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Berlusconi, mi ex jefe en el Sol. ¡Madre mía!

Silvio Berlusconi, mi ex jefe.

La muerte de Berlusconi, mi ex jefe, un sinvergonzón descarado y golfo, me ha traído recuerdos tristes como director fundador del diario El Sol, uno de mis sueños y el mayor fracaso de mi vida periodística. El artículo de Vallespín, en El País de hoy, ha removido mis tripas. Me pregunto lo mismo: ¿Qué estamos haciendo mal los demócratas para que gentuza como Berlusconi o Trump, que desprecian las leyes, obtengan tantos votos populares? No te lo pierdas. Vallespín da muchas claves. Lo copio y pego.

‘Berluscotrumpismo’

Cuando se observa la extraña trayectoria de estos privilegiados pillos posmodernos el calificativo de populistas se nos queda corto

FERNANDO VALLESPÍN

18 JUN 2023 – 05:00 CEST

Que no nos engañen las diferencias entre el “simpático” personaje mediterráneo de la amplia sonrisa y el hosco wasp del ceño fruncido permanente; o las que existen entre la cultura política de cada uno de sus dos países de origen. No nos fijemos tampoco en exceso en algunos de sus muchos puntos en común, como su origen empresarial, aunque aquí el italiano tuvo un éxito considerablemente mayor, ni en su patológica personalidad narcisista o sus veleidades en temas de faldas.

No, el aspecto más relevante y misterioso, el que nos permite asociarlos a un mismo fenómeno, es —era, en el caso de Berlusconi— que las reglas que rigen para todos no sirven para ellos. Su comportamiento como políticos es tan inmune a consideraciones de moral general como al sometimiento a las leyes; es más, el apoyo de sus seguidores parece intensificarse cuanto más severa sean las acusaciones en su contra; curiosamente, el escándalo juega a su favor, cuanto más transgreden más se aprietan las filas de sus partidarios; estos son, en un sentido literal, “incondicionales”. Se dirá que esto ocurre con todos los partidismos, pero lo habitual en otros lugares es que cuando un político o un partido quiebra las normas se acuda a la clásica cortina de humo del “y tú más”. Aquí hay al menos una forma implícita de reconocer la culpa, se es consciente de la falta, aunque acabe manchando a la clase política como un todo. Nuestros dos protagonistas no lo necesitan, se saben, sabían, exentos. Quizá por eso mismo se metieron en política, abrazándose a la retórica populista de su enfrentamiento con el sistema establecido, el pueblo contra un defectuoso e inmoral Estado de derecho. Si este se vuelve contra ellos siempre les queda la justificación, como ahora hace Trump, de imputarlo a una reacción de defensa del “Estado profundo” y sus élites frente a quien eleva la denuncia, el fácil recurso a la victimización del supuesto rebelde frente al establishment.

Cuesta creérselo de quienes ostentaban tal condición de privilegio, pero funciona. Y lo hace porque previamente ambos consiguieron establecer la visión de la realidad que mejor encajaba en sus designios. Desde su control de la televisión, Berlusconi provocó un verdadero destrozo de la cultura política italiana. Cuando la situación estuvo madura creó su propio partido político. Trump se construyó también un personaje gracias a los medios y luego a través de su peculiar uso de las redes sociales. No precisó recurrir a un partido, se apropió del republicano y casi consigue hacerse con el Estado. Puede que la clave para entender el misterio de su impunidad entre los suyos resida, pues, en esta extraña reestructuración de la comunicación política a la que estamos asistiendo. Sin embargo, cuando se observa la extraña trayectoria de estos privilegiados pillos posmodernos el calificativo de populistas se nos queda corto. Entran más bien en la categoría de los caraduras que toman al pueblo por idiota y, esto es lo extraordinario, ¡aciertan! Deberíamos hacérnoslo ver, averiguar qué diablos estamos haciendo tan mal los ciudadanos en los sistemas democráticos.

Los recuerdos de mi etapa (errónea) con Berlusconi los he recogido en mi libro de memorias «La prensa libre no fue un regalo». Copio algunas páginas del capítulo de Berlusconi y el diario El Sol.

Capítulo con Berlusconi
Capítulo con Berlusconi
Capítulo con Berlusconi
Capítulo con Berlusconi

¿Ortega Schmidt, ministro del Interior con Feijóo?

Me lo dijeron ayer, en broma, y sonreí. Ortega Schmidt, ministro del Interior con el presidente Feijóo. ¿Qué pensará el PNV? ¿Una fragata en La Concha? ¡Menuda broma!

Abascal y Ortega

Al rato, me enteré del pacto PpVox compartiendo gobierno en Valencia y se me heló la sonrisa. Peor aún, se me pusieron los pelos de punta.

Feijóo con su amigo, el contrabandista, de vacaciones.

Inmediatamente surgieron en las redes nuevas bromas… de muy mal gusto.

Vox entra en el Gobierno valenciano con el PP

¿Dónde está el límite o la línea roja para frenar el ascenso de la extrema derecha, que augura el retorno al fantasma del franquismo? El franquismo, por lo que veo en Valencia y quizás pronto en la Moncloa, no está muerto sino mal enterrado. Miedo me da. La abstención o el voto en blanco el próximo 23-J es abrirle la puerta a ese fantasma franquista (xenófobo, machista, liberticida…) que los jóvenes españoles, afortunadamente, no sufrieron.

¿Qué pensarán las mujeres que votan a VOX? Porque ya saben que el número 1 de la lista de VOX al Congreso es un condenado (condenado, no solo acusado) por maltrato machista. Ya no disimulan. No lo esconden. Lo lucen y sacan pecho. ¡Madre mía!

Portada del semanario Doblón cuando murió el dictador felón.

Ya no estamos para bromas, sino para repasar nuestra historia reciente o, mejor aún, para preguntar a los abuelos quién era aquel tirano genocida que gobernó España durante 40 años basado en el terror. Por si acaso, el 23 -J, antes de votar, preguntad al abuelo quién era ese tal Franco y que hacía.

El «caudillo de España por la gracia de Dios», como rezaba en las monedas, con el traje típico del cargo de dictador en el salón del trono.

O leed mi libro. Me haríais un favor.

Portada de mi último libro.

Berna presenta hoy su Goya en el Ateneo

No me lo pierdo. Esta tarde, a las 20.00h, Berna González Harbour presentará en el Ateneo de Madrid (Prado, 23) su obra «Goya en el país de los garrotazos». Entrada libre. Berna, subdirectora de El País, juega muy bien con los garrotazos en la época de Goya y en nuestros días. Aprendemos poco de nuestro pasado y lo olvidamos. Quizás, por eso, lo repetimos. El coloquio promete.

Hoy, a las 20.00h, en el Ateneo de Madrid (calle Prado, 23). Entrada libre.
Berna, autora de «Goya en el país de los garrotazos»

El acto lo organiza la Agrupación Goya del Ateneo que preside mi amigo (y paisano) Paco Forte, un apasionado de la vida y la obra de Goya, aunque él solo puede disfrutar sus pinturas por el recuerdo que tiene de ellas cuando podía verlas con sus propios ojos. Hoy es ciego.

Goya y Berna

El debate en torno a Goya y su época y a Berna en este país de los garrotazos no puede ser más actual en vísperas electorales. Siempre me enfrento a la obra del genial pintor con el corazón partido.

Goya repintó su homenaje al 2 de mayo sobre el medallón que antes dedicó al rey José I, hermano de Napoléón.
Mi talla «Fake news» de dos periodistas golpeándose con sus diarios. Inacabada por la pandemia. Pronto la terminaré. Goya siempre me inspira.

¿Soy anti español si voto al PSOE? ¡Sosegaos!

¿Soy anti español si voto al PSOE?

El eslogan maquiavélico y perverso “Sanchismo o España” de Feijóo, el derogador, (“que le vote el del bote”, digo yo) es enemigo de la España que construimos entre todos con la Constitución del 78. Dudo que alguien de la derecha me gane a patriotismo. Sin embargo, por sentirme socialista a fuer de liberal, la derecha dura me coloca en la anti España, junto a los heterodoxos de Menéndez Pelayo. Desentierran el hacha de la dos Españas. Ya veo por qué. Todo le vale y el fin justifica los medios. A algunos les resulta rentable la tierra quemada con tal de alcanzar el poder. A mí no. Y a muchos amigos y conocidos de derechas, tampoco. ¿Qué hacer?

Lo primero, escuchar a los que no piensan o juegan como yo. Si pierdo al tenis es porque he jugado peor que mi adversario. ¿Qué hice mal y qué hizo bien el vencedor?

Mensaje de Manuel Saco que hago mío.

El coste de pacificar la parte sediciosa de Cataluña, de arreglar los platos rotos por los separadores Rajoy y Aznar, antes de la declaración de independencia de los separatistas del Parlament, ha sido muy alto. Quizás no había alternativa, pero en el resto de España el acercamiento de Sánchez a ERC (quitar la sedición, reducir la malversación, etc.) ha tenido un coste electoral muy alto en municipales y autonómicas. Lo entiendo. No hay mal que por bien no venga. Cataluña se separa hoy de España mucho menos que en tiempos de Rajoy.

No digamos el gran error de la Ley del “sí es sí” y el empecinamiento de Podemos para no remediar inmediatamente el desaguisado. Ahí creo que murió la coalición PSOE-Podemos. El PP tuvo el acierto genial de votar con el PSOE contra Ione Bellara e Irene Montero, dos nombres quemados y que serán disuasorios en cualquier lista electoral. Con el “sí es sí” acertó el PP y erró el PSOE.

A mi juicio, acierta el PSOE cuando vota con el PNV para cerrar el paso a Bildu en Álava, por ejemplo. Aunque el eslogan le fue muy rentable, a fuer de hipócrita, se equivocó el PP con eso de “que te vote Chapote”. Iba dirigido, con mala fe, a las tripas, no al cerebro ni al corazón de los españoles. Las emociones (y las tripas) son traicioneras. ¿Acaso no negoció Aznar con ETA a la que definió como Movimiento Vasco de Liberación y autorizó cientos de traslados de etarras al País Vasco? ¿A qué viene ahora eso de “que te vote Chapote” contra el partido que acabó, de verdad, con el terrorismo de ETA?

El PSOE acertó con sus medidas de fondo de carácter social (subida del salario mínimo, pensiones, reforma laboral, etc.). Muy oportuno el artículo sobre “¿Qué hicieron los romanos por nosotros?” Se equivocó al vender chuches de última hora (cine más barato, inter rail para jóvenes, etc.). Ir del brazo del populismo de Podemos (que critica a los empresarios con nombres y apellidos, que se emperra en dividir al feminismo con minucias de la ley Trans, etc.) ha tenido un coste electoral muy alto para el PSOE. Dime con quien andas y te diré quien eres.

Para mí el error más gordo del PSOE es no haber sumado a los socialistas liberales que, aunque ya van rozando la ancianidad, adelantaron la civilización y cambiaron España durante 14 años: Felipe González no puede faltar en la foto con Pedro Sánchez. Y algo habrá que hacer para que Alfonso Guerra, artífice principal en la sombra de la Constitución del 78, junto con mi amigo y maestro Fernando Abril Martorell, no vuelva a recomendar nunca más que votemos en blanco.

Muchos vecinos de mi pueblo (Villanueva de la Cañada) nos seguimos queriendo después de votar al centro derecha o al centro izquierda, y me pregunto ¿qué les pasa a nuestros dos grandes líderes políticos emperrados en radicalizar y tirar de nosotros hacia los extremos?

Ni Feijóo es un narco ni Sánchez un etarra. ¿A qué esperamos para luchar decentemente por el centro? Y que gane el mejor. Tengo envidia por las grandes coaliciones derecha/izquierda que los alemanes hacen en caso de apuro. Imaginemos un debate en televisión sobre el futuro de la economía española entre las dos cabezas más singulares del PP y del PSOE, Luis Garicano (ex Ciudadanos) y Nadia Calviño (nº 2 del PSOE en el Gobierno). Sus márgenes de maniobra serían pequeños y sus discrepancias no tendrían nada que ver con las “gamarradas” de Cuca, la rabiosa monja alférez del PP, o los golpes bajos que MAR (Miguel Ángel Rodríguez, el Rasputín de Aznar y Ayuso) dirige, sin pudor, a las tripas de los españoles más ignorantes o apáticos.»¿Comunismo o libertad?» ¡Vamos, hombre!

Falta alguien como Adolfo Suárez, Felipe González, Fraga Iribarne o, incluso, Santiago Carrillo (padres de la Democracia) que les diga a los suyos, a voz en grito: ¡Sosegaos!

Amén.

La democracia no peligra en mi pueblo

Hoy he vivido la democracia en acción. Y, para mi sorpresa, no ha ido mal. Nada que ver con la intolerancia y/o el odio personal y ramplón que preside eso del «Sanchismo o España» de Feijóo. La Junta General, presidida por una Junta Directiva elegida por sorteo, ha transcurrido en paz, con debates, sí, pero en paz. Después de un periodo de crispación, al parecer insoportable, la Junta anterior dimitió y ningún vecino escaldado quiso presentarse a las elecciones. Por eso, el azar ha querido que un grupo de vecinos, sin ansias de mandar ni de complicarnos la vida, tuviéramos que aceptar el veredicto de la suerte. Por fuerza mayor… y -¿por qué no?- también por amor a La Raya del Palancar, urbanización de Villanueva de la Cañada (Madrid) donde mi esposa y yo compramos la parcela en tiempos de Franco y hemos criado a nuestros tres hijos.

La Junta Directiva de mi Urba, elegida por sorteo, recibida por Luis Partida, alcalde de Villanueva de la Cañada (Madrid) elegido por los vecinos. Estoy entre el alcalde y Hermenegildo Morell, nuestro flamante presidente.

Seguramente por mi edad y mi buena relación con Luis Partida, nuestro alcalde del PP, casi vitalicio, que ha vuelto a ganar las elecciones, me han adjudicado el cargo no solicitado de Vocal de Relaciones Institucionales. Sin hacer campaña, el azar me ha concedido el primer cargo político de mi vida. Ahí es nada. Y hasta un vecino me ha confiado su voto para la asamblea de hoy.

Documento gráfico de la delegación de voto de un vecino.

En mi Urbanización hay 391 parcelas con derecho a voto. Como en toda comunidad de vecinos, tal como manda la Ley, votan los propietarios de las parcelas y no quienes habitan en ellas. Ya sabemos que se trata de un voto censitario, como antes de la Revolución Francesa, pero eso es lo que hay.

Reunión relajada con el alcalde que celebró el fin de la crispación que dejó sin Gobierno a mi Urba.

Hemos empezado con buen pie, pues la asamblea de propietarios ha aprobado hoy las dos propuestas que hemos presentado: la contratación de una nueva administradora, para nuestra tranquilidad, y la apertura del restaurante del Club Social antes del verano para satisfacer las demandas permanentes de muchos vecinos. El presupuesto ha quedado pospuesto a una próxima asamblea pues ya era la hora de comer.

Nuestro Club Social, sin restaurante desde hace tiempo.

Recuerdo la primera y única vez que asistí a una Junta General de mi Comunidad de Propietarios, allá por 1977, cuando regresé de Estados Unidos para votar el 15-J por primera vez en mi vida. En Nueva Inglaterra había asistido a varias asambleas semejantes (llamadas «Town meeting») y me escandalizó el feroz enfrentamiento que había en los debates entre las dos concepciones del mundo, entre la derecha y la izquierda norteamericanas. Pues bien, la incapacidad para dejar hablar, con cierto orden, a los vecinos y los gritos e insultos que presencié en aquella primera experiencia de «democracia en acción» me escandalizaron mucho más que los que vi en Estados Unidos. Aún estaban vigentes la leyes del dictador y, quizás, también sus usos y costumbres.

La democracia aún no había llegado a España y la Constitución no había sido aprobada. Durante casi 500 años, no tuvimos la costumbre de convivir en libertad ni de escuchar al otro. La intolerancia era la norma. Aquella asamblea de vecinos, que tanto me deprimió y enfadó, fue un ejercicio de barbarie y enfrentamientos a cara de perro. Por eso, decidí entonces, quizás irresponsablemente, no volver a asistir a ninguna más. Hasta hoy, 46 años después.

¡Madre mía! Hay que ver cómo ha mejorado la convivencia en liberad en España. Daba gusto escuchar los debates, las discrepancias y, más aún, las disculpas por si alguna opinión sobre personas pudiera haber ofendido la sensibilidad de alguien. La asamblea de mi Urba ya no era pasto de bárbaros, como en 1977. Más bien, parecía una reunión de finos y educados diplomáticos salidos de Versalles. Salí contento por no haber rechazado, con alguna excusa, mi nombramiento por sorteo. Creo que fue Virgilio quien escribió en su Eneida que «La suerte acompaña a los audaces». Reconozco que, en esta ocasión, no he sido audaz. Solo un propietario con suerte, ya que hoy he comprobado que la democracia no corre peligro entre mis vecinos. Hubo respeto. ¡Quién lo diría!

Nuestros líderes políticos podrían tomar nota. Si no llegan a acuerdos, podríamos probar a elegir a los siguientes por sorteo. A veces, el azar ordena el caos.

La Transición, por miedo y casi de milagro (Nativel Preciado)

El domingo 11 de Junio, de 18.00 a 20:30 h., firmaré ejemplares de mi libro en la Feria de Madrid (Caseta 82 de Marcial Pons) 

Nativel Preciado publica una crítica de mi libro «La prensa libre no fue un regalo» en los Cuadernos de Periodistas de la APM que le agradezco de corazón. No se pueden resumir mejor en cinco párrafos (que os recomiendo) las 500 páginas de mis memorias personales y profesionales. Ella me conoce bien, desde los tiempos que compartimos en la redacción de Doblón, aquel semanario anti franquista (con Franco vivo) que casi me cuesta la vida. Gracias, Nativel. Yo te vi primero.

Nativel Preciado, periodista y escritora

La prensa libre no fue un regalo

por Nativel Preciado

Cualquiera que se decida a leer La prensa libre no fue un regalo, de José Antonio Martínez Soler (JAMS), se convencerá definitivamente de que la transición española salió con grandes esfuerzos, enormes dificultades, continuos obstáculos, casi de milagro, a base de consensos pactados, más por miedo que por prudencia. Miedo legítimo a la revancha de los vencidos, a la violencia terrorista, a la persecución policial, judicial o profesional. Miedo incluso a la muerte. Hace falta una mirada limpia para admitir que aquella generación, como cuenta su autor, peleó día a día, minuto a minuto, palabra a palabra, para defender la libertad de expresión. El relato de JAMS tiene el enorme valor de un periodista que ha sido testigo, desde la primera línea de batalla, de hechos históricos acontecidos durante más medio siglo. En su caso, con el mérito añadido de ser, además de testigo, víctima de la brutal represalia de un comando asesino que intentó acabar con su libertad y hasta con su vida.

Pido disculpas si me implico demasiado en la historia, pero es que yo ese día estaba allí, en la redacción de Doblón, el semanario que dirigía entonces Martínez Soler, cuando varios individuos armados, cubiertos con pasamontañas, fueron a buscarle a su casa de Las Matas, le secuestraron y le llevaron a un lugar recóndito de la Sierra de Guadarrama para torturarlo hasta el anochecer. El búnker franquista decidió actuar por su cuenta. El comando quería saber las fuentes que le habían informado sobre la purga de mandos moderados en la Guardia Civil, un reportaje que apareció en Doblón firmado con seudónimo. Como no dio los nombres, le sometieron a un simulacro de fusilamiento. Le dejaron vivo a condición de que mantuviera silencio. Si contaba algo de lo sucedido, matarían a su mujer. Hasta muchos años después, no supimos con detalle lo que habían hecho con nuestro director; eso sí, vimos que tenía el rostro desfigurado.

Hasta muchos años después, no supimos con detalle lo que habían hecho con nuestro director; eso sí, vimos que tenía el rostro desfigurado

A raíz del atentado, toda la prensa publicó el mismo editorial titulado “Impunidad”. La noticia del secuestro tuvo gran repercusión en la prensa internacional. Se produjo una respuesta unánime de todos los grupos editoriales contra la represión que seguía existiendo un año después de la muerte de Franco. Durante el ultraconservador mandato de Arias Navarro, político inmovilista que hizo lo imposible por impedir la transición a una democracia plena, se desató una oleada de brutales represalias contra los periodistas y, en general, contra todos los que defendían una libertad que, a pesar de las promesas, tardaba demasiado tiempo en llegar. Fue una lucha larga y difícil. Había que asumir el riesgo de cierres, secuestros, querellas, procesamientos, detenciones, interrogatorios y palizas. El ambiente no podía ser más hostil.

Del papel de la prensa en aquellos días de plomo, del referéndum de la OTAN, de los atentados de ETA, de la Constitución del 78, del golpe del 23-F y del resto de los acontecimientos de los que ha sido testigo escribe José Antonio Martínez Soler con conocimiento de causa. Además de director y fundador de Doblón, lo fue también de los diarios El Sol y La Gaceta de los Negocios, redactor jefe del diario El País, del semanario Cambio 16 y director general del periódico 20 Minutos, promotor del informativo Buenos Días y director de los Telediarios en Televisión Española. Y, como él dice, sigue vivo para contarlo.

La lectura de este excelente relato de Martínez Soler contribuye a recuperar la memoria histórica que forma una parte imprescindible del proceso democrático. Quienes lo lean comprenderán mejor por qué los españoles, hartos de la violencia padecida durante tantos años, rechazaron la ruptura radical con el pasado y eligieron la reforma para llegar pacíficamente a la democracia.

Nativel Preciado
Periodista y escritora

Mi libro, en la caseta 82 de la Feria de Madrid.
Caseta 82 de Marcial Pons en la Feria del Libro del Madrid
Contra cubierta de mi libro

Un libro bellísimo para abuelos y nietos

A mi nieto Leo y a mí nos ha encantado este libro.

Mi nieto Leo y yo hemos disfrutado con este libro de Juan D´Atri.

Mi amigo Juan D´Datri está ya firmando su último libro en la Feria de Madrid (caseta 314). Si eres abuelo no dejes de comprarlo. Para ti y para tus nietos.  Además, cuenta una historia que mi padre me contaba cuando yo era niño. Me ha dado un golpe de nostalgia. Más que el texto tan delicado del libro, me han impresionado sus dibujos muy expresionistas. Juan escribe muy bien, pero es todo un artista con lápices y pinceles. A Goya le habrían gustado algunas de sus ilustraciones. No te lo pierdas.

Con mi nieto Leo y el libro de Juan D´Atri

En su obrita, pequeña por su tamaño y grande por su sensibilidad artística y literaria, se percibe la influencia de su madre Adriana D´Atri, la alegría de nuestro barrio. 

Un torniquete para frenar la hemorragia y… ¡otra vez, a ganar!

Ayer me desperté triste. La victoria electoral de la derecha y la extrema derecha me quitaba el sueño.

Ayuso y Almeida celebran sus victorias en la sede del PP. Desde el balcón Ayuso grita: «En libertad». ¿Acaso no hay libertad en España? Me dio repelús.

Pensaba en una frase de Albert Camus sobre la guerra civil española:

-«Se puede tener la razón y perder la guerra».

No soy analista político ni profeta… por ahora. Solo un periodista jubilado. Si embargo, nada más levantarme, tuve un presentimiento. Así se lo conté a Ana Westley, mi esposa (awestley.com):

-«Si yo fuera Pedro Sánchez, disolvería las Cortes y convocaría elecciones generales inmediatamente».

Pedro Sánchez anunció ayer, por sorpresa, la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio. Muy pocos lo sabían.

Al cabo de un rato, el presidente me dio la razón. Por eso, no me sorprendió. Me recordó la audacia de Felipe Gonzalez cuando renunció al marxismo… y los socialistas, despavoridos, se unieron rápidamente a él como una piña. Y ganó las elecciones muchas veces. También me recordó una frase que yo atribuí erróneamente a  Cicerón (un error, pues es de Virgilio, copiada de un griego):

-«La fortuna favorece a los audaces»

¡Olé! Pedro Sánchez puede ganar, con Nadia Calviño de número 2 y sin comunistas, independentistas ni populistas en sus listas. Solo en coalición, si hace falta.

Pedro Sánchez y Nadia Calvino. ¿Números 1 y 2 de la lista ganadora del PSOE?

¡Ánimo, presidente! Ya tienes mi voto.

Camaradería de la vicepresidenta Nadia Calviño con Olav Scholz, el canciller de Alemania. Nadia se mueve muy bien por la Unión Europea. Ayuso y Feijóo se pierden por Bruselas.

Fiesta de fin de curso, con más admiración que envidia, en tallasmadera.com

Tampoco terminaré en este curso mi «Quema de libros por la Inquisición», tallada en madera de cerezo, que inicié antes del confinamiento y retomé este curso. Las clases se cerraron y escribir mis memorias («La prensa libre no fue un regalo»), en plena pandemia. desvió mi atención temporalmente.

Talla inacabada de la «Quema de libro de un hereje», inspirada en una obra del gran Juan de Juni.

Ayer celebramos en mi casa la fiesta de fin de curso de tallasmadera.com con un asado de rechupete. Una fiesta de camaradería sensacional, donde brillaba más la admiración que la envidia entre los 25 artistas que homenajeamos ayer a nuestra brillante maestra Sandra Krysiak.

Cuadro de honor de la fiesta de fin de curso: Hector, maestro asador (Izda), Sandra Krysiak, Toño, pinche de cocina, y yo, chupando cámara, de puntillas, detrás de ellos.

Hector, nuestro asador oficial argentino, que tampoco ha terminado a tiempo su talla del Guernica, avivó el fuego con las astillas de cedro y otras maderas nobles que recogí del suelo en clase. Eran fruto de nuestro sudor para hacer emerger con la gubia nuestras esculturas y relieves, escondidos en el interior de unos simples tacos de madera. Las astillas de cedro, que huelen de maravilla,  dieron un aroma especial al corte argentino de la carne y de las verduras, sometidas al fuego lento.

Exhibición del corte argentino durante los aperitivos.

La talla une mucho a quienes practicamos esta terapia artística, más barata que el siquiatra. Hubo buen yantar, muchas risas y excelente camaradería.

El núcleo duro de nuestros talleres, con Toño, que domina el selfie, a la cabeza.
Comimos sin lluvia, pero los postres, café y copa tuvimos que tomarlos en un porche bajo techo. Hubo tormenta pasajera.
Allí empezó la segunda parte de la fiesta con música, cante, baile y algunos discursos desternillantes.

Yo comencé a hablar diciendo: «Seré breve… «. Ahí acabó mi discurso. Las carcajadas de mis colegas no me dejaron seguir hablando. Ya me conocen.

Cristina (Izda), Toño y Marian triunfando con sus canciones.

En mi casa era costumbre rifar algunos regalos de empresa que no queríamos consumir (huíamos en conciencia de la sensación de soborno a periodistas). Recuerdo que en una fiesta con mis colegas de TVE, cuando yo dirigía y presentaba el Buenos Días, sorteamos un jamón ibérico procedente de la cesta de Navidad de un banco en crisis. Cuanto más grave era la crisis bancaria, mayor era su cesta. En 1986, le tocó el jamón a José Antonio Maldonado, recién contratado por mí como hombre del tiempo para el Buenos Días. Un hombre generoso. A los pocos días, se presentó en el Pirulí con el jamón recortado en lonchas. Menuda fiesta.

La mano inocente que ayer sacó del puchero, sin mirar, los números premiados fue la de nuestra maestra Sandra Krysiak.

Como ahora soy un abuelo jubilado sin influencia, no recibo regalos/soborno como antes. Por eso, opté por premios simbólicos de bajo coste. Por ejemplo, el tercer premio fue la bandeja de panceta sobrante porque, saciados de carne y verduras a la brasa, fuimos incapaces de asarla y comerla. Menos mal que acompañé la grasienta panceta con una camiseta de propaganda de mi libro. Eso sí le gustó al premiado que fue Toño, el pinche de cocina y gran tallista.

Toño luce la camiseta de su tercer premio.

El segundo premio, una taza de propaganda con el titulo de mi libro, fue para Marian, la mujer de Pablo Redondo (Odnoner), un consagrado escultor, el ex alumno de Sandra más bendecido por el éxito.

Fernando, el premiado, se troncha de la risa al comprobar que le había tocado mi libro… que ya ha había comprado y leído.

El primer premio fue mi libro (¡cómo no!) y fue a parar, entres grandes risas, a Fernando, mi colega del taller de Tupatio en marqués de Vadillo, que ya lo había comprado, leído y subrayado. Lo cedió generosamente a Ana, de Primero de Cuenco, que estaba sentada a su lado y aún no lo había comprado.

Maestro asador y pinche celebraron su éxito culinario con unos buenos bailes y no pocas risas.

Los últimos salieron de casa cerca de la media noche. Una tarde/noche maravillosa, llena de buena comida y bebida y mejor humor. Muchas gracias, queridos colegas, por venir a casa. Y muchas gracias, especialmente, a estos dos bailarines, auténticos maestros del espectáculo y del asado argentino.

El final, pedimos a la maestra Krysiak (a coro, naturalmente) un aprobado general.  Ya veremos.

Mi libro, en la Feria de Madrid (caseta 82 de Marcial Pons)

Os parecerá mentira, pero hace unos días cobré los primeros derechos por la venta de mi libro «La prensa libre no fue un regalo. Cómo se gestó la Transición». Sorpresa mayúscula. Había olvidado que no escribí mis memorias personales y periodísticas por dinero. Lo hice, naturalmente, por vanidad. Quizás, también, para que algunos me conozcan un poco mejor y, aun así, me quieran.

Mi libro en la caseta 82 de Marcial Pons en la Feria de Madrid. En primera fila …y a la vista.

El caso es que hoy he recibido una foto que han hecho unos amigos de la caseta 82 de Marcial Pons en la Feria del Libro de Madrid y ahí están mis memorias. En primera fila y a la vista.

Caseta 82 de la Feria del Libro de Madrid. Muy recomendable. Claro que no soy objetivo…

Me dice mi librero favorito que la venta no ha ido mal y que ya quedan pocos ejemplares para saltar a la segunda edición. Aún estás a tiempo de hacerte con un ejemplar de la primera edición. Quedan pocos.

Portada de mi último libro

Empezamos por llenar de amigos y presuntos lectores el salón principal del Ateneo de Madrid (la Cátedra Mayor) en otoño. Presentación emocionante con el teniente general Andrés Cassinello, mi compadre Joaquín Estefanía, y mis amigos Manuel Saco, Nativel Preciado y Antonio Cantón. Así fue mi puesta de largo en el Ateneo.

Del Ateneo de Madrid pasé al Teatro Apolo de Almería donde actué de niño. ¡Cuántos abrazos de amigos de toda la vida en mi tierra!

Y, por fin, salió una crítica en Babelia de El Pais, mi diario de toda la vida. Y hasta fui invitado por el gran Javier del Pino para hablar de mi libro un buen rato en «A vivir que son dos días». 

El no va más fue hablar de mi libro en Radio Clásica, mi emisora favorita, en un programa sensacional con Clara Corrales y Martín Llade. Casi me arranco a cantar una copla de las de mi madre. Y en Radio Nacional de España con mi paisano Carlos Santos.

En la Casa de Vacas del parque del Retiro de Madrid, el mes pasado presentamos mi libro con mi admirado amigo José María Pérez, Peridis, de maestro de ceremonias. Luego me fui a Ourense y volví a hablar del libro con mi amigo Manuel Saco (autor del preámbulo) y seguí con mi «book tour» con los alumnos de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Información. 

La «noche de los libros», víspera del Día del Libro, la dedicamos en Marcial Pons a «La prensa libre no fue un regalo» con tres colegas brillantes. Como veis, no paro. No sé si se ha vendido bien mi libro por su calidad e interés o por la lata que doy con tantas presentaciones. Ya me conocéis. Agitación y propaganda («agitprop») a tope.

Estoy muy contento por haberlo escrito, como si fuera libre, en pleno confinamiento. Me quité un peso de encima. Además, me pagan por ello y no me rebajan la pensión.

Seguramente, la publicación de mi libro de memorias periodísticas contribuyó a que mis colegas de la Asociación de la Prensa de Madrid me concedieran el mejor galardón que pueda concebir: el Premio de Honor de la APM a toda una vida dedicado al Periodismo.

¿Qué mas puede pedir un abuelo jubilado como yo? Si lo llego a saber, lo hubiera escrito y publicado mucho antes.