Un día emocionante. Creedme. Por muchos artículos, reportajes, conferencias, semanarios, diarios o libros que he publicado o fundado en los últimos 50 años de periodista o profesor titular de Universidad, la obra que más satisfacción me ha dado ha sido esta sencilla escultura («Sol y sombra juvenil»), tallada con mis manos de abuelo jubilado en madera de ukola. Ha sido seleccionada y catalogada por el Jurado para el 90 Salón de Otoño de la AEPE. Ayer abrió la exposición en la Casa de Vacas de El Retiro de Madrid. Allí estaba mi modesta obra codeándose con las de grandes artistas de toda España ya consagrados. Me sentí alguien. Tengo fotos.
Héctor Molina, el último escultor por la derecha en la foto, se comprometió ayer a repetir el asado argentino en primavera que no sé si podrá superar al de fin de curso.
Nunca me hubiera atrevido a presentar mi obra de aficionado de no ser porque mi maestra me insistió. Empecé a tallar el día que me jubilé como director general del diario 20minutos. Gracias, maestra. Gran sorpresa. Me gustaría incluir la foto de mi escultura en la segunda edición de mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»). Preguntaré a los de Marcial Pons.