España! Un abrazo Paco».
Con mucha razón almeriense, Paco llamó «cipote» al rey felón que mandó fusilar a los Coloraos.
Hace 33 años con mi hijo David a la espalda. Hoy estoy en Santa Fe con él y su hija de 3 años.
Mi nieto Leo llevó una rosa a los Coloraos hace 6 años.
Articulo de Juanfra Colomina en La Voz de Almería de hoy.
La prensa almeriense informa de los actos «coloraos»
Tan feliz ayer con mis nietos Leo y Ana Isabel, en Santa Fe (NM), y hoy tan triste porque se nos ha muerto Bonifacio de la Cuadra, nuestro querido y bondadoso Boni. He compartido muchos años con él en la redacción de El País. Sin embargo, en la hora de su muerte, lo que más recuerdo -no me lo puedo quitar de la cabeza- fue el día que lo conocí en el otoño 1969.
Con 22 años, recién casado en mayo de ese mismo año con Ana Westley, en mi último curso de Periodismo, y sin un duro, fui contratado por Manuel Martín Ferrand como auxiliar de redacción de nuevo diario Nivel, que debería salir muy pronto a los quioscos. Y allí me encontré por primera vez con Boni, siete años mayor que yo, y a quien consideré pronto como un maestro del buen periodismo, ese periodismo que existió y existe, aunque algunos, cínicos o ignorantes, no lo crean.
Nivel nació el 31 de diciembre de 1969. Ese mismo día, siguiendo las órdenes del dictador, el Gobierno cerró el periódico y la Policía requisó todos los ejemplares. El «diario nacional de la mañana» se convirtió, por orden de Franco, en el diario nacional de «una» mañana. Todos al paro.
En Nivel, hice una buena apuesta de amistad con Ismael López Muñoz, Vicente Verdú y Bonifacio de la Cuadra. Como diría el sabio Lazarillo de Tormes, «me acerqué a los buenos para ser uno de ellos». Pronto se me fueron los tres de este mundo y me quedé solo, pero con sus enseñanzas y los recuerdos entrañables que habíamos compartido en Nivel y seguimos compartiendo, durante años, en El País.
Boni era bueno, generoso y fiable. Y te reía hasta los chistes malos. Pocas veces dejó de sonreír y de animar y ayudar a los colegas. El mes pasado dimos sepultura a Ramón Lobo. En el cementerio, busqué a Boni y pregunté por él. «Ya está en paliativos», me dijo un amigo común. ¡Maldito cáncer! La buena Justicia y la buena Prensa (ambas existen) te debe mucho, querido Boni. Estoy en Santa Fe (NM), a 8.000 kms de Madrid, y no podré despedirte como quisiera. He leído, no sin emoción, el obituario que nuestra Sol Gallego te dedica en El País. Se queda corta. Descansa en paz, amigo.
Berna (ex compañera mía en El Sol) nos da la respuesta en su articulo de El País de hoy: alianzas contra natura, mentiras, corrupción y traición. Con su permiso y los de El País y 2ominutos.es, no puedo evitar copiarlo y pegarlo en mi blog. Lo recomiendo. No se puede explicar mejor con menos palabras. Luego están los chistes que inundan las redes y abundan en razones semejantes.
Por qué caen los líderes del PP
Si Feijóo analiza por qué fracasan los presidentes de su partido encontrará una paleta corta: alianzas contra natura, mentiras, corrupción y traición
Alberto Núñez Feijóo acataba el jueves la Constitución, durante la sesión constitutiva de la XV Legislatura.JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)
Es posible que Pablo Casado acumulara grandes errores, pero el que ha cometido el PP bajo el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo es histórico, único y se ha producido en su primer disparo en la política nacional cuando ni siquiera sabía si había más balas en la recámara. Su inmenso error, pactar con un partido tóxico como Vox mientras convertía las elecciones en plebiscito contra Pedro Sánchez, está a la altura de la alianza contra natura que Aznar forjó en apoyo a la guerra de Irak en contra de la mayoría de los españoles. Veamos qué circunstancias han provocado los sucesivos tropiezos del PP.
El PP cayó con estrépito en la transición entre Aznar y Rajoy en 2004, cuando el atentado del 11-M movilizó a los españoles en contra de un Gobierno que había participado en las mentiras sobre Sadam Husein que condujeron a esa guerra. Cuando todo parecía listo para que la derecha renovara su mayoría sin sobresaltos, se produjo la tragedia, aderezada además con las mentiras sobre un atentado que el Gobierno atribuyó contra viento y marea a ETA para esconder sus vergüenzas. Y ahí se le fueron siete años.
Cuando el PP logró regresar, en 2011, fue a lomos de una recesión que quemó al socialista Zapatero como había quemado a otros dirigentes europeos sacudidos por la economía. Después de siete años al mando, Rajoy cayó por la corrupción acumulada con el caso Gürtel, que alineó a las fuerzas suficientes como para que triunfara por primera vez una moción de censura, que situó a Pedro Sánchez al frente. Fue en 2018.
Más allá de la excepción de Aznar, que tuvo el acierto de retirarse por voluntad propia, si Feijóo analiza hoy por qué han caído los siguientes presidentes del PP encontrará una paleta muy corta de sabores. Solo cuatro: alianzas contra natura, mentiras, corrupción y traición. No hay más. Él acaba de probar el primero y ya se ha indigestado: los pactos con Vox. Ha coqueteado con el segundo al insinuar un pucherazo en el voto por correo. Dejando de lado el tercero, quién sabe si, tras descarrilar su intento de investidura como todo parece indicar, podrá evitar la hiel del cuarto: la traición.
Escribe en Cultura, es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’, además de responsable de la newsletter EL PAÍS de la mañana. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora al frente de varias secciones. Premio Dashiell Hammett por ‘El sueño de la razón’, su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.