Con la Biblioteca del Ateneo a tope, mi hijo Erik y yo, arropados por Paca Sauquillo y Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, presentamos nuestro libro «Franco para jóvenes» (Ed.Catarata). Ya va por la Tercera Edición. Nos acompañaron grandes amigos, compañeros de tenis y de talla de madera y colegas de la prensa. El lugar, donde el joven Federico García Lorca descubrió libros maravillosos, encierra una magia literaria de siglos. Ayer la noté. Mis queridos Joaquín Estefanía y Pepe García Abad me emocionaron con sus palabras. El gran Peridis nos alegró con su imitación magistral de los discursos de Franco. Paca Sauquillo nos contagió su energía de activista eterna por la libertad y mi paisano Fernando Martínez tuvo una intervención impecable en favor de la Memoria Democrática que él lidera. Magnificas sensaciones en pro de la paz y la concordia entre los españoles, cualquiera que haya sido el bando de sus abuelos en la guerra civil y la Dictadura. Pero no podemos pasar página sin haberla leído, comprobado y analizado. Sobre todo, para no volver a las andadas. «Ocurrió. Y puede volver a ocurrir» (Primo Levi)
El editor más joven de nuestro manuscrito, Bruno Martín Palacio, de 16 años, tuvo una intervención muy oportuna para recomendar a los de su edad el libro que él ha corregido tan primorosamente. Gracias a Bruno eliminamos las palabras más pedantes o eruditas que él nos iba marcando en color amarillo. Bruno nos recomendó que cambiáramos el título original «Franco para adolescentes» por «Franco para jóvenes». Le hicimos caso. Acertó.