Un bucle melancólico y siniestro me perturba en el 80 aniversario de la liberación del campo nazi de exterminio de Auswichtz. Pese a la diferencia numérica tan espantosa de los asesinados en ambos genocidios (6 millones de judíos frente a 50.000 palestinos), las imágenes de quienes van a morir en las cámaras de gas nazis (en su mayoría judíos) y el éxodo actual de palestinos supervivientes de las bombas de Israel son estremecedoras. Lo advirtió Primo Levi, superviviente de un campo nazi: «Ocurrió y puede volver a ocurrir». ¡Pobre condición humana! Ya está ocurriendo otra vez. Nadie podrá decir jamás que no sabía. Franco apoyó a su amigo Hitler en el genocidio de los judíos.
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