Os parecerá mentira, pero hay gente buena incluso en los departamentos de atención al cliente. Sí, sí. Lo que oís. Algún creyente lo achacará al espíritu de la Navidad que saca brillo a lo mejor de la gente. No sé qué decir. ¿Nos habrían atendido igual en pleno verano? Claro que el frío y que se te rompa la calefacción en Nochebuena son cosas del invierno. Por primera vez en 15 años, ayer celebramos la Navidad con toda la familia (abuelos, hijos y nietos)… y sin calefacción. El calor humano, apelotonados todos en una habitación pequeña, la excitación de abrir los regalos de Papá Noel (mi familia es medio yanqui) y la contundente comida («Kømla») de los ancestros noruegos de mi chica nos salvaron el festín invernal. Hoy mismo, en plenas fiestas, los de Instalaciones Elípticas han atendido mi SOS y nos han arreglado la calefacción. ¡Aleluya!