Anteayer me lleve una agradable sorpresa. Me topé, de pronto, con Carlos III. Invitado por mi hijo Erik Martínez Westley, que presentaba una ponencia sobre cables submarinos, acudí al Real Observatorio Astronómico de Madrid, en la esquina del Retiro con Atocha frente a la Cuesta Moyano. Inesperadamente, me di un baño de ciencia, de orgullo y de confianza en los jóvenes científicos españoles al escucharlos, recorrer las instalaciones y observar las máquinas y artefactos expuestos. Casi 60 años en Madrid y no tenía ni idea de lo que se investiga y enseña en esos museos tan desconocidos para el gran público. No os lo perdáis. Aproveché el café del descanso entre ponencias sobre “Smart Cables e Iberian Connection” para hablar con varios de ellos.
Erik Martínez Westley (de la productora Goat Knight) interviene en «Iberian Connection» en el Real Observatorio Astronómico de Madrid.
Especialmente me interesó la intervención y la conversación de Antonio A. Pazos García, capitán de navío, que participó en el documental de mi hijo “¿Preparados para el Tsunami?” (Movistar + y RTVE Play). En el Real Observatorio de la Armada de San Fernando (Cádiz), que dirige, conserva libros de ciencia desde el siglo XV, anteriores al descubrimiento de América, y joyas del mismísimo Jorge Juan, espía español del XVIII, que copió los avances náuticos de Gran Bretaña y midió el arco del meridiano terrestre en zonas ecuatoriales. Pazos celebra que la Inquisición no pudiera prohibir totalmente los descubrimientos científicos que precisaba la Armada, aunque, eso sí, solo los permitía apostillándolos en los márgenes con la nota “dignamente condenados por la Inquisición”. La ciencia progresó, a escondidas, en nuestra Armada. Los fanáticos inquisidores, guardianes de la fe, otro de los males de la patria hasta el felón Fernando VII, no pudieron impedir los avances secretos de nuestra Armada y de los amantes de la ciencia.
Antonio A. Pazos, capitán de navío, director del Real Observatorio de la Armada de San Fernando (Cádiz), durante su intervención. La imagen animada en 3D es obra se la productora Goat KnightLibros de ciencia que se conservan en la biblioteca del Real Observatorio de la Armada en los que los avances científicos solo se podían conocer con la apostilla «dignamente condenados por la Inquisición».Participantes en la conferencia «Iberian Connection» sobre Smart cables.Ponencia de mi hijo Erik Martínez Westley en «Iberian connection» sobre Smart CablesEl submarinista de la derecha que trastea con los cables submarinos es mi hijo Erik en su documental «¿Preparados para el Tsunami?» (Disponible en Movistar+ y en RTVE Play)China y Rusia podrían afectar a Internet atacando a los cables submarinos. Ya son objetivos militaresAl entrar en el complejo de estos semi museos casi escondidos, te recibe la estatua ecuestre de Carlos III entre edificios neoclásicos.El rey ilustrado se apoyó en grandes reformadores (Jovellanos, Floridablanca, Cabarrús, etc.) para adelantar la civilización en España. Pronto fue amonestado por el Papa que le acusó de dejar el gobierno en manos de hombres que «imbuidos de una falsa ciencia llevan a la católica España por caminos de perdición». Carlos III prescindió de Jovellanos y le encarceló en Mahón sin derecho a utilizar pluma, tinta ni papel. Ganó la Inquisición. Pobres reformadores. El padre Feijóo, otro reformador, advirtió entonces que «las matemáticas y la física eran extranjeras en España». En el Real Observatorio Astronómico de Madrid y en el de la Armada de San Fernando ya no es lo mismo. Ambos observatorios fueron y son refugio de científicos y protegieron los avances de la ciencia y los libros prohibidos por la Inquisiciòn.