No hay mal que por bien no venga. ¡Aleluya! La catástrofe arancelaria de Trump ha hecho el milagro de acercar posiciones de Estado a los dos grandes partidos españoles. Lo nunca visto desde la gran mentira de Aznar con ETA en el 11-M y la deslegitimación de la alternancia, base de la Democracia. A muchos les parecerá una minucia. A mí, al cabo de 21 años de polarización extrema, me ha alegrado el día. Durante un par de horas, los máximos responsables económicos del Gobierno y del Partido Popular (Cuerpo y Bravo) sellaron ayer un acuerdo fundamental. Poco antes, tanto Sánchez como Feijóo mostraron públicamente sus posiciones con palabras coincidentes en defensa de los intereses de España. ¡Qué gran oportunidad para reconstruir los puentes rotos por Aznar y sus secuaces conspiranoicos Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos, entre otros! Casi no me lo podía creer. ¿Es posible que gracias al psicópata Donald Trump acabemos con «la era de la vileza» en España? Al fin, PSOE y PP, juntos, quieren hacer frente a la guerra comercial (por ahora, solo comercial) declarada por Trump contra el resto del mundo (salvo a la Rusia de Putin, su socio de tantos años). Ojalá la lideresa Ayuso (sucesora de la línea Aznar, mediante su común Rasputin, Miguel Ángel Rodriguez) no desautorice públicamente a Feijóo.

La guerra comercial iniciada por Trump ayudó al milagro.
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