«Unos le querían y otros le odiaban. Todos le temían». Al leer esta frase de la contra cubierta de nuestro libro «Franco para jóvenes», ya sé si el lector va a comprarlo o no. Con la quinta edición casi agotada en la Feria del Libro de Madrid, he pasado varias horas conversando con lectores y potenciales compradores. Y, por supuesto, firmando con mucho gusto dedicatorias «con afecto y gratitud». Aprendemos de los lectores. Me gusta observarles mientras leen la contra cubierta que resume el contenido del libro. De vez en cuando levantan la vista y me miran. Con su gesto sonriente ya sé que van a comprarlo. Otros no pasan de esta frase y me dicen: «Franco también hizo muchas cosas buenas». Esos no lo compran. En algunos casos, tras un breve debate sobre la objetividad de los hechos históricos probados y verificables, sobre la propaganda siempre sesgada y sobre la imposibilidad de ser equidistantes entre el agresor y el agredido, he conseguido vender varios ejemplares. Escuchar a quien no piensa como tú tiene su premio. Salí contento de la Feria del Libro. Y mi hijo Erik, también.

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