Archivo por meses: abril 2023

Contra Doñana… en tiempos de Franco

Lo de robar agua pública de los límites de Doñana, para regar fincas privadas, viene de lejos. Tal como comprobé personalmente en marzo de 1975, eso ya se hacía en tiempos del dictador Francisco Franco. Lo publiqué entonces, no sin riesgo, en el semanario Doblón. Y recientemente en mi libro («La prensa libre no fue un regalo»). No aprendemos. A escondidas, las pecaminosas máquinas del ministerio de Agricultura sacaban agua en los límites prohibidos del parque natural de Doñana para beneficio de particulares que se movían bien por los despachos de la Dictadura. ¡Pobres pájaros europeos y pobres seres humanos! «El hombre sin pájaros es menos hombre», me enseñó el sabio profesor Sampedro.

«Agua pública para fincas privadas» fue el título del reportaje que publiqué el 8 de marzo de 1975.

Agua pública…

…para fincas privadas

Agua publica para fincas privadas

El gran Peridis enriqueció mi reportaje con una ilustración preciosa.

Coto privado de caza

Manolo Saco y yo solemos reírnos de estos carteles catetos de «Coto privado de caza». Si está privado de caza, por qué se preocupan sus dueños anunciando que allí no hay caza posible. Creo que el gran Alex Grijelmo, que pronto ocupará un sillón en la Real Academia con más méritos que otros apoltronados allí, debería romper una lanza en El País en favor de «Coto de caza privado» y no «Coto privado de caza».  Dijo yo.

La bronca actual entre La Comisión Europea y el Gobierno de España, por un lado, y la Junta de Andalucía con ayuda de Feijóo y algunos eurodiputados próximos del PP europeo, por otro, me han recordado este reportaje de los tiempos del Franco, uno de los pocos que sorteó la censura franquista. Poco antes de la bronca actual, mencioné brevemente el abuso que se cometía contra futuro de Doñana en mis memorias profesionales «La prensa libre no fue un regalo» (que os recomiendo, antes de que se agote la primera edición).

Pag. 208 de «La prensa libre…»

Pag. 209 de «La prensa libre…»

Pag. 210 de «La prensa libre…»

¡Qué lujo contar con Peridis en tiempos de Franco!

Portada de mi libro

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La resurrección de Colombine, milagro de Chonín

Emocionante y edificante presentación de «Revivir. La nueva Carmen de Burgos», obra en dos tomos de mi colega Asunción Valdés (Chonín para los amigos). Y me quedo corto.  La Cátedra Mayor del Ateneo de Madrid se vistió ayer de luces y se llenó de gente principal para aplaudir a esta periodista/investigadora/historiadora que ha sacado lo mejor (y más oculto) de la gran Colombine, la escritora/ periodista/feminista más odiada por el general africanista Francisco Franco. Carmen de Burgos, Colombine, fue la primera corresponsal de guerra de España (¡y en nómina, oiga!) y cubrió con sensibilidad y humanidad los desastres de la Guerra de Africa. No os perdáis la biografía de esta heroína borrada del mapa por Franco, el tirano felón.

Asunción Valdés, con su obra en mano, acompañada por Ana Westley (ex New York Times) que ha terminado el retrato al óleo de Carmen de Burgos, inspirada y animada por la biografía de nuestra querida Chonín y la Agrupación Carmen de Burgos del Ateneo.
Retrato al óleo sobre madera de Carmen de Burgos, Colombine. Obra de mi chica, Ana Westley (awestley.com), almeriense consorte desde hace 54 años. Este óleo viajará pronto a Almería donde nació nuestra heroína. Y allí se quedará por voluntad de la artista.
Portada de los dos tomos
Presumiendo de mi colega en el Ateneo. Antes de ser jefa de prensa de la Casa Real (con Juan Carlos I), Asunción dirigió un telediario en TVE y yo, otro. Daba gusto trabajar con ella.
La autora con Benita Ferrero-Waldner, ex ministra de AA.EE. de Austria, que glosó el libro.
Contra cubierta del primer tomo. Asunción tiene una calle con su nombre en Alicante. No me sorprende.
Contra cubierta del segundo tomo. Esta es su «opera prima», pero también su obra magna.
Un placer encontrarme allí con Fernando Almansa, que precedió a Asunción como jefe de prensa de la Casa Real.

Las prisas no son buenas para glosar (sin leer) una obra tan descomunal como la mi amiga Chonín. La leeré con atención y publicaré mi crítica, aunque sea a favor.  El que avisa no es traidor. Soy admirador de Carmen de Burgos… de Asunción Valdés.

El Quijote cabalga de nuevo… en América

Excelente homenaje de Jordi Soler (que no es primo mío) al ingenioso creador del Quijote en el Día del Libro, aniversario de muerte. Hoy me desayuné, con mucho gusto, su artículo de El País y os lo recomiendo. También yo descubrí El Quijote (y a mí mismo) al otro lado del Atlántico. En la Universidad de Harvard (1976-77), de la mano del profesor argentino Raimundo Lida (un curso completo sobre el Quijote), del exiliado español Juan Marichal (en su curso Humanities 55) y de los escritores Carlos Fuentes y Octavio Paz (en reuniones y seminarios) recuperé el orgullo y el placer de compartir la lengua de Cervantes… y de Rubén Darío.  Un buen artículo de Jordi Soler al que solo descubrí una errata. Como dice mi amigo Manolo Saco, otro cervantino, «las erratas son las últimas que abandonan el barco».

Artículo de Jordi Soler, hoy en El País.
Una de mis primeras tallas de Cervantes en madera de cedro. Fue mi pequeño homenaje a Lida y a Marichal por enseñarme a amar El Quijote.
Con mis colegas de tallasmadera.com (en Bellas Artes Coronado) presumiendo de mi Cervantes.

El artículo de Jordi Soler me trae muchos recuerdos entrañables del otro lado del Atlántico.

Con Solita Salinas y Juan Marichal en su casa de Cambridge (Mass) dando de comer a mi hijo David, el padre de mi nieta Ana Isabel.
Con Solita Salinas, Juan Marichal, Vicente Llorens y su esposa Amalia, en una excursión a Newburyport y Plumb Island (Mass).
Juan Marichal y Solita Salinas, en mi casa, con el juez Garzón, celebrando la detención del dictador chileno, Augusto Pinochet.
Con mi maestro, Juan Marichal, en Cuernavaca (México), donde falleció poco después de nuestro último encuentro.

A favor de la prensa libre con tres colegas brillantes

¡Qué buena noche de los libros.. en una librería… y defendiendo la prensa libre! Ana Cañil, Ignacio Escolar, Muñoz Soro (colegas de 3 generaciones) y yo hablamos, como si fuéramos libres, a favor de la libertad de expresión y en contra de todas las censuras ya sean en Dictadura como en Democracia. Una mesa redonda que Marcial Pons ha puesto en youtube y que os recomiendo. Aquí está completa. 

Con el profesor Muñoz Soro y mis colegas Ana Cañil e Ignacio Escolar en la librería Marcial Pons.
Carlos Pascual, el primero que creyó en mi manuscrito, presentó a los ponentes.
Isabel Malpica y Ana Westley, en primer plano. Casi al final, adivino a mi compadre, Joaquín Estefanía, que escucha atentamente a la Cañil. Y Manuel Saco, detrás de la Malpica. ¡Menudo público!
Fátima, Ana, Manolo e Ignacio en la librería Marcial Pons.
Cerramos el debate en un bar cercano. ¡Qué gusto debatir con los jóvenes!
Hoy, por la mañana, camino de Ourense, Isabel Malpica y Manolo Saco nos han traído croissants de Estela a casa y se han llevado dos higueras de Almería. Broche de oro. ¡Cómo no les voy a querer!

Buenos amigos. Me dejaron hablar de mi libro («La prensa libre no fue un regalo») en la sede del editor que leyó y aprobó mi manuscrito. Sin conocer a nadie, el año pasado lo envié al correo de «atención al cliente» de Marcial Pons. Me tocó la lotería. Está a punto de agotarse la primera edición. Eso me dijeron anoche. A mí y a mi ego. Gracias, queridos lectores.

Portada de mi libro de memorias

Quien ha sido enseñado debe enseñar

He cumplido con este precepto universitario: «Quien ha sido enseñado debe enseñar». Invitado por el profesor Arturo Gómez Quijano (Periodismo, UCM), presenté mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo») a sus estudiantes. Fue un placer, y un golpe de nostalgia, volver a pisar las aulas donde se forman mis futuros colegas. Aquí está mi intervención. Les advertí que, aunque Dictadura no es lo mismo que Democracia, la libertad siempre está en peligro y nadie te la regala. Es como el oxígeno. Solo la notas cuando te falta. Y hay que conquistarla cada día.

En la Sala de Conferencias de la Facultad de CC. de la Información, con los profesores Isabel Martín Sánchez y Arturo Gómez Quijano.
Ilustré mi presentación con algunas fotos que me sirvieron de guion. Esta, por ejemplo, con la cara magullada durante mi secuestro y torturas recién muerto el dictador.
Y esta otra, más guapo, de cuando fundé el primer informativo matinal «Buenos Días» en TVE.
Durante mi entrevista preelectoral con Aznar en 1993. La que le hice en 1996 me costó el puesto. No le gustaron mis preguntas. Ganó y me despidieron inmediatamente como corresponsal de TVE en EE.UU. Gané el juicio por despido improcedente y cobré la indemnización. Mis hijos la llamaron la «beca Aznar».
20 minutos fue el único diario de España que no mintió el 14-M-2004 a los españoles. Aznar mintió a los demás diarios, pero no llamó a 20 minutos con su mentira de ETA en el 11-M. ¡Menos mal!

Lo mejor de mi conferencia fueron las preguntas de los estudiantes. Fui a enseñar y salí aprendiendo. Gracias.

El miedo nos hizo demócratas

La Región de Ourense tituló así mi entrevista: «El miedo nos hizo demócratas». El jueves pasado, lo expliqué allí como pude. En su Foro, presenté mi libro de memorias periodísticas («La prensa libre no fue un regalo») y, con cena de lujo incluida, lo pasé muy bien. En Ourense reciben bien. Gracias.

Fotos del acto en el diario La Región de Ourense del domingo

¡Qué placer volver a Galicia y dar un abrazo a mi amigo Manolo Saco, casi coautor de mi libro y autor de su preámbulo (a favor) tan maravilloso!

Manolo Saco (Mozart) y un servidor (Salieri) celebrando mi libro, que él corrigió varias veces, y el suyo («No hay Dios») que, ampliado, está a punto de ser reeditado.

Para quienes no tengan la suerte de andar por tierras orensanas, les recomiendo esta entrevista que me ha hecho Sergio Conde para La Región en la que anticipo algunas notas de mi intervención y otros gajes del oficio.

Entrevista publicada por La Region de Ourense
Foto obligada, por mi admiración a Feijóo, el bueno, acompañado por Oscar Outeriño, editor de La Región de Ourense.

El acto fue emitido en directo por Internet y aquí está distribuido por youtube.

«Las matemáticas y la física son extranjeras en España», escribió el padre Feijóo, un cura ilustrado orensano del XVIII. Mi admirado maestro Juan Marichal hizo su tesis doctoral sobre Feijóo. Se la dirigió nada menos que don Américo Castro.

Además, el diario La Región publicó en papel y su web una crónica del acto.

Envuelto por un aroma embriagador de jazmín, me impresionó esta celosía visigótica (siglo IX), tallada en piedra, en San Xes de Francelos, que algún día me gustará tallar en madera noble.

Los Saco/Malpica fueron guías maravillosos por tierras gallegas. Nos llevaron a Combarro, a Saxenxo (antes de que llegara el emérito), a La Toja y al barrio judío de Ribadavia, donde una lápida recuerda los crímenes de la inquisición.

… vecinos condenados por sus creencias hace 400 años.

Vacaciones magníficas aderezadas con pulpo a feira en Carballiño, marisco en D´Berto y galleguismo en la casa museo de don Ramón Otero Pedrayo.

Ana Westley, Manolo Saco, Isabel Malpica y un servidor en la galería de la casa museo de don Ramón Otero.
Plato de Sargadelos dedicado a Otro Pedrayo, un católico conservador que fue diputado en las Cortes Constituyentes de la II República y luego perseguido por la Dictadura franquista.

¡Hay que ver lo que se aprende, se come y se bebe viajando por Galicia! Valió la pena. ¡Volveremos!

Como el oxígeno, notas la libertad solo cuando te falta

Peridis y yo hicimos un canto a la libertad de prensa en la Casa de Vacas del Retiro. Invitados por la Sociedad Española de Antropología, hablamos de mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo») y de la Transición.  Aunque no se oye muy bien a mi amigo Peridis, pues se mueve mas que yo, os lo recomiendo. Y luego paseamos del brazo por el parque más bonito de Madrid. Una tarde espléndida, no solo por los aplausos (que tanto me engordan).

Con Peridis en la Casa de Vacas del Retiro.
Con Peridis y Mary y Ramos Perera que son el alma de la Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares,
José María Pérez, Peridis, durante su intervención.
Golpe de Estado. El País con la Constitución
…Y cuando yo tenía pelo en el «Buenos Días» de TVE. Esa foto no podía faltar.

«El miedo nos hizo demócratas». Mañana, en en Foro de La Región de Ourense

Mañana jueves pregonaré algunos secretos de mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo») en el Foro de la Región de Ourense. ¡Qué placer volver a Ourense y dar un abrazo a mi amigo Manolo Saco, casi coautor del libro y autor de su preámbulo (a favor) tan maravilloso. Para quienes no tengan la suerte de andar por tierras orensanas, les recomiendo esta entrevista que me ha hecho Sergio Conde para La Región en la que anticipo algunas notas de mi intervención y otros gajes del oficio.

Entrevista publicada por La Región de Ourense

FORO LA REGIÓN

José Antonio Martínez Soler: «El miedo permitió la construcción del 78; fue lo que nos hizo demócratas»

José Antonio Martínez Soler protagonizará el Foro del jueves.
José Antonio Martínez Soler protagonizará el Foro del jueves.

Sergio Conde10/ABR./2023

Entrevista a José Antonio Martínez Soler, periodista

José Antonio Martínez Soler es uno de los periodistas fundamentales de la Transición en España. Ahora recuerda en su último libro cuanto costó alcanzar la libertad de prensa y todo lo que sufrió para conseguirlo.

La prensa libre no fue un regalo. ¿Cuánto costó esa libertad, si es que tiene precio?

La libertad vale tanto que no le podemos poner precio. “Por ella”, decía don Quijote, “se puede y se debe aventurar la vida”. Es como el oxígeno. Lo valoras solo cuando te falta. A mí y a muchos de mi generación nos faltó. Sin buscarlo, la lucha por la prensa libre casi me cuesta la vida. Gajes del oficio.

A usted le salió  cara, hasta llegaron a secuestrarle. ¿Cómo recuerda aquel episodio?

No es algo que me guste recordar. El 2 de marzo de 1976 pensé que iba a morir. Al cabo de tantos años, y una vez que, por fin, he publicado en mis memorias los detalles del secuestro, las torturas y el fusilamiento simulado por un comando franquista de la Guardia Civil, me siento más aliviado. Lo mantuve en secreto, durante décadas, por puro miedo.

¿Cuál fue la reacción de sus colegas periodistas y del público en general después de su secuestro?

A los tres meses de la muerte de Franco, la televisión de la Dictadura, controlada por Carlos Arias, atribuyó mi secuestro a ETA. Mis colegas periodistas sospecharon que era obra de la extrema derecha y tuvieron una emocionante reacción de solidaridad. Desde el Palacio de la Prensa, salieron en manifestación por la Gran Vía de Madrid hasta que los grises los disolvieron a palos. El público apenas se enteró de lo que me había ocurrido hasta que casi todos los medios publicaron un editorial común contra mi secuestro.

¿Cómo afectó  este secuestro a su carrera posterior?

Nunca llegué a saber si lo que había sufrido me metió más miedo en el cuerpo o bien todo lo contrario. “¿Qué más me pueden hacer?”, pensé en alguna ocasión. No soy ningún valiente. Y lo que me ocurrió a mí puede ocurrirle a cualquiera, y cosas mucho peores, sin quererlo ni buscarlo. De hecho, muchos periodistas, que solo cumplen con su deber de informar, son torturados y asesinados en todo el mundo.

¿Cómo era trabajar durante el régimen franquista en España?

Nuestro objetivo era contar lo que pasaba a nuestro alrededor y la dictadura sencillamente no nos permitía hacer bien nuestro trabajo. El choque entre los periodistas demócratas con los censores del régimen franquista era constante e inevitable. Yo fui procesado muchas veces por mis noticias y mis revistas fueron confiscadas frecuentemente por la policía.

¿Cuál era la censura en el periodismo y cómo afectaba a los periodistas? ¿Cómo la sorteaban?

Para someternos a la censura previa “voluntaria”, y evitar daños mayores, yo enviaba 10 ejemplares firmados a la oficina de la censura del Ministerio de Información. Cuando el Gobierno nos daba el visto bueno, entonces podíamos distribuir los ejemplares a los quioscos. Si algo no le gustaba al censor, debíamos cortarlo. Si consideraban algo delictivo, lo enviaban a la Justicia controlada por el dictador. No había escapatoria, pero aprendimos a sortear a la censura escribiendo entre líneas, con ironía, incluso con humor. El público sabía interpretar nuestro lenguaje.

Habla también de miedo durante la Transición. ¿Era solo en el periodismo o en toda la sociedad?

La conquista paulatina y lenta de la libertad de prensa, en mayor o menor grado, no fue obra solo de los periodistas sino de todos los demócratas de España. Conquistábamos la libertad palabra a palabra. Hubo una gran complicidad entre periodistas y lectores.

¿Cómo describiría la evolución del periodismo español desde la dictadura de Franco hasta la actualidad?

El periodismo necesita la libertad para existir. Sin periodismo no hay democracia. Prensa y libre son dos palabras que tiene que estar necesariamente unidas, como en el título de mi libro. En la dictadura, nuestra profesión no se parecía en casi nada a la que practicamos ahora, con todos los defectos que queramos, en democracia. Es como pasar de la noche al día, de la oscuridad a la luz.

¿Y de la sociedad? ¿Cuánto hemos cambiado?

La sociedad española ha experimentado un cambio espectacular, a mejor. En todos los aspectos que consideremos. Hay más empatía, compasión y solidaridad, somos menos racistas, menos homófobos, más solidarios con discapacitados o enfermos mentales. No hay espacio aquí para celebrar las mejoras extraordinarias conseguidas por la sociedad española. Nuestra transición en paz de la dictadura a la democracia (creo que se hizo lo que se pudo) asombró al mundo entero y hemos sido un ejemplo a imitar. La debilidad mutua y el miedo de los franquistas (que temían la revancha de los vencidos en la guerra civil) y de los demócratas (que temíamos más represión y mano dura) permitió el gran acuerdo de la Constitución del 78, la mejor y más larga de la historia de España. El miedo nos hizo demócratas.

En otro momento importante tenía un puesto muy influyente en TVE como editor del Telediario cuando se celebró el referéndum de la OTAN. Cuenta en el libro que la campaña estuvo llena de “artimañas y chantajes sectarios”.

Pues sí. La campaña “OTAN, de entrada, NO” (y de salida tampoco) nos partió el corazón a muchos españoles, empezando por el propio Felipe González. El PSOE, entonces en el poder, hizo malabarismos al cambiar de posición. Después de ganar las elecciones del 82 con el “No a la OTAN”, nos pidió que votáramos “Sí a la OTAN”. Nuestra conciencia chirriaba, chocaba con la cultura corporativa de TVE, de las emisoras o de los diarios. Fue un cambio brutal.

¿Esa campaña de prestigio pública fue lo que le hizo votar que no a la OTAN?

Mi voto contra la OTAN obedeció a varias razones que cuento en mi libro y que son difíciles de resumir. Al poco tiempo me percaté de que me había equivocado al votar “No”. Yo estaba seguro de que ganaría el “Sí”. Por eso, me permití votar en contra. Fue un error por mi parte.

También fue pionero en matinales y debates televisivos. ¿Han perdido valor estos formatos de cara al público general?

Me encantó ser el fundador, director y presentador del “Buenos Días”, el primer informativo matinal de TVE. Por el gran equipo que pude reunir, fue uno de los trabajos más hermosos de mi vida. La televisión de hoy se parece muy poco a la de los años 80. Ahora la oferta televisiva es casi ilimitada. No hay comparación posible. Y la evolución es a mejor. Hay periodistas jóvenes espléndidos. Nosotros hacíamos periodismo de trinchera hasta que acabó la dictadura.

¿Cómo eran aquellos primeros debates y cómo son ahora? Siempre se habla de que había más respeto.

Yo creo en el progreso, aunque a veces hay marcha atrás pasajera. Por eso, no creo que cualquier tiempo pasado fuera mejor que el actual. No quiero caer en la nostalgia ni en la melancolía. No había más respeto que ahora. Y ahora hay más y mejores periodistas que antes. Sobre todo, mujeres.

¿Por qué y a quién le recomendaría leer su libro?

Lo escribí durante el confinamiento por el covid pensado en mis hijos y nietos, para que no se duerman jamás si ven peligrar la libertad. No es un libro de texto para forjar periodistas, pero casi. Lo recomiendo a mis colegas jóvenes. Y a los carrozas de mi edad se verán retratados.

El Rey cita a Azaña en el Ateneo. «¡Qué menos»!, me dice.

¡Feliz Bicentenario, Ateneo! Con el espíritu liberal de la Constitución de 1812 («La Pepa»), el Ateneo fue fundado en 1820. La pandemia nos impidió celebrarlo en 2020. Hoy, en cambio, ha tenido un arranque emocionante ya que en 1823, hace justo 200 años, Fernando VII, el rey felón, antepasado de Felipe VI, lo cerró, recuperó la Inquisición y persiguió a los liberales socios fundadores, muchos de los cuales huyeron al exilio para salvar su vida. El Rey actual no cito hoy al felón (un detalle) sino a Manuel Azaña, presidente del II República, y a su tatarabuela la reina Maria Cristina, quienes ocuparon la jefatura del Estado antes que él. Como republicano de corazón, me gustó el gesto. Y se lo agradecí personalmente. «¡Qué menos!», me respondió con amplia sonrisa.

El Rey («socio de cuota», dijo) compartió una copa con los ateneistas en La Cacharrería del Ateneo de Madrid.
Esperando al Rey en la venerable Cátedra Mayor del Ateneo

Me llamó la atención el cajón flamenco que había en medio del escenario. ¿Sería una invitación al Rey, tan aficionado a este instrumento?

El sabio Emilio Lledó, el ateneista vivo más antiguo (con 96 años) nos emocionó con su canto al Ateneo («mi segunda casa», dijo), a la lectura y a los libros de su biblioteca con los que él tanto ha dialogado desde que se hizo socio en 1949. El filósofo citó, cómo no, a su colega Aristóteles: «La amistad es lo más necesario de la vida». Lledó incluyó a los libros leídos entre sus amigos.

Los actores Miguel Rellán y Leire Marín (abuelo y nieta) iluminaron, con gracia y talento, el acto inaugural del Bicentenario.

Miguel Rellán, que nos ha enganchado con «Sentimos las molestias» junto a Antonio Resines, le echó un capote al Rey al cederle la palabra. Le ofreció el cajón flamenco del escenario como una oportunidad para lucirse. El actor arrancó aplausos del público y risas del monarca. El Rey le replicó:

«Me temo que voy a llevar eso para toda la vida».

No es para menos. Más risas y aplausos de los ateneistas. A eso se le llama empezar con buen pie. Equivale a la «captatio benevolencia» de los clásicos. A partir de ahí, Felipe VI pronunció un discurso cargado de valores cívicos («libertad, solidaridad e igualdad») que firmaría cualquier republicano que se precie.

Miquel Iceta, ministro de Cultura, estaba en su salsa.

A Miquel Iceta, ministro de Cultura, también le gustó el discurso real. Le pregunté si lo había escrito él. Lo negó.

Chupando cámara con los actores Miguel Rellán y Leire Marín (abuelo y nieta).

Recordé al joven Rellán cuando llegó a Madrid y empezó a colaborar con el semanario Doblón que yo dirigía entonces. ¡Qué tiempos!

Con Antonio Garrigues Walker

Cada vez que me cruzo con Antonio Garrigues Walker no puedo evitar recordar mi infancia en mi casa de La Rumina (Mojacar). Su familia veraneaba en un palacete impresionante (Marina de la Torre) al otro lado de río Aguas, muy cerca de mi casa. A escondidas, me bañaba desnudo en la balsa de los Garrigues hasta que el guarda me quitó la ropa y se la llevó a mi abuela, mientras yo escapaba en pelota picada por el río. A las niñas de la familia Garrigues (guapísimas) las llamábamos «las madrileñas». Otro ataque de nostalgia.

Bueno. Me voy a la Casa de Vacas del Retiro donde hoy predico a las 19.00h. en favor de la libertad con mi libro «La prensa libre no fue un regalo». Felipe VI se me adelantó hoy celebrando la libertad, con mucho fundamento, en el Ateneo de Madrid (donde presenté mi libro). A su antepasado, el rey felón, le habría disgustado mucho el discurso de nuestro rey constitucional. A mi gustó.

Mis colegas (aún en activo) cuchicheaban en un corrillo aparte sobre la visita del rey emérito, Juan Carlos I, a las regatas gallegas. ¡Qué diferencia! Lo siento, señor, me quedo con Felipe VI.

Feliz domingo de Ramos… Perera

Ayer fue un día feliz, cargado de emociones. Celebramos el domingo de Ramos (de nuestro amigo Ramos Perera, secretario vitalicio de los Niños Cantores). Hubo de todo: comida exquisita, ataques de nostalgia, canciones y toneladas de alegría por el reencuentro con personas tan queridas desde hace casi medio siglo.

Con Peridis, Ramos Perera, Ismael Fdz. de la Cuesta. El núcleo duro de los cantores.

El maestro Peridis entona bien. A los postres, se arrancó con un piadoso cántico religioso de su infancia palentina. Para no ser menos, yo concluí el concierto improvisado con «La Salvaora», de Manolo Caracol, que yo aprendí de mi madre.

Ramos, Peridis, Luis Berenguer, Ana Westley y Remedios. Ismael (académico de San Fernando y cantor auténtico de Silos) está detrás.

Entre tanta alegría, nos emocionó el recuerdo de los fundadores fallecidos prematuramente: Pancho Novela, Uría, Broseta, Piera, Torbado, etc.). No pudimos callar a Peridis cuando se arrancó con Jorge Manrique hasta parar en «cuán presto se va el placer/cómo, después de acordado, da dolor/ cómo, a nuestro parecer/ cualquiera tiempo pasado fue mejor».  Rebatimos a Manrique ya que, jubilados y abuelos profesionales, no estamos peor que ayer.

Con Pancho Novela, cuando yo tenía más pelo, en el autobús de los Niños Cantores que nos llevaba a cantar en Alicante.
En la mesa del Museo Ramos no podía faltar la procesión del Domingo de Ramos.

Felicidades amigo Ramos. Un gran día el de tu Santo.