Reír por no llorar con la gran Concostrina

El Ateneo de Madrid recibió anoche por todo lo alto a su nueva socia Nieves Concostrina. Lleno total en la Cátedra Mayor de la Docta Casa media hora antes de que pregonara su último libro «Acontece que no es poco». Aplausos y risas encadenados a sus historias de Reyes y Papas. No dejó títere con cabeza. Temí que, en cualquier momento, entrarían los «grises» de Franco, porra en mano, a detenerla… y a disolver al público cómplice de sus antibulos históricos. Habló como si fuera libre. ¡Qué placer!

Cubierta del libro que presentó anoche Nieves Concostrina en el Ateneo de Madrid

Su obra no tiene desperdicio. El altar y el trono es un filón inagotable para la gran Concostrina, una investigadora sagaz y pertinaz. Como un niño dando patadas a un castillo de arena, nuestra valiente Nieves rompe, en un plis plas, con talento y gracia, la falsa Historia de España que nos han contado en la escuela. Y te ríes por no llorar. Enamorado de su obra, tan benéfica y edificante, me arrodillé para pedirle una dedicatoria para mí y para mi chica, que también es forofa de Nieves. ¿Y quién no?

De rodillas ante Nieves Concostrina.
Pepe Botella, un gran rey culto y abstemio, frente al tirano Fernado VII, el rey felón, que Nieves ha rebautizado como «el mastuerzo» (una mala hierba que crece en las cunetas). Mi colega y paisano Carlos Santos glosó la vida y la obra inmensa de Nieves.
Con este documento de la Inquisición (que restauró el mastuerzo), Nieves destroza el bulo del 2 de mayo.
Tres bulos más: Ni don Pelayo en Covadonga, ni Santiago matamoros en la batalla inexistente de Clavijo ni la Virgen en carne mortal sobre su pilar en Zaragoza. Grandes inventos muy rentables para papas y reyes.
No podía faltar la falsa «Tizona» del Cid Campeador, un mercenario para el mejor postor, por la que que la Junta de Castilla y León pagó más de un millón de euros. Otra victoria/trampa del Mío Cid diez siglos después de muerto.
Otro gran descubrimiento de su charla fue esta foto del león de Las Cortes que luce unos huevecillos como los del caballo de Espartero.

No te pierdas su último libro. Risas y lágrimas aseguradas. Y la convicción de que, como dice Nieves, «cualquier tiempo pasado fue anterior» y, desde luego, mucho peor. Vamos avanzando…

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