El Ateneo de Madrid recibió anoche por todo lo alto a su nueva socia Nieves Concostrina. Lleno total en la Cátedra Mayor de la Docta Casa media hora antes de que pregonara su último libro «Acontece que no es poco». Aplausos y risas encadenados a sus historias de Reyes y Papas. No dejó títere con cabeza. Temí que, en cualquier momento, entrarían los «grises» de Franco, porra en mano, a detenerla… y a disolver al público cómplice de sus antibulos históricos. Habló como si fuera libre. ¡Qué placer!
Su obra no tiene desperdicio. El altar y el trono es un filón inagotable para la gran Concostrina, una investigadora sagaz y pertinaz. Como un niño dando patadas a un castillo de arena, nuestra valiente Nieves rompe, en un plis plas, con talento y gracia, la falsa Historia de España que nos han contado en la escuela. Y te ríes por no llorar. Enamorado de su obra, tan benéfica y edificante, me arrodillé para pedirle una dedicatoria para mí y para mi chica, que también es forofa de Nieves. ¿Y quién no?
No te pierdas su último libro. Risas y lágrimas aseguradas. Y la convicción de que, como dice Nieves, «cualquier tiempo pasado fue anterior» y, desde luego, mucho peor. Vamos avanzando…