11-M-2004. Terrorismo islámico y puñalada de Aznar a la Democracia

El 11-M de 2004, tras la matanza en Atocha por terroristas islámicos, Aznar dio una puñalada a la Democracia. Mintió (no fue ETA sino el yihadismo inspirado por Al Qaeda) y quitó la legitimidad a la victoria electoral de Zapatero. «Presidente por accidente», dijeron. Antes que Trump, Aznar quebró la alternancia legítima en el Poder, base de la Democracia. Y para mantener la mentira y no enmendarla, el sector más duro del PP, su prensa adicta (Pedro J. Ramirez, Jiménez Losantos, la pecaminosa COPE, etc) y algunos jueces inmorales (como el juez Hidalgo del «Caso Bono») alimentaron una conspiración maliciosa que atribuía a Rodolfo Ruiz, comisario de Vallecas, una presunta manipulación de las pruebas que llevaron a la identificación de los yihadistas islámicos autores de la mayor matanza terrorista de la historia reciente de España.

Artículo publicado en La Voz de Almería.

La mochila de Vallecas, con la bomba que no explotó, dio la puntilla a las mentiras burdas de José María Aznar y sus acólitos políticos y periodísticos. Si el público llegaba a creer la mentira aznarista de que fue ETA, el PP ganaría las elecciones del 14-M. Si se descubría que había sido obra de terroristas islámicos ligados a Al Qaeda, como venganza por la invasión ilegal de Irak por Bush, Blair y Aznar, el PP perdería las elecciones.

Rodolfo Ruiz 2

Cada 11-M, el recuerdo de la injusticia que sufrió el comisario encargado de la «mochila de Vallecas» me subleva. Y la entereza y nobleza del comisario Rodolfo Ruiz para vencer a «los malos», ser absuelto de todo en el Supremo y rehacer su vida con honor y dignidad, me conmueve. Gracias, Rodolfo Ruiz, por no rendirte jamás.

Primera página de 20 minutos, el único diario de España que no publicó, el 14-M, la mentira de Aznar.

Texto en word del artículo de La Voz de Almería:

Un policía, solo, frente a los dioses

José A. Martínez Soler y

Erik Martínez Westley

Un policía ejemplar, galardonado, aplaudido y luego abandonado y machacado injustamente por los dioses, me recuerda a la ascensión, caída y redención de personajes propios de Shakespeare. Esa injusticia, como una espina en el corazón, la llevo clavada desde la tragedia del 11-M en Atocha, el mayor atentado terrorista de la historia de España. Mi hijo Erik, con quien comparto esas líneas, ha criticado este silencio sonoro que brota de mis memorias de la Transición (“Y seguimos vivos”). He cortado el capítulo dedicado al comisario Rodolfo Ruiz, el encargado de la línea de custodia de la mochila de Vallecas que incriminaba a Al Qaeda y no a ETA en el 11-M.

Erik me interpeló: ¿Dónde están los daños irreparables sufridos por el comisario Rodolfo Ruiz, el guardián de la mochila de Vallecas, perseguido con saña por los grupos mediáticos afines al Partido Popular, para justificar el bulo de que fue un atentado ETA y no de Al Qaeda? El daño que le causó el vacío que le hicieron también los políticos de izquierdas y los grupos mediáticos afines, que no querían generar ruido, es igual de imperdonable. Acusaciones infames. Silencio cobarde.Los dos grandes partidos y sus grupos mediáticos afines colisionaron en un incidente, la mochila de Vallecas, y en un hombre mortal de carne y hueso, el comisario que la custodiaba. A este hombre le tocó estar en el sitio y en el momento en que el partido que gobernaba hizo palanca para mover sus intereses colosales (las elecciones y el Poder). Pensamos que, si le pasó a Rodolfo, nos podría haber pasado a cualquiera de nosotros. Nos echamos a temblar. Un hombre cabal y su familia, sin haberlo buscado, están de golpe en el ojo que te mira desde el Poder. La presión miserable de unos y el abandono cobarde de otros, cercándole por todos lados, solo ante los dos partidos y sus medios, le pasaron una factura durísima. Rodolfo ha rehecho su vida, no sin heridas. Han pasado varios años y esta injusticia colosal aún me conmueve. Hay circunstancias, decía Unamuno, en las que callarse es mentir.

Me sentí mal por haber recortado en mis memorias los párrafos del bulo sobre la custodia de “la mochila de Vallecas”, esa herida tan mal cerrada de la historia reciente de nuestra democracia. Ayer mismo me disculpé con el comisario Ruiz quien, afortunadamente, está rehaciendo su vida y prefiere olvidar tantos sufrimientos pasados. Recuerdo muy bien el día que Rodolfo Ruiz me visitó en mi despacho del diario 20 minutos. Venía de parte de mi hijo Erik y de su hijo Pablo. Ambos se conocían por amigos comunes y eso cimentó nuestra confianza mutua. El comisario estaba muy afectado, casi abatido, por la campaña insidiosa, terrorífico bullying, que machaconamente difundía el Gobierno de Aznar y su prensa afín contra él. Le habían convertido en el muñeco a tumbar. Nadie le recibía. Su versión de los hechos no importaba. No sabía a quién acudir. Al final, como padre de un conocido de su hijo, mostré interés en su caso. Me impresionó. Las confidencias entre un policía y un periodista suelen estar sometidas al off the record. Sin su permiso no podré contar algunas de ellas que me llenaron de rabia contra tamaña injusticia. ¡Ay, si pudiera!

Me encontré con un hombre entero pese a estar solo, indefenso, frente a los poderes del Estado y a sus medios próximos. Desprestigiando su labor policial en la custodia de la mochila de Vallecas, cuyo contenido incriminaba a Al Qaeda, los partidarios del bulo de ETA en los trenes Atocha, creían ganar posiciones. El comisario Ruiz era la pieza a abatir. Como un junco imposible de quebrar, aguantó, solo, contra viento y marea. Después de ganar todos los pleitos, la acción profesional y heroica de Rodolfo Ruiz solo fue celebrada y premiada, hace unos años, por la “Asociación 11-M de Afectados por el Terrorismo”. Aunque insuficiente, algo es algo. Allí nos dimos un abrazo.

Cuando conocí a Rodolfo, Aznar había sido sustituido por Zapatero y Acebes por Rubalcaba. Sin embargo, el vía crucis del comisario de Vallecas continuó durante demasiados años. El diario El Mundo seguía sacando portada tras portada con falsedades sobre la mochila de Vallecas. Abundaron las teorías conspiratorias.  Jiménez Losantos y sus calumnias infames… Millones de personas consumían estas teorías del odio, aceptando disparates antes de admitir que el presidente Aznar había mentido miserablemente por aferrarse al Poder.

Antes del 11-M, cuando Rodolfo era jefe de la Brigada de Información de la Policía, en la cumbre de su carrera, desarticuló con su equipo peligrosas bandas criminales. Él y todos sus colaboradores fueron galardonados con medallas al mérito por aquella acción policial. Cuando la propuesta de concesión de esas medallas llegó a la mesa del ministro del Interior, mi admirado Rubalcaba, el nombre de Rodolfo, el jefe del equipo, fue eliminado del grupo de condecorados. No fue borrado de la lista por arte de magia.

Ese clavo agravó la depresión de la esposa del comisario que, al poco tiempo, la llevó al suicidio. (Quizás, quién sabe, agotada por esta pesadilla, esta injusta persecución que no parecía acabar nunca…) Intercedí ante el ministro Rubalcaba para que le devolvieran la medalla que, nunca supimos por qué, le habían quitado. Las respuestas evasivas escritas por mi querido Alfredo, poco valeroso por no decir cobarde, me llenaron de tristeza y decepción.  ¡Ay, la política y el miedo a la prensa canalla!

El presidente Aznar precedió al presidente Trump en la invención de bulos de gran calibre para conservar el Poder y deslegitimar a su sucesor. Ambos demostraron no ser demócratas. A veces, conviene hacer memoria. No olvidar. Lo que le pasó al comisario Ruiz podría pasarnos a cualquiera de nosotros. Todos corremos el peligro de ser víctimas de la injusticia.

Pasados los años, Rodolfo ha ganado todos los juicios por calumnias, ha sido restituido en su puesto, cobra su pensión y, pese al daño sufrido, ha rehecho su vida con éxito. Aprendimos de él -y de Don Quijote, cómo no- que no hay que ceder si la razón y la justicia están de tu parte. Claro que, con todos los dioses en contra, la integridad tiene un precio. Es un héroe anónimo que sobrevivió a una tormenta que ni te cuento. Por eso, merece el reconocimiento de los demócratas.

En esta hora de revisión de memorias, Erik y yo ofrecemos estos párrafos a nuestro amigo Rodolfo, el comisario que salvó la línea de custodia de la mochila de Vallecas y, de paso, el honor de muchos demócratas. De aquel primer encuentro en el diario 20 minutos, propiciado por nuestros hijos, surgió una gran amistad entre un policía integro, que aguantó en solitario la embestida de los dioses, y un periodista miedoso. Gracias, Rodolfo. Los demócratas estamos en deuda contigo.

La patria es el interés general, señor del Pino

La patria, señores de Ferrovial, es el interés general de España. Lo ha dejado bien claro la vicepresidenta Nadia Calviño en Onda Cero, entre unos colegas míos tan sesgados que se les veía el plumero.

Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno.
Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno.

No me sorprenden la valentía, firmeza y coherencia de nuestra vicepresidenta, sin perder la sonrisa. Claro que tampoco yo soy objetivo. Su padre, uno de mis jefes favoritos, confió en mí para que, en 1986, fundara el Buenos Días en TVE. Estoy en deuda eterna con él. Le debía también una copia de mi libro «La prensa libre no fue un regalo».

Gran tertulia y buen menú ayer, 2 de marzo, en El Marqués con José María Calvino, mi jefe en TVE. Celebramos juntos el 47 aniversario de mi secuestro por los guardias civiles del general Campano.

Nadia Calviño ha heredado el afecto que tengo a su padre. Pero no sólo por eso me gustó su entrevista. Fue valiente y clara. Mis colegas no pudieron con ella. Y eso que Carlos Alsina es bueno entrevistando en Onda cero. Gran entrevista. No te la pierdas.

Un Gobierno patriótico.

Enhorabuena, señora vicepresidenta. ¡Qué suerte ha tenido Pedro Sánchez, el gran superviviente, con tenerte a su lado!

Lo que ha hecho Rafael del Pino Calvo Sotelo (crecido entre la beautiful people de la Dictadura y la Transición), al llevar la sede social de Ferrovial a los Países Bajos, puede ser incluso legal, pero es un gesto muy feo, que puede tener un coste de imagen para España. La buena reputación exterior de España nos interesa y conviene a todos los españoles. Con ese gesto tan desleal, Del Pino va contra la imagen de país y, por tanto, contra los intereses generales de España, nuestra verdadera patria. También va contra los empresarios que no huyen de aquí. Tendrá que explicar muy bien por qué lo hace. Ya sabemos que la avaricia es el lubricante del capitalismo, pero dentro de un orden. En exceso, va en contra de la solidaridad y el interés general. No todo vale.

Ione Belarra debe leer a Ángel Viñas

Ione Belarra, líder de Podemos, debe ser muy joven o ha leído poca historia. De sus palabras pidiendo cortar la ayuda militar de España a Ucrania, lo que favorecería al dictador ruso e invasor Vladimir Putin, deduzco una inercia arcaica anti Washington y pro Moscú, como si el comunismo no hubiera fracasado hace años tras la extinción, por derrumbe, de la Unión Soviética.

Putin no es comunista, señora Belarra, sino fascista o, en todo caso, mafioso pre capitalista. Joe Biden, en cambio, es demócrata y ayuda a Ucrania, país invadido, igual que hace España y las demás democracias occidentales.

Ione Belarra (derecha) junto a Irene Montero, dos ministras de Podemos.

Belarra pide que «reconozcamos que haber contribuido a la escalada bélica es un error».  No sé qué parte de la historia no ha entendido esta joven ministra del Gobierno español. Por eso, le recomiendo que lea al historiador Ángel Viñas. Cambiará de opinión. Bastará con que recuerde que si Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos hubieran ayudado al gobierno legítimo de la República española (en 1936-1939), como ahora hacemos los demócratas con Ucrania, nos habríamos librado de una cruel y ominosa dictadura de casi 40 años y ahorrado cientos de miles de muertos.

Afortunadamente, Pedro Sánchez, jefe del Gobierno y, por tanto, de Ione Belarra, le ha replicado con claridad y contundencia:

“Nadie quería una guerra salvo una persona. No podemos ser equidistantes. Hay un agresor y un agredido, y estamos con el agredido. Si nosotros nunca hemos querido la guerra, como no vamos a apostar por la paz. Queremos la paz. Pero se tiene que definir en torno a las propuestas de quien está siendo agredido. No olvidemos que el origen de esta guerra es puro imperialismo”.

Estoy leyendo el último libro del profesor Ángel Viñas. El paralelismo del origen de nuestra guerra incivil (Franco, Mussolini y Hitler contra la Democracia española) con la actual invasión rusa de Ucrania es muy esclarecedor. La diferencia entre aquella guerra y esta invasión (ambas plagadas de crímenes contra la Humanidad) estriba en que nadie ayudó entonces a la Democracia española y ahora los demócratas estamos ayudando a la Democracia ucraniana, por muy defectuosa y mejorable que sea.

El historiador Ángel Viñas comenta su último libro en el Ateneo de Madrid

En otro momento, cuando avance en la lectura del libro de Viñas («Oro, guerra y diplomacia. La República española en tiempos de Stalin») podré comentarlo. La reciente presentación del libro en el Ateneo de Madrid por parte de Enrique Barón, ex ministro socialista y ex presidente del Parlamento Europeo, y de Carmen Negrín, nieta del presidente de la II República, fue interesantísima.

Enrique Barón (izquierda) y Carmen Negrín presentaron el libro de Viñas.

Con documentos irrefutables, este libro desmonta una gran cantidad de «trolas» y falsedades infames sobre sobre el argumentario franquista en torno a la guerra civil. Nunca hubo riesgo de revolución comunista en la España de 1936. Eso, como demuestra Viñas con pruebas documentadas, es totalmente falso. Lo que sí hubo, mucho antes del golpe de Estado del 18 de julio, fue conspiración contra la Democracia, por parte de monárquicos, falangistas, carlistas y una parte del Ejército, para restaurar la monarquía. Antonio Goicoechea, número 2 de Calvo Sotelo en Renovación Española, se había entrevistado tres veces con el dictador italiano, Benito Mussolini, antes del 18 del julio del 36. El 1 de julio, 17 días antes del golpe de Estado de Franco, ya había firmado con el Duce cuatro contratos para la compra de aviones de guerra italianos. Esos aviones no eran para un golpe de Estado sino para una eventual guerra civil entre los españoles en el caso de que el golpe fracasara.

Al escuchar hoy en las noticias el discurso de Ione Belarra contra la ayuda española a Ucrania, no he podido resistir hacer un alto en la lectura del libro de Viñas para recomendárselo a la líder de Podemos. ¡Ay, si las democracias hubieran ayudado a la II República en el 36, como ahora hacemos con Ucrania! Otro gallo nos cantaría. Nos habríamos ahorrado caer en manos de Stalin (cuando la guerra civil estaba casi perdida) y no habríamos sufrido la noche larga y oscura de la criminal Dictadura de Franco.

Un poco de Historia, por favor, señora Belarra. Putin ya no es comunista sino mafioso fascista. No le ayude.

Cubierta del libro de Viñas
El coro de niños ucranianos nos cantó «Paz en Ucrania». Sus voces dulces y sus sonrisas te rompían el corazón.

Mientras escuchaba el reproche de Ione Belarra al Gobierno del que forma parte, por ayudar a Ucrania, no pude evitar pensar en las voces dulces el coro Peredzvin, de niños ucranianos de 5 a 15 años refugiados en Madrid, que ayer pusieron el broche de oro al acto de entrega de los premios de la Asociación de la Prensa. Con sus sonrisas, te rompían el corazón. Entre otras canciones nos cantaron «Paz en Ucrania». Muchos de ellos no sabrán lo que ha sido o estará siendo de sus familiares y amigos que siguen soportando las bombas invasoras del autócrata ruso, Vladimir Putin.

Tras recibir el Premio de Honor 2022 de la APM, pude charlar con el embajador de Ucrania en España. Estaba muy emocionado por los premios que recibieron Laura de Chiclana y Lujs de Vega por su cobertura periodística de la invasión rusa de Ucrania.Detrás de nosotros está Miguel Ángel Noceda, vicepresidente de la APM.

El embajador de Ucrania en España, Serhii Pohoreltsev, celebró que dos premios de la APM distinguieran a dos colegas nuestros por su cobertura de la invasión rusa en su patria. Un final emocionante del acto de la APM. El recuerdo de las voces de los niños cantores ucranianos de ayer se me cruzó inevitablemente con la frase brutal de la ministra Ione Belarra que hoy pidió que se retirara la ayuda española a Ucrania porque era «un error».  El error, a mi  juicio, es que ella siga siendo ministra del gobierno de mi país.

Emocionado y agradecido recibo el Premio que me dan mis colegas

Mis narcisos aún no han florecido este año, pero yo sí. Hoy recibí uno de los dos premios más importantes de mi vida: el Premio de Honor 2022 de la APM «por toda la trayectoria profesional».

Doble página del folleto de los Premios de la APM con el retrato que me hizo el gran Bernardo Pérez, compañero y amigo de muchos años en El País. (Se nota que me quiere).

Emocionado y agradecido, he recibido el reconocimiento que mis propios colegas, miembros del Jurado, han hecho de mis 54 años de periodista. El acto, iniciado con el discurso de Juan Caño, presidente de la APM,  ha sido fantástico.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, me entregó el Premio de Honor y dio un discurso espléndido, sin un papel, en favor de la libertad de expresión.

El otro premio, como «mejor profesor», me lo concedió hace décadas el tribunal más duro que pueda imaginarse: el de mis alumnos de Economía Aplicada. Colegas, que son maestros consagrados, y alumnos universitarios que votaron a mi favor, sin haber presentado yo mi candidatura, me han hecho muy feliz.

Portada del libro (editado por Marcial Pons) que tanto ayudó a convencer al Jurado de la APM para que votaran a mi favor.

Esto es parte de lo que mis hijos, que conocen mis debilidades, llaman «vanity tour», que comenzó con la publicación reciente de mis memorias periodísticas («La prensa libre no fue un regalo»), la presentación del libro en el Ateneo de Madrid, en el Teatro Apolo de Almería y seguirá, pronto, en el Foro de La Región en Ourense y Vigo…

Con Karmentxu Marín (de Doblón y El País) y Miguel Ángel Noceda (de La Gaceta de los Negocios y El País), miembros del Jurado de la APM.

Este libro, leído por dos amigos muy queridos, miembros del Jurado de la APM, ha sido clave, a mi juicio, para la obtención del Premio de Honor «por toda una vida de periodista» frente a otros candidatos, mejores que yo, que aún no han publicado sus memorias. Les animo a que lo hagan en cuanto se jubilen. Yo aproveché el confinamiento por el Covid para contar mi vida. Me alegro de haberlo hecho.

Con los demás premiados: Nieves Herrero, Laura de Chiclana, Luis de Vega y Félix Madero.

La Asociación de la Prensa de Madrid ha premiado también a otros notables colegas, más jóvenes que yo, que siguen triunfando en activo: Nieves Herrero, Laura de Chiclana, Luis de Vega y Félix Madero.

Dos de los premiados (Laura y Luis) han ganado el reconocimiento del Jurado por su cobertura, arriesgada y valiente, de la invasión ilegal rusa de Ucrania. El embajador de Kiev en España agradeció el trabajo de la prensa para contar la verdad de esta guerra tan bárbara. Y el acto concluyó con la actuación, emocionante, del coro infantil ucraniano en Madrid.

Coro de niños de Ucrania.

La dulzura de sus voces (niños desde 5 años años hasta adolescentes) contrastaba con la dureza de las imágenes que nos llegan de su patria herida por los crímenes de un dictador como Putin. Compatriotas de estos niños cantores mueren a diario violentamente en su patria. Imposible no cruzar canciones y sonrisas tan dulces con imágenes tan terribles y profundamente tristes de la guerra. ¡Es bárbara la guerra!

Texto de mi página en el folleto de la APM repartido en el acto de hoy en el Centro Cultural Conde Duque

Mi hija, Andrea Martínez Westley, acudió a darme su abrazo. Gracias, princesa. Erik y David estaban fuera de Madrid.

Con Andrea Martínez Westley. ¡Qué más puedo pedir!

Ismael a Rodolfo: «Papá, cuéntame otra vez»

Hace tiempo que escuché al famoso Ismael Serrano cantar a su padre esta canción («Papá, cuéntame otra vez») escrita por su hermano Daniel. ¡Qué familia de poetas has creado, querido Rodolfo! He pasado muchos años en la tele y siempre dije que no es lo mismo un directo que un diferido, un teatro que una pantalla. En vivo y en directo, en «Los lunes del Comercial», Ismael se la volvió a cantar a su padre, un poco pachucho, aunque alegre, recién salido del hospital. Yo estuve allí. Me puso la piel de gallina. Gracias, Rodolfo, Daniel e Ismael por vuestros versos.

Rodolfo Serrano con su hijo Ismael en El Comercial

Naturalmente, compré un libro de Rodolfo y otro de Ismael, que me dedicaron con generosidad. Los estoy releyendo… y subrayando.

El Cancionero de Ismael Serrano (1997-2022)y «El frío de los días» de Rodolfo Serrano.
Libros dedicados por amigos famosos. Para presumir.

Fui a darle un abrazo a Rodolfo y me abrazaron sus versos, que recitaba acompañado por las notas de la guitarra de su hijo. Hace medio siglo (es de mi quinta), conocí a este periodista/poeta, experto en economía, laboral y amor. Compartimos mesa, y no pocos sueños, en El País de los años ochenta. Ya mostraba entonces su genio poético. A su mujer y a sus hijos adolescentes les conocí en mi casa, en aquellas paellas que nacieron con la Transición y siguieron hasta mi jubilación. ¡Cuánto han crecido Daniel e Ismael! No les hubiera reconocido.

Rodolfo es un sabio comunicador. Arrancó las primeras sonrisas del público (la «captatio benevolencia») cuando nos dijo:

«Como veis, he traído conmigo a Ismael para que le conozcáis». (Risas)

La cartera, cómo no, de un poeta

Abrió su cartera de cuero de toda la vida, rebosante de poemas de amor, y, entre trago y trago, nos los fue recitando. Los alternaba con las canciones de Ismael. El público, que llenaba totalmente la sala, aplaudía cada poema y cada canción. Fue emocionante. Dedicó poemas a nuestro común amigo Mariano Guindal.

Con Mariano Guindal, otro clásico de economía y laboral como Rodolfo, compartiendo roscón de Reyes. Ambos son coautores de la biografía de Nicolás Redondo.

No podían faltar alusiones a la quimio, ¡maldito cáncer!, y a Joaquín Estefanía («Aquella noche del 82») o a Juan Marsé («Últimas tardes con Teresa») o a Antonio Machado. Su poema sobre la España vacía tuvo todo el aroma machadiano. Como don Antonio, también Rodolfo es un hombre «en el buen sentido de la palabra bueno». Y se emociona. Sobre todo, cuando Ismael Serrano cantó una canción sobre un nieto y un abuelo. Casi se le quebró la voz al poeta. Rodolfo nos lo explicó: «El nieto del que habla mi hijo Ismael es él, y el abuelo es mi padre».

El cantautor Ismael Serrano canta sus poemas junto a su padre.

Alguien, entre el público, le pidió a Rodolfo algún poema «canalla». Le complació. También rindió homenaje a su barrio de Vallecas (cuyo libro/comic os recomiendo).

Unai Sordo, líder de Comisiones Obreras, no se perdió el recital de Rodolfo.

Y dedicó un poema a los viejos comunistas que lucharon por la Democracia durante la Dictadura. El líder de Comisiones Obreras, Unai Sordo, se sumó a los aplausos.

Su poesía política fue muy aplaudida por un público entregado, quizás más entregado al hijo que al padre (se le notaba el orgullo de padre), pero, para mí, lo más profundo y humano de Rodolfo está en sus poemas de amor y desamor: «Tus besos y tu piel, mi única patria».  Ahí veo yo al gran poeta.

Con Rodolfo Serrano, mi amigo poeta.

Gracias, querido Rodolfo, por sus versos. Y no te rindas jamás. Salud. Sobre todo, mucha salud, amigo.

«Papá, cuéntame otra vez».
Letra de Daniel Serrano.
Música de Ismael Serrano.

Crisis y defensa del Estado del Bienestar

Joaquin Estefanía, uno de los mejores divulgadores económicos que conozco, nos ofrece hoy un análisis espléndido de la crisis del Estado del Bienestar en los países que lo disfrutaron desde el fin de la II guerra mundial.

Estefanía firma en la portada de El País de hoy. Un espléndido análisis, pero…

Soy fan de Estefanía, pero hoy peca de cierto pesimismo. Habla, sobre todo, (con gran erudición) de la crisis profunda que sufre el modelo socialdemócrata, que salvó al capitalismo desde el crack del 29 hasta la caída del muro de Berlín en 1989 y venció al fascismo y al comunismo. No le falta razón. El declive es cierto, y las razones que lo explican son claras en su análisis, pero las reacciones potentes en su defensa, también. Y eso le falta.

Análisis de Joaquín Estefanía, en la portada de Ideas, en El País de hoy.

Cientos de miles de ciudadanos se manifiestan hoy mismo en Madrid y ayer lo hicieron en París reclamando sanidad publica y jubilaciones dignas. El laborismo británico está en auge, enterrando a los conservadores matarifes del Estado del Bienestar. Donald Trump perdió las elecciones y Bolsonaro, también. Tanto Trump en EE.UU. como Bolsonaro en Brasil fracasaron en sus respectivos asaltos violentos a los pilares sus respectivas democracias, después de haber dejado el Estado del Bienestar hecho un guiñapo. Y el presidente Joe Biden prometió solemnemente hace unos días subir los impuestos a los más ricos para luchar contra la desigualdad rampante en EEUU donde «los multimillonarios pagan menos impuestos que un bombero o una enfermera». Por tanto, hay motivos para cierto optimismo, querido Joaquín. «Los males de la Democracia se curan con más Democracia» (no recuerdo al autor de esta frase). Amén.

Joaquín Estefanía (con barba), presentando mi libro («La prensa libre no fue un regalo») en el Ateneo, junto a Manuel Saco, autor del preámbulo.

Joaquín y yo hemos compartido años de trabajo, codo con codo, en El País y de lucha anti franquista, y hemos defendido con convicción el Estado del Bienestar desde los años de la ominosa Dictadura de Franco. Nunca faltaron en esos debates nuestros amigos Emilio Ontiveros e Iñaki Santillana, entre otros ilustres miembros del «circulo de Rascafría». A pesar de los pesares, lo que ha ocurrido en España desde entonces hasta hoy (pasamos de 1.500 a 30.000 dólares per capita) ha sido casi un milagro. La realidad, en ocasiones, parece increíble. Sin embargo, por muy pesimista que nos parezca su análisis, vale la pena leerlo y subrayarlo. Lo recomiendo vivamente. Es una llamada de atención, casi de alarma, a los ciudadanos y a los líderes políticos para que espabilemos y no nos dejemos robar lo que queda en pie del Estado del Bienestar que tanto trabajo y sacrifico compartido nos costó construir. Y felicito a Pepa Bueno, directora de El País, por llevar este asunto a la portada. Ya era hora. Gracias.

Portada de mi libro (aun hay disponibles algunos ejemplares😀) en el que dedico un capítulo, cargado de ingenuidad y buena fe, a la construcción del Estado del Bienestar en tiempos de Adolfo Suárez y Abril Martorell.

El primer trabajo que Iñaki Santillana y yo hicimos en 1979 sobre el Estado de Bienestar (inexistente) en España («Informe sobre necesidades sociales básicas») me costó una cariñosa bronca de Fernando Abril Martorell, vicepresidente económico del Gobierno Suárez.Copio y pego las páginas de mi libro de memorias sobre ese asunto:

Página 356
Página 357
Página 358
Página 359

Como colofón, no puedo evitar copiar y pegar (sin apenas rencor) un sabroso párrafo textual que Estefanía  nos regala del ex presidente José María Aznar, calificado de «hombrecillo insufrible» por su correligionario el canciller alemán Helmut Kohl. Es una pequeña joya del amigo español del ex presidente George W. Bush, con quien nos llevó a la invasión ilegal de Irak…, al trágico 11-M-2004 y a las mentiras de ETA y no Al Qaeda en el 11-M que le costaron al PP perder, con razón, las elecciones generales.

«Nuestro país quiso entrar en Europa, pronto hará cuatro décadas que lo logró, no solo en busca de las libertades perdidas en el franquismo, sino también para disponer del mismo sistema de protección social que los países más avanzados de nuestro entorno. Así fue en casi todos ellos, excepto en los que se oponían de hecho al Estado de bienestar por motivos ideológicos aunque lo defendiesen de palabra.

«En el año 1991, apenas un lustro después de la entrada de España en la Unión Europea, el líder de la derecha José María Aznar escribía: “Sólo aspiran a un resurgimiento del Estado de bienestar quienes siguen deseando ese modelo dirigista. ¿Merece entonces la pena hablar de Estado de bienestar? Es necesario hacerlo porque hay algo incuestionable: el Estado de bienestar es incompatible con la sociedad actual. Tenemos que tenerlo muy claro: el Estado de bienestar se ha hundido solo por su propia insuficiencia y anacronismo. Al llegar a este punto, es difícil evitar una sugerencia electoralista: ¿qué encubre el debate apropiado y mantenido por los socialistas sobre el Estado de bienestar? Un complejo de inferioridad” (Libertad y solidaridad, Planeta).

Reconozco que sobre «complejo de inferioridad», Aznar puede hablar con autoridad, por su propia experiencia. De eso, sabe.

Perdonar, siempre. Olvidar, nunca.

Odnoder, con Botero y Plensa, en la milla de oro de Madrid

Grandes escultores, como Botero o Plensa, van a exponer sus obras al aire libre en la milla de oro de Madrid (calle Ortega y Gasset).

Obra de Fernando Botero.
Obra de Jaume Plensa.

Pablo Redondo, Odnoder, mi colega de tallasmadera.com, con quien aprendí a tallar mi primer cuenco, al jubilarme en 20 minutos, es uno de esos grandes artistas elegidos.

«La danza del viento» de Odnoder, junto a otras obras de grandes escultores, en plena calle.

Permitidme que presuma de mi colega de talla, arquitecto reconvertido ya en maestro de la gubia. Hay motivo. Hace tiempo que salió del taller de nuestra maestra Sandra Krysiak y vuela solo… y muy alto. ¡Enhorabuena, querido Pablo!

Pablo Redondo, Pedro Sanz Labajos, Sandra Krysiak y un servidor, en la Escuela de Arte La Palma donde mi maestra da clases.
Presumiendo de mi pequeña obra «La idea», en el taller de Odnoder (a la izquierda). Debajo, nuestra maestra, Sandra Krysiak, con una de sus obras.

En la web de tallasmadera.com, nuestra maestra también presume de sus alumnos que triunfan como Pablo Redondo y otros.

Alumnos que triunfan…Pablo es uno de ellos. Una de sus obras en su Exposición en O lumen.

También yo puedo presumir (en minúscula), aunque vuele bajo, de algunas de mis modestas obras incluidas en la selección de tallasmadera.com.

«Paternidad» que tallé en palo rojo para mi hijo David cuando nació su hija Ana Isabel. Se la llevé a Santa Fe (NM). Mi nieta ya es más alta que la escultura.

Eduardo, pionero en medir nuestra atención

Eduardo Madinaveita, un matemático sabio entre los sabios para medir las audiencias de prensa, radio y televisión, se jubiló justo antes de la pandemia. El Covid retrasó nuestro homenaje sorpresa hasta el martes pasado. ¡Espléndida reunión de un centenar de amigos suyos!

La crema del sector publicitario celebró, con toneladas de cariño, la jubilación de Eduardo Madinaveitia.

¡Cuánta solidaridad y energía positiva se respiraba en el ambiente! Emocionante y caluroso homenaje al hombre que supo medir nuestra atención antes y mejor que nadie.

Eduardo con Jaime Agulló, que organizó la fiesta junto con Marga y Mapi.

Por eso, recibió tantos aplausos y abrazos de agradecimiento de la crema del sector publicitario de España. Anunciantes, agencias y medios de comunicación tenemos una deuda eterna con él.

Segundo abrazo que pude dar a Eduardo desde nuestra jubilación. El primero se lo di cuando compró mis memorias («La prensa libre no fue un regalo») en la Feria del Libro.
Eduardo con la gorra de «repartidor» del diario 20 minutos en el que él publicaba sobre medios su blog «Casi enteros», que fue el padre de su actual blog El Vigía.

Al término de los discursos de rigor, cargados de emoción, hubo regalos para el homenajeado. Como espontáneo,  aproveché ese momento para entregarle la gorra de «repartidor de honor» del diario 20 minutos que le guardaba desde antes de la pandemia. Ante la flor y nata del sector, pedí disculpas a los admiradores de Eduardo por mi «corte publicitario». Lo hice no solo para presumir del diario que fundé con tanto amor (aunque todo aprovecha para el convento) sino, sobre todo, para agradecerle el apoyo que nos prestó para que la audiencia de 20 minutos pudiera ser medida por la AIMC y publicada en el Estudio General de Medios (EGM). Nos salvó la vida. Los anunciantes pudieron anunciarse en nuestro diario con todas las garantías de recuperar el CPM (Coste por Millar) de su publicidad. No fue fácil, pues los pobres diarios de pago, ya en crisis, se oponían con todas sus fuerzas (descomunales) a que 20 minutos fuera incluido en el EGM.  Gracias, querido Eduardo.

Eduardo recordó su colaboración con 20 minutos luciendo orgullosamente nuestra gorra de reparto.

Ese mismo día, antes del homenaje secreto, que él ni sospechaba, habíamos tenido un intercambio de mensajes en su blog sobre este mismo asunto.

José Antonio Martínez Soler dice:

24 enero, 2023 a las 8:15 am

Bravo, Eduardo. Inolvidable Carlos Lamas. En la AIMC defendió la inclusión de 20minutos, pese a la oposición de los pobres diarios de pago que ya notaban el declive de sus audiencias frente al auge de la prensa gratuita e Internet. Gracias, Eduardo, por tu magisterio. Un abrazo. JAMS

Responder

  • El Vigia dice:

24 enero, 2023 a las 1:59 pm

Muchas gracias, JAMS. Sí; Carlos es inolvidable.
Yo, que estaba en la Comisión Técnica de AIMC, también apoyé la inclusión de 20 Minutos y el resto de gratuitos como diarios.
Creo que la oposición de la AEDE y los diarios de pago fue un error «de libro». Con la audiencia de los gratuitos el medio «Diarios» consiguió las mejores cifras de audiencia de su historia, algo que se debía haber aprovechado para promocionar el medio.
Siempre he defendido que es mejor hacer crecer la tarta y luego disputar por la porción más grande, que pelear por las migajas de una tarta pequeña. Pero parece que es difícil entenderlo.

Responder

24 enero, 2023 a las 11:11 pm

Muchas gracias, Eduardo, por tu apoyo de entonces a 20 minutos. Y enhorabuena por el homenaje tan cariñoso como merecido que te han ofrecido tus pares del sector y un montón de amigos. Me gustó mucho poder abrazarte esta noche.

Uno de los regalos que le hicimos fue un catalejo para que no nos pierda de vista.

En uno sus recientes post, en su blog El Vigía, tuve la suerte y la alegría de leer su comentario sobre mi reciente libro de memorias personales y periodísticas.  Esto fue lo que publicó:

«También terminé durante el mes de agosto La prensa libre no fue un regalo, de mi amigo José Antonio Martínez Soler, un libro que también compré en la Feria del Libro (el autor me lo dedicó) y me acompañó a lo largo de varias semanas.

Conocí a José Antonio (JAMS) a finales del siglo pasado, en los primeros días de la prensa gratuita, cuando él fundó Madrid y más, que pronto se convertiría en 20 Minutos. Es cierto que coincidimos en Torrespaña, a mediados de los ochenta, cuando él era Director del Informativo Matinal de TVE y yo trabajaba en el Gabinete de Investigación de Audiencia. Él dice que se acuerda de mí de aquella época, pero es poco probable, porque entonces yo era muy poco visible.

Fue en su época de 20 Minutos cuando Arsenio Escolar me propuso escribir un blog, entonces Casi Enteros, que dio origen, al cabo de los años, a este El Vigía.

Durante unos meses tuve también el honor de que su hija Andrea, entonces al comienzo de su carrera, trabajara en mi equipo.

La prensa libre no fue un regalo, de José Antonio Martínez Soler. (FOTO de la pòrtada: E.Madinaveitia).

La prensa libre no fue un regalo tiene una doble visión: por una parte es una autobiografía de Martínez Soler; por otra es una historia de España desde los años sesenta hasta nuestros días, con una visión muy particular de la prensa de toda esta época por parte de una persona que ha sido uno de los grandes protagonistas de la evolución de los medios en la democracia.

JAMS fundó numerosos medios impresos, además de poner en marcha varios programas de TVE y realizar interesantes entrevistas electorales a los candidatos presidenciales.

El libro va entreverando los diversos avatares de la vida del autor con los acontecimientos que se desarrollaban en paralelo en España, de los que conoce y trata personalmente a muchos de los protagonistas.

Es un libro muy interesante y bien escrito, que se lee de forma muy amena, como si estuvieras en presencia del gran narrador que es Martínez Soler, siempre haciendo bromas sobre su ego y su narcisismo».

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¡Cómo no le voy a querer!

Comprenderéis que mi deuda con Eduardo es enorme. Especialmente también por haber sido el primer gran maestro de mi hija, Andrea Martínez Westley, becaria en Zenit Media. Gracias, Eduardo, y gracias igualmente a tus ayudantes Mapi y Marga, por haber enseñado a mi princesa a dar sus primeros pasos en el mundo de la publicidad. Ella es ya mi maestra en ese mundo.

Hoy mismo, Eduardo nos ha respondido a todos los participantes en su homenaje con esta nota:

«Aprovecho este correo de Daniel en el que está tanta gente en copia para agradeceros a todos una noche inolvidable. Han pasado tres días y aún no me he repuesto de la emoción.

Los que me conocéis sabéis que acabaré escribiendo algo en mi blog El Vigía, pero todavía no soy capaz (aparte de que debo un par de cosas a Ana Egido que tienen fecha y, aunque como buen publicitario apuraré plazos y, también como buen publicitario, llegaré a tiempo, justo antes del cierre de control) tengo que asimilar todo lo que me ha pasado estos días.

Ahora escribo con todos los regalos que me hicisteis, dispuesto a dar uno de #MispaseosporMadrid para estrenarlos.

Muchas, muchas gracias a todos…por tanto como me habéis dado y me seguís dando.

Un fuerte abrazo

Eduardo»

En el centro, Marga y Mapi (de rojo y azul). Yo me colé en esa foto, en sustitución de mi hija Andrea que cuidaba esa noche de mi nieto Leo. Solo podía asistir al homenaje uno de los dos. Yo me impuse debido a los muchos años que conocía a Eduardo. Él pudo medir en RTVE (1986) la audiencia excelente del Buenos Días, el primer informativo de la mañana que fundé en TVE. Claro que entonces TV (como madres) no había más que una.

50 años no es nada… en la prensa

Ayer miramos hacia atrás con cariño.

Los 15 nuevos Socios de Honor que cumplimos 50 años en la APM

Fue un día cargado de emociones entre colegas de la Asociación de la Prensa de Madrid. Hubo recuerdo para los 41 periodistas fallecidos en 2022, homenaje quienes cumplieron 90 años, diploma de Socios de Honor a los 15 que ingresamos en la APM hace medio siglo y aplausos a los jóvenes becados para su primer empleo. Luego, copa, corrillos y abrazos.

Diploma de Socio de Honor

Un encuentro emotivo con compañeros que compartimos muchas redacciones en la Dictadura y en la Democracia. Y seguimos vivos. Cuento esos 50 años de periodismo ininterrumpido en mi reciente libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo», Editorial Marcial Pons, 2022) y, en resumen, la semana pasada, en Radio Clásica con Martin Llade y Clara Corrales. 

Entre Manuel Antonio Rico y Fernando Jauregui, dos grandes colegas.

Nuestro presidente, Juan Caño hizo un discurso celebrando las excelencias del Periodismo. Lo mismo hicieron los jóvenes becarios.

Los 15 magníficos.

¡Ah! Para no olvidar. El coro de la APM actuó de maravilla en la misa de rigor que precedió a los homenajes. Me dio envidia no estar en los cantantes, pero los ensayos me pillan muy lejos de casa.  ¡Enhorabuena al coro de periodistas de Madrid!

Hoy hablé en Radio Clásica, mi favorita, y me lo pasé bomba

Hoy, viernes (20/01/2023), hablé en «Sinfonía de la mañana» (Radio Clásica, RNE) con Clara Corrales y Martín Llade (Premio Ondas). Fue una experiencia genial. Me lo pasé tan bien que me gustaría compartir el programa con todos vosotros aquí, en mi blog de 20minutos.es. La sección se llama: «La música de… Martínez Soler». ¡Casi na!

Con Clara Corrales y Martín Llade en «Sinfonía de la mañana» el estudio de Radio Clásica, mi favorita. «La música de… José Antonio Martínez Soler»

Me pidieron que, entre mis favoritas, eligiera seis piezas clásicas. Les dije que Mozart, Bach, Haendel, Moreno Torroba, Camarón… y les colé «El día que nací yo» de Imperio Argentina. ¡Ahí es nada! Era una de las canciones favoritas que cantaba mi madre. Nuestros vecinos de Almería, con razón, la llamaban «Morena Clara». Lo merecía.

Esta fue mi respuesta a Carolina Tofe (de Producción de Radio Clásica):

«Querida Carolina:

¡Qué difícil elegir 6 piezas musicales 6! ¡Qué nervios! Casi las he tenido que decidir por sorteo.

Ahí van:

1 Concierto para clarinete de Mozart (Adagio)

2 Cecilia Bartoli (Lascia ch´io pianga, déjame llorar, de la ópera Rinaldo de Haendel)

3 J.S. Bach – Suite No. 2 – Badinerie

4  El soldadito, habanera de Luisa Fernanda de Federico Moreno Torroba

5 El día que nací yo. Imperio Argentina

6 Camarón. La leyenda del tiempo

Acabo de escribir esto y ya estoy arrepentido por no haber incluido algo del descomunal Beethoven. ¿Qué vais a pensar de mí? Pero lo hecho, hecho está.

Feliz año nuevo. Siempre estaré en deuda con la Radio Clásica de RNE, el mejor destino de mis impuestos.

Un abrazo para ti y también para Clara y Martín. Y para el maestro Pablo Romero».

Jose

Así quedó mi respuesta. Al final de la entrevista de hoy, como hablo tanto, nos faltó tiempo y tuve que elegir entre Camarón (mi pasión) o Imperio Argentina (la de mi madre). Mi corazón decidió por mí.

Obituario de mi madre («Morena Clara») en en diario La Voz de Almería

Creo que el programa ha quedado simpático y, quizás, entretenido. También colé alguna referencia a mi último libro («La prensa libre no fue un regalo», de Editorial Marcial Pons) que los entrevistadores habían leído. Ya sabéis lo pesado que soy cuando estoy en modo «agitprop» (Agitación y Propaganda) para que leáis mi libro de memorias personales y periodísticas.

Cubierta de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» (Edit. Marcial Pons)
Con Clara Corrales y Martín Llade en Radio Clásica