La patria, señores de Ferrovial, es el interés general de España. Lo ha dejado bien claro la vicepresidenta Nadia Calviño en Onda Cero, entre unos colegas míos tan sesgados que se les veía el plumero.
No me sorprenden la valentía, firmeza y coherencia de nuestra vicepresidenta, sin perder la sonrisa. Claro que tampoco yo soy objetivo. Su padre, uno de mis jefes favoritos, confió en mí para que, en 1986, fundara el Buenos Días en TVE. Estoy en deuda eterna con él. Le debía también una copia de mi libro «La prensa libre no fue un regalo».
Nadia Calviño ha heredado el afecto que tengo a su padre. Pero no sólo por eso me gustó su entrevista. Fue valiente y clara. Mis colegas no pudieron con ella. Y eso que Carlos Alsina es bueno entrevistando en Onda cero. Gran entrevista. No te la pierdas.
Enhorabuena, señora vicepresidenta. ¡Qué suerte ha tenido Pedro Sánchez, el gran superviviente, con tenerte a su lado!
Lo que ha hecho Rafael del Pino Calvo Sotelo (crecido entre la beautiful people de la Dictadura y la Transición), al llevar la sede social de Ferrovial a los Países Bajos, puede ser incluso legal, pero es un gesto muy feo, que puede tener un coste de imagen para España. La buena reputación exterior de España nos interesa y conviene a todos los españoles. Con ese gesto tan desleal, Del Pino va contra la imagen de país y, por tanto, contra los intereses generales de España, nuestra verdadera patria. También va contra los empresarios que no huyen de aquí. Tendrá que explicar muy bien por qué lo hace. Ya sabemos que la avaricia es el lubricante del capitalismo, pero dentro de un orden. En exceso, va en contra de la solidaridad y el interés general. No todo vale.