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«El tocador del Metro le felicita las Pascuas»

Anteayer me pregunté, no sin razón,  si «el blog… es cosa de hombres».  No tuve que esperar al día siguiente. La respuesta de Ana, en forma de comentario, me llegó de inmediato:

«Por alusiones, aquí pongo el link sobre por qué los blogs son más cosa de hombres que de mujeres:
http://www.nytimes.com/2014/01/20/opinion/life-as-a-female-journalist-hot-or-not.html.
En resumen, si eres mujer estás expuesta a que te insulten con comentarios sexistas o de acoso sexual, que hagan photoshop poniendo tu cabeza sobre un cuerpo desnudo o vestida de puta, que te critiquen tus ideas con insultos y acosos sexuales, etc. etc. Se meten con tu forma de vestir, con tu apariencia, si eres fea, si eres gorda… Estadísticamente, la mayoría de mujeres que dejan su blog dan razones de acoso sexual constante y cansino.» (Enviado el 19/02/2014 a las 22:38).

Cuando leí el artículo del New York Times que nos recomienta  («Life as a female journalist hot or not») percibí claramente, y no sin tristeza e impotencia, sus razones. Como si ya hubiera pasado por un momento igual, recordé una anécdota, vivida hace años por una colega del Telediario. Llegó al Pirulí en el Metro y , más orgullosa que humillada por el hecho de ser mujer, nos contó lo ocurrido.

En hora punta, aquel vagón del Metro de Madrid iba de bote en bote. Apretujadas, con el bolso o la cartera en una mano y la barra de sujeción en la otra, las mujerres solían ser sobadas, acariciadas, restregadas o tocadas, por abusadores sexuales que se hacían los tontos, y miraban para otro lado mientras atacaban descaradamente a sus víctimas.

El grito, fuerte y claro, de una joven despertó, de golpe, a los sonnolientos pasajeros del vagón:

«El tocador del Metro le felicita las Pascuas».

Hubo un estallido de risas. El descubierto abusador enrojeció, agachó la cabeza y rápidamente se abrió paso, como pudo, hacia la puerta de salida. Se esfumó por el andén de la siguiente estación.

Hace casi 30 años, fecha de la anécdota, cuando yo fundé la televisión matinal (el «Buenos Días» de TVE nació en enero de 1986), el Metro -como hoy el blog- era cosa de hombres. Sin apenas pudor, y entre risas, algunos jefes tocaban el culo o las tetas a sus secretarias. Los piropos y acosos callejeros eran groserías que ninguna joven aguantaría en 2014 sin replicar.  Hoy día, el Metro -o la calle- ya no es sólo cosa de hombres.

Pronto, cuando los ciber-acosadores sexuales sean descubiertos, ridiculizados y condenados social y judicialmente (con el IP de su ordenador en la picota), el blog -como le pasó al Metro– será cosa de hombres y de mujeres.

Sueño con ello.