Gracias, Harvard, reducto democrático de Estados Unidos

Ya no es estupor ni sorpresa lo que siento ante el progresivo deterioro de la democracia en Estados Unidos, el país que tanto amé del que procede mi esposa (Ana Westley). Ahora siento miedo. «La historia no se repite, pero rima», dijo Mark Twain. Desde que Trump llegó a la Casa Blanca ha dado sobradas pruebas de su desprecio por los derechos humanos o la libertad de expresión. La actual persecución ideológica (y económica) que ha emprendido contra la Universidad de Harvard, la más antigua, prestigiosa y potente de Estados Unidos, a la que acusa de promover el antisemitismo y actividades anti estadounidenses, por no informar sobre quienes se manifiestan contra la masacre israelí de Gaza, ha pinchado en hueso. El Comité de Actvidades Antinorteamericas que presidió el senador MacCarthy, gran inquisidor de la caza de brujas contra todo sospechoso de simpatizar con el comunismo, también pinchó en hueso y perdió todo su poder intimidatorio. En su locura fascista, llegó a sospechar del mismísimo héroe de la II Guerra Mundial, el presidente Eisenhower. Cayó en picado. MacCarthy se pasó siete pueblos. Algo parecido le ha pasado ahora al filo fascista Trump acusando de acoger a agentes de actividades anti estadounidenses a la mismísima Universidad de Harvard. Como MacCarthy, Trump no sabe dónde se mete. En su delirio psicopático, ha errado el tiro y este error grave le pasaré factura para beneficio de la Democracia norteamericana y de las personas decentes de este mundo. ¡Ojalá sea cuanto antes! 

Gracias, Harvard, reducto democrático en EE.UU.
Estudiantes protestan contra Trump por la persecución que hace de la libertad académica de la Universidad de Harvard. Agradecen que Harvard no se rinda y plante cara a la represión ideológica que impone Trump, desconocida desde la caza de brujas del maccartismo en la guerra fría.

La última represalia de Trump por no ceder a sus exigencias ideológicas contra sus programas de diversidad y por negarle información sobre quienes protestan contra la masacre de Gaza, ha sido prohibir a Harvard matricular a estudiantes extranjeros. La Universidad considera ilegal esta medida y mantiene su capacidad de acoger a estudiantes extranjeros que hoy son 6.800 (el 27 % de su alumnado) procedentes de 140 países. Trump ha escrito que esta orden suya debe servir de advertencia a otras instituciones. La Universidad de Columbia se asustó y se arrodilló ante Trump. Harvard no se rinde tan fácilmente ante lo que considera ataques a la libertad de expresión y a la libertad académica. Es una batalla descomunal, que quizás Trump no lo sabe. Harvard es hoy contra Trump lo que fue nuestro Eisenhower de ayer contra Hitler. 

(No sin emoción, acabo de leer el artículo extraordinario que mi colega Xavier Fortes (TVE) ha publicado en Infolibre. No te lo pierdas. Me identifico con él al 100%)

Este es el grito de estudiantes y profesores que defienden la libertad de expresión. Y también es el mío como antiguo alumno de mi "alma mater" (1976-1977)
Este es el grito de estudiantes y profesores que defienden la libertad de expresión. Y también es el mío como antiguo alumno de mi «alma mater» (1976-1977)
Tras las dos últimas ventanas de la derecha en el bajo de este singular edificio de Hardvard recibí en 1976-77 las lecciones magistrales del profesor Samuel Beer sobre "Federalismo fiscal". Beer fue mi tutor y autor de muchos discursos del presidente F. D.Roosevelt y de la frase famosa "Solo debemos tener miedo al miedo mismo" que muchos atribuyen a su jefe.
Tras las dos últimas ventanas de la derecha en el bajo de este singular edificio de Hardvard recibí en 1976-77 las lecciones magistrales del profesor Samuel Beer sobre «Federalismo fiscal». Beer fue mi tutor y autor de muchos discursos del presidente F. D.Roosevelt y de la frase famosa «Solo debemos tener miedo al miedo mismo» que muchos atribuyen a su jefe.
Me confundían con un rabino. Pag. 332 de mis memorias "La prensa libre no fue un regalo" (Ed. Marcial Pons)
Me confundían con un rabino. Pag. 332 de mis memorias «La prensa libre no fue un regalo» (Ed. Marcial Pons)
Pag. 333.
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Y pag 336
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Portada de mis memorias
Portada de mis memorias