2.- Eugenio Espinosa de los Monteros, un diplomático español que llegó a capitán general de Baleares y que fue embajador del dictador felón ante Adolf Hitler en Berlín, llevaba el mismo apellido que el portavoz de VOX en el Congreso. ¿Serán parientes?
Las coincidencias existen, pero dos a la vez… Gracias, Antonio.
Si olvidamos los horrores del pasado, corremos el riesgo de volver a sufrirlos.
Y para no olvidar el Golpe de Estado del 18 de julio contra la Democracia que dio Franco, el general felón y genocida, el historiador Ángel Viñas ha publicado hoy un excelente artículo en eldiario.es que os recomiendo. También os recomiendo su libro «La otra cara del Caudillo» que ya va por la 5ª edición en Crítica.
Un consejo (que solo sirve para quien lo da):
Votad lo que os de la gana el 23-J, pero ¡Votad!
Si no votamos, mereceremos lo peor de lo peor…. El que avisa no es traidor.
Que una periodista haga bien su trabajo no debería ser noticia. Sin embargo, en el caso de mi colega Silvia Intxaurrondo lo ha sido. Y con razón.
Silvia da una lección de honradez profesional a Feijóo
Nuestra profesión tiene mala prensa y se la ha ganado a pulso. Por eso, doy las gracias a Silvia por haber restaurado el honor del Periodismo (tan devaluado), al defender la verdad de los hechos probados frente a las mentiras soeces de Fakejóo.
Si te despiden, Silvia, aquí no te faltará un plato de comida.
Con Aznar en TVE, poco antes de que me despidiera en 1996. Le gané el juicio a TVE por despido improcedente. A la indemnización que fijó el juez, mis hijos la llamaron «la Beca Aznar». Foto publicada en mis memorias «La prensa libre no fue un regalo».
Los chistes, como éste, han inundado las redes. Las mentiras tienen las patas cortas.
Querida Silvia, si te despide Feijóo, aquí siempre tendrás un plato de comida. A mí me alimentaron mis vecinos en 1996… y luego me refugié en la Universidad hasta que fundé 20 minutos. La «Beca Aznar» contra la libertad de prensa me ayudó a crear el diario más leído en la historia de España. Justicia poética.
Este lunes sucedió algo extraordinario. Feijóo estaba siendo entrevistado en TVE y lo que debía ser una entrevista más de campaña se convirtió en un potro de tortura porque Silvia Intxaurrondo, periodista de los servicios informativos de TVE, le rebatió las incorrecciones. O mentiras. Pongan ustedes el sustantivo. Feijóo: “Nuestro partido nunca ha dejado de revalorizar las pensiones conforme al IPC. El único partido que congeló las pensiones fue el PSOE. Siempre lo hemos hecho y…”, decía el candidato cuando sonó un trueno: “No es correcto, señor Feijóo”. ¡BOOM! Feijóo intentó zafarse y solemnemente respondió: “Es absolutamente correcto”. Pero Intxaurrondo no se echó atrás y leyó los datos: “No lo hicieron ni en 2012 ni en 2013 ni en el año 2017″. Feijóo le dijo a Intxaurrondo: “Revise usted los datos”. Ella respondió: “No, mis datos son correctos, señor Feijóo”. Feijóo siguió repitiendo que “el PP ha revalorizado las pensiones…”. La entrevista siguió con el caso Pegasus. Feijóo no contestó y se agarró a que lo había leído en un teletipo de agencia y que tal vez el teletipo no era correcto. Cuando Intxaurrondo le preguntó qué teletipo, Feijóo no lo recordaba. Y ahí no mentía, era imposible recordarlo porque el supuesto teletipo no existía. Horas después Feijóo puso un tuit que rectificaba sin rectificar. Era insuficiente, pensaron los cuarteles generales de muchos medios, había que hacer algo, había que salvar al soldado Alberto porque #Intxaurrondo era tendencia en Twitter y el PSOE había olido sangre. El Mundo: “Bronca monumental entre Feijóo e Intxaurrondo”. Al entrar en la noticia el titular cambiaba a “Tenso rifirrafe”. Había que irse hasta el párrafo 12 para leer que “de hecho” los datos de la periodista eran correctos. Abc: “Feijóo e Intxaurrondo se enzarzan en TVE por la revalorización de las pensiones”. El Español: “Máxima tensión entre Intxaurrondo y Feijóo”. EsDiario: “Guerrillera”. OkDiario: “TVE intenta montar un lío a Feijóo”. El texto llega a decir que la entrevista fue “inquisitorial” y que “ha dejado en evidencia a la periodista”. The Objective: “El encontronazo acabó con el líder del PP matizando sus palabras en su cuenta de Twitter”. El Confidencial consiguió contar el momento de tensión entre la periodista y el candidato sin hacer referencia en ningún momento a que ella tenía razón. Meritorio ejercicio de equilibrismo. Porque Silvia Intxaurrondo solo había preguntado, repreguntado y corregido datos falsos. Había hecho su trabajo, había encendido la luz.
Las mismas técnicas de las teorías de la conspiración de Trump, Bolsonaro, etc. (miente y calumnia, que algo queda) se están asentando en España.
MAR y Fakejóo, aprendiendo de Goebbels
Primero, de la mano de Miguel Ángel Rodríguez (MAR). Este asesor astuto y cínico, prestado por Aznar, que mueve la cuna de Ayuso y le consigue mayoría absoluta en Madrid. Algo bueno ofrecerá Ayuso a los madrileños para que la voten. Los alemanes también votaron a Hitler y ganó unas elecciones libres (las últimas, hasta después de la guerra mundial).
Respuesta de izquierdas en las redes al «Que te vote Txapote» de la derecha.
Albert Camus reconoce que «puedes tener razón y perder la guerra». Busco una explicación racional y no la encuentro. «Son las emociones», me dicen. ¿No serán acaso las vísceras, donde se archivan la rabia, la envidia, la venganza y el odio? El pueblo no se equivoca ni siquiera cuando vota con sus vísceras. «Algo tendrá el agua cuando la bendicen», me dicen otros. Ahora es Feijóo («Fakejóo), movido por el MAR de Goebbels, quien copia a Ayuso, a Trump y a Bolsonaro. Las teorías de la conspiración tienen una gran ventaja: son verosímiles, fáciles de tragar sin esfuerzo mental. Pero (¡ay!) tienen una terrible desventaja: suelen ser falsas y te acaban quitando la libertad. Pero, para descubrir su falsedad, hay que pensar. Y pensar cuesta. Ya lo creo. Y, a veces, incluso duele.
«El cuento de la criada», una novela espléndida y tenebrosa de Margaret Atwood.
Hoy me gustó leer la crónica de Ignacio Escolar desde su pueblo (Torresandino, Burgos). Con su permiso (y el de la directora de 20 minutos) la copio y pego aquí, en mi blog «Se nos vio el plumero». Es una buena crónica que os recomiendo. Conozco su pueblo porque allí enterramos a su abuela, cuando su padre y yo trabajábamos juntos en 20 minutos. Os la recomiendo.
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Hola, José AntonioTe escribo desde mi pueblo: Torresandino de Esgueva, Burgos. Son las fiestas patronales, las de la Virgen del Carmen; habrá orquesta, castillos hinchables, churros, tómbolas y todas esas cosas que, de niño, me hicieron tan feliz. Llegué el viernes por la tarde y me quedaré hasta el domingo, para reencontrarme con los amigos y ver a mi familia. A mis tíos, a mis primos y a mi abuelo José (93 años), que siguen viviendo aquí.Siempre digo que yo soy de pueblo, pero no como lo somos casi todos en Madrid. Torresandino no es solo el lugar donde nacieron mis padres y donde después veraneé. Yo también me crie aquí, hasta que mi familia tuvo que emigrar a Madrid en busca de futuro, como tantas otras. De niño, en el pueblo me conocían como el nieto del lechero –por mi abuelo José, que tuvo vacas hasta que se jubiló–. O como el hijo de la cartera. Porque mi madre trabajó muchos años en Correos y, en ocasiones, la acompañaba a repartir las cartas y los certificados por las calles de Torresandino y por las del pueblo de al lado donde también repartía, Villatuelda.Mi madre recuerda bien lo duras que son las campañas electorales para los carteros. ¡Lo que pesa la propaganda de los partidos! Era en unos años –principios de los 80– cuando aún usaban valijas, unas plúmbeas carteras de cuero que se colgaban al hombro para desgracia de las cervicales de los pobres carteros. Más tarde, cuando nos mudamos a Madrid, mi madre y otras compañeras de Correos (en el distrito de Moratalaz, donde vivíamos entonces) abandonaron esa tortura y empezaron a utilizar un carro de la compra, soportando las bromas de algunos de sus compañeros. Usaban entonces el que tenían en casa, que se pagaban de su bolsillo, hasta que la empresa entró en razón y empezó a repartir esos carros amarillos que hoy usan casi todos los carteros. También esos hombres que, en un primer momento, despreciaban los carros como un accesorio femenino y preferían destrozarse la columna. Ya sabes, hay quien cree que un verdadero hombre solo puede usar algo con ruedas si corre mucho y contamina –y esto no solo cuenta para las bicis o los carros de la compra, también para los carros de bebé–.Recuerdo todo esto porque conozco bien a ese cuerpo de funcionarios, a los sufridos carteros. Casi te diría que me crié allí. Y tal vez por eso me han indignado tanto estas palabras de Alberto Núñez Feijóo. Especialmente viniendo de alguien como él, que fue presidente de Correos. Que conoce esa casa mejor que yo. Y sabe perfectamente que sus gravísimas insinuaciones sobre una manipulación del voto por correo son una pura invención.“Les pido a los carteros de España que trabajen al máximo, mañana, tarde y noche. Y que aunque no tengan los refuerzos suficientes, que sepan que custodian algo que es sagrado de los españoles, que es su voto. Y por eso les pido a esos carteros, con independencia de sus jefes, que repartan todos los votos antes de que venza el plazo.”El diablo está en los detalles y, en este caso, en las palabras que pongo en negrita: “Con independencia de sus jefes”. Y no hay que ser muy suspicaz para interpretar cuál es el mensaje que Feijóo está dando a entender. Un discurso envenenado que no solo manda él y que por eso no es casual. Porque conecta con una extendida teoría de la conspiración que, desde hace tiempo, difunden varios medios y políticos de la derecha y la extrema derecha. Esa idea tóxica para la convivencia: que el pérfido Gobierno de coalición, el malvado Sanchismo, estará dispuesto a todo con tal de conservar el poder. Incluso un pucherazo electoral.No es siquiera la primera vez que azuzan esta teoría de la conspiración. Pasó lo mismo en las anteriores elecciones, en las municipales y autonómicas. Donde el Partido Popular cerró su campaña electoral con un mitin en el que Isabel Díaz Ayuso acusó abiertamente al Gobierno de amañar las elecciones (“Sánchez se irá como llegó: con un intento de pucherazo”, fue la frase literal). Una brutal acusación sin base alguna, que hermana al PP con Bolsonaro y Trump. Una enorme barbaridad que Feijóo, que estaba allí presente, no cuestionó.Luego pasaron aquellas elecciones. Y más tarde descubrimos lo que cualquier persona informada ya sabía: que ese tipo de pequeños escándalos de compra de votos por correo en algunos pueblos han ocurrido siempre, que son normalmente irrelevantes y que no forman parte de ningún plan organizado a gran escala. También supimos que en Mojácar –epicentro de la supuesta corrupción electoral del PSOE porque allí veranean Pedro Sánchez y Félix Bolaños– el único detenido por comprar votos que terminó encerrado en prisión era un apoderado del PP. Pero nadie ofreció disculpas desde la derecha. Ni tampoco les ha temblado la mano para volver a usar otra vez esta misma treta indecente.Es un mensaje tóxico para la convivencia democrática. Otro más. Porque sea cual sea el resultado, estas elecciones serán recordadas por varias tácticas sucias de manual: las infundadas acusaciones de pucherazo y ese lema oficioso de la derecha y la extrema derecha que debería avergonzar a cualquier demócrata: “Que te vote Txapote”. Que ya ha llegado a los Sanfermines, o incluso a las bodas.Lo expliqué en otro artículo que publiqué esta semana:Los líderes políticos tienen una importante responsabilidad: marcan los márgenes de lo aceptable en el debate público y guían a los demás. Son límites importantes, porque cuando los políticos estiran el discurso hacia el odio alguien puede llegar más allá. ¿Es un marco aceptable la deshumanización del rival político y de quienes no piensan como tú? ¿Hay alguna deshumanización mayor que equiparar al otro con un asesino? ¿O es que todo vale?Las preguntas finales son retóricas. Porque la realidad es que sí, que todo vale. Y es evidente también por qué el Partido Popular lanza estos infundios o hace suyo este discurso de odio. Son tres razones.Porque sirven para movilizar el voto de la derecha.Porque sirven para que una parte del voto de izquierda se quede en casa.Porque sirven para desviar la atención.Y por eso no es tampoco casualidad que Feijóo alentara esta teoría de la conspiración sobre el voto por correo los mismos días en los que el PP y Vox, en Extremadura y en la Comunitat Valenciana, culminaban su pacto para alcanzar el poder. En el caso de María Guardiola, con el oprobio de traicionar esos mismos principios, esa misma palabra, que la presidenta de Extremadura hace muy pocos días defendió.Hay una cuarta razón, una que siempre está ahí. Feijóo lo hace porque puede. Porque le sale gratis. Porque cuenta con la complicidad y la colaboración de la inmensa mayoría de los medios de comunicación. Por eso, en la política española, aplica una teoría del embudo, donde la derecha siempre tiene el lado ancho y la izquierda el estrecho.Es lo mismo que pasó en el debate electoral del pasado lunes, el famoso cara a cara. Usar la mentira para descolocar al oponente y desviar la atención. Para más tarde, todo serio, proclamar:Alberto Núñez Feijóo: “El activo más importante que tiene un político es decir la verdad. Y la verdad nos acompañará en todas y cada una de nuestras decisiones. Con la verdad vamos a ganar las elecciones. La verdad siempre le gana a la mentira”.La verdad siempre le gana a la mentira, dice Feijóo. Y de todas las mentiras del líder del PP, esta es sin duda la más cínica de todas.Me despido por hoy. Pero antes, una buena noticia: el éxito de un equipo de investigadores españoles que han dado un importante paso para lograr resucitar a la primera mariposa que se extinguió por culpa de los humanos.Que tengas un buen fin de semana. Ojalá lo pases tan bien como un niño en una verbena de pueblo. Ojalá regresen las mariposas extintas. Ojalá triunfé siempre la verdad.Un abrazo, José Antonio. Y gracias por tu apoyo a elDiario.es. Nuestra voz es posible porque nos apoyan personas honestas como tú.Ignacio Escolar
Anoche, gracias al buen hacer de Xabier Fortes en TVE, me quité la espina me clavó el lunes la televisión privada con el pésimo cara a cara, tan mal moderado, entre Sánchez y Feijóo.
Xabier Fortes salvó anoche en TVE el honor de la prensa seria y responsable frente al mal hacer de la televisión privada.
Siete portavoces parlamentarios fueron ayer moderados por Fortes con mayor profesionalidad y honestidad que los dos líderes del PSOE y el PP, abandonados a su suerte en A-3 y la Sexta por Ana Pastor y Vicente Vallés. Los moderadores de la televisión privada tienen mucho que aprender. El cara a cara vergonzoso de Sánchez y Feijóo, dominado por una metralleta de mentiras de Feijóo (sin citar fuentes), que sacó de quicio a Sánchez, sin tiempo para denunciar y rebatir las falsedades, se les fue de las manos a los moderadores de la tele privada. ¿Fue por bisoñez profesional, por búsqueda del espectáculo a cara de perro o por sesgo ideológico interesado?
Los siete portavoces parlamentarios, anoche en TVE
No me atrevo a juzgar las intenciones de mis colegas de la televisión privada, Pastor y Vallés. Solo diré que hicieron muy mal su trabajo. Yo tuve que moderar varios debates en Televisión Española. Por experiencia personal, puedo decir que moderar un debate a dos, como hacía muy bien hacia Manuel Campo Vidal, es mucho más fácil que moderar otro a seis o a siete portavoces parlamentarios tratando de quitarse la palabra unos a otros. Por eso, valoro mucho el buen hacer de Xabier Fortes con su control de tiempos, su reparto en el uso de la palabra y sus preguntas certeras que casi nunca tuvieron respuesta.
No encuentro las fotos de los debates sectoriales que tuve que moderar (creo que fueron cuatro o cinco) en las elecciones generales del 1993 con las segundas espadas (Carlos Solchaga, Rodrigo Rato, Miguel Roca, etc.).
Debates con segundas espadas en las elecciones generales de 1993.
José María Aznar no quiso debatir con Felipe González en la tele pública en las eleciones generales de 1993 ni en las de 1996. Me tuve que conformar con entrevistas individuales a los seis candidatos a la presidencia del Gobierno en las elecciones generales de 1986, 1993 y 1996.
Fui un ingenuo. Pensaba que Feijóo era un conservador moderado, no un VOX con piel de cordero.
MAR, el Rasputin de Aznar y Ayuso, asesora a Feijóo. ¡Qué miedo!
Las 9 grandes mentiras flagrantes del cara a cara con Sánchez (sin citar la fuente) y su presunción, ruin y miserable, del pucherazo en Correos («que trabajen los carteros, con independencia de sus jefes») me han hecho cambiar de opinión.
Como hizo Trump, Feijóo maltrata a una institución pública como Correos con el fantasma del fraude…
Si no gana, Feijóo ya tiene un fantasma para deslegitimar al vencedor en las urnas. No son verdaderos demócratas. No aceptan la alternancia, base de la Democracia. Ya lo hizo Aznar con Zapatero («presidente por accidente») cuando, el 14-M de 2004, el PP perdió las elecciones tras su mentiras de ETA y no Al Qaeda en la masacre del 11-M.
La mentira tiene las patas cortas… pero, a corto plazo, puede emocionar a sus partidarios.
Miguel Ángel Rodríguez (MAR, prestado por Aznar y Ayuso) le ha convertido en un franco-trumpista de tomo y lomo. Seguí de cerca las dos campañas sucias que hizo Trump del brazo de Bannon (su MAR particular) y me asusté.
Conozco a MAR. Sé de lo que es capaz. Una inteligencia astuta al servicio del mal.
Pensé que eso no podrían pasar nunca en España. Me equivoqué. Ahora recuerdo a Albert Camus sobre la guerra civil española: «Puedes tener razón y perder la guerra».
No se les cae la cara de vergüenza al manosear y dividir a las víctimas de ETA (que no mata desde hace años) para ensuciar la campaña electoral.
Pues eso, Pedro Sánchez. No te confíes. No vayas tan sobrado. Feijóo lleva una herradura en su guante. Tómatelo en serio. Yo me estoy asustando mucho por el túnel oscuro y tenebroso que se avecina para mi patria.
«El cuento de la criada», de Margaret Atwood, siempre me dio miedo. Ahora, mucho más.
Por eso, animo a todo el mundo a votar. Más vale prevenir que lamentar. Más vale votar que llorar.
En Alemania estaría prohibido cantar un himno de Hitler. Algo como el «Cara al Sol, el himno de la Falange, no se podría cantar por estar ligado a una dictadura cruel como fue la de Franco, el dictador felón.
Como respuesta a «Que te vote Chapote», contra Sánchez, en las redes ha surgido este otro contra del pacto PP-VOX
Cuando hagamos la digestión de las mentiras de Feijóo, veremos quién ganó el debate de anoche. Hubo tongo porque Feijóo golpeó a Sánchez llevando una herradura en su guante: una sarta de mentiras dichas con aplomo, cinismo, sin inmutarse y con la cara más dura que el cemento. ¿Habrá recibido clases de Aznar o del trío Pinocho de ETA en el 11-M? Sánchez, ingenuo, crecido y confiado, no pudo ganar un debate tan desigual. Perdió su oportunidad. Feijóo le cabreó, le sacó de sus casillas.
Cartel de seguidores de Sumar en las redes
Mi amiga Blanca Vila nos ofrece este sabio mensaje: «Alguien dijo: no discutas sobre verdades con adictos a las mentiras». Si te pones al nivel de un mentiroso, él te gana ya que tiene más costumbre que tú a la hora de mentir con aplomo. Sánchez y la verdad perdieron el debate.
Ana Pastor t Vicente Vallés los presuntos moderadores de la Sexta y Antena3
Lástima no haber estado allí para poner un poco de orden.
Entrevista preelectoral con Aznar en TVE
¡Vuelve Manuel Campo Vidal! Anoche te echamos de menos.
Un mensaje recogido en las redes sociales
Fraga evolucionó desde la Falange y el franquismo a la Democracia. Feijóo y Abascal van hacia atrás como los cangrejos. Me quedo con Fraga.
Minuto de oro de Pedro Sánchez. Lo mejor de su intervención.
A esto le llamo yo progreso. Aunque quisiera, si Feijóo gana las elecciones de 23-J no podrá despedir a Ana Pastor ni a Vicente Vallés de sus cadenas privadas de televisión. No está en su mano. Los moderadores del único debate televisivo de esta noche no dependen de él.
En el año 1996 no fue así. Aznar tuvo miedo y no quiso hacer debates. Solo entrevistas individuales a los candidatos a la presidencia del Gobierno. Por tercera vez (1986, 1993 y 1996), a mí me tocó la china como entrevistador oficial del Reino. Y eso me costó el puesto. A Aznar no le gustaron mis preguntas, ganó la elecciones, por muy poco, y me despidió de su TVE. Yo no tenía cargo político sino contrato laboral como corresponsal en EE.UU. Aquella entrevista me llevó al paro. Gané el pleito a la TVE de Aznar por despido improcedente y cobré una buena indemnización que mis hijos llamaron «la beca Aznar».
Me refugié en el «sagrado académico» hasta que, pasada la persecución, pude fundar el diario 20 minutos. El 14-M de 2004, Aznar huyó por la gatera de la Historia como un mentiroso ruin y miserable. No fue ETA la del 11-M, señor Aznar. Fue Al Qaeda. Solo 20 minutos lo publicó en su portada el 14-M. Engañó a los demás diarios. Y eso le costó el puesto al PP. Justicia poética.
Con Aznar, candidato ala presidencia del Gobierno, en TVE.
Para más detalles, remito a mis queridos lectores a las páginas que dedico a este asunto, de triste memoria, en mi libro «La prensa libre no fue un regalo».
Pag. 500 de «La prensa libre no fue un regalo»
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Las primeras entrevistas a candidatos presidenciales que hice en TVE fueron en las elecciones del 1986 cuando yo dirigía el informativo Buenos Días. En aquella ocasión, me tocó entrevistar a Fraga. Mucho más simpático (y demócrata) que Aznar. Dónde va a parar. Claro que entre Fraga y Aznar reconozco que no soy objetivo. A pesar de los pesares, prefiero a Fraga.
Portada de 20 minutos el 14-M de 2004. El único diario de España que desmintió al presidente Aznar. El presidente del Gobierno y del PP engañó a los demás.
Hoy me siento alguien. Cuento mi vida en la radio. Ana Ramos ha publicado en Radio Nacional de España «un podcast de película» sobre mi vida periodística. Ella mezcla la peli «Detrás de la noticia» con mi libro «La prensa libre no fue un regalo», me tira de la lengua (¡Ay, la vanidad, el pecado favorito del diablo!) y yo le respondo como si fuera libre. Me ha gustado mucho volver a Prado del Rey. Allí me siento como en casa. Gracias, Ana.
Ayer lo vi en la tele y me quedé espantado. Siguen aumentando los delitos de odio (racismo, xenofobia, homofobia, machismo), al tiempo que aumentan las expectativas de voto de VOX en las encuestas de los medios conservadores. ¿Qué nos está pasando para que tantos españoles quieran regresar al pasado franquista? Perdonar, siempre. Olvidar, nunca. No nos conviene olvidar que el discurso de la extrema derecha franquista lleva en su ADN el embrión de estos delitos de odio.
Aumento de los delitos de odio en España en 2022
Aumento de los delitos de odio
El abrazo del águila
«No es lo que parece»… si no miramos hacia Extremadura, Valencia, Baleares, Castilla León y tantos ayuntamientos gobernados ya por el PP con VOX.
La gaviota del PP alimenta al águila imperial de Franco con los colores de VOX.
Hay circunstancias en las que no sabemos quién alimenta a quién. El caso de la señora Guardiola, futura presidenta de Extremadura (si antes no dimite), después de haber tirado su palabra de honor a la basura (por orden de Feijóo), es muy claro.
Al mismo tiempo, aumentan los casos de censura cultural, promovida por VOX sin que al PP le salgan los colores.
VOX contra el Siglo de Oro. No sé si reir o llorar.
El miedo a perder la libertad, que ganamos con tanto esfuerzo en la Transición, justifica estas campañas contra la censura de la extrema derecha.
Afortunadamente, no todo son malas noticias. Acabo de recibir un comunicado que me ha emocionado. Es de un hijo que ha recuperado los restos de su padre, asesinado por falangistas en 1936. Copio y pego:
COMUNICADOIdentificados los restos de mi padre, no tengo palabras para expresar la inmensa satisfacción intima que siento por la confirmación oficial, genética, de la identidad de los restos de mi padre Valerico Canales.Por fin ya puedo acogerle entre mis brazos de una manera física, material, a través de sus restos liberados de un secuestro que ha durado prácticamente 87 años.Con ello se cierra un duelo continuado desde que yo tenía poco más de dos años.Se cierra la herida que ha estado siempre abierta en mi corazón desde que a mi padre nos lo arrebataron a mi madre, a mi hermano y a mí.Primero fue sacado de nuestra casa en Pajares de Adaja de manera violenta por paramilitares facciosos falangistas una madrugada de agosto de 1936 y asesinado en una cuneta del término municipal de Aldeaseca, distante unos 30 kilómetros.Esa misma madrugada y de manera simultánea procedieron de igual modo con otras seis personas del mismo pueblo Pajares de Adaja, entre ellas una mujer, siendo asesinadas junto a mi padre en el mismo lugar de la cuneta de Aldeaseca.Los siete asesinados de Pajares de Adaja esa madrugada del 20 de agosto de 1936 pertenecían al sindicato de UGT y a la Casa del Pueblo.Al alba los siete cadáveres fueron arrojados a un pozo seco donde permanecieron durante 23 años sin que los familiares tuviéramos conocimiento “de nada” durante todos esos años.Solo percibíamos miedo y terror como consecuencia del golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la República y de la dictadura franquista impuesta a los españoles.Después, en marzo de 1959, se produjo una profanación oficial del pozo de Aldeaseca, exhumando sin rigor científico los restos de las siete personas de Pajares de Adaja que introducidas en la caja 198 acabaron en el fatídico monumento del Valle de los Caídos, mausoleo franquista erigido con la participación importante de mano de obra esclava representada por presos políticos que habían luchado en la defensa de los valores republicanos y democráticos.Los restos de nuestros seres queridos contenidos en la caja 198 han permanecido depositados en la Cámara de nivel 0 de la cripta del Sepulcro durante algo más de 64 años. Un lugar indigno e inadecuado para albergar los restos de nuestros seres queridos.Por fin a día de hoy y gracias a la lucha denodada y sin descanso de los familiares de las 10 víctimas de la represión franquista de Pajares de Adaja en el verano de 1936, vamos a tener la gran recompensa de poder liberar los restos de siete de las esas diez víctimas del secuestro indigno en que han permanecido durante tantos y tan largos y duros años en el Valle de Cuelgamuros.No nos olvidamos de continuar luchando por encontrar los restos de las otras tres personas víctimas de la represión franquista en Pajares de Adaja, que permanecen todavía sin localizar en una cuneta, un pinar o la tapia de un cementerio.Por acuerdo previsible de los familiares los restos recuperados del Valle de Cuelgamuros recibirán un entierro digno, esta vez sí, en el cementerio de Pajares de Adaja en fecha del 20 de agosto, en la que se cumplen precisamente 87 años exactos de su desaparición y asesinato injustos, causados por la barbarie e intolerancia de los golpistas franquistas.La sepultura-memorial construida en el cementerio de Pajares en recuerdo permanente de las diez víctimas de la represión franquista del verano de 1936 es para nosotros los familiares, un verdadero monumento a la honradez, honestidad y compromiso social de nuestras queridas víctimas.Nuestra dignísima sepultura-memorial en el Cementerio de Pajares de Adaja se contrapone al fatídico, delirante, indigno y tétrico mausoleo erigido para mayor honra y gloria de un dictador que vulneró constantemente los derechos humanos desde el momento mismo del golpe de Estado del 18 de julio.Por último los familiares de Pajares de Adaja que hemos liberado los restos de nuestros seres queridos de la siniestra gruta del Valle de Cuelgamuros queremos agradecer de corazón a todo el competente y maravilloso equipo técnico multidisciplinar que haya hecho realidad nuestros anhelos de localizar los restos contenidos en la caja 198.Nuestro agradecimiento tambien al Gobierno de coalición progresista por su decidido apoyo a esta noble causa de buscar e identificar en su caso, los restos reclamados de las 128 solicitudes aprobadas por Patrimonio Nacional.Agradecimiento especial a la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que ha seguido certeramente las directrices gubernamentales en esta materia de memoria democrática. Fausto Canales BermejoJulio 2023
Y otra buena noticia. Acabo de escuchar en la SER al ex presidente Zapatero, valiente como nunca, criticando al PP y a VOX por la «infamia» que comenten al meter los crímenes de ETA en la campaña electoral contra Pedro Sánchez. Cuando el Gobierno Zapatero acabó definitivamente con ETA, le acusaron de traicionar a los muertos. Por eso, ha renacido hoy. Cabreado y con razón.
Me sorprende el silencio de Felipe González ante tantas felonías del PP y VOX contra su partido… y el de mi padre.
Hoy encontré mi primer carnet oficial de periodista (nº 5.083 de 1970). Me obligaba a observar la moral cristiana y a guardar fidelidad a los Principios del Movimiento impuestos por un dictador elegido no por los votos de los españoles sino «por la gracia de Dios».
Mi primer carnet oficial de periodista
Observar la moral cristiana y guardar fidelidad a los Principios del Movimiento dictados por Franco.
Cinco duros del «Caudillo de España por la gracia de Dios». Mil años antes, Abderramán III fue Califa de Córdoba «por decreto de Alá».
Me estrené sin prensa libre hace 53 años y me ha dado repelús pensar en lo que podría pasar en el gobierno de España después de 23 de julio. Me da mala espina que la coalición PP-VOX pueda gobernar pronto España sin haber condenado expresamente la dictadura de Franco.
Carnet oficial obligatorio para poder ejercer el periodismo.
¿Por qué son tan reacios a mostrarse anti franquistas? ¿Acaso le tienen querencia a aquel régimen fascista y cruel, inspirado en Hitler y Mussolini, que privó de libertad a los españoles durante 40 años? Me cuesta entenderlo.
Una recomendación que circula por las redes contra los mensajes de odio.
La lona del odio, en el centro de Madrid, retirada por la Junta Electoral no por su contenido delictivo sino porque aún no había comenzado la campaña.
Sobre todo, me perturban y preocupan que tantos jóvenes, que no sufrieron la Dictadura, sigan las consignas de odio (homófobas, racistas, xenófobas, machistas, etc.) sembradas por VOX, el socio predilecto del PP. Se acercan tiempos duros para la libertad. No es bueno que todo el poder (local, regional y nacional) se concentre en las mismas manos que no condenan el franquismo. ¿Qué hemos hecho mal los demócratas?
La gaviota del PP alimenta al águila imperial de Franco
Ahí van dos artículos de El País que recomiendo sobre la Ley de Memoria Democrática que la derecha quiere derogar.
La incómoda memoria
Para un sector radical de las sociedades recordar parece ser más bien una amenaza y no un paso necesario contra la repetición del horror
Hay dos formas a través de las cuales una sociedad puede enfrentar un pasado traumático en el que en un país la obra humana dejó muchas víctimas, incluyendo personas asesinadas, desplazadas o exiliadas. Tema que en varios países se ha convertido en una suerte de Rubicón que polariza posiciones políticas tras lo cual se suele esconder, en realidad, la diferencia entre tolerancia e intolerancia.
Un camino es el de la recuperación de la memoria histórica. No sólo como homenaje a las víctimas, sino como mensaje, para el presente y futuro, de hechos graves que deben conocerse —y conocer las nuevas generaciones— para que jamás se repitan. La otra forma es la opuesta: el olvido, lo que podríamos llamar la “volteada de página”, en nombre de una idea abstracta de la “reconciliación” que omite conocer la verdad. Borrando hechos que generaron miles y hasta millones de víctimas, dando pie a la impunidad y una sociedad que prescinde de su memoria, con el pretexto de la conciliación.
Lo que está detrás de esta contradicción suele ser un pasado terrible. Que va, por ejemplo, desde los genocidios hitlerianos o polpotianos y la Guerra Civil española hasta los asesinados por dictaduras sangrientas en el cono sur latinoamericano (Chile, Argentina, Uruguay) en los setentas y ochentas, llegando a las decenas de miles de muertos en Perú, tanto por la acción del terrorismo como por agentes del Estado. Y hay muchos otros casos más en la región y en el mundo.Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Así como ha habido sucesos gravísimos que no merecieron particular expurgación, memoriales o “comisiones de la verdad” o, en fin, políticas públicas de promoción de la memoria y de homenaje a las víctimas.
Sin duda la política pública “sanatoria” más espectacular en las últimas décadas ha sido la de la Alemania reconstruida luego de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Para cualquiera que visite el país no queda sino inclinarse con respeto ante los impactantes resultados pasos para no arrojar bajo la alfombra las atrocidades del nazismo desde la década del 30 del siglo pasado y durante la Segunda Guerra Mundial con varios millones de objetivos de persecución, destrucción o muerte por pertenecer a una determinada raza, etnia o nacionalidad.
Millones de judíos, disidentes políticos, gitanos, homosexuales, personas con discapacidades físicas y mentales fueron objetivo de destrucción o matanzas por pertenecer a una determinada raza, etnia o nacionalidad. Quedaron para la memoria los nombres de campos de concentración como Dachau, Buchenwald, Mauthausen o Auschwitz-Birkenau (Polonia). Conversando con la gente se puede constatar el espectacular impacto de esos memoriales y de la educación pública alemana han tenido en las generaciones que aún no vivían cuando los horrores del nazismo.
En otros países el relativo silencio frente a sus propias responsabilidades en la historia de hechos terribles y en la misma Segunda Guerra Mundial no ha sido, sin embargo, materia de especial “memorialización” como, por ejemplo, el Japón.Pero fuera de esas grandes hecatombes mundiales de obra humana ha sido más bien en conflictos y situaciones “internas” de algunos países en las que se ha visto más vivamente la existencia o no de políticas públicas claras y consistentes. En torno a ese tema, por el contrario, por razones de política interna muchas ha sido materia de controversia y hasta de propuestas regresivas. En estos días en España, por ejemplo, dentro de la recién iniciada campaña electoral de cara a la elección del 23 de julio llama la atención la postura de los candidatos de la derecha de, por ejemplo, derogar la Ley de Memoria Democrática. Uno de los objetivos de esa ley es, precisamente, reconocer a quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el golpe de Estado de 18 de julio de 1936, la Guerra Civil, la dictadura franquista hasta la adopción de la actual Constitución en 1978.
En el contexto latinoamericano se han dado en las últimas décadas varios pasos notables —literalmente “memorables”— de lo primero, es decir de recuperación de la memoria histórica. No sin tensión y contradicción con quienes, desde el conservadurismo extremo, prefieren el olvido y que no se hable de hechos y responsabilidades atroces.
En los últimos 20 a 30 años se han dado pasos importantes en la región para mantener la memoria para que hechos terribles sean conocidos por las futuras generaciones para que no se repitan. Por ejemplo, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Santiago de Chile referido a la larga dictadura de Pinochet o el Lugar de la Memoria (LUM) en Lima sobre el conflicto armado interno generado en el Perú por el accionar terrorista de Sendero Luminoso y las atrocidades en las que de ello derivó en responsabilidades graves de agentes de instituciones del Estado. También el Museo Sitio de Memoria, localizado en lo que fue la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) en Buenos Aires, centro de detención y exterminio durante la dictadura militar entre 1976 y 1983 de miles de detenidos y desaparecidos, muchos de los cuales perecieron en los “vuelos de la muerte”.
Siendo las cosas así, el hecho es que para un sector radical de las sociedades recordar parece ser más bien una amenaza y no un paso necesario contra la repetición del horror. Si en la España de hoy hay quienes promueven en su discurso político voltear una página del pasado que parece incómoda para algunos, algo parecido ocurre en una Latinoamérica ya contagiada del virus global de la polarización política. Algo de ese mismo espíritu retardatario flota en otros lares.
Es lo que pasó en Lima con el LUM, espacio de memoria inaugurado el 2015 con la cooperación de Alemania. La exhibición arranca precisamente recordando cómo fue que se inició en 1980 la violencia terrorista de Sendero Luminoso que ensangrentó al país durante veinte años.
Pero, como no podía ser de otra manera, en el LUM la exhibición trata también de las víctimas de graves violaciones a derechos humanos cometidas desde el Estado, algo que para algunos extremistas es mejor omitir. Así, la autoridad municipal en Lima, en manos de un grupo político de extrema derecha, ordenó abruptamente el cierre del LUM con objeciones administrativas que pudieron haber tenido otro manejo. Por el momento la crisis ha sido superada pero ya se sabe de la espada de Damócles que pende sobre su funcionamiento dentro de un contexto político general cada vez más tenso y de regresión.
No deben sorprender estas corrientes de regresión que buscan cancelar la memoria y que se repita y extienda por otros países. Y que, con ello, se pretenda borrar de la historia hechos graves. Que deben ser conocidos y recordados como datos de la historia de manera que en la formación de las futuras generaciones haya mejores y mayores elementos para que esas tragedias no se repitan. Cancelando la memoria, por el contrario, es cómo el aliento a la repetición de tragedias se hace más posible.
En defensa de la memoria democrática para construir futuro
Las políticas de recuerdo de la represión y la dictadura deben adaptarse a generaciones que no han vivido la Transición; para ello hay que abrir archivos, desclasificar documentos, dar formación y resignificar los lugares de represión
En el cambio de milenio, la transversalidad del ciclo de protesta que se acrecienta en la segunda legislatura del presidente José María Aznar cobija también a los movimientos memorialistas. Estos no salen de la nada: son herederos de un trabajo incansable de exigencia de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición desde la misma Transición. Pero es solo a principios de la década de los 2000 que las demandas memoriales empiezan a devenir un nuevo sentido común. En este sentido, el pacto del Tinell que da vida al Gobierno catalanista y de izquierdas de Pasqual Maragall en 2003 apela a la experiencia republicana como antecedente fundacional de la democracia contemporánea. José Luis Rodríguez Zapatero, desde una mirada más personal, llega al Gobierno reivindicando a sus familiares represaliados en 2004. Por primera vez se establece un marco cultural que posibilita políticas públicas integrales de memoria democrática. Dos décadas después, la irrupción de la derecha radical amenaza con romper aquellos consensos. Su proyecto político, basado en la intolerancia y la exclusión del diferente, se ve amenazado por unas políticas de memoria que pretenden construir sociedades más libres y más pluralistas. Lo estamos viendo ya en algunos acuerdos de coalición a nivel autonómico. Sin embargo, para defender los consensos en materia de memoria democrática no es suficiente con repetir títulos declarativos como el de este artículo. Debemos avanzar, consolidar, innovar.
En primer lugar, necesitamos pensar las políticas de memoria en un contexto postransicional. Las nuevas generaciones no han vivido la Guerra Civil ni el franquismo, pero tampoco la Transición o los primeros años de la democracia. La educación, la formación y sensibilización deben estar en el centro. Las políticas de hoy no pueden ser las mismas que deberían haber sido en los ochenta (aunque no fueran). En segundo lugar, no estamos frente a un ejercicio de nostalgia, sino que abrimos un horizonte de presente y futuro, de articulación de una cultura cívica democrática. Se debe entender el presente con perspectiva histórica y de derechos humanos para construir y reconstruir ciudadanía social. En tercer lugar, hay declinar las memorias democráticas en plural. No estamos aquí para construir una única verdad historiográfica sino para avanzar en la defensa de los derechos humanos, la cultura de la paz y la fraternidad. En sociedades complejas y mestizas, con distintas sensibilidades, experiencias y orígenes, las memorias democráticas también son, por ejemplo, las de las diásporas y la ciudadanía nacida fuera del Estado o sus descendientes.
Para construir memoria democrática en pleno siglo XXI se abren escenarios practicables desde el aquí y el ahora. Cuatro vectores hay que transitar y pueden conectarse con el derecho internacional relativo a los derechos humanos. Para empezar, el derecho a la verdad. Este pasa por abrir archivos y digitalizar al máximo su contenido. El objetivo debe ser el de facilitar el acceso a los investigadores/as y la ciudadanía en general. También deviene imprescindible proceder a la desclasificación de documentos del periodo franquista y construir bases de datos públicas, repositorios de información y material clasificados que permita el avance de la investigación y divulgación. Seguidamente del derecho a la justicia. Es la hora de iniciar procesos judiciales en relación con los abusos de derechos humanos que se produjeron durante la dictadura franquista. Aunque la Ley de Amnistía dificulte penar, no debería ser un impedimento para investigar. La ley 20/2022 de memoria democrática y la creación de la Fiscalía de sala reforzarían este marco de oportunidad. Para que sea una realidad, el Gobierno catalán del que formo parte, por ejemplo, trabaja para ofrecer formación en materia de memoria democrática a operadores jurídicos y en la construcción de la prueba que pueda acompañar procesos judiciales.
El derecho de reparación deviene también fundamental. La abertura de algunas fosas puede actuar como ejercicio de reparación individual y colectiva, de manera relevante en los casos más cercanos al presente, pero no es el único instrumento a utilizar. También lo es dignificar cementerios y lugares de inhumación (por ejemplo, recomiendo visitar el Fossar de la Pedrera en Barcelona, un ejemplo modélico y pionero inaugurado en 1985), conmemorar y homenajear, resignificar lugares de represión, patrimonializar hechos y espacios vinculados a las luchas democratizadoras, etcétera. Por último, la garantía de no repetición. La memoria democrática debe estar presente en las actividades curriculares y extracurriculares de nuestros centros educativos, desde primaria hasta la universidad. Sin ir más lejos, en Francia todos los jóvenes deben visitar algún espacio memorial a lo largo de su escolarización. Y también es necesaria la introducción de la memoria democrática en la formación de trabajadores de la administración pública (aparte de operadores jurídicos antes citados: policías, bomberos, maestros o médicos forenses).
En definitiva, el reto está en transitar de la resistencia a la innovación, de la nostalgia a la construcción de futuro: impulsar políticas de memoria democrática situadas. Porque cualquier batalla cultural requiere de mucha inteligencia, audacia y flexibilidad. Memoria democrática, en fin, para avanzar hacia unas sociedades más inclusivas, tolerantes y convivenciales.Gemma Ubasart es consejerade Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat de Catalunya.