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¿VOX o Amnistía? Lo tengo claro: Amnistía

Entre VOX y la Amnistía, me quedo, sin dudarlo y aunque no me guste, con la Amnistía. Los !Viva Franco! que, brazo en alto, se oyen en las manifestaciones frente a la sede del PSOE en Madrid, en presencia de Santiago Abascal y Esperanza Aguirre (como delegada de Aznar y Ayuso), me producen algo más que repelús. Me asustan.

Os recomiendo leer «La España de Franco» de Chaves Nogales, probablemente el mejor periodista español del siglo XX.

El PP y VOX están jugando con una bomba de relojería de consecuencias insospechadas. También, con un boumerang que golpeará al pobre Feijóo y, cuando pasen las elecciones europeas del año 2024, le llevará de regreso a su Galicia natal. Menos mal que nuestra Democracia, anclada firmemente en la monarquía parlamentaria de la Constitución del 78, es sólida y aguanta bien los ataques de los neofranquistas de VOX (que llaman Felpudo VI al Rey) y de algunos otros nostálgicos totalitarios emboscados aún en el PP.

Imposible olvidar «Los santos inocentes» cuando veo a los manifestantes rabiosos y violentos, ciegos, contra una Amnistía cuyas causas y efectos desconocen.

Mientras tanto, Ayuso, marcando el paso a Feijóo, de la mano de Aznar, en el papel de Trump, está exultante. Solo cuando la mayoría del PP vuelva al centro derecha podrá aspirar, sin VOX, a ocupar algún día la Moncloa. Con VOX ya se ha visto que es imposible. ¿Por qué no lo entienden y lo asumen de una vez? De ahí su desesperación, su rabia mal disimulada, su violencia contenida, y sus mentiras repetidas de que han ganado las elecciones. En Democracia, señores del PP, si respetan la Constitución y las leyes, deben saber que las elecciones las gana quien puede formar Gobierno con los votos del Congreso donde reside la soberanía popular. No insistan con sus mentiras repetidas en la línea Trump.  Solo crearán frustración entre los suyos.

Ayuso, pupila de Aznar, el «pinocho» de ETA en el 11-M.

La crueldad de la Dictadura de Franco, el dictador felón, perdura en el recuerdo imborrable de muchos demócratas. Gritar ¡Viva Franco!, a estas alturas, no llevará nunca a los PP a buen puerto. Lo saben, pero no se atreven a atar corto a Abascal, su doberman. Lástima. Con lo bien bien que sentaría a la Democracia la posibilidad de la alternancia en el Poder…

Los neofranquistas me dan mucho miedo

Ayer recibí mensajes de amigos que sentían miedo. Veían en directo las imágenes de la violencia desatada por los neofranquistas y nazis contra la Policía y la sede del PSOE. Como los caducados miembros vergonzantes del PP en el Poder Judicial, estos salvajes protestaban también contra la amnistía que está por llegar (y que nadie conoce aún) si hay acuerdo de investidura de Pedro Sánchez con Junts.

Policía ardiendo por una bengala arrojada por los neofranquistas. Foto de Jorge París, de 20 minutos.

No recuerdo violencia semejante cuando Aznar indultó a los terroristas de Terra Lliure a cambio del apoyo de los antecesores de Junts a su investidura en 1996. Lo que sí recuerdo de aquel año es que el flamante presidente Aznar me despidió como corresponsal de TVE en Nueva York tras la entrevista preelectoral que le hice como candidato. Se ve que no le gustaron mis preguntas. Gajes del oficio. Lo cuento con más detalle en mi libro de memorias («La prensa libre no fue un regalo»).

Todo eso ya lo hizo Aznar. No recuerdo violencia en las calles.

Recuerdo una frase inolvidable que me enseñó entonces Felipe González (el de antes de envejecer): «La intolerancia es la enfermedad de la derecha española». Lástima. Aznar nunca reconoció la victoria electoral legítima de Zapatero («presidente por accidente», le llamaron). La victoria del PSOE se debió, entre otras razones, a las propias y gravísimas mentiras de Aznar sobre ETA en la tragedia yihadista del 11-M. Mentir sobre tantos muertos y heridos para no perder el Poder. ¡Qué vergüenza!

Montaje de Aznar, en el papel de agitador callejero , que circula por las redes sociales.

Los de VOX y una parte del PP se han echado al monte. Cuánto lo siento. Les costará bajarse de ahí. El ex presidente Aznar les moviliza y les azuza para conquistar las calles. La ex presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, le obedece ciegamente y acude a cortar la calle Ferraz, rodeada de vivas a Franco (sí, al tirano) y de banderas con la gallina del dictador felón. No en vano circulan chistes por las redes sobre su papel en primera fila en la algarada callejera frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz.

Banderas cona «la gallina» de Franco en la calle Ferraz.

Ahí va un resumen (que comparto) que circula por la redes sociales.

Mi amigo Manolo Saco me anima con estos versos:

«Pues no he de callar

por más que con sus piedras

Silencio avises 

o amenaces miedo». 

Los versos originales de Quevedo provocaron indirectamente mi despido como director fundador del diario El Sol:

«No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?»

¡Ahí queda eso!

Savater mea fuera del tiesto

¡Pobre Savater! Yo le admiraba desde muy joven y leí con gusto muchas de sus obras. Era un referente lúcido e ingenioso. Ya no es lo que era. Hoy, este ex filósofo, convertido en un cascarrabias amargado y resentido contra el mundo actual, no da pie con bola. Se ríe de quienes fuimos abusados por curas y frailes ¡Qué lastima, con lo que ha sido para tantos jóvenes el autor de «Ética para Amador». Mal que me pese, me obligo siempre a leer su columna sabatina en la última de El País. Me sirve de vacuna contra el mal envejecimiento. ¿Qué pensará Amador de la acelerada evolución, hacia atrás, de su padre? Mi amigo Manolo Saco («Mozart» para quienes le admiramos) me dice que siente asco y náuseas y no sale de su asombro por lo que escribe ahora Fernando Savater. No sin dolor, comparto su opinión.

Hipocresía

La pederastia clerical, cuyos casos suelen ser a veces bastante remotos, tiene gran resonancia en los medios que no quieren hablar de abusos más recientes

El defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, con el informe sobre la pederastia en la Iglesia que presentó el 27 de octubre en el Congreso.
El defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, con el informe sobre la pederastia en la Iglesia que presentó el 27 de octubre en el Congreso.SAMUEL SÁNCHEZ
Fernando Savater

FERNANDO SAVATER04 NOV 2023 – 05:00 CET

Los soldados del fuerte otean la llanura muy inquietos. Con la mano como visera sobre los ojos, el sargento demuestra vista de lince. “¡Mi capitán, vienen 1.005 indios!”. “¿Estás seguro?”. “Bueno, delante vienen cinco y luego unos mil…”. Este tipo de cálculo es parecido al de los casos de abusos sexuales a menores por parte de clérigos que ha establecido el Defensor del Pueblo. Parece que se documentan unos 400 y luego, aplicando el embeleco de la estadística, otros 400.000. Pues a lo mejor, vaya usted a saber. A mí, perdonen la franqueza, me quita menos el sueño que a Sánchez dormir con Pablo Iglesias. Seguro que ha habido magreos indebidos en colegios religiosos, en institutos laicos, en consultas médicas, en gimnasios, en probadores de grandes almacenes, en la mili y sus derivados, en la sala de espera de dentistas, en transportes públicos, en familia… Algunas víctimas cayeron en manos de auténticos maníacos (seguro que menos de medio millón) y han sufrido dolorosos traumas que les han marcado para toda la vida. Otros pasaron por el trance de modo distinto: algunos lo cuentan años después con su mezcla de sorpresa y susto. Guardan el recuerdo de algo que les repugnó, pero no les traumatizó. Los que fuimos feos de pequeños nunca pasamos por ahí…

La pederastia clerical, cuyos casos suelen ser a veces bastante remotos, tiene gran resonancia en los medios que no quieren hablar de abusos más recientes (la contagiosa moda de metamorfosis trans entre niños, por ejemplo). Y por el escándalo de que sean los que alardean de mayor moralidad quienes dan peor ejemplo. Justo como la izquierda, por cierto: ellos, tan demócratas, promulgan una amnistía que se cisca en los derechos de 47 millones y medio de españoles. El mayor abuso.

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Artículo de Alejandro Palomas, en respuesta al de Savater del sábado, en El Pais de hoy

La náusea (respuesta a Fernando Savater sobre la pederastia)

A los niños y niñas que sufrieron abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia se les robó la infancia y se les silenció. Negar la verdad en una columna periodística es una mentira

Alejandro Palomas

Asco. Profundo. Hoy es un día especialmente nefasto para la lírica porque la música de la palabra ha sonado fea. Señor Savater, a usted me dirijo. Toca —quiero— responder a su columna de opinión, publicada en este mismo medio hace apenas unas horas. Y digo “opinión” porque soy respetuoso y porque, por primera vez, voy a hablar en nombre de todas las víctimas de abuso sexual en la infancia por miembros de la Iglesia católica española, esos —los miembros— que, según usted, cometieron apenas unos “magreos indebidos” que no le quitan el sueño y que a algunos nos dejaron algo de susto pero ningún trauma.

Asco, más profundo aún. Utilizar —¿“magrear”?— al medio millón de víctimas de abuso sexual clerical como arma arrojadiza para vertebrar su crítica a las maniobras de un partido político —”la izquierda”, dice usted— que pretende promulgar “una amnistía” no es sólo irrespetuoso sino perverso. Hemos sido niños y niñas abusados, violados, silenciados, revictimizados una y otra vez por esa siniestra cúpula de encubridores y delincuentes que se expresan como usted, que se burlan de su propia maldad como usted, que nos ridiculizan como usted, que nos acusan de oportunistas, de exagerados, de ser sospechosos de mentir, de inventar… como usted.

Asco. Espantosamente profundo. Dice usted que la gran mayoría de los casos pertenecen a un pasado remoto. Se equivoca. La infancia no es pasado remoto cuando has sido un niño violado. Ni siquiera es pasado del todo. El niño está ahí, camina a tu lado, como una voz pequeña que en cualquier momento te pide que la acunes porque tiene miedo, porque la vida lo aterra desde que a los ocho años un hombre —un docente religioso— dedicó un año de la vida de ambos a abusar sistemáticamente de él dos veces por semana —tres, si había fútbol los sábados— y le enseñó que la maldad anidaba en los hombres y que la confianza era error. Le contaré algo, señor Savater: yo morí a los ocho años, como muchos y muchas de nosotros. Vivimos con lo que podemos, con ninguna fe, intentando confiar en que ese pasado deje algún día de ser presente. A los ocho años un niño tiene que ser niño, ese es su derecho. El de nosotros, los adultos, es velar porque nada lo impida.

Asco. Irremediablemente físico. “Los que fuimos feos de pequeños nunca pasamos por ahí”, dice usted. Es tan demoledor leer una frase construida así, con esa música y con todo lo que respira que debo tomar aire para volver a ella. Es la desubicación y la absoluta falta de empatía, y es también el discurso que todo lo ensucia porque todo lo banaliza. No, señor Savater, usted no se libró del abuso por ser feo. Se libró porque si había algún perverso en su entorno no detectó en usted la vulnerabilidad, la confianza, la inocencia, la orfandad emocional que sí vio en los que, a diferencia de usted, sufrimos el infierno en sus manos. Si se libró no fue por usted, sino porque él no adivinó en usted una diana fácil. Lo feo es el chiste, ese chascarrillo de café, copa, puro y amiguetes de sobremesa tardía. Feo es que un niño se convierta en un hombre que escribe de los que fueron niños con él como si la cuota de “elegidos” para el abuso hubiera tenido que ver con ellos, con su “no fealdad”, y no con el perverso que los destruyó. Decir “los que fuimos feos de pequeños nunca pasamos por ahí”, es desenterrar una vez más el manido “a una mujer la violan por ser como es, por vestir como viste, por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado”. O lo que es lo mismo, recurrir al “A las feas seguro que no les pasa” y reírse con sus amigotes en privado, porque en público ya no, aunque un poco sí, venga, ánimo, una frasecita aunque sea, que no se diga que he dejado de ser aquel niño feo del que lo único que se conserva es justamente eso, la fealdad.

Asco. Ya no tan profundo. Las víctimas no hacemos política. No nos acerque a esa hoguera porque no nos quema. Yo conocí el infierno, ardí allí siendo muy niño y no es mi deseo alimentar esos fuegos. Bastante tenemos con salvarnos de las brasas que los miembros de la Iglesia católica de este país dejaron prendidas bajo nuestros pies con su mala fe y su encubrimiento sistemático. No nos torture usted y no mezcle nuestro dolor con esa proclama contra la amnistía que no procede. Aquí, al lado de los 440.000 niños y niñas no. Nunca.

Quizá, y tómese esto como humilde sugerencia, podría usted acompañar a los cuarenta obispos españoles que el Papa ha convocado de urgencia en el Vaticano, puede que para pasar cuentas por recuerdos, delitos y encubrimientos varios. Me aventuro a suponer que le parecerá una buena idea pedir para ellos —para ellos sí— una amnistía por todo el daño causado. Acompáñelos, y recuérdeles, de paso, que negar la verdad es también mentira, que mentir es faltar al octavo mandamiento y que los miles de niños que nos quedamos sin infancia ya hemos aprendido a defendernos. Y a hablar.

He leído y recomendado muchas de las obras de Fernando Savater. Incluso le propuse y le voté para el Premio Fernado Abril Martorel a la Concordia. Entonces, pensé que lo merecía. Lo publiqué en mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»). Hoy, ya no lo merece. ¡Lástima! No es el único ex referente intelectual o político que camina hacia atrás como los cangrejos. Va peor que el duque de Rivas, fundador del Ateneo, quien, con los años, pasó de liberal a reaccionario. Copio y pego las dos páginas de mi libro sobre el Premio Concordia que concedimos a Savater.

Pagina 160 de «La prensa libre no fue un regalo»
Página 161 de «La prensa libre no fue un regalo».

Leonor tiene buenas cartas para ser Reina

Nada que ver con la liturgia medieval tan apabullante del Reino Unido, que roza lo risible para cualquier republicano que se precie, pero la escolta de caballos de la princesa Leonor y su estampa jurando lealtad a la Constitución Española (no confesional) me han gustado. Si lo comparo con el show de la coronación de Carlos III, cabeza del Reino Unido por designio divino, me quedo con nuestra princesa de Asturias.

La esencia del acto de hoy es que la heredera al Trono se somete a la Carta Magna aprobada por los españoles en 1978. Si cumple esa Ley, como acaba de jurar, y como viene haciendo su padre Felipe VI, sin cometer corrupción económica como su abuelo, y no se identifica con ningún partido político ni sucumbe ante los halagadores profesionales, llegará a ser Reina. Lo digo como lo siento, y como lo he dicho hoy en Onda Cero con Carlos Alsina, como demócrata republicano que soy. En ese orden.

Esta mañana con Carlos Alsina en Onda Cero

Como demócrata, acepto lealmente cumplir las leyes que la soberanía popular aprueba en España. La más grande de ellas es la Constitución del 78, que yo voté, y ésta incluye la Monarquía Parlamentaria hasta que la voluntad del pueblo español no la cambie por la Tercera República. Ya veremos. Por ahora, el reinado de Felipe VI (vacunado contra la corrupción por el comportamiento inmoral de su padre) está resultando útil para la unidad, la estabilidad y el progreso de España. Y seguramente resulta más barato y emocional, aunque menos racional, que una República.

Con Carlos Alsina frente al Congreso
Carlos Alsina, frente al Congreso.

¡Feliz cumpleaños, princesa Leonor! ¡Menudo marrón le ha caído! Es zurza (como mi hija), ha sufrido bastante (por no hablar del peso insoportable de su mochila en marchas militares), tiene obligaciones impropias para su edad, apenas puede cometer errores en público…  ¡Pobre señora!  Sin embargo, tiene una ventaja: «Como ha sufrido mucho, ve cosas que otros no ven». Eso diría de ella el Lazarillo de Tormes.

Gracias, Carlos, por invitarme hoy a compartir con Onda Cero la jura de la Princesa y comentar lo mismo que hizo su padre hace 37 años y que dimos en el Buenos Días de TVE.

Suerte, señora. La vamos a necesitar por el bien de todos.

Demócratas, en deuda con las víctimas de la guerra y la dictadura

Con emoción y respeto, hoy celebramos el Día de la Memoria Democrática, una ocasión inmejorable para saldar la deuda que todos los demócratas tenemos pendiente con las víctimas de Guerra Civil y la Dictadura. Sin la generosidad de las víctimas de ambos bandos no hubiera sido posible la Transición. Pedro Sánchez nos ha dejado hoy algunos mensajes: «La memoria democrática es una cuestión de Estado que no concierne a una ideología en particular. No podemos mirar para otro lado cuando, aún hoy, las familias esperan a que aparezca un objeto con el que puedan identificar los restos de sus antepasados. La ley se va a cumplir. Vamos a dedicar más esfuerzos a la divulgación de nuestra Historia y la actualización del relato histórico en los libros de texto, para que los jóvenes conozcan el pasado de su país».

Pedro Sánchez abraza a Nicolás Sánchez Albornoz, preso durante la Dictadura que consiguió fugarse del Valle de los Caídos.
Loa aplausos del público, en pie, interrumpieron varias veces los discursos.

Teresa Alberti dio las gracias en nombre de los homenajeados y recordó a su tía Teresa León: «Recordar es más importante que vivir».

Joa Manuel Serrat y Rozalen cantan el poema de Miguel Hernández «Para la libertad».

Rozalen y Joan Manuel Serrat clausuraron el acto, con todo el público en pie, cantando «Para la libertad».

Para la Libertad

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad, siento más corazones
que arenas en mi pecho dan espuma a mis venas;
y entro en los hospitales, y entro en los algodones,
como en las azucenas.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñaran aladas de savia sin otoño,
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida;
porque soy como el árbol talado que retoño:
aún tengo la vida.

En segunda fila, detrás de Pedro Sánchez, está el catedrático de Historia, Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, autor de esta Ley, a las órdenes del ministro Félix Bolaños.
«Recuerda tu y recuerda a otros…» Escribió Pablo Neruda. Hoy no pude evitar la emoción. Yo perdono mi secuestro y las torturas que sufrí de los últimos franquistas, a los tres meses de la muerte del dictador, pero no olvido. Lo cuento en mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»)

El homenaje de hoy me reconfortó. Gracias a quienes lo han hecho posible.

Leonor podría saludar a los españoles como hizo su padre

Ya sé que son otros tiempos, pero la heredera al trono podría emular a su padre, el rey Felipe VI, presentarse ante las cámaras de  TVE y enviar un saludo a los españoles, justo antes de cumplir los 18 años y jurar la Constitución. ¿Se atreverá? Su mensaje se puede grabar y grabar tantas veces como haga falta hasta que le salga perfecto. Dentro de muchos años podremos sonreír al ver las tomas fallidas y las risas de la reina Leonor, igual ha hecho TVE con las de su padre. El joven heredero, Felipe de Borbón, lo hizo genial, sobre todo cuando dejamos de atosigarle y de darle consejos. Y sus tomas fallidas nos han dado hoy una imagen simpática e inteligente de aquel joven príncipe de Asturias. A mí me ha sorprendido agradablemente comprobar que las tomas fallidas que hicimos para el Buenos Días, que yo dirigía en 1986, no se habían eliminado. Son parte de nuestra historia.

Yo era el director del Buenos Días de TVE y quería emitir en exclusiva el saludo del príncipe. Tuve suerte.

La verdad es que mi colegas de TVE han sabido aprovechar muy bien las tomas fallidas del príncipe de Asturias. Las han repetido en los telediarios. Incluso los de 24 horas conectaron conmigo en directo para que les contara detalles de aquella grabación y de cómo hacíamos entonces el Buenos días, el primer informativo de la mañana en TVE.

Mientras hablaba con Paula y Lluis desde mi sótano emitieron viejas imágenes mías… ¡con pelo!

Un ataque de nostalgia. Fue como volver a mi vieja casa después de haber sido expulsado de ella en 1996, cuando era corresponsal de RTVE en EEUU, tras la entrevista preelectoral que le hice al candidato José María Aznar. No debieron gustarle mis preguntas al líder del PP ya que él (o el pelotas de turno) me despidió en cuanto ocupó la Moncloa. Claro que le gané el juicio por despido improcedente. La indemnización que fijó el juez me sirvió para refugiarme en la Universidad y preparar el invento del diario 20 minutos. Mis hijos atribuían el coche nuevo que compramos a lo que llamaron «la beca Aznar». Todo eso lo cuento en mis memorias «La prensa libre no fue un regalo» (Marcial Pons)

Reconozco que el príncipe de Asturias, a pesar de sus tropiezos, me causó una buena impresión.

 Esta es la crónica que ha publicado RTVE en su web: La intrahistoria de las imágenes inéditas del discurso de Felipe VI a los 17 años: «Pedíamos cosas imposibles»

  • Detrás de la participación del príncipe estaba José A. Martínez Soler y su equipo de ‘Buenos días
  • El entonces príncipe mandó un mensaje a través de TVE a los españoles en la víspera de su juramento de la Carta Magna

25.10.2023 | 12:19 horasPorI. FEDRIANI / Á. CABALLERO

El detrás de cámara del príncipe Felipe, 38 años después de su juramento de la Constitución
El detrás de cámara del príncipe Felipe, 38 años después de su juramento de la Constitución

4 min.En 1986, en la víspera de su juramento de la Constitución, el entonces príncipe Felipe ofreció en Televisión Española un solemne y breve mensaje para todos los espectadores. «Gracias por ayudarme a ser un digno heredero de la Corona española», expresaba en su discurso, grabado en el Palacio de la Zarzuela. Vestido con su uniforme de cadete –símbolo del comienzo de su carrera militar–, se veía serio y sereno, a pesar de tener tan solo 17 años.

Ahora, 38 años después de la retransmisión, un paseo por el archivo de RTVE descubre las tomas falsas de un joven príncipe sonriente, pero también algo nervioso ante el que fue su primer discurso en la televisión. En él, saludaba a la ciudadanía, a quien agradecía su apoyo.

Detrás de la participación del príncipe estaba José A. Martínez Soler y su equipo de ‘Buenos días’, el programa que en la década de los ochenta iniciaba la programación en TVE. Durante su emisión, se lanzaron a hacer reportajes exclusivos tan variados como el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre España e Israel, conectar con la estación del MIR o entrevistar por el 8M a Carmen Romero, la mujer del entonces presidente del Gobierno Felipe González.

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15.27 min

Así se grabaron las primeras palabras de Felipe VI para la televisión: «Estaba nervioso y tímido, pero salió a la primera»

«La verdad que a veces pedíamos cosas imposibles», cuenta a RTVE.es Martínez Soler, que recuerda con cariño a su «equipo de locos». «Hacíamos cosas que no se podían hacer en el Telediario porque era más serio», añade.

«A todo el mundo le sorprendió mucho»

Así, un día de enero, cuando el programa acababa de echar a andar, y en las vísperas de la jura de la Constitución de Felipe, se aventuraron a pedir la participación del príncipe en el programa con la ayuda del general Sabino Fernández Campo. Y hubo suerte. «Lo hicimos un par de día antes del juramento, pero fue inmediato el ‘sí’. Fuimos con las cámaras, lo hicimos y quedó muy simpático. A todo el mundo le sorprendió mucho», recuerda.

Martínez Soler aprovechó que conocía al rey Juan Carlos para pedir la entrevista a Fernández Campo, entonces jefe de la Casa Real. «Pedimos audiencia sin pedir permiso a nadie», ha reconocido este miércoles en una entrevista en el Canal 24 horas, aprovechando que el programa -que empezaba a las 7 de la mañana- se preparaba de madrugada y los directivos de TVE «estaban durmiendo».

Tanto en los jardines como en el interior del Palacio, la grabación se tuvo que repetir varias veces ante la atenta mirada de su equipo, los periodistas y las cámaras. El príncipe Felipe consultada con todos ellos los resultados en una pequeña pantalla de televisión, atento a cada posible detalle. «Cuando sale una (toma) ya no salen más», decía entre risas, incluso bromeando con su imagen en una de las escenas.

El equipo del programa 'Buenos días' de TVE en 1986
El equipo del programa ‘Buenos días’ de TVE en 1986 CEDIDA

Tenían en cuenta desde los planos elegidos hasta la forma en la que pronunciaba las palabras, cuidadosamente elegidas. «He dicho ‘juramento’ y no ‘mi juramento'», explicaba antes de pedir con la cabeza repetir la grabación.

La grabación se hizo tan en secreto que Martínez Soler afirma que incluso causó asombro dentro de la Casa Real, donde no todos estaban al tanto del vídeo: «Creo que la reina no sabía. Un día la me encontré en un evento y me dijo ‘qué sorpresa me llevé cuando vi a mi hijo en la tele‘». El histórico presentador se ha mostrado incluso sorprendido de que TVE hubiera recuperado estas imágenes ahora: «Si eran imágenes casi prohibidas», ha ironizado.

Un discurso inédito

Martínez Soler asegura que hubo que regrabar la escena porque Felipe estaba «tímido» por su falta de experiencia ante las cámaras, aunque él «quería hacerlo perfecto». «Yo fui y dije: que no le atosigue nadie, que haga lo que le dé la gana, que le salga natural, y entonces le salió a la primera«, afirma.

No era la primera vez que Felipe VI hablaba en público, ya que con 13 años dio su primer discurso en los Premios Príncipes de Asturias en Oviedo, pero sí que era su debut ante la televisión. A eso se sumaba, además, la importancia del momento.

A punto de alcanzar la mayoría de edad, tenía que comparecer en el Congreso de los Diputados para jurar que acataría la Carta Magna y comprometerse a cumplir sus responsabilidades como futuro jefe de Estado. Y tenía que hacerlo ante numerosos diputados, ministros, presidentes autonómicos y periodistas en lo que fue una ceremonia inédita en ese entonces.

ARCHIVO CASA REALJura de la Constitución del Príncipe de Asturias (1986)

Jura de la Constitución del Príncipe de Asturias
Archivo Casa Real

VER AHORA

Casi cuatro décadas después, el Congreso ha empezado a vestirse de gala para un nuevo juramento. Se han empezado a colocar tapices y se ha desmontado la tribuna donde se sienta la Presidencia para instalar una estructura que servirá de escenario. Sobre él, la princesa Leonor tendrá que seguir los pasos de su padre el próximo 31 de octubre.

Un chute de autoestima en el 90 Salón de Otoño

Un día emocionante. Creedme. Por muchos artículos, reportajes, conferencias, semanarios, diarios o libros que he publicado o fundado en los últimos 50 años de periodista o profesor titular de Universidad, la obra que más satisfacción me ha dado ha sido esta sencilla escultura («Sol y sombra juvenil»), tallada con mis manos de abuelo jubilado en madera de ukola. Ha sido seleccionada y catalogada por el Jurado para el 90 Salón de Otoño de la AEPE. Ayer abrió la exposición en la Casa de Vacas de El Retiro de Madrid. Allí estaba mi modesta obra codeándose con las de grandes artistas de toda España ya consagrados. Me sentí alguien. Tengo fotos.

Acompañado por mi esposa (awestley.com), mi hijo Erik, mi maestra y colegas de mucha talla, en la Expo del 90 Salón de Otoño que estará abierta durante un mes en la Casa de Vacas del Retiro.

Héctor Molina, el último escultor por la derecha en la foto, se comprometió ayer a repetir el asado argentino en primavera que no sé si podrá superar al de fin de curso.

Con Sandra Krysiak (mi maestra en tallasmadera.com) y mi hijo Erik.
Mi obra, incluida en libro/catálogo del 90 Salón de Otoño.
Mi nombre aparece, por primera vez, al pie de una escultura. ¡Qué nervios!¡Ay, la vanidad de los artistas! El pecado favorito del diablo.
La importancia de la Expo, que inauguró el alcalde de Madrid, quedó marcada por la calidad del jamón ibérico, el vino y la tarta. Vestigios de un pasado ilustre que los artistas devoramos con fruición.
«Sol y sombra juvenil», bien colocada en un lugar de honor.

Nunca me hubiera atrevido a presentar mi obra de aficionado de no ser porque mi maestra me insistió. Empecé a tallar el día que me jubilé como director general del diario 20minutos. Gracias, maestra. Gran sorpresa.  Me gustaría incluir la foto de mi escultura en la segunda edición de mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»). Preguntaré a los de Marcial Pons.

Cubierta de mis memorias

«La muerte es un problema para quien no ha vivido» (R. Lobo)

En el homenaje a Ramón Lobo me he percatado de que aún no hemos cerrado la herida que nos provocó su muerte tan prematura. Un montón de amigos nos hemos juntado hoy en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para recordarle. Reunión emocionante y, tratándose de nuestro Lobo, divertida. ¡Cómo le echamos de menos! Varios amigos han citado una de sus frases que siempre me impactó: «La muerte es un problema para quien no ha vivido».

Entre todos ellos, el discurso cariñoso de Manuel Saco (mi hermano menor en nuestra familia inventada) me llegó al corazón. Por eso, lo copio y pego a continuación:

Palabras de Manuel Saco en el homenaje a Ramón Lobo:

«Reconozco que no es fácil mantener el duelo por amigos como Ramón Lobo, él que me eligió como hermano mayor en su familia inventada. Sé por experiencia que los recuerdos y la pena, tras la pérdida de la persona amada, van siendo poco a poco amortiguados por nuestros afanes diarios, a menudo hasta desvanecerse para siempre.

Pero en su caso, no todo está perdido, gracias a las nuevas tecnologías. Para los que ya estamos en esa edad en que una enfermedad, que no recuerdo cómo se llama, hace estragos en la memoria, algunos medios de comunicación, como whatsapp, pueden crear la ilusión de que el ausente no se ha ido del todo, que en cierto modo permanecerá atado a nosotros durante lo que quede de nuestras vidas. No sé si habéis hecho el ejercicio de repasar conversaciones de días, meses o años atrás, pero os aseguro que, en el caso de Ramón, su ingenio y su genio hacen imposible mantenerle el duelo con el decoro debido.

Ese whatsapp, al que me he aficionado en esta ausencia suya, es como un notario de todas las complicidades que nos unieron durante más de treinta años. Aun más, como un diario de sesiones sobre las luces y las sombras de nuestra amistad, de nuestras filias y fobias, conversaciones intrascendentes a veces o relámpagos de ingenio, como bien saben sus lectores y seguidores en las redes sociales.

Como los dos nos entendíamos mucho mejor escribiendo que hablando, nos atrevimos a dejar por escrito cuánto nos queríamos, esa tierna tontería que tanto nos cuesta decirnos a viva voz y a la cara entre amigos. Conservo también, claro, sus mensajes de audio que me mantienen la ilusión de que todavía puede hablarme, y me permiten oír su risa socarrona cuando musitaba entre comillas, esa modulación de voz tenue que parecía convertirlo todo en un secreto.

El repaso de nuestras conversaciones de whatsapp es también un viaje a los vaivenes de la política de este país en los últimos años. A veces entre interjecciones de indignación, a veces completado con el emoji que te guiña un ojo cómplice, a veces entre signos de interrogación, como cuando intentábamos explicarnos el ascenso de los neonazis en España o la atracción letal que ejerce la simpleza y la estupidez en parte del electorado. Y aquí venía en nuestro socorro Truman Capote cuando aseguraba que “siempre hacen más ruido las latas vacías que las llenas. Pues lo mismo ocurre con los cerebros”.

Además de su hermano mayor, ejercí durante años de chef de guardia. Ramón era lo que se conoce como un cocinillas, un bon vivant amante de los buenos vinos y la buena mesa. Y nos consultábamos y copiábamos recetas y tiempos de cocción, como dos científicos delante de una placa de cultivo en la que crecen bacterias multicolores, células y semillas. Y nos intercambiábamos fotos con el resultado final que, en verdad, parecían placas de Petri suculentas, de callos a la gallega que luego habrían de tener consecuencias irremediables de ventisca o temporal. Una vez, tras una comilona de fabada asturiana en la que se incuban esas tempestades, me envió un recorte de periódico con este titular: “Según el Juzgado de violencia de género número 1 de Valencia, soltar una ventosidad ante su pareja es violencia de género”. Y yo le contesté: “Pues a ti te habrían condenado a muerte”. Desde entonces supe que no existe verdadera amistad si tienes que aguantarte los pedos.

Compartíamos otra pasión: los gatos. Él tenía solo dos. Uno de ellos rubio, rechoncho, amoroso, siempre demandando mimos, amante del sillón… completamente mimetizado con su dueño. Pero por mi jardín hacían piña una pandilla de seis o siete gatos que venían a preguntar sobre lo suyo puntualmente dos veces al día: al desayuno y a la cena. Buena parte de nuestro whatsapp lo ocupan decenas de fotos de nuestros gatos en todas las posturas, acompañados de comentarios cursis de abuelos embobados. En cambio, creo que tan solo una vez mencionamos a Kierkegaard… quizá porque ambos éramos ateos.

Sí. En el tiempo dilatado en que le conocí, Ramón pasó de un anticlericalismo visceral, pues consideraba a la clerigalla antidemocrática, correa de transmisión de los poderosos, cómplice de las peores dictaduras del planeta, pasó, digo, a un agnosticismo difuso con el que mortificaba a su piadosa madre. Solo en la madurez abandonó el agnosticismo, que es como negar a dios con la boca pequeña, por si las moscas, para entrar decididamente en el paraíso de los ateos donde ningún dios vengativo te espera para leerte la cartilla el día de tu muerte.

El hilo de whatsapp está plagado, también, de consultas gramaticales y literarias. Esa duda e inseguridad en la que viven siempre los autores. Con el tiempo nos hicimos editores y correctores de nuestros respectivos libros, agradecidos a que solo nosotros conocíamos nuestras torpezas y carencias. Creo que me toca dar el último remate a la edición de su último libro nonato. Tengo ganas de que llegue a mis manos. Sé que me costará seguirle.

Ramón vivió muy de cerca la pérdida de la mujer que acompañó mi vida durante casi cuarenta años. Aunque separados quinientos kilómetros, sentí su preocupación, cariño y aliento cada día, a través del whatsapp. Cuando yo le decía que no se imaginaba el desgarro que suponía para mí su pérdida, me contestó como un resorte: “La pena solo se puede sentir. Es imposible contarla”.

Ahora lo sé, porque no encuentro mejores palabras para contaros esto que siento. Siempre me quedará la duda de si yo supe estar a la altura de la generosidad de Ramón en su último año de martirio. Tres días antes de su muerte, a solas, con sus gatos como testigos, nos hicimos un selfi juntos, él componiendo el signo de la victoria con dos dedos de su mano izquierda, yo improvisando mi mejor sonrisa del que acompaña al reo al paredón. Y, con un hilo de voz, me juraba que había sido un hombre con suerte.

Mes y medio antes, el 20 de junio, cuando ya conocía su sentencia de muerte, le escribí que yo no era muy bueno para dar ánimos, “pero antes del viaje definitivo tienes pendiente, cuando te recuperes emocionalmente, un viaje a Galicia para charlar con tu hermano mayor sobre lo absurdo y hermoso que fue vivir. Un beso de oso amoroso, hermano. Recuerda que te quiero”.

Así le dije. Y así se lo recuerdo cada día desde entonces.»

Tengo fotos preciosas del homenaje, pero mi ordenador (que cambié ayer de sitio) ya no me permite pegarlas en este blog. Dice que pesan mucho. Lo siento. Preguntaré a mi hija en cuanto la vea. O a Melisa, de 20 minutos, que se lo sabe todo.

Mi escultura, en el 90 Salón de Otoño de la Casa de Vacas del Retiro

A partir del 26 de octubre y hasta el 26 de noviembre, rodeada de obras mucho más importantes, podréis ver mi escultura en el 90 Salón de Otoño (Casa de Vacas del Retiro de Madrid).

«Sol y sombra juvenil», tallada en madera de ukola.

«Sol y sobra juvenil», la primera obra que he presentado a un concurso nacional de escultura, ha sido seleccionada y catalogada por el Jurado de la AEPE (Asociación Española de Pintores y Escultores). Con lo presumido que soy, os podéis imaginar lo contento que estoy por exponer junto a los grandes, siendo yo aún el becario de tallasmadera.com.

Invitación para la Expo del 90 Salón de Otoño (Casa de Vacas, Retiro, Madrid)

Mi maestra, Sandra Krysiak, me animó a presentar la obra.

Mi maestra, Sandra Krysiak, junto a una de sus obras.

La escultura (que primero la llamé «Niña con coleta» empecé a tallarla poco antes de la pandemia del Covid. No la terminé porque descubrí que la madera de ukola era muy tóxica. Tallar con la gubia y la maza no era tanto problema.

Desbaste de la escultura seleccionada y catalogada por la AEPE.

Sim embargo, lijar resultó peligroso ya que el polvillo de ukola podría envenenarme.

«Sol y sombra juvenil»

Acostumbrado a usar la mascarilla obligatoria por el Covid, decidí acabarla en mi casa.

Lijando madera de ukola con mascarilla. Madera noble y preciosa, pero venenosa. No hay rosas sin espinas.
Ciclo de Conferencias del 90 Salón de Otoño en la en Casa de Vacas del Retiro de Madrid

Los palestinos caminan hacia la reserva

Como los indios de EE.UU. en el siglo XIX, los palestinos caminan hoy hacia la reserva. Israel llega demasiado tarde para hacer lo mismo que aquellos europeos que quitaron las tierras a los nativos americanos. Estamos en el siglo XXI.«Tendremos seguridad cuando ellos tengan esperanza». Eso ha dicho un almirante israelí. Todo el mundo habla de paz, pero no puede haber paz, y no la habrá, si no hay esperanza. La hubo en 1995 (yo estuve allí, emocionado, en la Casa Blanca) y pronto se quebró.Estoy desolado por el terrorismo de Hamás y el contra terrorismo del Gobierno de Israel. No quiero ser equidistante, ya que esta vez Hamás atacó primero, y de una manera salvaje y bárbara propia de la yihad islámica. Pero, en estos momentos, ambos comenten crímenes repulsivos contra poblaciones civiles inocentes. Y estoy en contra de la violencia indiscriminada. En contra de ambos genocidios.Estoy de acuerdo con el manifiesto progresista que firma Grossman, entre otros. También con el artículo último de Antonio Muñoz Molina en El País. Me duele la insensibilidad moral de la izquierda en un asunto de tanta gravedad. Pero reconozco que el Gobierno de extrema derecha de Netanyahu nos lo está poniendo muy difícil a los amigos de Israel y del pueblo judío. Soy rotundamente contrario a la yihad islámica de corte medieval que causó el 7-O en Israel, el 11-S en EE.UU y el 11-M en Madrid, entre otras masacres de ciudadanos inocentes. Pero una democracia moderna (aunque incompleta) como la de Israel debe respetar los límites que impone el derecho internacional y humanitario. Esa es su servidumbre. No vale todo.

Almirante israelí en la reserva a La VanguardiaA mi juicio, en la seguridad de unos y la esperanza de los otros está la clave (con dos Estados soberanos) para resolver el conflicto iniciado en 1948, en tierras de Palestina, tras el holocausto de los nazis que costó la vida a de 6 millones de judíos inocentes. Un conflicto que estuvo apunto de terminar en septiembre de 1995 cuando, lleno de emoción, cubrí como corresponsal de para TVE la firma en la Casa Blanca del Acuerdo Oslo II entre Yaser Arafat e Isaac Rabin.

Rabin, Arafat, Husein, Mubarak y Clinton, preparándose para firmar el Acuerdo Oslo II en la Casa Blanca.

Firma del Acuerdo Oslo I («Paz por territorios») en la Casa Blanca entre Arafat y Rabin en 1993, después de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991.

Aquella jornada de septiembre de 1995 fue para mí inolvidable. Y emocionante. Creí que, finalmente, era posible la paz. Al cabo de solo un par de meses, el 4 de noviembre de 1995, Isaac Rabin, primer ministro de Israel, fue asesinado por un judío fanático contrario a los acuerdos de paz recién firmados por él en Washington. Seguí su funeral televisado desde Dayton. Su nieta me hizo saltar las lágrimas. El otro firmante, Yaser Arafat, primer jefe de la Autoridad Palestina, murió envenenado. La paz no fue posible.

Y ahora, ¿qué?. El profesor Ignacio Sánchez Cuenca nos da hoy algunas claves en su artículo «El lado oscuro de la democracia» en El País. Gaza es hoy un campo de concentración, una reserva donde quedan encerrados 2 millones de palestinos sin tierra. También es un lugar donde los bombardeos de Israel fabrican futuros terroristas. ¿Matan a los líderes de Hamás? Vendrán otros a reemplazarlos. Israel se ha creído erróneamente que el Destino Manifiesto de los norteamericanos (exterminar indios de costa a costa) sigue vigente en el siglo XXI. La última masacre de indios (cuerpos mutilados, bebés troceados, etc.) fue en Arizona en 1918.  Dos tercios eran mujeres y niños. Y se acabó.

Coronel Chivington, asesino de indios

John  Milton Chivington, coronel de EE.UU. (un pueblo elegido por Dios), lo expresó muy claramente:

«He venido a matar a los indios. Creo que es un derecho correcto y honorable para usar cualquier medio bajo el cielo de Dios para matar a los indios».

«Bajo el cielo de Dios…»

El Perich. Inolvidable.

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