El libro «No hay Dios (probablemente)» de mi amigo Manolo Saco, mi hermano adoptivo menor, pues le llevo un mes y pico, ya está en manos del autor. Me envió foto. Pronto llegará a las librerías valientes y también podrá comprarse a través de la web de Mongolia. He tenido el privilegio de leer el borrador y os lo recomiendo vivamente. Mezcla humor y terror (no sé en que orden) y rezuma sabiduría, gracia y valor. Estoy deseando tenerlo en mis manos. Este libro es una fiesta para los ateos, agnósticos y librepensadores y, quizás, una pesadilla, con «duelos y quebrantos», para los creyentes o medio creyentes.
Hay que comprarlo antes de que la Inquisición, tan amante de las hogueras, lo queme. Es una joya. Decía mi admirado Melville en Moby Dick que «la fe, como las hienas, se alimenta alrededor de las tumbas». Pues eso. El miedo a lo que no hay después de la muerte sobrevuela por las páginas provocadoras y sabias de este libro. No te lo pierdas.
Soy testigo del encuentro provechoso de Pere Rusiñol, alma de Mongolia, con Manolo Saco, durante la procesión cívica que hicimos, de la mano de Nieves Concostrina, por las tumbas más celebres del cementerio civil de Madrid, tras el duelo por la muerte de nuestro querido Ramón Lobo. Allí mismo, mientras «íbamos dando tumbas», según el Saco, llegaron al acuerdo de publicar este magnífico y edificante libro. La ciencia y la razón frente a la fe. ¡Lobo lo celebraría tanto!