En La Laguna dije que «la libertad no fue un regalo»

Ante universitarios de La Laguna (Tenerife) hablé de «La libertad no fue un regalo» sino una conquista desde la calle. Luego me hicieron esta entrevista que copio y pego 

En la Universidad de La Laguna (Tenerife). Foto Emeterio SDuárez-

La muerte Franco el 20 de noviembre de 1975 marcó el inicio del proceso de Transición Democrática que desembocó en nuestro actual estado de derecho. Un tiempo convulso y apasionante en el cual muchas personas de diferentes ámbitos tuvieron su cuota de protagonismo. En los medios de comunicación uno de esos referentes fue José Antonio Martínez Soler, conocido como JAMS en la profesión, que ha estado vinculado a TVE y ha sido director y fundador de periódicos como El Sol, La Gaceta de los Negocios, 20 Minutos y el semanario económico Doblón.

Precisamente cuando estaba a cargo de este último medio, fue secuestrado, torturado y sometido a un fusilamiento simulado en 1976 por unos desconocidos que querían conocer las fuentes utilizadas por el periodista para elaborar un artículo sobre la purga interna en la Guardia Civil que se estaba produciendo en aquellos momentos. Aunque en su día se publicaron fotografías de su rostro hinchado tras la agresión, nunca habló abiertamente de ello hasta 2006.

Este episodio fue uno de los que relató en la intervención que realizó el pasado 8 de octubre en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna, que supuso el inicio del programa divulgativo y cultural “Para la libertad: España después de 1975” con el cual la institución académica conmemora medio siglo de estado democrático. Pudimos hablar con él tras la conferencia para abordar no solo la Transición, sino su trayectoria en los medios.

Al final de su conferencia dijo una frase llamativa: “Perdonar está bien, pero olvidar, no”. ¿Es así?

Ese es el mensaje con el que he tratado de resumir toda mi intervención. Hemos hecho muy mal en el pacto del olvido y el silencio. Teníamos que haber explicado todo desde el principio. No pasa nada por decir “perdonamos, pero no olvidamos”. Pero había tanto miedo que ni nos atrevíamos a eso.

No te puedes ni imaginar el miedo que tenía todo el mundo: los franquistas menguantes y los antifranquistas crecientes, nadie sabía la fuerza del otro. Y, de hecho, estaba el ruido de sables, el miedo a otro golpe de estado y a otra dictadura. Íbamos pisando huevos, protestando en la calle y haciendo cantidad de manifestaciones, pero con mucho miedo. Nicolás Sartorius decía que “Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle”.

https://www.ull.es/portal/noticias/wp-content/uploads/sites/13/2025/10/Entrev-Jose-Antonio-Martinez-Soler-13-300x200.jpg

Algunos sectores más jóvenes critican el modelo de Transición y la califican de blanda. ¿Qué opina al respecto?

Hacen bien en criticar. Mi hijo [Erik Martínez Westley], por ejemplo, con el que he hecho el libro “Franco para jóvenes” a medias, tiene cuarenta y tantos años y cree que la Transición fue una chapuza, hemos discutido mucho. Y yo creo que fue casi un milagro. ¿Que nos quedamos cortos? ¡Claro que sí! Podríamos haber ido más lejos: haber exigido la República en lugar de la Monarquía, que no fuera inviolable el Rey -que vaya golfo que nos ha salido Juan Carlos I-, que no sea prevalente el hombre sobre la mujer en la herencia de la monarquía… ¿Por qué salió un poco incompleta la Constitución? Simplemente por miedo. En aquel momento Sartorius, que he mencionado antes, decía: “Si los toros no tuvieran cuernos, yo sería torero”. Hay que estar en el ruedo.

Y los jóvenes como mi hijo dicen que tendríamos que haber ido más adelante. Pero ¿cómo? Es que te secuestran, te torturan, te llevan a la Dirección General de Seguridad y no sales vivo de allí, vas a Carabanchel y nadie sabe dónde estás. La policía política seguía vigente, y lo ha seguido hasta hace muy poco, que [el policía] Antonio González Pacheco, “Billy el Niño”, ha muerto con medallas.

El Ejército tuvo una verdadera revolución después del 23-F, porque hicieron el ridículo con esa patochada, con ese pésimo triple golpe cruzado que fue de zarzuela. El Ejército estaba avergonzado y los jóvenes oficiales envidiaban a los militares portugueses porque el pueblo los abrazaba y ponía claveles en la punta de los fusiles. Y aquí el pueblo español veía a los militares como que ocupaban su país y eran el enemigo. Pero los jóvenes oficiales, los de la Unión Militar Democrática y otros con los que hablaba en aquella época, eran como yo, querían democracia y ser como los europeos. Y, afortunadamente, con la democracia los militares han viajado, han aprendido inglés, están en misiones de paz y el Ejército español es estupendo.

Incluso la Guardia Civil y la Policía también han cambiado, pero durante muchos años no lo hicieron. La Guardia Civil siguió con sus métodos de gatillo fácil. De hecho, en el 76 mataron en Almería a un chaval amigo mío, Javier Verdejo, que estaba haciendo una pintada en una pared y le pegaron un tiro por la espalda y no les pasó nada a los responsables, Hubo un juicio falso cuando era gobernador civil de Almería Calvo Ortega, que luego fue al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional.

Hay dos cosas que no se hicieron bien: la Brigada Político-Social tenía que haber cambiado totalmente y meter a policías demócratas; y los jueces. Hubo una revolución enorme en el Poder Legislativo, elegido por el pueblo; en el Poder Ejecutivo, elegido por la soberanía popular que estaba en el Parlamento, elegido por el pueblo; pero en el Poder Judicial, no. Nunca fue elegido por el pueblo, aunque en el sistema del Consejo General del Poder Judicial interviene el Parlamento para determinar el gobierno de los jueces. Pero toda la estructura de la justicia española siguió intacta.

Es terrible y en muchos aspectos, desgraciadamente, se nota. Cada vez menos, pero hay jueces machistas y es un escándalo. No la mayoría, que es gente joven que hace bien su trabajo, tanto los fiscales como los jueces. Pero los viejos son terribles. El

[juez]

Peinado este es un ejemplo. No digo que es un prevaricador porque me pondría una querella, como ha puesto a tantos colegas míos, pero es una vergüenza para la justicia española.

La derecha también se apoya en estas cosas para reivindicar que Franco no era tan malo. ¡Que ya tiene narices! Que la extrema derecha lo diga, pues bueno. Pero el PP, que tiene muchas cosas que ocultar, no puede estar reivindicando a Franco.

Por eso quizá es necesario un libro como el suyo, porque hay un proceso de reescritura de la historia.

Están queriendo blanquear la imagen de Franco, porque en el PP hay gente de centro muy honrada y muy buena, pero hay otros que están rozando con Abascal en la extrema derecha, que quieren lavar la imagen de sus padres y abuelos. Pero eso es muy difícil porque iban a punta de pistola y se quedaban con las propiedades del vecino, lo denunciaban y se quedaban con su parcela.

El hecho es que el PP no hereda la UCD de Adolfo Suárez. Algunos se fueron al PP y algunos se fueron al PSOE. El PP tiene mucho de la herencia de Franco: Manuel Fraga, que fue el fundador, era un ministro de Franco que firmó una pena de muerte, estaba en el gobierno. Esa vergüenza, esa caspa de franquistas, deberían quitársela. Ya es hora.

Es bueno que la derecha gobierne, que haya alternancia. Cuando José María Aznar ganó a Felipe González, me alegré. Voté en blanco y luego me arrepentí porque cuando Aznar ganó las elecciones del 96, yo le había hecho una entrevista en campaña

[en TVE]

y no le gustaron las preguntas. Y cuando llegó a la Moncloa, me despidió. Pero me alegré de que hubiera alternancia, porque eso es hacer que la Transición funcione.

La Transición no fue modélica ni fue pacífica, en eso le doy la razón a mi hijo. Fue lo que se pudo hacer, con muchos fallos, con muchos problemas. Y si hubiéramos ido apretando más, a lo mejor el golpe hubiera sido antes.

Martínez Soler

Porque, aunque el golpe de Estado lo considera usted casi de zarzuela, fue un susto, el miedo era fundado.

Exacto, podría haber triunfado. Y cuando a mí me vienen con metralletas en la puerta de mi casa y me secuestran, eso era real y Franco había muerto hacía tres meses.

También es verdad que hubo una época confusa del 75 al 78, tres años en los que no hay dictadura, pero tampoco una democracia formal.

Esos años son clave. Y no había un plan, nadie sabía cómo hacerlo. Quien diga que estaba todo planificado y que desde arriba nos regalaron la democracia, miente: ni Suárez sabía cómo hacerlo, ni el rey, que quería conservar su corona y hacía lo que fuera necesario.

El golpe no lo hubiera apoyado porque ya tenía la experiencia de su abuelo, que perdió la corona porque apoyó el golpe de estado de Primo de Rivera. Y su cuñado, el hermano de la Reina Sofía, perdió la corona de Grecia porque apoyó a los coroneles. Juan Carlos es un golfo, pero tonto no. Cuando vio que los generales no secundaban el golpe, salió en televisión -demasiado tiempo tarde, seis o siete horas- para decir: “Todos a los cuarteles”. Creo que lo hizo bien.

Dicen que estuvo meditando.

Estaban esperando a ver qué pasaba. Y preocupado de que no hubiera muertos.

A usted, que vivió el Franquismo, la Transición y unos años de libertad y estabilidad en España, ¿no le da la impresión de que hay un retroceso con la subida de la ultraderecha?

No lo creo, soy optimista. El crecimiento de la extrema derecha claro que es preocupante. Pero en Alemania, Francia e Italia es peor. En España y en Inglaterra no es tan malo; en Inglaterra está creciendo la extrema derecha, pero gobierna un partido socialdemócrata, laborista. Y en España gobierna un partido de izquierdas. En América Trump es terrorífico, soy más pesimista por Estados Unidos que por Europa. Es una ola a la que la gente se sube, pero creo que en España hay bastante estabilidad. Fíjate que en España hay un gobierno de siete años y en Francia han cambiado el gobierno cada año cinco veces.

No soy pesimista pero sí estoy preocupado por el crecimiento de la extrema derecha y el discurso de odio contra los inmigrantes. ¿Dónde vamos a ir a parar, cómo es posible que la gente compre ese discurso? ¿Es la ignorancia, es el resentimiento?

Entiendo que los jóvenes varones estén cabreados porque las mujeres les están, de alguna forma, comiendo el terreno. Porque estaban machacadas durante toda su vida, generaciones y generaciones. Han levantado un poco la cabeza con la libertad, están cogiendo derechos y los hombres pierden privilegios. ¡Que ya era hora de que los perdiéramos! Por eso los jóvenes varones están más hacia la derecha que las mujeres: ellas no quieren volver al Franquismo, que las trataba como a menores de edad y no podían viajar sin permiso del marido o del padre, no podían firmar letras. Eran seres inferiores y ahora son libres.

¿Y los homosexuales? Antes iban a la cárcel o al manicomio. O les pegaban una paliza. Y hoy son libres, son gente normal y corriente que puede besarse en la calle si quieren. En la época de Franco, tú le echabas a tu novia el brazo por encima y la policía te detenía o te llamaban la atención.

Creo que no va a llegar la sangre al río en ese sentido, pero me preocupa sobre todo lo que pasa en América porque mi mujer [Ana Westley] es americana y lo que sucede allí sí es grave porque están en preguerra civil. Aquí no: aquí ya hemos tenido la guerra y nadie la quiere.

Ya ha abordado con su hijo el Franquismo y ahora está preparando otro libro para explicar la Transición a los jóvenes.

Precisamente nos llamó el otro día la editorial Catarata y nos dijo a Erik y a mí que el primer libro ha sido un éxito, ha vendido 10.000 ejemplares, lleva cinco ediciones y por eso quieren otro sobre la Transición para jóvenes. Y digo: “Madre mía, otra vez a pelearme con mi hijo.” Porque él cree que la Transición fue una chapuza y yo creo que no era perfecta, era incompleta, pero era lo que se podía hacer estando en el ruedo.

Cambiando de tercio, y aprovechado que ha sido fundador de periódicos como La Gaceta de los Negocios, El Sol y 20 Minutos, me gustaría que me explicara cómo fue la historia de esos medios

¡Eso da para una hora!

Martínez Soler

El Sol fue un periódico que duró solo dos años, pero llegó a tener una tirada de 150.000 ejemplares.

Yo voy como Santa Teresa de Jesús, de fundación en fundación, triunfando y fracasando. El Sol fue el mayor fracaso de mi vida porque me equivoqué desde el primer momento por ambición. Me cegó la idea de que había tres empresarios y yo podía jugar al ‘dos contra uno’. En ese triángulo estaban el presidente de Anaya, Germán Sánchez Ruipérez; el de la ONCE, Miguel Durán; y el de Mediaset, Silvio Berlusconi ¡que menuda pieza!

Yo no sabía que Berlusconi era tan fiera y al final hubo trampa entre Durán, Berlusconi y otros accionistas para quedarse con la mayoría. Echaron a Anaya de Telecinco y Sánchez Ruipérez se quedó con El Sol al 100%. Yo ya había contratado a 200 periodistas, estaba a punto de salir a la calle, teníamos la imprenta montada, había sido una inversión muy grande. Y estaba pensando: “¿Salimos o no?”. No tenía que haber sacado el periódico porque no eran las condiciones.

Después de la crisis de Berlusconi, el dueño vino a mi despacho, se sentó en mi mesa y me dijo: “JAMS, ahora soy yo el amo de la burra. Todo resuelto.” Y yo pensaba: “Madre mía, me he hundido antes de salir”. Hablé con el consejero delegado, que era un buen amigo mío, Pedro Higuera, y le planteo: “¿Qué hacemos? Vamos a fracasar, no podemos negociar con un tío que tiene el 100% del capital. Yo he venido aquí porque me han contratado tres, con el 33% cada uno, que entonces se puede negociar algo”. El diario El País nació así, con muchos socios, no solo uno.

Para mí fue un desastre. Fíjate: el Día del Orgullo Gay dimos la información igual que el ABC, El País y todo el mundo. Pues el dueño me tiró el periódico a la cara y me dice: “Mi mujer me ha tirado el periódico, igual que te lo tiro yo a ti. Dice que va a acabar con el matrimonio”. Era una señora muy conservadora.

Teníamos ideas geniales, ¿recuerdas los libros que regalábamos? Hubiéramos triunfado si el presidente, el dueño, no hubiese sido tan imbécil, pero quería dirigir el periódico. Y después de echarme a mí, echó a cinco directores. O sea, que no solo fracasé yo, fracasamos cinco.

Estaba muy ilusionado porque ese periódico lo había pensado muy bien. Iba a un público joven. Había mezclado ideas de televisión con prensa para hacer noticias breves, algo que retomé en 20 Minutos. El Sol era bastante neutral, ni para un lado ni para otro, que la izquierda no lo tirara a la basura y la derecha, tampoco. Con ese espíritu de transacción: los hechos son sagrados y las opiniones, libres, pero ser muy riguroso. Era un gran periódico, el proyecto era muy bonito, pero es el mayor fracaso de mi vida.

Ya mencionó que también creó 20 Minutos, que nació con un gancho particular: un periódico que puedes leer en un trayecto de metro.

En diecinueve minutos. Es lo que tarda en leerse el periódico. Noticias como en el telediario, muy breves, muy claras, muy bien escritas. Estaba mejor escrito que El País, El Mundo y que todos esos, muy cuidado. En eso Arsenio Escolar, el director editorial, era buenísimo. Y el director comercial, Luis Alberto Rivero, era buenísimo también. Vendíamos las páginas más caras que las de El País y el periódico era gratuito porque se financiaba con la publicidad.

¿Para qué quería yo un euro por el periódico? Yo quería muchos más euros por la página. De hecho, lo que nosotros hacíamos era dar el periódico al lector y el lector nos pagaba con su atención. Al leernos, me estaba dando el coste por impacto. Y esa atención la vendía al anunciante. O sea, que no era gratis el periódico: cobraba la atención del lector, que es oro puro. Eso es mucho más que un euro. ¡El euro para Polanco o para Pedro “Jeta”!

Es la estrategia que siguen ahora los medios digitales.

Sí, éramos los primeros. También lo hicimos digital y va muy bien. El 20 Minutos.es sigue triunfando, gana dinero. Ya lo vendimos y me jubilé. Ha sido un éxito con el que me he quitado la espina del fracaso de El Sol.

¿Y cómo vivió la transición hacia la digitalización, que ha sido dramática para muchos medios?

Cuando nace el ferrocarril, se hunden los coches de caballos y las diligencias. En la vida el progreso es así: se suprimen unos empleos y crecen otros. Yo soy optimista. Leo elDiario.es. El País lo leo en papel solo sábado y domingo, pero lo demás en la web. La Vanguardia, todos los días en la web. Ya soy digital pese a mi edad. Va muy bien. Creo que la prensa se queja de vicio. Recuerda que siempre te dicen que el teatro se hunde, que es el fin del teatro… ¡Y el teatro no se hunde nunca! La prensa tampoco. Están cambiando las herramientas, pero creo que la prensa está a punto de llegar a una edad de oro.

Martínez Soler

¿Una edad de oro?

¡Claro que sí! Porque hay muchas mujeres que lo hacen muy bien y antes no estaban. Cuando empecé, en el diario Arriba no había mujeres, en El País había pocas y en Cambio 16, casi ninguna. En Doblón [semanario de información económica fundado por Martínez Soler] empecé a contratar mujeres: Nativel Preciado, Marisa Ciriza…

Cuando presentaba mi biografía “La prensa libre no fue un regalo” en el Ateneo de Madrid, una de las que hablaron era Nativel Preciado y lo dijo: “Martínez Soler es el primer director que contrataba mujeres, por influencia de su mujer, que está sentada ahí, Ana Westley”. Y era verdad, [Ana] ha sido corresponsal del New York Times y del Wall Street Journal y es más lista que yo. Y asumí que las mujeres eran muy buenas y contraté a muchas.

Leo a Carlota Guindal, y escribe mejor que su padre. O Carlota Estefanía Ramírez, mejor que su padre y su madre. Hay gente joven que escribe muy bien, también hombres. El otro día estuve con el hijo de Forges, Antonio Fraguas. Toño le llamamos, y fue de los primeros redactores de 20 Minutos y ahora es redactor jefe de elDiario.es. Son gente buenísima.

[Ahora] hay gente mejor que nosotros, que éramos unos chapuceros que llegamos allí porque no había nadie. ¿Por qué triunfamos Juan Luis Cebrián, Sol Gallego-Díaz, Joaquín Estefanía, yo y muchos más? Porque en nuestra juventud, con 18 o 19 años, no había periodistas. Los periodistas habían ganado la guerra y tenían 60 o 70 años, eran los combatientes. Fui al diario Arriba y eran todos viejos, éramos dos jóvenes allí, Vicente Botín y yo. Y luego, de 20 a 60 años no había nadie. “Cuando estos se vayan o se mueran, todo el campo es nuestro”, dijimos. Fuimos una generación que ocupamos todos los puestos directivos siendo muy jóvenes y no estando preparados para ello. Cebrián, Pedro “Jeta” y yo mismo nos fuimos preparando con el tiempo, pero tuvimos una oportunidad enorme, de un presente negro y un futuro brillante. Luego vienen mis hijos y dicen: “Papá, nosotros tenemos un presente bueno, pero un futuro negro”.

No es así. Yo creo que la prensa va a ir mejorando, es necesaria. Las redes sociales son una herramienta que la puedes usar como un martillo para darle a un tío en la cabeza o para poner clavos. Se puede usar como el teléfono, como los coches… para bien o para mal. Y yo creo que la información es necesaria, sobre todo para las élites; las masas siempre se van a dejar llevar por lo que se dice en la taberna, que se llama TikTok o las redes sociales, toda la basura esta. Siempre ha habido basura en la taberna y nadie se la creía, son bulos.

Lo que tiene influencia son los hechos verificables y probados, filtrados por profesionales. La gente que manda o que aspira a estar bien informada e influir en la sociedad, se informará por la prensa seria. Y de hecho así es: el Financial Times no es un periódico de masas, es de élite. De masas son el Daily Star, el Mirror, que son basura. Con tres millones de tirada, pero basura. El otro es de 150.000 lectores, pero de la élite. Y es el que al final influye.

Gabinete de Comunicación


Archivado en: InstituciónProtagonistas

Etiquetas: democraciafranquismoJAMSJosé Antonio Martínez SolerperiodismoTransición

¡Vivan los Coloraos, amigos del PP!

Guardias civiles han llevado a hombros los restos de los Coloraos hasta el mausoleo de donde fueron retirados en 1943 por la visita del dictador felón Francisco Franco. 

Guardias civiles de la Democracia rinden honores a los Coloraos, mártires de la Libertad, ejecutados en Almería en 1824 por orden de Fernando VII, el rey felón.
Guardias civiles de la Democracia rinden honores a los Coloraos, mártires de la Libertad, ejecutados en Almería en 1824 por orden de Fernando VII, el rey felón.jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIA10 dic 2025 – 14:38JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

Traslado de los restos de los Coloraos hasta el Mausoleo de donde fueron retirados por la visita de Franco en 1943.
Traslado de los restos de los Coloraos hasta el Mausoleo de donde fueron retirados por la visita de Franco en 1943.jams
El 24 de agosto del año pasado celebramos el Bicentenario de la ejecución de los Coloraos con representaciones espectaculares en Almería .
El 24 de agosto del año pasado celebramos el Bicentenario de la ejecución de los Coloraos con representaciones espectaculares en Almería .jams
Al pie del Mausoleo, yacen ya los restos de los Mártires de la Libertad
Al pie del Mausoleo, yacen ya los restos de los Mártires de la Libertadjams
Con mi hijo David a hombros, un 24 de agosto de hace hace 35 años, ante el Pingurucho de los ¡Coloraos.
Con mi hijo David a hombros y los Quevedos (mis compadres y sus hijos), un 24 de agosto de hace hace 35 años, ante el Pingurucho de los Coloraos.jams
Megino, alcalde de Almería del PP, no era muy amigo del homenaje a los Coloraos. Algo va cambiando en el PP de Almería. en el PP
Megino, ex alcalde de Almería del PP, no era muy amigo del homenaje a los Coloraos. Algo va cambiando en el PP de Almería.jams
Otro artículo mío sobre los Coloraos.
Otro artículo mío sobre los Coloraos.jams
Documento que ordenó la demolición del Mausoleo a los Coloraos en 1943.
Documento que ordenó la demolición del Mausoleo a los Coloraos en 1943.jams
Con amigos de Almería que promovieron la reconstrucción del Mausoleo de los Coloraos destruido a martillazos por el franquismo. A la la izquierda está Fernando Martínez, uno de los principales promotores (ex concejal de Cultura, ex alcalde de Almería y hoy secretario de Estado de Memoria Democrática). A su lado, Martirio Tesoro, ex senadora del PSOE.
Con amigos de Almería que promovieron la reconstrucción del Mausoleo de los Coloraos destruido a martillazos por el franquismo. A la derecha está Fernando Martínez, uno de los principales promotores (ex concejal de Cultura, ex alcalde de Almería y hoy secretario de Estado de Memoria Democrática). A su lado, Martirio Tesoro, ex senadora del PSOE, Cristina Alberdi y Celso Ortiz.jams

TE RECOMENDAMOS:

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


La libertad no fue un regalo

El miércoles inauguré el programa «Para la libertad.50 años de la muerte de Franco» en La Laguna (Tenerife). Renovación del compromiso por la libertad ante los universitarios.

Cartel de mi conferencia en la Universidad de La Laguna (Tenerife)
Cartel de mi conferencia en la Universidad de La Laguna (Tenerife)jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIAJOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

Hace años que dejé la docencia universitaria para concentrarme en el diario 20minutos, la aventura más hermosa de mi vida periodística. En la Universidad de La Laguna volví a encontrarme  con los estudiantes. Un golpe de nostalgia y la renovación de mi compromiso por la libertad, que no fue un regalo desde arriba sino una conquista desde abajo. Preparé una conferencia de muchos folios que nunca leí. Preferí hablar a los universitarios sin papeles, desde el corazón, auxiliándome con algunas fotos. Para el archivo de la Universidad de la Laguna y para algún curioso que no pudo asistir a la charla, copio y pego el texto que no leí. 

"Franco para jóvenes", el libro que mi hijo Erik y yo hemos escrito a cuatro manos.
«Franco para jóvenes», el libro que mi hijo Erik y yo hemos escrito a cuatro manos.
Portada de mi libro de memorias "La prensa libre no fue un regalo" (Marcial Pons)
Portada de mi libro de memorias «La prensa libre no fue un regalo» (Marcial Pons)jams
Monedas de Franco "caudillo de España por la Gracia de Dios" y no por el voto de los españoles. Abderramán III ponía lo mismo en sus monedas del Califato de Cordoba: "Príncipe de los creyentes por decreto de Alá"
Monedas de Franco «caudillo de España por la Gracia de Dios» y no por el voto de los españoles. Abderramán III ponía lo mismo en sus monedas del Califato de Cordoba: «Príncipe de los creyentes por decreto de Alá»jams

8 de octubre 2025. 11:30h.

Foto de mi cara quemada, tras haber sido secuestrado y torturado por un comando de la guardia civil franquista del general Campano, por mi artículo sobre la purga de moderados en la Benemérita.
Foto de mi cara quemada, tras haber sido secuestrado y torturado por un comando de la guardia civil franquista del general Campano, por mi artículo sobre la purga de moderados en la Benemérita.jams
Portada del semanarios Doblón, en febrero de 1976, sobre los cambios en la Guardia Civil que provocó mi secuestro para conocer mis fuentes de información.
Portada del semanarios Doblón, en febrero de 1976, sobre los cambios en la Guardia Civil que provocó mi secuestro para conocer mis fuentes de información.jams

La libertad no fue un regalo

José A. Martínez Soler

Buenos días. Muchas gracias al vicerrectorado de Cultura de esta Universidad de La Laguna y, en especial a Isabel Castells, por invitarme a participar en este proyecto denominado “Para la libertad: España después de 1975”. Y muchas gracias, también a todos ustedes, mi audiencia cautiva, sobre todo si han venido hasta aquí voluntariamente.

Hace muchos años que dejé la docencia universitaria, que tanto mejoró mi vida. Por eso, estoy hoy tan feliz de poder hablar, en defensa de la libertad, ante todos ustedes en este Salón de Actos. Siento un golpe de nostalgia. El espíritu universitario obliga a que “quien ha sido enseñado, debe enseñar”. Lo intentaré, pese a mi falta de práctica docente.

Mis primeras palabras al hablar en esta tierra de que la libertad que gozamos hoy no fue un regalo sino una conquista, deben ser para recordar a mi querido maestro tinerfeño Juan Marichal, catedrático de Literatura e Historia de la Universidad de Harvard. Estoy en deuda eterna con él. Cuando llegué a su casa de Cambridge (EE.UU.), llena de recuerdos tinerfeños, y a su cátedra, que los alumnos aplaudíamos cada día, iba yo avergonzado por vivir tantos años sometido a la Dictadura humillante de Franco. Él me recibió con gran afecto y, dolorido por el exilio, me descubrió el secreto de otra España que yo desconocía. Me enseñó a amar a España tanto como él amaba a Tenerife.

(https://juanmarichal.org/assets/jose-antonio-martinez-soler-sobre-juanmarichal-en-harvard-%2c-para-el-bile-especial-(1).pdf

Ahora vamos al grano. Nicolás Sartorius, uno de los fundadores de CC.OO. y encarcelado por ello, dice en su serie de TVE “La conquista de la libertad” que “Franco murió en la cama, pero la Dictadura murió en la calle”. Y no le falta razón. Coincido con él en que la Democracia no fue una concesión graciosa ni un regalo de los franquistas, convertidos en demócratas de toda la vida, ni del rey Juan Carlos, que recibió todos los poderes de Franco. Los antifranquistas conquistaron derechos y los franquistas cedieron privilegios… para no volver a las andadas. Esa fue la clave del consenso que dio vida a la Constitución de 1978

En mi opinión, la Transición de la Dictadura a la Democracia fue fruto del desconocimiento mutuo de la fuerza real de ambos bandos (franquistas menguantes y antifranquistas crecientes) y del miedo de ambos bandos a volver a la violencia, es decir, a otra guerra civil. Tras la muerte de Franco, los demócratas temíamos otra dictadura militar. Teníamos razones para temerla. Ahí están la Operación Galaxia o el fracasado golpe de Estado del 23-F de 1981. A su vez, los franquistas tenían miedo a la revancha de los vencidos en la guerra civil si triunfaban las continuas huelgas y manifestaciones de los sindicatos ilegales antifranquistas y se hacían con el poder. Casi 2.000 huelgas solo en los primeros tres meses de 1976. A ese ambiente de miedo había que sumar los asesinatos de ETA, FRAP o GRAPO y de los grupos de extrema derecha, del Batallón Vasco Español, así como los de la Policía y Guardia Civil. 

Llegamos al consenso preconstitucional por el miedo de ambas partes. Hubo mucho miedo al enfrentamiento violento, sí, pero también – ¿por qué no reconocerlo? – cierta dosis de nobleza y generosidad por parte de muchos españoles. Muchas toneladas de miedo y algunas de generosidad.

¿Cómo fue posible vivir cuarenta años sin libertad en España? Si Franco era tan malo ¿por qué tardamos tanto en recuperar la Democracia? ¿Por qué no le quitamos antes el Poder? Para responder a estas cuestiones es importante saber antes quién fue Franco y qué hizo para mantener su poder vitalicio.

En el libro “Franco para jóvenes”, que he escrito a cuatro manos con mi hijo Erik Martínez Westley, decimos que los efectos la Dictadura del “caudillo de España por la gracia de Dios”, y no por el voto de los españoles, aún perduran. Atentos. Ahí tenemos a VOX, por ejemplo, y al desconocimiento que muchos jóvenes tienen de lo que fue la Dictadura terrorífica de Franco. Cantan el “Cara al Sol”, incluso se ríen, porque desconocen lo que significó.  Yo tuve que cantarlo cada mañana, firme y con brazo en alto, antes de entrar a clase.

Dijo Santallana que “un pueblo que no conoce su historia corre el riesgo de repetirla”. Y ese riesgo a volver a las andadas violentas, empujados por un nuevo autoritarismo cargado de odio al diferente, es creciente en España, en toda Europa, así como en Estados Unidos. Por eso, conviene no olvidar de dónde venimos. La Dictadura apenas se estudia en los colegios. Es una asignatura pendiente. Vamos a recordarla un poco.

A Franco, unos le querían y otros le odiaban. Sí. Pero todos le temían. Muchos lucharon en la guerra civil donde les tocó, sin comerlo ni beberlo. A mi padre, de Almería, le tocó zona republicana y luchó en el frente de Teruel, donde salvó la vida de milagro. A padres de amigos míos les tocó la zona franquista de los sublevados. ¿Son, por eso, unos mejores o peores que otros?

Quiero comprender, antes que juzgar. No me atrevo a juzgar a los soldados de cada bando, pero sí a los inductores del golpe de Estado contra la legalidad republicana. Trato de ser objetivo con los hechos probados, pero no equidistante. No puedo ser equidistante entre el agresor y el agredido.

La sublevación empezó a prepararse a partir de febrero de 1936, el mismo día que la derecha perdió las ultimas elecciones generales libres que ganó la izquierda. No reconocieron la derrota en las urnas. No aceptaron la alternancia legítima en el Poder, que es la base de la Democracia, del imperio del la Ley. Ya se conocen hechos como la compra de armas a Mussolini, en la primavera del 36, por si fracasaba el golpe de Estado en ciernes y se iniciaba una guerra civil.

El terror que sembró Franco, desde que partió de Tenerife a Gran Canaria y a Marruecos, en vísperas del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, le sirvió para mantenerse en el poder absoluto durante cuatro décadas. Eso fue posible porque hizo una enorme inversión en terror. Su socio golpista, el general Mola, lo resume muy bien ante los alcaldes de Navarra:

         “Hay que sembrar el terror. Hay que dar la sensación de dominio sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”.

En la plaza de toros de Badajoz, por ejemplo, el general golpista Yagüe manda ametrallar a 1.800 civiles. A preguntas de un periodista extranjero, Yagüe le responde:

“Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted, que iba a llevar a 4.000 prisioneros rojos conmigo?”

La Desbandá de Málaga a Almería por la N-340, conocida como la carretera de la muerte, entre acantilados y el mar, es otro caso de terror contra civiles desarmados. Sin posibilidad de escape, los italianos, el crucero Baleares y los soldados del general Queipo de Llano asesinan por tierra, mar y aire a miles de ancianos, mujeres y niños que huyen despavoridos de la masacre malagueña. En febrero del 1937, mi madre ve llegar a Almería a los supervivientes desarrapados, ensangrentados y muertos de hambre y sed.

Con el óleo impresionante de Picasso, el mundo entero se conmueve contra el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor de Hitler. Un ensayo siniestro sobre población civil para la guerra mundial que se avecina. Estos son algunos ejemplos de la barbarie golpista.

En ambos bandos se cometen crímenes terribles. En plena guerra, los milicianos republicanos queman iglesias y asesinan a más de 6.000 curas y monjas y a unos 50.000 civiles. Nadie puede aprobar estas muertes. En la zona controlada por Franco, los asesinatos superan los 150.000 civiles. El triple. Es un puro exterminio de sospechosos. Cuesta imaginar que nuestros padres, abuelos o bisabuelos, no hace tanto tiempo, se estaban matando entre ellos.

La guerra civil no acabó en 1939, con la victoria de Franco, asistido por Hitler y Mussolini. En mi opinión, la guerra acabó realmente, sin reconciliación entre vencedores y vencidos, en 1975, con la muerte del tirano. La prohibición de todas las libertades (de expresión, de asociación, de reunión, etc.), la privación de derechos a la mujer, convertida legalmente en menor de edad dependiente del padre o el marido, la represión violenta contra todo aquel que no pensara como él, sobre todo, de maestros y sindicalistas, y el exterminio atroz de muchos disidentes (más de 40.000 ejecutados en los años 40 y 50) le permitió gobernar con mano dura y sin contemplaciones. Además, murió matando. Mandó fusilar a cinco jóvenes, tras juicios falsos, el 27 de septiembre de 1975, dos meses antes de su muerte.

Aquí no se movía ni una mosca. Entre ejecuciones, cárcel y exilio, aniquiló a la oposición. Por eso, duró tanto tiempo con un Poder absoluto, discrecional y arbitrario. El miedo presidió la vida de la mayoría de los españoles de ambos bandos, incluso de muchos beneficiados por la corrupción y los privilegios de su victoria.

La denuncia anónima de un vecino, de chivatos y delatores interesados, podía llevarte a la ruina o a la muerte. Sin el apoyo militar de Hitler y Mussolini, el golpe franquista nunca hubiera triunfado. Además, la II República fue abandonada por las democracias occidentales, por miedo a Hitler, y solo pudo comprar armas al dictador comunista Stalin.

Con la victoria de los sublevados, se agotaron las existencias de tela azul para camisas de Falange, el partido fascista que apoyó a Franco. Ninguna critica al caudillo. Solo aplausos y vítores. En mi casa, nunca se habló de política. Mi madre cerraba puertas y ventanas y nos mandaba callar con su mensaje de miedo. “Las paredes oyen”, nos decía. El miedo habitaba entre nosotros.

Fernando VII, el rey felón que restauró la Inquisición en España en el siglo XIX, condena como enemigos a aquellos súbditos que muestren “escaso fervor en el aplauso”. El generalísimo Franco aplica también la fórmula tenebrosa del último rey absolutista. Exige “lealtad inquebrantable”. Si no lo haces, eres un antiespañol y, por tanto, un enemigo condenable.

Durante 40 años solo se hace lo que manda Franco, que tiene en sus manos todos los poderes del Estado: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Dicta las leyes, las ejecuta y juzga a su antojo sin nada ni nadie que le frene. En buena parte de España nunca hubo guerra civil. Solo exterminio, cárcel o exilio para quienes no piensan como él. Es la paz de los cementerios, sostenida sobre el Ejercito y la Iglesia Católica, los dos pilares básicos de su Dictadura.

¿Cómo pudo llegar al Poder absoluto? Franco fue, sin duda, un prestigioso militar. La prensa conservadora le califica como “el héroe de la campaña marroquí”. Por su baja estatura es conocido como el “comandantín”. Tiene una carrera meteórica hasta llegar a general de brigada con 33 años, uno de los más jóvenes de Europa. Bajito, escuálido y con voz atiplada, sufre acoso en el colegio donde le llaman “cerillita”. Su padre es un maltratador que abandona a su familia y se fuga con una amante. “Franquito”, el adolescente de 14 años, rompe con su padre para siempre e ingresa en la Academia de Infantería de Toledo. Se refugia en el Ejército, que adopta como su nueva familia. La ausencia de la figura paterna influye en la formación de su carácter: retraído, impenetrable, resentido, desconfiado y frío.

Es un gran guerrero, algo temerario, que se arriesga en la guerra de África. Acusa los políticos de haber abandonado al Ejército desde la guerra de Cuba. Se declara “militar, no político”. Apenas lee libros y desprecia los intelectuales y a la democracia parlamentaria. Con sus colegas “africanistas” quiere recuperar el honor de los militares como salvadores de la Patria. Prefiere ascensos a medallas. Pronto llega a 2º jefe de la Legión. Allí es conocido, según escribe su primo y confidente Pacón, como el soldado de las tres emes:

         “Sin miedo, sin misa y sin mujeres”

Franco no va a misa ni se le conocen aficiones sexuales, pero entra en batalla sin miedo. Su frialdad y crueldad en el mando son recogidas por su primo en sus memorias. Franco ordena fusilar a un legionario por negarse a comer y tirar un plato de comida al suelo. No se anda con bromas y, desde muy joven, todos le temen. Algunos le admiran.

Como asesor del conservador ministro de la Guerra de la República, dirige a sangre y fuego la represión del estallido revolucionario de los mineros de Asturias en 1934. Allí mueren 1.300 huelguistas y detienen a casi 30.000. Su fama crece rápidamente entre la derecha. A partir de ese momento, los republicanos de izquierda sospechan de su lealtad al poder legalmente establecido. Manuel Azaña, que llegó a presidente de la República, le considera “el más peligroso de los generales” y pide a la Dirección General de Seguridad que le vigilen.

Franco se opone al golpe de Estado cada vez que le piden que se sume a él. Sin embargo, en enero de 1936, le dice al agregado militar en París, comandante Antonio Barroso, que el Ejército debería prepararse para lo peor si el Frente Popular de izquierdas gana las elecciones. El 6 de julio, desde Tenerife, Franco se suma a la rebelión.

Algunos datos históricos. El 12 de julio los falangistas asesinan al teniente José Castiilo. En represalia, el 16 de julio los amigos de Castillo asesinan a José Calvo Sotelo, líder de la derecha. Ese mismo día muere sospechosamente el general Amado Balmes, gobernador militar de Las Palmas. Los franquistas atribuyen su muerte a un accidente mientras limpiaba su arma. Sin embargo, el historiador Ángel Viñas, basándose en los errores de la autopsia y otros documentos, afirma que, desde Tenerife, Franco ordenó su asesinato por su negativa a sumarse a la sublevación. Al día siguiente, tras el entierro, Franco vuela de incógnito desde Las Palmas a Marruecos. Pero tiene un problema: ¿Cómo trasladar a 47.000 soldados desde el norte de África a la península?

Desesperado, Franco recurre a Hitler y a Mussolini. A finales de julio y principios de agosto, consigue mover sus tropas desde Marruecos a Sevilla, gracias a un puente aéreo y marítimo, mediante 130 aviones de Hitler y otros 12 de Mussolini y barcos de carga alemanes e italianos. Según Hitler, es “la mayor operación de transporte aéreo de la historia”. 

El golpe fracasa. El Ejército se parte en dos. La guerra promete ser larga. Las mayores atrocidades ocurren en las semanas siguientes en ambos bandos. El 1 de octubre de 1936, nueve generales y dos coroneles golpistas nombran a Franco jefe del Gobierno del Estado “mientras dure la guerra”. La guerra dura, para Franco, hasta el día de muerte, pues se considera caudillo de España “por la gracia de Dios” con carácter vitalicio. Además, se atribuye a su hermano Nicolás la treta de borrar las palabras “del Gobierno” y “mientras dure la guerra” al transcribir el documento. Así quedó nada menos que como “jefe del Estado” sin fecha de caducidad.

Aunque suele repetir que no le interesa la política, cuando concluyen las batallas militares, Franco demuestra que es un político astuto y oportunista. Lleva un doble juego, como aliado de los nazis alemanes y de los fascistas italianos, pero, a la vez, recibe ayuda de Gran Bretaña y Estados Unidos.

Contra lo que dice la propaganda oficial, Franco no tiene nada de austero y sencillo. Vive en palacios, se rodea de ricos y aristócratas, concede títulos nobiliarios, como los reyes, navega y pesca en su yate Azor, enriquece a sus amigos, compra fincas y engorda, sin disimulo, una cuenta corriente a su nombre en el Banco de España. Al 31 de agosto de 1940, Franco ha amasado una fortuna de 34 millones de pesetas de la época equivalentes a 388 millones de uros de 2010. Si libertad de prensa, la corrupción campa a sus anchas. Su esposa va cargada de perlas carísimas. Por eso, la llaman “La collares”.

Desde el primer momento, imita los gritos, saludos brazo el alto, monedas, sellos, retratos por doquier, ceremonias y desfiles al estilo de sus aliados Hitler y Mussolini. Se declara contrario a los sistemas democráticos e instaura su dictadura personal, un régimen totalitario nacional-católico claramente centralista.

El culto a su personalidad roza lo cómico o lo ridículo. Le llaman mesías enviado por Dios para salvar a España del comunismo. En realidad, cuando se subleva, España tiene muy pocos comunistas, pero Franco, desde muy joven, está obsesionado con la conspiración judeo masónica comunista internacional. Cuando Alemania invade la Unión Soviética, Franco ayuda a Hitler enviándole 18.000 voluntarios de la División Azul. También le llaman César invicto, salvador de la Patria, centinela de Occidente, caudillo vitalicio y providencial, que responde solo ante Dios y ante la historia, ángel custodio del Imperio español, generalísimo de los Ejércitos, supremo capitán de la raza, etc. ¡Ah! y entra en los tempos bajo palio, como si fuera un príncipe de la Iglesia o un santo.

En plena II Guerra Mundial, Hitler quiere ocupar el peñón de Gibraltar, pero Franco no llega con él a ningún acuerdo en su entrevista en Hendaya. No quiere enemistarse con Gran Bretaña que le ayudó secretamente durante la guerra y permite pasar los barcos de América Latina con víveres hacia España. En octubre de 1944, cuando la derrota de Hitler parece evidente, Franco pide a Churchill una alianza contra el comunismo y niega que España sea nazi o fascista. Al terminar la guerra mundial, la ONU recién creada condena a un boicot internacional al régimen fascista de Franco, lo que aumenta la hambruna de la postguerra y el exilio. La economía española, basada en la autarquía y el aislamiento, sufre dos décadas de miseria y cartillas de racionamiento.

Franco se salva del boicot internacional por la guerra de Corea y la guerra fría que divide al mundo entre países capitalistas y comunistas. En 1952, Estados Unidos concede a Franco una ayuda de 100 millones de dólares (equivalentes a 1.192 millones actuales). En agosto de 1953, Pio XII, el Papa nazi que había bendecido a Hitler, firma un Concordato con la Dictadura franquista. Naturalmente, el oficial africanista que no iba a misa se convierte en un beato que dice rezar el rosario a diario y se acompaña con el brazo incorrupto de Santa Teresa. Se hace religioso por conveniencia. Ha convertido la guerra civil en una cruzada religiosa por Dios y por España.

Unas semanas después de la bendición papal, Franco ofrece a Estados Unidos el territorio español para lo que quiera, bases militares y bombas atómicas incluidas. Con Washington y el Vaticano a su favor, Franco da un giro cosmético de cara al exterior, prohíbe el saludo nazi y cambia a sus ministros falangistas nacionalsindicalistas por otros nacional-católicos.

La Iglesia católica, encargada de la educación de los niños y con los gastos pagados por el Estado, ya no tiene que recibirle con el saludo nazi. En todas las misas, el sacerdote pide a Dios que proteja a “nuestro jefe del Estado Francisco”. Las demás religiones están prohibidas y la represión interior y la depuración de los no afectos al régimen continúan. Hay dos nuevas asignaturas obligatorias: Religión y Formación del Espíritu Nacional. Los maestros “poco afectos”, según el cura del pueblo, son asesinados, encarcelados o huyen al exilio. Muchos de los 60.000 maestros son depurados. Quien me enseñó a leer en secreto era uno de ellos. Las personas no heterosexuales son consideradas depravadas y enfermas. Van a la cárcel o al manicomio. El general Queipo de Llano, el criminal de la Desbandá de Málaga a Almería y a quien se atribuye la orden de asesinar a García Lorca, avisa con claridad de sus intenciones:

“Cualquier afeminado o desviado que insulte al Movimiento será muerto como un perro”.

Matar a Federico “por rojo y por marica” (según dijo uno de sus asesinos) hunde para siempre la figura siniestra del Caudillo. Desde el 19 de agosto de 1936, Franco ya es irrecuperable para la Historia.

El mayor retroceso lo sufrieron las mujeres bajo la tutela de la Sección Femenina. Deben ser sumisas a los hombres, prácticamente propiedad de sus padres o maridos, y no pueden tener cuenta corriente, hacer negocios o viajar sin permiso de su padre o de su marido. Las mujeres que perdieron la guerra son, además, víctimas de tortura, abusos físicos y sexuales de la mayor crueldad. El general Queipo de Llano, que mandó 14.000 fusilamientos solo en Sevilla, las amenaza así por la radio:

         “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a sus mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que pataleen y forcejeen”.

Los restos de este genocida estuvieron sepultados, con todos lo honores, en el altar mayor de la basílica de la Macarena de Sevilla. La reciente Ley de Memoria Democrática ha permitido sacar de ahí su cadáver y llevarlo a un cementerio familiar.

Hay quien dice, por desconocimiento, que con Franco había más seguridad. Es falso. Nadie puede contar lo que ocurre en España. No hay libertad de expresión ni de prensa. Las mujeres están desprotegidas frente a las agresiones de sus parejas o de hombres desconocidos que suelen salir impunes. El marido puede matar a su esposa si la descubre como adultera y no le pasa nada. El franquismo convierte los pecados en delitos.

No entiendo cómo hoy puede haber chicas jóvenes defendiendo la Dictadura con la bandera franquista y el saludo fascista. Las veo a menudo en Madrid, al cruzar por la esquina de Marqués de Urquijo con Ferraz. Una imagen que me estremece y que me impulsó a escribir el libro “Franco para jóvenes”. ¿Sabrán ellas lo que decía Pilar Primo de Rivera, jefa de la Sección Femenina, a las jóvenes españolas en los años 40 para que no estudiaran y se dedicaran solo al hogar? Decía que

“Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho”.

El Patronato de Protección de la Mujer, creado en 1941 para “redimir a la mujer caída y ayudar a la que está en peligro de caer”, es una institución terrorífica, según la historiadora Carmen Guillen.  En su tesis escribe que “si te portas mal, te llevan donde las monjas”. Fumar en público, ser desobediente, llevar gran escote o falda corta está muy mal visto por el franquismo. Claro que lo peor es quedarse embarazada fuera del matrimonio. Suelen ser obligadas a dar su hijo en adopción o se lo roban para su venta a una familia católica. En 1943 hay mas de 12.000 niños en cárceles españolas. Algunos estudios sitúan la cifra de niños robados en unos 30.000.  

Para quienes se benefician de la Dictadura, Franco es un patriota, enviado por Dios para salvar a España del comunismo ateo. Para quienes sufren su Dictadura, Franco es un sicópata cruel, despiadado y ambicioso, sin una pizca de empatía por el sufrimiento ajeno. Su hija Carmen nos deja otra clave:

         “Papá cuando decía una cosa, quería que todo el mundo dijera amén”

Nadie niega que Franco es un político astuto, cuco, hábil y muy desconfiado, que juega con las cartas pegadas al pecho. Antes de recibir en su despacho al embajador británico esconde las fotos que tiene dedicadas de Hitler y Mussolini y las sustituye por otra del Papa. Diplomáticos británicos informan que Franco no se altera por nada y envían a Londres mensajes como este:

“Me temo que es un mentiroso descarado. Los documentos alemanes capturados y en nuestro poder así lo prueban. Tiene una piel de rinoceronte”.

Varios generales monárquicos, que le apoyaron con el golpe de Estado, se sienten decepcionados porque Franco no permite la restauración en el trono de don Juan, hijo de Alfonso XIII y padre de Juan Carlos. Uno de ellos es el general Kindelán quien en 1947 escribe esto al heredero de Alfonso XIII:

         “Franco está en plena euforia. Está ensoberbecido e intoxicado por la adulación y emborrachado por los aplausos. Está atacado por el mal de altura; es un enfermo de poder, decidido a conservar este mientras pueda, sacrificando cuanto sea posible y defendiéndolo con garras y pico. Es taimado y cuco. No creo que Franco, en su actual estado ególatra, piense en dar paso a la monarquía cuando acaba de ver rendidos a sus pies a doce millones de esclavos sumisos”. 

Otro decepcionado, el golpista monárquico general Yagüe, el asesino de Badajoz, escribe lo siguiente:

         “Franco era vanidoso, se rodeaba de aduladores y de propagandistas en la prensa y en la radio. El resultado es que se le quemaba tanto incienso en tales cantidades que daba náuseas. Se le había hecho creer que era un ser superior a los demás, que sus caprichos eran leyes. Conociendo que por su naturaleza era desconfiado y rencoroso, se le informaba de insidias venenosas que él escuchaba y aceptaba”.

El ministro falangista Girón de Velasco nos deja este retrato de su jefe supremo:

         “Paso de buey, vista de halcón, diente de lobo y hacerse el bobo”.

El Caudillo viaja por España y ve lo que quiere o lo que le dejan ver. En su visita a Almería en los años 50, taparon con una improvisada valla de cañas y yeso el barrio pobre por donde debía pasar su Rolls Royce. Lo recuerdo bien. Sus leales le aclaman con fervor. Los demás le aplauden por temor a ser denunciados si no lo hacen. El tratamiento que recibe confirma su necesidad de admiración y el carácter narcisista patológico, quizás sicopático del dictador. Sus propagandistas le quieren mostrar siempre como un macho viril, fuerte y dominante. Sin embargo, a medida que pasan los años y su salud se deteriora es difícil mantener esa imagen.

En 1959, Franco aprueba a regañadientes el Plan de Estabilización para salvar a la economía de la miseria creada por dos décadas de política autárquica. No había divisas para comprar más petróleo. Los nuevos hombres de Opus Dei, partidarios del libre mercado, sustituyen a los falangistas en el Gobierno e inician una apertura del comercio exterior y una cierta liberalización de la economía. Pronto se notan los efectos del fin del aislamiento y de la apertura de fronteras. Fuerte emigración del campo a la ciudad y a países europeos, entrada de turistas… incluso en bikini.

Las remesas de divisas de los emigrantes (más de 2 millones fueron a trabajar a Europa) y los créditos del Fondo Monetario favorecen la importación de equipos que aumentan la productividad que estaba por los suelos. Pasar del arado romano al tractor es una revolución en la agricultura que expulsa campesinos hacia la industria y los servicios. En los años sesenta se empieza a notar la emergencia de una nueva clase media. El símbolo es el Seat 600. Se nota también en la música popular. De “el futuro es muy oscuro cocinando con carbón” pasamos a “hay que ver cómo vive Fulano, cómo tira el dinero Mengano” o a “todos queremos más y más y más y mucho mas”. Mejora la economía, aumentan los escotes y se recortan las faldas. Algo están cambiando.

La mejora de la calidad de vida de la clase media emergente, desde 1964 a 1975, será el principio del fin de la Dictadura. Los emigrantes no solo regresan con dinero para montar un taller, sino que han visto cómo viven los trabajadores en la Europa democrática y de qué libertades disfrutan para defender sus intereses. Europa se convierte en un sinónimo de Democracia. Queremos ser como los europeos. Tan libres como ellos. Para conseguir eso, Franco y su Dictadura ya no valen. España engorda, hay mejora económica y desarrollo industrial y el traje de la Dictadura se queda pequeño, se rompe por todas sus costuras. Cada vez que España llama a la Comunidad Económica Europea le dan a Franco con la puerta en las narices. ¿Qué hacer?

La sociedad española, sometida durante décadas por la represión violenta de Franco, por el miedo, se empieza a movilizar en los años 60 y a reclamar libertad sindical, de prensa, de reunión, de asociación, de manifestación, etc. La agitación laboral para reivindicar mejores condiciones de vida y de trabajo dio lugar al nacimiento casi espontáneo de Comisiones Obreras, el primer sindicato clandestino, al que le siguen UGT, USO, etc. La huelga de los mineros de Asturias de 1959 fue un éxito. Y siguieron otras muchas. Los estudiantes también se movilizaron contra el SEU, el sindicato falangista obligatorio. Emergieron asociaciones de vecinos, colegios profesionales, jueces demócratas, curas obreros, militares de la UMD (Unión Militar Democrática), grupos feministas, etc., que reclamaban derechos y libertades. No sin riesgo, los periodistas luchábamos contra la censura y conquistábamos la libertad palabra a palabra. Me censuraron el titular “Huelga en la Perkins” en Cambio 16. Lo tuve que cambiar por “paro técnico”. 

Cuando muere el dictador, la represión aumenta (unos 700 muertos en la Transición, que no fue tan pacífica como dicen), pero también crecieron las protestas de los ciudadanos. Miles de huelgas y manifestaciones en los últimos años de Franco y mucho miedo al ruido de sables, a la amenaza de un golpe militar que mantuviera viva la Dictadura. En los entierros de las víctimas de ETA, se oían gritos de “Iniesta al Poder”. El general Iniesta, uno de los duros del “bunker” franquista, había sido director general de la Guardia Civil.

El Ejército y la Iglesia católica, los dos pilares básicos de la Dictadura de Franco durante décadas ya no eran una piña para defender al Caudillo enfermo y en declive. Como la sociedad española del momento, estaban divididos entre inmovilistas y aperturistas. Los españoles aún no hemos reconocido el mérito que tuvieron varios generales que apoyaron la Transición a la Democracia como, por ejemplo, Gutiérrez Mellado, Sáenz da Santa María, Cassinello Pérez o Fernández Campo. Lo mismo ocurrió con algunos obispos. En los funerales por víctimas de ETA, también se oían gritos ultras de “Tarancón, al paredón”. El cardenal Tarancón, presidente de los obispos, seguía la línea aperturista del Concilio Vaticano II que no era del gusto de los franquistas.

El Movimiento Nacional, partido único creado por Franco con la fusión obligatoria de todos los grupos que apoyaron el golpe de Estado del 36 (falangistas, carlistas, monárquicos, etc.), las Cortes sumisas y el Sindicato vertical obligatorio también se fueron debilitando y dividiendo entre aperturistas e inmovilistas. Finalmente, con miedo por su futuro sin Franco, los procuradores franquistas se hicieron harakiri al aprobar, el 18 de noviembre de 1976, la Ley para la Reforma Política, propuesta por Adolfo Suárez, que abrió paso a las primeras elecciones libres del 15-J de 1977. Esa fue la voladura oficial de todas las leyes franquistas.

Pero esa voladura no fue un regalo. Fue también fruto del miedo de los franquistas, sin Franco, a la posible revancha de los perseguidos por la Dictadura, que podrían convertirse en perseguidores. Enfrente de los restos franquistas, habían crecido, cada vez con más fuerza, los movimientos antifranquistas ilegales (sindicatos clandestinos, partidos políticos perseguidos y asociaciones prohibidas de todo tipo).

El choque entre esos dos barcos enemigos, que se cruzaban en la niebla, parecía inevitable. Pero ninguna de las partes quería otra guerra civil. El miedo y, como digo, el desconocimiento total de la fuerza real del contrario, convirtieron en demócratas a muchos españoles de ambos bandos. Por eso fue posible la Constitución de 1978, la primera de la historia de España que no es perfecta, pero que es de todos. A ustedes le toca ahora mejorarla.

Y ahora, para terminar, un breve recuerdo personal. Precisamente por miedo, como director fundador del semanario Doblón, me fui huyendo de España a Estados Unidos. Había sido procesado docenas de veces por presuntos de delitos de prensa por tribunales ordinarios y el de Orden Público (de los que fui amnistiado tras la muerte del dictador) y uno de sedición e injurias al Ejército, por un reportaje mío sobre ceses y traslados en la Guardia Civil.

Ser el primer hispanohablante galardonado por la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard me libró de comparecer ante el Consejo de guerra correspondiente ya que no hubo amnistía para delitos militares. Con el telegrama del presidente de Harvard en la mano, pedí a José Vega, capitán general de Madrid, que me permitiera salir de España con mi compromiso de comparecer ante el tribunal militar en cuanto me llamaran. El moderado capitán general Vega había sido sustituido por el franquista general Ángel Campano como director general de la Guardia Civil en el último Consejo de ministros presidido por Franco antes de morir. Fue al mes siguiente a los 5 últimos fusilamientos del tirano. El general Vega contribuyó a que mi presunto delito contra el Ejército fuera sobreseído.

En febrero de 1976, publiqué en Doblón varios casos de traslados y ceses de altos mandos de la Guardia Civil de Vega y su sustitución por fieles a Campano. Aquello apuntaba a una purga en toda regla, entre aperturistas e inmovilistas, para controlar a los 70.000 hombres armados y permanentemente movilizados de la Benemérita. En pleno ruido de sables, quien controla a la Guardia Civil (que ya no era una piña) controla España.

Con ese artículo frenamos la purga, sí, pero a mí me secuestró un comando armando con metralletas al salir de mi casa. Los guardias civiles de Campano me torturaron durante un interrogatorio de diez horas en la sierra de Guadarrama. Al final, me sometieron a un fusilamiento simulado, con una pistola a dos palmos de mi frente, para que les dijera quien me había filtrado los datos de la purga que publiqué. Pensé que iba a morir. Me quité el sudor de la cara. Era sangre. Querían que acusara al general Sáenz de Santa María, el número 2 de Campano heredado del general Vega. Mis fuentes eran anónimas. Me habían dado por teléfono los datos del boletín oficial donde pude comprobar los cambios. No fui ningún valiente. Simplemente no sabía qué decir.

Contó uno, dos y, al decir tres, el secuestrador encapuchado me disparó a dos palmos de mi frente. Escuché un chasquido, pero no hubo bala. Alegría de vivir. Me obligaron a firmar un documento oficial contra el general Sáenz de Santa María fechado en Guadalajara, el 4 de marzo de 1976, y, casi al anochecer, me liberaron en lo alto de la sierra. Al salir del hospital, esa misma noche del 2 de marzo, denuncié ante el juzgado de Guardia que me habían obligado a firmar un documento, fechado en Guadalajara dos días después, sin recordar su contenido. Jamás mencioné a la Guardia Civil de Campano, como autora de mi secuestro, hasta que pasaron treinta años y sus delitos habían prescrito. Aquello ocurrió. Y puede volver a ocurrir. Opté por perdonar, pero no olvidar.

Desde luego, el miedo que pasé, a los tres meses de la muerte del dictador, nunca lo he olvidado. Tampoco, que la libertad (una conquista y no un regalo) es como el oxígeno. La valoras más cuando te falta.

Que el amor a la libertad y las ganas de defenderla nos acompañen siempre.

Muchas gracias

TE RECOMENDAMOS:

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


Nacieron en Democracia… y temen perderla

Desde El Sol de Ortega y Gasset a El País de Ortega Spotorno. Esta fue la idea de Ritama Muñoz al organizar estas jornadas del Ateneo sobre la prensa en Dictadura y en Democracia. Buen debate

Toño Fraguas, Aroa Moreno y Erik Martínez Westley, ayer en la 1ª Jornada del Ateneo sobre ""La prensa como oposición al franquismo" dentro de los 50 años de España en libertad.
Toño Fraguas, Aroa Moreno y Erik Martínez Westley, ayer en la 1ª Jornada del Ateneo sobre «»La prensa como oposición al franquismo» dentro de los 50 años de España en libertad.jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIAJOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

.

El profesor Ignacio Blanco habló ayer, con erudición, sobre Ortega y Gasset y el diario El Sol. Un golpe de nostalgia para mí ya que creo que soy el único ser vivo que ha repasado todas las páginas de El Sol, desde 1917 hasta 1936. En la Hemeroteca aprendí más periodismo que en la Facultad donde me doctoré. Leí El Sol para los pre guiones y fotos de la serie de TVE «España, siglo XX». Luego vino un debate preocupante y enriquecedor sobre prensa y democracia, a cargo de tres jóvenes periodistas y escritores que nacieron después de la muerte del tirano: Toño Fraguas, Aroa Moreno y Erik Mtz. Westley. Una espléndida tarde de viernes en el Ateneo de Madrid. 

El profesor Ignacio Blanco disertó sobre Ortega y Gasset y El Sol. Entre el público estaba Paloma Varela Ortega, hija de Soledad Ortega y nieta del filósofo.
El profesor Ignacio Blanco disertó sobre Ortega y Gasset y El Sol. Entre el público estaba Paloma Varela Ortega, hija de Soledad Ortega y nieta del filósofo. Un gran conferencia.jams
Aroa Moreno, autora de "Mañan matarán a Daniel", un libro inquietante sobre los últimos fusilamientos de Franco (más bien asesinatos, con juicios falsos) tal día como hoy, hace 50 años. Dos meses después, murió el dictador que ahora parecen añorar en la extrema derecha desmemoriada.
Aroa Moreno, autora de «Mañana matarán a Daniel», un libro inquietante sobre los últimos fusilamientos de Franco (más bien asesinatos, con juicios falsos), tal día como hoy, 27 de septiembre, hace 50 años. Dos meses después, el 29-N-1975, murió el dictador que ahora parecen añorar en la extrema derecha desmemoriada.jams
Mi esposa (awetley.com) y yo no podíamos perdernos este debate. Erik es nuestro hijo mayor y se le dan bien estos debates. Me percaté de ello mientras escribíamos hace un año, a cuatro manos, el libro "Franco para jóvenes" (Ed. Catarata) que ya va por la quinta edición.
Mi esposa (awetley.com) y yo no podíamos perdernos este debate. Erik es nuestro hijo mayor y se le dan bien estos debates. Me percaté de ello mientras escribíamos hace un año, a cuatro manos, el libro «Franco para jóvenes» (Ed. Catarata) que ya va por la quinta edición. jams
El éxito de nuestro libro (me consta que algunos abuelos lo han regalado a sus nietos) ha llevado la editorial Catarata a pedirnos una nueva obra: "La Transición para jóvenes". Estamos en ello.
El éxito de nuestro libro (me consta que algunos abuelos lo han regalado a sus nietos) ha llevado a la editorial Catarata a pedirnos una nueva obra: «La Transición para jóvenes». Estamos en ello superando nuestros desacuerdos. Para Erik fue una chapuza y para mí, un milagro obra del miedo. Ambos estamos de acuerdo con Nicolás Satorius en que «Franco murió en la cama pero la Dictadura murió en la calle». jams
En el ascensor del Ateneo pude chupar cámara, y compartir risas, con Eva Quevedo, Aroa Muñoz y Mónica de la Fuente.
Al final, en el ascensor del Ateneo pude chupar cámara, y compartir risas, con Eva Quevedo, Aroa Muñoz y Mónica de la Fuente. Como diría el lazarillo de Tormes, «Me junto con los buenos para ser uno de ellos».jams

TE RECOMENDAMOS:

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


Conquistamos la libertad palabra a palabra

«La Democracia no la trajo el rey, se ganó en la calle». Sauquillo, Sartorius, Duval y Fonseca presentaron ayer la revista de eldiario.es sobre la Transición. Hace 50 años, el 18 de noviembre de 1976, las Cortes de Franco se hicieron el harakiri y volaron legalmente la Dictadura al aprobar la Ley para la Reforma Política. La presión del pueblo (trabajadores, estudiantes, vecinos, profesionales, militares demócratas y hasta curas antifranquistas), con huelgas y manifestaciones, conquistó la Democracia en la calle. No fue una Transición pacífica. El miedo de ambos bandos (por su desconocimiento de la fuerza real del contrario) hizo posible la Constitución del 78. El miedo a otra guerra civil nos hizo demócratas. Mi hijo Erik y yo lo contamos en “Franco para jóvenes” (Ed. Catarata) y en mis memorias “La prensa libre no fue un regalo” (Ed. Marcial Pons).

En la revista de eldiaro.es dedicada a la Transición de hace 50 años publico yo mi artículo «Periodismo: de la censura a la libertad» que copio y pego a continuación.

Forges lo tuvo muy claro.

Periodismo: de la censura a la libertad

José A. Martínez Soler

La primera vez que me atreví a poner la palabra huelga en un titular de Cambio 16, del que yo era director ejecutivo, me temblaba el pulso. “Huelga en la Perkins”, nada menos. En marzo de 1972, el dictador Francisco Franco estaba en plena forma. La huelga fue prohibida por él cuando ganó la guerra civil con la ayuda imprescindible de Hitler y Mussolini. Desde entonces, era un delito y una palabra tabú. Nadie había osado escribir sobre ella. Mi titular no pasó la censura previa. El censor del franquismo, Alejandro Fernández Sordo, me amenazó con enviar a la policía para secuestrar toda la tirada en la imprenta si no cambiaba “Huelga en la Perkins” por paro técnico o suspensión temporal de la producción. No sin dolor y coste económico al tener que cambiar el pliego, cumplimos su orden.

Tres años más tarde, muerto el dictador, el mismo Fernández Sordo fue nombrado ministro de Sindicatos y ésta fue su primera declaración a toda página en el diario Pueblo: “A partir de ahora, a la huelga la llamaremos huelga”. Imposible evitar una sonrisa. A paso de tortuga, y no sin incurrir en riesgos políticos y económicos, íbamos conquistando la libertad de expresión palabra a palabra.

Escribir Democracia tampoco era del gusto de la censura franquista. Por eso, optamos por utilizar la palabra Europa, quizás de manera abusiva, como sinónimo de Democracia. Queríamos europeizar España. Las páginas y portadas de nuestro semanario se llenaron de titulares con la palabra Europa: Europa, patria querida; Europa, sí. Japón, también; Adiós, Europa, adiós; El juego de Europa; Qué no, que este país no cabe; Europa se aleja… Fue una buena coartada. Sorteamos varias veces la censura, aunque no siempre.

El 9 de octubre de 1972, en nuestro primer aniversario, sufrimos otro sobresalto inesperado. Obtuve una exclusiva por pura casualidad. La Agencia EFE envió una nota a sus abonados anulando la noticia sobre el viaje de los príncipes a Alemania. Llamé al corresponsal Michael Vermehren y le pregunté por esa visita. Me dijo: “Ha gustado mucho la entrevista que le hice al Príncipe sobre España en Europa”. Le pedí que, por favor, me tradujera las palabras del príncipe y fui directo a su casa. Me quedé de una pieza:

Televisión alemana:

-¿Desea Vuestra Alteza Real que España entre en la Comunidad Económica Europea…?

Juan Carlos de Borbón:

Sí. Lo deseo. Porque creo que conviene a España y a Europa.

Europa nos había dado con la puerta en las narices cada vez que Franco pedía negociar algo. Ahora, parecerá una minucia, pero entonces consideré esa entrevista como una bomba periodística de primera magnitud. En portada, sobre la caricatura de don Juan Carlos, saliendo de su cabeza, colocamos este gran titular con un cuerpo gigante:

“EUROPA, SÍ”

En cuanto el Ministerio de Información recibió los diez ejemplares para censura previa con mi firma en sus portadas, recibí la llamada furiosa del director general de Prensa.  Me llamó de todo. Poner “Europa, sí” en boca del Príncipe era mentar la cuerda en casa del ahorcado. Me anunció que la Policía iría a la imprenta para secuestrar toda la tirada. En ese momento, yo sufría más por perder la exclusiva que por el futuro democrático de España. Le repliqué diciendo: “Usted sabrá lo que hace, pero no creo que el Príncipe haya hecho estas declaraciones sin consultar con nadie. Además, cuando Juan Carlos sea jefe del Estado ¿cómo va explicarle usted al Rey que prohibió su entrevista?”

Al cabo de unas horas, recibí la llamada de Fernández Sordo. Me dijo que se había esforzado mucho personalmente para conseguir que Cambio 16 llegara a los quioscos sin que nos pasara nada malo. Pronto, la prensa se hizo eco de lo que llamaron “la pregunta” al Príncipe y el “Sí, lo deseo” se transformó en un “Sí, quiero”.

Dicen que el poder auténtico es el arbitrario, el que no está sometido a límites por otros poderes. Ese era el caso de la Dictadura. Franco concentraba en su mano todos los poderes del Estado y los ejercía, sin límites, según su conveniencia. Solo se publicaba lo que era de su gusto. Por eso, era tan difícil saber cuando apretaba o aflojaba la acción del Ejecutivo, Legislativo o Judicial, controlados totalmente por el dictador y sus delegados. Ante la falta clara de reglas, escribíamos y publicábamos con el mismo riesgo de perder en el juego de las siete y media: o te pasas o no llegas. Si no llegas, los lectores no sabrán de los conflictos laborales o estudiantiles ni, por ejemplo, de las torturas en los sótanos de la Dirección General de Seguridad (DGS), hoy sede de la Comunidad de Madrid. Pero, si te pasas, (¡ay!) si te pasas es peor ya que pones en peligro tu publicación y puedes acabar ante el Tribunal de Orden Público o sufrir interrogatorios en la DGS. Allí tuve que acudir tres veces. Como invitado, me dijeron.

Franco aflojó un poco la presión sobre el cuello de los periodistas al aprobar la Ley de Prensa de 1966, promovida por su ministro Manuel Fraga Iribarne. Sustituyó a la de Ramón Serrano Suñer de 1938 según la cual el periodista era “… apóstol del pensamiento y de la fe de la nación recobrada a sus destinos (…) digno trabajador al servicio de España”.

Por el articulo 1 de la Ley Fraga se establecía el derecho a la libertad de prensa. Por el artículo 2 se limitaba arbitrariamente ese derecho de tal manera que desaparecía casi por completo. Sin embargo, aportó un cambio que resultó atractivo para las nuevas generaciones de periodistas. Desapareció la censura previa obligatoria y se convirtió en censura voluntaria. El dueño de una publicación podría publicar lo que quisiera sin someterse a la censura previa voluntaria, pero se arriesgaba a sufrir las consecuencias de su eventual temeridad.

El diario o la revista que se publicaba sin pasar por la censura previa se exponía al secuestro policial de la tirada, a la persecución judicial del autor y el director e, incluso, al cierre definitivo del medio de comunicación que no fuera del gusto de la Dictadura. Ese fue el caso, entre otros, del Diario Nivel, del que yo fui redactor, que nació el 31 de diciembre de 1969 y murió a manos de la Policía el mismo día de su nacimiento. Fue autorizado por Fraga Iribarne y borrado de un plumazo del registro oficial de prensa por orden de su sucesor, el ministro del Opus Dei Alfredo Sánchez Bella.

Al año siguiente, en 1971, el Gobierno decretó el cierre del diario Madrid. Había evolucionado desde sus posiciones netamente franquistas tras la guerra civil a otras algo más independientes del Régimen. Ese aperturismo le costó la vida. Poco después asistimos a la voladura espectacular del edificio del diario Madrid, una imagen inolvidable y aterradora para quienes luchábamos entonces desde abajo por conquistar la libertad de prensa.

En Cambio 16, nacido el mismo año del cierre del diario Madrid, tomamos nota y decidimos someter nuestro semanario a la censura previa. También optamos por incluir en el pliego central (fácil de arrancar) los temas que pudieran no gustar a la censura. Nuestro semanario sufrió muchos secuestros policiales mientras yo negociaba con el censor el cambio de pliego para poder obtener el permiso de distribución de los ejemplares. Lo mismo nos ocurrió cuando, en 1974, fundamos el semanario Doblón dedicado a denunciar, sutil y prudentemente, la corrupción generalizada del franquismo. Sin libertad de prensa, todo era corrupción en la Dictadura. Nuestra portada de “Sofico desahuciado” (con varios generales en su Consejo) nos convirtió pronto en una revista independiente de referencia y… rentable.

Como director fundador de Doblón, desde 1974 hasta que, en 1976, me fui huyendo a Estados Unidos, fui procesado docenas de veces por presuntos de delitos de prensa por tribunales ordinarios y el de Orden Público (de los que fui amnistiado tras la muerte del dictador) y uno de sedición e injurias al Ejército por un tribunal militar no amnistiable por mi artículo sobre cambios en la Guardia Civil. Ser el primer hispanohablante galardonado por la Fundación Nieman de Periodismo de la Universidad de Harvard me libró de comparecer ante el Consejo de guerra correspondiente. Con el telegrama del presidente de Harvard en la mano, pedí a José Vega, capitán general de Madrid, que me permitiera salir de España con mi compromiso de comparecer ante el tribunal militar en cuanto me llamaran. El moderado capitán general Vega había sido sustituido por el franquista general Ángel Campano como director general de la Guardia Civil en el último Consejo de ministros presidido por Franco antes de morir. Vega contribuyó a que mi presunto delito contra el Ejército fuera sobreseído.

En febrero de 1976, publiqué en Doblón varios casos de traslados y ceses de altos mandos de la Guardia Civil de Vega y su sustitución por fieles a Campano. Aquello apuntaba a una purga en toda regla para controlar a los 70.000 hombres armados y permanentemente movilizados de la Benemérita. En pleno ruido de sables, quien controla a la Guardia Civil (que ya no era una piña) controla España. Frenamos la purga, pero a mí me secuestró un comando armando con metralletas al salir de mi casa. Los guardias civiles de Campano me torturaron durante un interrogatorio de diez horas en la sierra de Guadarrama. Al final, me sometieron a un fusilamiento simulado, con una pistola a dos palmos de mi frente, para que les dijera quien me había filtrado los datos de la purga que publiqué. Pensé que iba a morir. Querían que acusara al general Sáenz de Santa María, el número 2 de Campano heredado del general Vega. Mis fuentes anónimas me habían dado por teléfono los datos del boletín oficial donde pude comprobar los cambios. No sabía qué decir.

Al final, a la de tres, me dispararon, escuché un chasquido, pero no hubo bala. Me obligaron a firmar un documento oficial contra el general Sáenz de Santa María fechado en Guadalajara, el 4 de marzo de 1976, y, casi al anochecer, me liberaron en lo alto de la sierra. Al salir del hospital, esa misma noche del 2 de marzo, denuncié ante el juzgado de Guardia que me habían obligado a firmar un documento, fechado en Guadalajara dos días después, sin recordar su contenido. Jamás mencioné a la Guardia Civil de Campano, como autora de mi secuestro, hasta que pasaron treinta años y sus delitos habían prescrito. Aquello ocurrió. Y puede volver a ocurrir. Opté por perdonar, pero no olvidar. Desde luego, el miedo que pasé, a los tres meses de la muerte del dictador, nunca lo he olvidado. Tampoco, que la libertad de prensa (una conquista y no un regalo) es como el oxígeno. La valoras más cuando te falta.

 José A. Martínez Soler es autor de “La prensa libre no fue un regalo” (Ed. Marcial Pons)

Así me dejaron la cara los torturadores a los tres meses de la muerte de Franco. No fue una Transición tan pacífica como dicen algunos.

Con maestros (jubilados) del Periodismo

Un grupo de jubilados del Periodismo (yo, entre ellos), a quienes la APM ha llamado «maestros» por su provecta edad, ha sido honrado para contar su vida en un podcast. 

Con colegas "Maestro del Periodismo"
Con colegas «Maestro del Periodismo»jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIAInvalid DateJOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

Contenido del párrafo

Con mis colegas "maestros" de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid). Detrás de mí están Aberasturi, Guindal, Jansa y Barriopedro.
Con mis colegas «maestros» de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid). Detrás de mí están Aberasturi, Guindal, Jansa y Barriopedro.jams
Con mi colega y maestro Mariano Guindal, un hombre con suerte (así tituló su biografía). No os perdáis su podcast.
Con mi colega Mariano Guindal, un hombre con suerte (así tituló su biografía). No os perdáis su podcast.jams

TE RECOMENDAMOS:

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


Orgulloso del Madrid solidario… y de la Policía

Entre la Copa Davis y la solidaridad contra el genocidio en Gaza ayer elegí ver el tenis. Me equivoqué. No todos los del PP apoyan el asesinato de 20.000 niños. Sus líderes, sí. 

Más de 100.000 manifestantes pacíficos anti genocidio en Gaza (con solo 2 detenidos) impiden que la Vuelta ciclista (con el equipo de Israel) llegue Madrid. Honor y gloria a los madrileños.

Contenido del párrafo

Picasso hubiera apoyado ayer la manifestación pacífica de más de 100.000 madrileños nobles anti genocidio (con solo 2 detenidos). El grito de Guernica contra el primer bombardeo nazi contra población civil se refiere ahora a la matanza de civiles en Gaza. Netanyahu imita a Hitler.
Picasso hubiera apoyado ayer la manifestación pacífica de más de 100.000 madrileños nobles anti genocidio (con solo 2 detenidos). El grito de Guernica contra el primer bombardeo nazi contra población civil se refiere ahora a la matanza de civiles en Gaza. Netanyahu imita a Hitler.jams
Ayuso, cada vez mas cerca de VOX que del PP, abraza al equipo del Estado genocida de Israel en la Vuelta ciclista a España.
Ayuso, cada vez mas cerca de VOX que del PP, abraza al equipo del Estado genocida de Israel en la Vuelta ciclista a España.jams
Feijóo y Abascal, cada vez más unidos al apoyar el genocidio de Israel, no muestran signos de humanidad.
Feijóo y Abascal, cada vez más unidos al apoyar el genocidio de Israel, no muestran signos de humanidad.jams

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.

En Almería piden un museo para la obra del hermano Rufino

La Voz de Almería pide hoy un museo sobre la obra del hermano Rufino, uno de los sabios que más ha influido en mi vida. Ahora veo cuán desagradecidos somos con nuestros maestros.

El hermano Rufino, sabio entre los sabios, observando flores
El hermano Rufino, sabio entre los sabios, observando unas flores./ jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIA09 nov 2025 – 18:52JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

Contenido del párrafo

Artículo de Manuel León en La Voz de Almería de hoy
Artículo de Manuel León en La Voz de Almería de hoyjams
Obituario del hermano Rufino que publiqué en La Voz de Almería. Me quedé corto.
Obituario del hermano Rufino que publiqué en La Voz de Almería. Me quedé corto.jams
El científico veía a Dios en las flores... y en los hierbajos.
El científico (biólogo, paleontólogo, filósofo, etc.) veía a Dios en las flores… y en los hierbajos.jams

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


Campaña sutil de los demócratas contra Trump

El miedo a ejercer abiertamente la libertad de expresión contra la degradación de la Democracia en EE.UU., por Trump y sus seguidores, lleva a promover una campaña de protesta sutil.

No hace falta decir quién. Se venden por Amazon.

No hace falta decir quién.jams

Camiseta con protesta contra Trump escondida en la taza de café. El miedo al fascismo hace milagros.
Camiseta con protesta contra Trump escondida en la taza de café. El miedo al fascismo hace milagros.jams

SE NOS VIO EL PLUMERONOTICIAJOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ SOLERJAMS

Contenido del párrafo

"Fuck Trump" (Que te den o jódete Trump), en la taza de café.
«Fuck Trump» (Que te den o jódete Trump), en la taza de café.jams
El famoso Smoky bear tampoco se libra de participara en la campaña contra el fascismo para salvar la Democracia que está en peligro en EE.UU.
El famoso Smoky bear tampoco se libra de participar en la campaña contra el fascismo para salvar la Democracia que está en peligro en EE.UU.jams

José Antonio Martínez Soler

Fundador de ’20minutos’, El Sol, La Gaceta, Doblón, Buenos Días (TVE). Director de TD-TVE. Redactor jefe de El País y Cambio16. Doctor en Ciencias de la Información por la Complutense. Nieman Fellow’77, diplomado por Harvard University. Profesor titular de Economía Aplicada, Universidad de Almería. Presidente de la J.R. del Parque Natural del Cabo de Gata. Medalla de Andalucía. Con la vista puesta en el retrovisor, como superviviente de secuestro, torturas y un fusilamiento simulado, por agentes armados de la Dictadura, vuelvo con este blog al ruedo periodístico. Pido la benevolencia de los jóvenes que no conocieron mi mundo y que, en ocasiones, creen de buena fe que la Democracia nos tocó en una tómbola.


«Donde nací no a la vida sino al amor»

Heminia Uroz, alcaldesa de Nacimiento (Almería) me invita a dar el pregón de las Fiestas en el pueblo de mi madre

«Hay razones del corazón que la razón no entiende». Creo de lo dijo Pascal. A mi me ha pasado este fin de semana -un golpe de nostalgia- al regresar al pueblo donde fui tan feliz. En Nacimiento (Almería) pasé muchas vacaciones de mi infancia y adolescencia. Al regresar, al cabo de tantos años, me han brotado hermosos recuerdos que me han hecho feliz… por unos días… seguidos. ¡Qué más se puede pedir! He pronunciado un pregón sentimental con palabras que salen del corazón más que del cerebro. Y he abrazado a viejos amigos y parientes. Gracias, vecinos de Nacimiento. Gracias, alcaldesa. 

Con mis queridos primos Mati Bretones y Paco Escribano, que me acogieron en su casa de Nacimiento.

Varios vecinos me ha pedido copia del pregón. Con lo presumido que soy, no voy a privarles de ese texto. Ahí va:

Pregón de las Fiestas de Verano de Nacimiento de 2025

 (8 de agosto 2025, 24:00 h. en la Plaza)

por José A. Martínez Soler

Ilma. Sra. alcaldesa, señores concejales, queridos parientes y amigos, vecinas y vecinos del pueblo donde, como diría Machado, “nací, no a la vida sino al amor”, en las orillas del río Nacimiento.

Queridos paisanos de Nacimiento:

(No saludo a los forasteros porque ya se sabe que nadie es forastero en Nacimiento. En cuanto llegan, ya son de aquí. Tal es la hospitalidad y la generosidad de esta tierra.

Buenas noches a todas y a todos.

Tengo hoy el placer y el honor de ejercer el viejo oficio de pregonero, para transmitiros un feliz encargo que me han hecho la alcaldesa, Herminia Uroz Iglesias, y los concejales del Ayuntamiento. Como dice muy bien la alcaldesa, “estas fiestas son una oportunidad más para recordar y honrar nuestras raíces”. Y eso es lo que voy a hacer.

Les agradezco mucho que se hayan acordado de mí, siendo yo un hijo pródigo que ha pasado tantos años fuera de Nacimiento.

Por tanto, por orden de la señora alcaldesa hago saber a los vecinos y amigos de este rincón tan seductor, con nombre de río y de alumbramiento, situado entre el parque natural de Sierra Nevada y la alpujarra almeriense, la obligación que tenemos todos de participar con alegría en las Fiestas de Verano de Nacimiento, cuyas maravillas tengo el honor y el placer de pregonar hoy.

La verdad es que yo soy de aquí, en un 50 por ciento. Procedo de los “Maúros” de Nacimiento. Mi otra mitad viene de los “Camarillas” de Tabernas.)

Os diré que a mis padres les separaba el agua. Habían nacido a pocos kilómetros de distancia. Sin embargo, procedían de mundos muy distintos. Mi padre era de secano. Mi madre, de regadío. Él, de Tabernas, un desierto al pie de la Sierra de los Filabres. Ella, de Nacimiento, una vega alpujarreña, en el extremo oriental de Sierra Nevada. El agua, escasa o abundante, marcaba el carácter y los sueños de ambos.

Mis recuerdos infantiles de las vacaciones en Nacimiento están ligados, inevitablemente, al río que lleva el mismo nombre que el pueblo y desemboca en el Andarax. Era nuestra principal diversión. Siempre llevaba agua. Mucha o poca. ¡Qué impresión me ha causado hoy verlo sin agua! Nunca antes lo había visto tan seco. Los niños hacíamos barquitos con las hojas del cañaveral. Con palo mayor y vela vegetal. Navegaban por los meandros del río. Nosotros seguíamos su rumbo corriendo hacia el Molino.

De vez en cuando, brotaba un chorro de agua que nacía allí mismo, en el Acebuche, en la Jaquetilla o en el Mojón, en una u otra orilla, en una fuente casi espontánea, o nos llegaba como descarte de una acequia. Animaba el caudal principal y aceleraba la travesía de nuestros navíos. A menudo, cargábamos nuestros barcos con pasajeros condenados a muerte: hormigas, saltamontes sin patas, moscas sin alas. ¡Qué crueldad!, ahora que lo pienso.

En esos ocho hermosos caños llenaba yo los cántaros para la casa de la madre Julia.

Cuando llovía torrencialmente en la sierra, salía el río. De cerro en cerro, avisaban con un cuerno (como el shofar judío) o una caracola para dar tiempo a retirar del cauce a las bestias, los carros y los aperos de labranza. Dos veces lo vi salir. En septiembre, por San Miguel, antes del volver al colegio. Era imponente. Toneladas de agua roja, terrosa y sucia bajaban a gran velocidad. Con una fuerza implacable, arrastraba y arrasaba troncos, ramas, animales y todo lo que pillara en su cauce. Lo raro es que, a la orilla de aquel río salvaje, lucía el Sol. La tormenta caía en la sierra.

Me contaron que, entre el desagüe de la fuente y el Molino, se salvó un hombre agarrado, a vida o muerte, al tronco de un gran árbol caído. La corriente quería llevárselo hasta el mar, convertido en cadáver. No le dio tiempo a recuperar a su cabra y se salvó de milagro. A la sombra del inmenso castaño de Indiase, entre el bar de Benito y la casa de mi primo Miguel, oí decir: “A ese le pilló el toro”. Un toro de agua. Sí. Furioso. También dijeron que nunca se le quitó la cara de susto.

Lo que más diferenciaba a Tabernas de Nacimiento era el tiempo que tardaba en llenarse un cántaro en sus fuentes. Mas de media hora en uno y apenas un minuto en el otro. La fuente de Nacimiento, con ocho caños hermosos, de casi dos pulgadas de diámetro, llenaba los cántaros y la pileta en un santiamén. El agua sobrante iba a las acequias de las huertas feraces que bordeaban el río.   

Los caños están hoy secos. ¡Qué dolor». Por la sequía de los últimos cuatro años y por el riego de los invernaderos que han puesto río arriba.

No tengo palabras para ensalzar las excelencias de esta tierra y no quiero convertirme hoy en el abuelo “cebolleta” que cuenta sólo sus batallitas de infancia para demostrar que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. El pasado nos parece mejor sencillamente porque éramos más jóvenes y teníamos la vida por delante.  Y, quizás, porque hacíamos más cosas divertidas y con más frecuencia que ahora.

La alcaldesa me regaló copia de documentos manuscritos de mis antepasados

Yo hablo mucho de Nacimiento a mis hijos y nietos. Somos nuestra memoria. Y este pueblo lo tengo grabado en mi corazón. Incluso dediqué unos párrafos en mi libro de memorias (“La prensa libre no fue un regalo”) a la vega de Nacimiento y al desierto de Tabernas. Como os he dicho, mi padre (José, el del cemento) era de secano, donde el agua, y no el tiempo, es oro. En cambio, mi madre (hija de Isabelica, la “Maura”), guapa, lista y simpática, era de regadío. Ella era de aquí. Y presumía de la fuente inagotable de este pueblo. Mi padre bromeaba con que mi madre parecía “tonta de nacimiento”. O sea, por partida doble. Ella le respondía, con risas, “pura envidia” y celebraba las vegas feraces y los caños inagotables de la fuente de Nacimiento, o los brotes de agua cristalina del manantial del Acebuche o del Mojón, con los que soñaban todos los taberneros para sus ramblas de secano.  

Ante la imagen de La Inmaculada (mi madre la llamaba La Purísimo) que se compró con el dinero recaudado por la obra teatral «Morena Clara» protagonizada por mi madre, Isabel Soler García.

Raro era el día que no saliera Nacimiento en nuestras conversaciones. Mi hermana Isabel y yo nos divertíamos mucho recordando las anécdotas familiares de Nacimiento. Cuando falleció mi madre, a los 84 años, publiqué su obituario en La Voz de Almería con el título “Adiós, Morena Clara”. Lo contaré para que se sepa: la estatua de la Inmaculada que hay aquí al lado, en la Iglesia de Nacimiento, se compró con la recaudación de su obra de teatro favorita: “Morena Clara”, personaje que mi madre interpretó, en los años cuarenta, junto a la Iglesia, ante las autoridades locales (el maestro, el alcalde, el cura, el sargento, el farmacéutico, etc.). Lo hizo con tal éxito de crítica y público que, desde entonces, fue comparada en Nacimiento con la famosa actriz Imperio Argentina y heredó, por derecho, el nombre de su personaje.

Con la vejez, fue perdiendo la memoria, pero nunca olvidó su éxito artístico en el improvisado teatro de Nacimiento, ni tampoco el descaro que tuvo su novio (mi padre) para saltar al escenario, entre los aplausos del público y estamparle un beso delante de todo el pueblo… y de las autoridades locales competentes. Nunca nos aclaró mi madre, que se puso roja como un tomate, ante los aplausos espontáneos del público, si recibió de nuestro padre un beso de estampita en la mejilla o fue en sus labios. Ella nos respondía con risas pícaras y cómplices.

Mi madre cataba flamenco que daba gusto. Cuando lo hacía, desde la cocina de nuestra casa en la calle Juan del Olmo de Almería, la gente se paraba en mi puerta hasta que ella terminara de cantar el repertorio de Morena Clara o los fandanguillos de Nacimiento que eran su especialidad. Era famosa y muy querida en nuestro barrio, entre el Quemadero y la Plaza Toros. Un par de horas antes de morir, con mi último beso antes de expirar, le dije al oído: “Te quiero, Morena Clara”. La doctora me dijo que el oído es lo último que se pierde en la vida.

A mi madre y a mi hermana les hubiera gustado verme hablar en la plaza del pueblo.

En los años cincuenta, Nacimiento era para mí un rincón maravilloso y una experiencia inolvidable. Cargados de bultos para pasar aquí todo el verano, venía en tren con mi hermana Isabel y mi madre, incluso con mi prima Mati, que me ha recogido hoy en su casa. (Gracias, Mati y Paco, a quien conocéis aquí como el de la ITV). En la estación nos esperaban nuestros parientes con sus burros y mulos para traernos hasta aquí. Con pantalón corto, mis piernas aún recuerdan el estropicio que nos hacía la albarda de esparto o paja al rozar con la piel. Me sabía los atajos del camino. Las veredas de pizarra molida, las balsas, la tierra seca entre pedregales y el paisaje semidesértico, con olivos y almendros en el horizonte… Los tengo grabados en mi memoria. Mis primos solían pasar los veranos en casa de mi abuela Isabel o de mi tío Mariano y mi tía Pura. No era mi caso. Nosotros teníamos una casa fija muy especial: la de Juan Torres y Julia Franco, vecinos de Modesto, el cartero. La madre Julia amamantó a mi madre nada más nacer, mientras mi abuela Isabel lo hizo con mi tía Encarna, su hermana melliza. Por eso, yo tuve el privilegio de tener tres abuelas, una de Tabernas y dos de Nacimiento.

Yo dormía aquí en un colchón de farfolla (las hojas secas de la panocha) que la madre Julia echaba al suelo en el desván de su casa. Aquel desván era un museo de los aperos de la agricultura, casi medieval, que aún se practicaba en estas tierras. Imposible olvidar aquellos objetos de labranza y el olor tan característico de los frutos de la tierra que allí se guardaban para el invierno.

Tengo recuerdos muy entrañables de mi infancia con la madre Julia y el padre Juan. Eran la sal de la tierra, lo que antes se llamaba “bellísimas personas”. Un ejemplo inolvidable para mí. Tan pobres y tan generosos… 

Es costumbre que los pregoneros alaben las excelencias de las Fiestas y las virtudes del lugar donde pregonan. Desde hace años, he dado docenas de pregones de Fiestas y Ferias, sobre todo cuando salía en Televisión Española, en el Buenos Días, en el Telediario, desde Nueva York, o en tantos otros programas de la tele o la radio. Ningún pregón me ha costado y me ha emocionado tanto como éste.

Los más jóvenes pueden preguntarse –y con razón- el porqué de esta emoción tan especial. Y yo les digo que cuando vuelvo a esta tierra, o hablo de Nacimiento por esos mundos, mi corazón se llena de hermosos recuerdos. Algunos, también tristes como es la ausencia de mi madre, nacida aquí, y de mi hermana Isabel, muerta prematuramente en accidente de trafico, con quienes gocé tanto de Nacimiento. Ambas habrían disfrutado mucho al verme aquí arriba convertido en pregonero de nuestro pueblo. Aunque llevo muchos años fuera, pues emigré como tantos paisanos en busca de sueños, forjados a la orilla de este río, nunca he olvidado mis raíces nacimenteras.

El árbol del bar de Benito. Hace 70 años ya nos daba sombra.

Y cuando uno entra por las callejuelas de este pueblo, el embrujo de sus luces y sombras, de sus volúmenes -esos cubos blancos caprichosos, de aristas dulces, redondeadas, enganchados casi milagrosamente al terreno-, el color de sus buganvillas y geranios, el sabor de las especias de sus guisos, de los gurullos, del trigo, de la berza o del ajo colorao o el aroma, en fin, de sus jazmines y galanes de noche nos transportan a un mundo de ensueño.

Me alegra mucho volver aquí para cargar mis pilas y para disfrutar, precisamente, de esas esencias que conservamos como oro en paño. No hay palabras para cantar las excelencias de Nacimiento. Antes de ir a la universidad, ayudé a mis parientes en las tareas de la huerta y de los parrales, participé aquí en muchas fiestas, guateques y competiciones. Incluso gané 5 duros por llegar el último -sin parar- en la carrera de burros. Ese era el premio. Monté el burro de Modesto, el cartero, el más lento del pueblo. Tengo testigos de aquel premio. Podéis preguntarle al Pele.

Admiraba tanto a mi primo Miguel, maestro de escuela que tocaba el clarinete en estas fiestas, que me aficioné a su instrumento y me matriculé un par de años en el Conservatorio. A él le debo mi primer acercamiento a las bandas de pueblo. Gracias a mi primo Miguel llegué a actuar con mi clarinete en el auditorio de Villanueva de la Cañada, donde vivo. Mi chica, que sabe música, me dijo que nunca sería un virtuoso. No soportaba mis pitidos y lo dejé.

Este pueblo es un lugar único en mis recuerdos de infancia y adolescencia que es difícil de definir sólo con el lenguaje que brota del cerebro. Para expresarlo hay que recurrir al lenguaje, más sugestivo, que sale del corazón. Copiando a don Antonio Machado os he dicho al principio que aquí “nací no a la vida sino al amor” en las orillas y cañaverales del río Nacimiento.

No me pidáis detalles sobre quien era ella, pero solo os diré que mi corazón juvenil temblaba en estas fiestas antes de pedir un baile a la chica que me gustaba. ¡Qué nervios! Esas primeras mariposas en el estómago no se olvidan jamás. “Quien lo probó lo sabe”, nos diría Lope de Vega.

Por todo eso, con el corazón en la mano, decimos a quien quiera oírnos que Nacimiento tiene encanto, magia, embrujo, solera, duende, historia, fantasía, sosiego, espíritu, emoción, ensueño, leyenda, inspiración y, sobre todo, mantiene la armonía entre su pasado y su presente. Y eso le garantiza un futuro muy esperanzador.

Es un lugar ideal también para quien huye del bullicio de las grandes ciudades y busca refugio en la Naturaleza. Si lo cuidamos, Nacimiento es inagotable. Y, así, podremos embriagar nuestro espíritu con mil recuerdos. Aquí puedes pasar las mil y una noches más felices que puedan imaginarse.

Y los nacimenteros y nacimenteras se merecen –nos merecemos- lo mejor. Empezando por esta gran fiesta que tengo el gusto de pregonar por orden de la señora alcaldesa.

¡Vivan las Fiestas de Verano de Nacimiento! ¡Viva San Miguel!

¡A divertirse! Muchas gracias

Caminé río arriba en busca de las fuentes cristalinas de mi infancia. Todo seco. En Rambla Encira, casas tan vacías como en la península, tan cervantina, de Davíd Uclés. «Miré los muros de la patria mía…»
En un muro de la Iglesia aún sobrevive esta lápida, tan injusta como ilegal, contraria a la Ley de Memoria Democrática. O ponemos a todos los caídos de ambos bandos de la guerra civil (los golpistas y los demócratas) o quitamos esta placa. No me gustó. A mi madre y a mis tíos José y Mariano (ambos presos en Gérgal por socialistas) tampoco les habría gustado esta placa.
El pueblo de mi madre al pie oriental de Sierra Nevada. Hermoso pueblo.