Josep Ramón Bosch no tiene ocho apellidos catalanes sino dieciseis. Los separatistas le temen más que a un nublado y le atacan (escraches incluidos) sin comtemplaciones. Quizás lo hacen porque es más catalan que la mayoría de ellos.
«Mi abuela tiene 97 años, habla catalán y no habla castellano pero ella dice es española», nos cuenta Bosch.
Este directivo de una famacéutica -gran vendedor- es el presidente de la recién nacida SCC (Societat Civil Catalana). Se define como de centro derecha y convive en la SCC con 12.000 asociados de todos los colores políticos.
He compartido con él mesa y mantel en la ADT (Asociación para la Defensa de la Transición). Y me ha sorprendido que hablara con tanta claridad y sin apenas miedo a los secesionistas de su tierra. A mi el nacionalismo, sobre todo cuando se engaña creyéndose de izquierdas -nunca lo es-, me da bastante miedo.
Nos habló del plan separatista: «referendum consultivo tramposo, sin legitimidad democrática, con dinero público, sin base jurídica, manipulando nuestra propia historia y mintiendo sobre los costes de la separación y sobre nuestra salida automática de la Unión Europea».
Bosch quiere convencer a los que «sentimentalmente no se sienten españoles» debido al discurso de los secesionistas basado en tres pilares falsos:
1.- «España nos roba». Atribuyen a Madrid los recortes que les ha impuesto la crisis económica: «Madrid nos quita nuestro dinero para dárselo a los andaluces y extremeños».
2.- «España nos ataca y nos humilla».
3.- «España contra Cataluña». La guerra de sucesión (y no de secesión, como dicen) de 1714 no fue entre España y Cataluña sino entre los partidarios de los borbones y los de los austrias que se disputaban la corona de España. Los secesionistas plantean el tricentenario del 11 de septiembre de 1714 falseando la historia.
La Societat Civil Catalana acaba de enviar un memorandum a las embajadas con su versión sobre la situación actual en Cataluña, tan distinta de la «propaganda» de la Generalitat. Según ellos, la mayoría de los catalanes son contrarios al separatismo pero carecen de cauces para expresarse: «Somos una nación cutural catalana y una nación política española en cuya fundación participó también Cataluña. La lengua catalana es una lengua española y la bandera catalana dio origen a la española. Los separatista le han puesto la estrella del odio y nos han dejado nuestra bandera cuatribarrada a los demás catalanes que no queremos la secesión».
Bosch critica la actuación del Gobierno de Rajoy, desaparecido, porque no hace nada: «El único ministro que habla del problema catalán es Margallo, ¡el de Asuntos Exteriores!. Y no habrá ningún choque de trenes porque frente al de Artur Mas no hay ningún tren que lo frene: nos van a atropellar. El próximo rey Felipe VI se enfrenta a un gran problema. Cataluña será su 23-F».
Ahí queda eso.