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EE.UU. e Israel, pueblo elegido y tierra prometida. Una mirada perturbadora

Sin repasar las primeras películas del Oeste (rostros pálidos, buenos; pieles rojas, malos), apenas podremos comprender lo que pasa por la cabeza de los colonos israelíes y otros expansionistas judíos que matan sin piedad a cientos, miles, de niños palestinos.

Y aplauden, con sillas en primera fila de su «frontera móvil», los actuales bombardeos siniestros sobre Gaza.

Tampoco podremos comprender del todo lo que pasa por la cabeza de los gazatíes que, en 2001, celebraron por sus calles el hundimiento de las Torres Gemelas de Nueva York causado por terroristas islamistas de Al Qaeda.

Fosa común con los cadaveres de indios sioux trasa la masacre de Wounded Knee (1890) en Dakota del Sur.
Fosa común con los cadaveres de indios sioux tras la masacre de Wounded Knee (1890) en Dakota del Sur.

custer y caballo loco¡Qué gritos de alegría no darían los colonos pioneros del Oeste norteamericanos tras la masacre de indios en Wounded Knee o qué fiesta no celebrarían los sioux que acabaron con el general Custer! —

Cobertura mediática de las matanzas de palestinos en Gaza.
Cobertura mediática de las matanzas de palestinos en Gaza.

Llevo días, semanas, pensando que si no escribo algo contra los crímenes cometidos por Israel en Gaza para qué quiero, a mi edad, tener un blog de desahogo personal. No voy a callarme precisamente ahora que, jubilado, casi puedo decir lo que pienso.

Si digo que tengo amigos judíos, musulmanes o gitanos, a los que quiero de corazón, algunos sospecharán que lo digo para encubrir que soy antisemita, antimusulmán o antigitano.  De la misma forma, si digo que mi país favorito, después de España, es Estados Unidos, me tomarán por antiyanqui.  Sin embargo, no soy antijudío ni antimusulmán ni antigitano ni, por supuesto, antiyanqui. Todo lo contrario.

Como Woody Allen, soy projudío y antisionista. También soy promusulmán y antiyihadista. Aunque les tachen de traidores, tengo la impresión de que solo los judíos antisionistas (como Hobsbawm) pueden criticar los crímenes de Israel. Pues yo voy a hacerlo libremente porque me siento medio judío (¿Soler?) y antisionista.   Y enamorado de los Estados Unidos.

Las imágenes de niños palestinos masacrados, con tan flagrante desporporción, por las bombas israelíes, y que nos muestran la televisión y las redes sociales, son terroríficas, truculentas y desgarradoras. Mi primera reacción ha sido, como otras veces, refugiarme en la lectura de análisis sobre el conflicto palestino-israelí, en busca de alguna luz.

Un libro clarificador sobre los colonos: "Los señores de la tierra".
Un libro clarificador sobre los colonos: «Los señores de la tierra».

El origen y desarrollo del conflicto es complejo y tiene mil caras, como la propia realidad cervantina. ¿Son gigantes o molinos?  Ya se que la realidad es poliédrica. Pero hoy me voy a fijar en una de sus caras: la que me resulta más perturbadora.

Según se mire este crimen contra la Humanidad, sobre todo si rascamos en nuestra piel, como hizo Lawrence de Arabia, ninguno de nosotros es inocente.

Sin pretensiones científicas, pretendo establecer una relación de semejanza entre la creación de Estados Unidos e Israel para tratar de describir, explicar y, si fuera posible, predecir lo relativo a un aspecto -solo uno- de este complejo asunto: el «pueblo elegido», la «tierra prometida», los pioneros de la «frontera móvil» (go West) y la doctrina del «destino manifiesto» de ambas naciones.

Según la BBC, el gobierno de EE.UU. sabe que «una parte importante de la población simpatiza con Israel. Una encuesta de esta semana, realizada por el Centro de Investigación Pew, reveló que el 40% de los estadounidenses considera que Hamas es el culpable de la violencia actual en Gaza, mientras el 19% cree que es Israel. Además, el 25% opina que Israel se ha excedido en su respuesta al conflicto, mientras el 35% asegura que ha sido adecuada.»

Cartle de la pelicula del Oeste"Murieron con las botas puestas"
Cartel de la pelicula del Oeste»Murieron con las botas puestas»

¿Por qué piensa así una parte tan importante, aunque decreciente, de los estadounidenses?. Muchos se han identificado con Israel a través de la leyenda «heróica» de la conquista del Oeste por sus antepasados. Como consecuencia de ello, y por otras razones estratégicas y económicas,  EE.UU. apoya incondicionalmente con armas y dólares al gobierno de Israel.

Permitidme que me remonte a mediados del siglo XIX.  Las tesis de los sionistas, pioneros judíos, colonos y fanáticos religiosos partidarios de la guerra parecen seguir anclados en el siglo XIX. No se han enterado de que el mundo ha cambiado. Curiosamente, en 1948 nace el nuevo Estado de Israel justo un año después del fin del colonialismo británico en India. Van con el paso cambiado.

A mediados del siglo XX, la Humanidad ha hecho algunos progresos para acabar con el colonialismo y combatir el racismo, el machismo y la xenofobia. Los ejemplos de Gandi, Martin Luther King y Nelson Mandela, así como los movimientos de liberación anticolonial, los derechos humanos y el Tribunal Penal Internacional, que juzga los crímenes contra la Humanidad, son ya un legado (¿irreversible?) del siglo XX.  Además, las ONG nos muestran a los «nativos» como personas y no como «salvajes». 

Con la mentalidad imperialista y expansionista, propia del siglo XIX,  los colonos israelíes siguen ocupando ilegalmente las tierras de los nativos palestinos, como si aún vivieran en aquella era colonial cuando los europeos masacraban sin piedad a negros, indios o asiáticos.

Israel se van quedando con toda Palestina... Los palestinos, a las revervas de Gaza y Cisjordania.
Israel se van quedando con toda Palestina… Los palestinos (en verde), quedan confinados en las «reservas» de Gaza y Cisjordania.

 

Destino manifiesto de EE.UU. John Gast, 1872
Destino manifiesto de EE.UU. John Gast, 1872

El periodista John O´Sullivan publicó en Democratic Review de Nueva York (1845) un artículo sobre el «destino manifiesto» de Estados Unidos como pueblo elegido por Dios para extenderse  «….por todo el continente que nos ha sido asignado por la Divina Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino.» 

Recuerdo lecturas de sionistas del siglo XX  que trataban de colonizar Palestina y establecer allí el Estado de Israel como progresistas, socialistas y laicos, llevando los ideales democráticos modernos de Occidente a las «tribus» medievales (¿bárbaras?, ¿salvajes?) del mundo árabe.

La mala conciencia de los europeos por el Holocausto judío de los nazis (de los españoles no diré nada, pues ahí está la Inquisición) permitió el nacimiento en 1948 del nuevo Estado de Israel en tierras palestinas. Y tuvo la bendición de la ONU y la simpatía de muchos europeos y de casi todos los norteamericanos. soldier-blue-online-free-putlockerA mi me gustaban entonces (amigo Abraham, amigo Maimónides) las historias de los kibutz y de la convivencia casi pacífica entre palestinos y judíos.

Estados Unidos (la verdadera tierra de promisión para este pueblo elegido, según el genial Manuel Vicent) apenas ayudó al incipiente Estado de Israel. Hasta que, a principios de los 70, las siete hermanas petroleras vieron las orejas al lobo, estalló la guerra de los seis dias y la subida brusca del precio petróleo (y de otras materias primas) sumió a Occidente en la primera gran crisis económica desde que acabó la II Guerra Mundial.

pequeño gran hombre 1970A partir de ahí, creció el apoyo masivo de EE.UU. a Israel. En esas fechas, creció también el movimiento contra la invasión norteamericana de Vietnamhaz el amor, no la guerra»). En 1970 se filmaron dos películas pioneras revisionistas de la leyenda del Wild West (Oeste Salvaje): Soldado azul y Pequeño gran hombre. En ellas, los indios parecían seres humanos e, incluso, víctimas de genocidio. No eran exclusivamente tribus salvajes que cortaban cabelleras a los colonos del Oeste y quemaban sus cosechas.  ¡Qué lejos queda todo aquello! 

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Hace unos días, Peter Beinart publicó un artículo en el diario israelí Haaretz (31 de julio 2014) en el que dice que «Israel está perdiendo el apoyo de quienes apoyaron a Obama (jóvenes, minorías y progresistas e, incluso, jóvenes judíos que antes eran progresistas excepto en el tema de Israel)».  «A medida que América se va haciendo menos nacionalista, menos belicista y menos religiosa, tendrá menos empatía con un Israel que se define exactamente por estas características».

John Stewart, productor y presetador de TV de origen judío.
John Stewart, productor y presetador de TV.

Algunos artículos de Beinart han conmocionado a buena parte de la comunidad judía más progresista/humanista de los Estados Unidos. Básicamente dice que ser judío no significa apoyar incondicionalmente a Israel y que si hay que elegir entre ser progresista/humanista y ser judío, muchos elegirán lo primero. Según él, «ya mismo, Israel ha perdido a John Stewart, el portavoz mas influyente de los jóvenes progresistas normeamericanos».  John Stewart es productor de TV de origen judío y presentador de un programa satírico de noticias (The Daily Show) de gran éxito en Estados Unidos

Manifestación pro Palestina ante la Casa Blanca.
Manifestación pro Palestina ante la Casa Blanca.

Israel incumple hoy sistemáticamente todas las resoluciones condenatorias de la ONU, el articulo 49 de la Convención de Ginebra y los acuerdos de paz. Lo mismo hizo Estados Unidos: incumplió en el siglo XIX, uno tras otro, todos los tratrados de paz con las tribus indias que los colonos y el Ejército iban sistemáticamente diezmando y confinando en reservas. (Hoy son practicamente reductos para aficionados al casino).

Los colonos que, apoyados por uno de los ejércitos más potentes del mundo, avanzan desde Israel hacia el Oeste palestino (rifles, misiles y tanques contra piedras y cohetes primitivos) se sorprenden de las manifestaciones críticas en Europa y EE.UU. (incluso dentro de Israel)  contra lo que ellos consideran su «derecho a defenderse». No hacen algo distinto de lo que hicieron (un siglo antes) los británicos en India (antes de Gandi), o los norteamericanos con los indios  o los holandeses en Suráfrica (antes de Nelson Mandela) o, desde el siglo XVI, los españoles en América (antes del padre Bartolomé de las Casas) …

Los colonos judíos dicen que «se defienden» de los ataques de las tribus nativas. Eso mismo hacían los cowboys y granjeros del Oeste americano (europeos que huían del hambre o la persecución religiosa) contra los indios salvajes.

Si los indios cortaban la cabellera a un blanco, los colonos y el Ejército mataban a toda una tribu. Para ello, también pactaban con otras tribus vecinas y/o enemigas (¿Arabia Saudita, Egipto...?).

Yihadista muestra las cabezas de sus víctimas.
Yihadista muestra las cabezas de sus víctimas.

Desde luego, las imágenes tremendas de los yihadistas de Al Qaeda, degollando a occidentales o disidentes nativos con sus alfanjes medievales, ante las cámaras, no ayudan precisamente a la causa palestina. Los yihadistas siguen en la Edad Media.

Mal que les pese a los colonos extremistas judíos, tampoco estamos en el siglo XIX. Las ONG, que conviven con los indígenas, denuncian hoy los abusos y crímenes en TV y redes sociales como antes hacían, tímidamente y sin medios, los misioneros europeos en el Tercer Mundo.

Rabin y Arafat firman la paz en presencia de Clinton.
Rabin y Arafat firman la paz en la Casa Blanca en presencia de Clinton.

Como corresponsal de TVE, en agosto de 1995, tuve el privilegio de cubrir la firma del Acuerdo de Paz entre Isaac Rabin y Yaser Arafat en la Casa Blaca, en presencia del presidente Bill Clinton. Aún lo recuerdo con emoción.

El mundo entero lo celebró como una oportunidad extraordinaria para la paz, después de 40 años de guerra entre judios y palestinos y siglos de enemistad, de dimensiones bíblicas, entre hebreos y filisteos. (En árabe no existe el sonido de la «P«. Unas veces se sustituye por el de la «B» -Babá en lugar de Papá- y otras por el de la F –Filistina por Palestina.)

Bill Clinto llora la muerte de Rabin
Bill Clinto llora la muerte de Rabin

Apenas dos meses después (4-XI-95), un fanático extremista judío asesinó a Isaac Rabin. YaserArafat murió más tarde envenado, según su viuda, por polonio radiactivo.  

Y la guerra -tan desigual y tan escandalosamente desproporcionada como fue la de los colonos contra los indios- siguió su curso…

Con el paso de siglos y milenios, el gigante Goliat es hoy el poderoso Ejército de Israel y los pequeños David, con sus impotentes tirachinas de corto alcance, mueren masacrados en las escuelas que la ONU mantiene en Gaza.  Por cada bombardeo israelí brotan nuevos yihadistas, llenos de odio y deseos de venganza contra los «cruzados» de Israel, y, por extensión, contra Occidente. Aún hay fanáticos islamistas anclados en las Cruzadas de los siglos XI y XII y otros nostálgicos que reclaman la reconquista de Al Andalus.

Francia y Alemania pasaron de ser enemigos milenarios, con millones de muertos a cuestas, a ser socios pacíficos en la Unión Europea. Sueño con un Mercado Común en Oriente Medio que de paso, algún día, a una paz duradera entre Israel y Palestina y, quizás, a la Unión Arabe-Israelí en Oriente Medio.

Estado de un barrio de Gaza por donde pasaron las bombas de los colonialistas israelíes.
Estado de un barrio de Gaza por donde pasaron las bombas de los colonialistas israelíes.

Aunque Obama no ha cambiado la posición de EE.UU sobre Israel, sus votantes sí lo han hecho durante esta guerra. Según Peter Beinart, la mayoría de los norteamericanos defiende a Israel y culpa a Hamas, pero entre los grupos demográficos que apoyaron a Obama es al revés:

1) Los mayores de 60 años apoyan a Israel con un margen de 24 puntos. Los menores de 30 años se oponen con un margen de 26 puntos.

2) Los grupos étnicos y minorías se oponen a Israel con un margen de 24 puntos, mientras que los blancos  apoyan a Israel con  un margen de 16 puntos.

3) Progresistas. Según el Centro de Investigación Pew, un 54 % de los conservadores acusan a Hamas de esta guerra y apoyan a Israel. Entre los progresistas hay empate.

Por eso mismo digo, sin pecar de optimisa, que la evolución imparable de los jóvenes progresistas de los Estados Unidos, incluidos los judíos humanistas/progresistas que cita Peter Beinart en el diario Haaratz, hará posible ese sueño.

Shalom/Salam

¡Ojalá!

La guerra es bárbara.

P.S. Acabo de leer una entrevista extraordinaria con Eva Illouz, profesora de sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalem. Recomiendo mucho su lectura.

También recomiendo la lectura de este artículo del NYT de un ex ministro palestino. Muy bueno. Pide el fin al colonialismo (de los poquísimos que quedan) y describe cómo el colonialismo convierte a los colonialistas en racistas y exterminadores de los subyugados incómodos.

Y otro artículo espléndido es el del escritor israelí Etgar Keret: «Pedir acuerdos no es sabotear la victoria». 

 

 

 

 

 

 

¿Qué pasa en la prensa española?

¿Qué pasa en la prensa española?

Los directores de los tres diarios más influyentes ha sido despedidos en apenas dos meses.

Por José A. Martínez Soler

(Abril, 2014)

Nieman Fellow´77 (Universidad de Harvard)

Como las fichas del dominó, los directores de los tres diarios más influyentes de España (El País, El Mundo y La Vanguardia) han caído, uno detrás del otro, en apenas dos meses. ¿Quién empujó las fichas? Es la pregunta que me han hecho varios colegas de mi clase Nieman´77  e incluso Bill Kovach, ex curator de la Nieman Foundation for Journalism de la Universidad de Harvard.

La coincidencia en el tiempo de los despidos de estos tres periodistas (Javier Moreno, Pedro J. Ramírez y Joan Antich), que llevaban más de diez años dirigiendo los periódicos líderes (dos de Madrid y uno de Barcelona), la importancia de sus diarios y su variedad ideológica (uno de centro izquierda y dos de centro derecha) han desatado rumores sobre teorías conspiratorias, presiones del Gobierno conservador de Mariano Rajoy, de la banca, del Rey, de los nacionalistas catalanes, etc.

Como sabemos, las presiones de los poderes políticos, económicos y sociales para influir en la línea informativa y editorial de los diarios son tan viejas como la democracia. Siempre hay presiones. Unas veces consiguen su objetivo y otras, no. En ocasiones, a medias. Los periodistas lo llevamos grabado en nuestra piel.

En mi opinión, esos poderes son el “herpes” de la prensa en las sociedades democráticas. Si la prensa goza de buena salud, es rentable y sólida, el efecto de las presiones políticas y económicas suele resultar insignificante. La prensa rentable (o sea, independiente) genera anticuerpos eficaces para defenderse de los ataques y no ceder a las presiones. El herpes ni se nota, pero está presente siempre. Camuflado.

Sin embargo, si la prensa (o un diario en particular) tiene mala salud, no es rentable, tiene pérdidas, grandes deudas o está al borde de la quiebra, entonces carece de esos anticuerpos defensivos, falla su sistema inmunológico y las pupas del herpes brotan a la vista de todos (lectores y anunciantes). Los periódicos con pérdidas pagan más a sus fuentes y menos a sus enemigos (en especies: sesgo, espacio, tratamiento, protección, no noticias, etc.) y son más serviles con sus anunciantes que aquellos que gozan de buena salud económica.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha sido muy explícito al sugerir (Dic. 11, 2013) que las críticas que recibe están relacionadas con las dificultades tributarias de algunos medios de comunicación. “¿Será una forma de presión?”, dijo el ministro en el Congreso. “Lo se porque me lo cuentan… vienen a mi despacho a contarme sus problemas económicos. En vez de dar tantas lecciones de ética a través de editoriales, lo que tienen que hacer (los medios de comunicación) es pagar religiosamente los impuestos en los plazos pertinentes…” Como podemos ver, las presiones entre Gobierno y periódicos son, escandalosamente, de ida y vuelta.

A ningún Gobierno le gustan las críticas de la prensa. No hay una causa única, sino varias, para explicar el cambio casi simultáneo de tres directores en dos meses. Además, yo no creo mucho en las teorías conspiratorias. Tienen una ventaja: resultan verosímiles y fáciles de creer para quienes no quieren molestarse en pensar seriamente sobre asuntos complejos. Pero tienen un terrible inconveniente: generalmente, esas teorías son falsas. Claro que tampoco creo que estos tres despidos seguidos sean fruto exclusivo del azar.

Cada diario tiene sus circunstancias particulares. Por ejemplo, el cambio en La Vanguardia, el diario líder de Cataluña, tiene cierta relación con el radicalismo nacionalista del director destituido. Desde que entró el nuevo director, Marius Carol, las posiciones independentistas de La Vanguardia parecen haberse moderado.

A las causas específicas se unen las comunes. Desde hace siete años, en los tres citados (y en casi todos) es notable el efecto traumático de la caída brutal de los ingresos por publicidad y por venta de ejemplares impresos. La circulación de los tres ha caído mas de un tercio desde hace una década (El País cayó hasta los 271.673 ejemplares diarios, El Mundo, a 150.085 y La Vanguardia, a 128.022, según datos de OJD de diciembre de 2013. En ocasiones, frenan su caída regalando productos extravagantes a sus compradores (vajillas de cocina, cubiertos, cuchillos. Cd´s, DVD´s, juguetes, libros, etc.)

La publicidad en la prensa cayó dos tercios en los últimos seis años y la circulación de los diarios españoles se redujo en más de un tercio. Para reducir gastos, centenares de periodistas han sido despedidos antes que sus directores. El País, por ejemplo, despidió el año pasado a 129 empleados, un tercio de su plantilla. Y las versiones digitales de los tres diarios líderes siguen siendo irrentables pese a que tienen 14, 11 y 4 millones de lectores mensuales respectivamente, según ComScore.

Se desmoronan no solo por la durísima crisis económica y política actual (26 % de paro, 1.600 casos de corrupción política en los tribunales y alto riesgo de descontento social en 2014) sino también porque su modelo tradicional de negocio carece de futuro en un país que lee poco. Ya sea por la tradición católica o por el buen clima, ambos enemigos de la lectura, en España se venden 92 diarios por cada 1.000 habitantes frente a los 175 ejemplares vendidos de media en la Unión Europea y 193 en Estados Unidos. Solo en Italia (89) y en Portugal (52) se venden menos periódicos que en España. Hay causas globales (Internet, infortaiment, etc.) y causas locales (cambios sociales, fragmentación de la audiencia, etc.).

Desde luego, si los diarios tradicionales no cambian de modelo serán irrelevantes o morirán. Los hechos demuestran que los contenidos de los diarios de pago no interesan al precio actual. O suben el interés o bajan el precio.  Quizás, por eso, florecieron en España cuatro periódicos gratuitos que sumaron cuatro millones de ejemplares diarios, tantos como los más de cien diarios de pago juntos. El diario gratuito 20 minutos (del noruego Schibsted Media Group), único superviviente de la crisis actual, nació en el año 2.000 y llegó a 2,9 millones de lectores diarios en 2007, distribuyendo 1,17 millones de ejemplares al día. (Para que se sepa: yo fui el fundador y CEO de 20 minutos durante más de diez años).

Los viejos lectores se mueren y los jóvenes no compran ni leen estos diarios de pago anticuados. Si no cambian de modelo (demasiadas corbatas por página, no se habla de mujeres ni se ven en fotos o informaciones y menos aún de jóvenes, por ejemplo, y mucho de senior citizens), la tasa de reposición de lectores les lleva a la muerte segura. Los dueños están desesperados, quieren vender sus acciones, fusionarse con otros y/o cambiar los contenidos pero dan palos de ciego. Echar parte de la culpa al director es muy socorrido. El director es el chivo expiatorio.  Y tal remedio puede tener efectos contagiosos.

De los tres grandes, el caso más relevante es el de El País, el diario líder de la prensa española desde el final de la Dictadura del “generalísimo” Franco. A su mala salud económica (con 873,2 millones de dólares de pérdidas y una deuda acumulada en dic, 2013 de 4,4 billion de dólares), se añade el problema acuciante de su ruinosa televisión de pago que está tratando de vender, entre otros, a Telefónica, la primera empresa de España y una de las cinco más importantes en la telefonía mundial.

Telefónica fue propiedad del Estado y, aunque hoy privatizada, sigue siendo una empresa muy próxima al Gobierno conservador del Partido Popular. Su presidente, Cesar Alierta, es amigo del ex presidente conservador José María Aznar a quien debe su cargo. El asalto de Telefónica al Grupo PRISA, editor de El País, un diario progresista, laico, de centro izquierda y muy crítico con el partido conservador,  comenzó con la victoria electoral de Aznar en 1996. Ahora Telefónica está a punto de comprar la televisión de pago de PRISA.

Jesús Polanco, el empresario que impulsó y controló el 64 por ciento del Grupo PRISA, editor de El País desde su fundación en 1976, falleció en 2007. El poder ejecutivo fue heredado por el periodista Juan Luis Cebrián, el primer director del diario que ya no está controlado por la familia Polanco sino por inversores extranjeros y bancos españoles. En dic 2013, PRISA recibió 1,2 billion de dólares de Liberty Adquisitions Holdings, una empresa de inversión de Nueva York.  El grupo accionarial de control posee hoy menos del 30 por ciento del capital.

Aunque no les gusta ser identificados con un diario, el Banco de Santander y la Caixa Bank tienen ahora la posibilidad de cobrar sus créditos en forma de acciones de El País. Y hay rumores sobre la posible compra de una parte de El País por el billonario mexicano Carlos Slim, que ya tiene acciones del NYT.

Ciertamente, El País goza de mala salud y, por ello, es más vulnerable a las presiones externas. Pero yo no creo que el Gobierno conservador de Rajoy tenga la fuerza ni la inteligencia suficiente, por sí solo, para provocar el cambio de director de El País. Sin embargo, si Antonio Caño, el flamante director, imprime su línea personal (con permiso del presidente Juan Luis Cebrián), El País se moverá (mientras no mejore su independencia económica) un poco más hacia el centro político, acercándose al partido popular gobernante y alejándose del partido socialista en la oposición.

Eso puede dar pie a la teoría conspiratoria dominante que atribuye este cambio a una intervención directa de la mano invisible del Gobierno. Para algunos, el cambio de sesgo será la prueba del 9. Para empezar, el nombramiento de Antonio Caño ha sido rechazado en votación por la mayoría de sus redactores. La vieja redacción no reconoce al nuevo capitán.

El sesgo ideológico exagerado de los tres diarios, tanto en la información como en la opinión, y la escasa calidad de sus noticias –sin identificar ni remotamente a sus fuentes- marcan su propio declive. Un modelo está agonizando y otro, naciendo. El deterioro de la prensa tradicional deja un hueco excelente a nuevos proyectos periodísticos impresos y digitales que, aunque embrionarios, están naciendo con fuerza: eldiario.es, elconfidencial.com, el Huffinton Post, Jot Down, Alternativas Económicas, El Heraldo, infoLibre, La Marea, Revista Mongolia, etc.

El bajo nivel de lectura y de calidad de la prensa española puede explicarle, parcialmente, por los hábitos profesionales y comportamientos y vicios sociales heredados de la Dictadura, por los restos de autocensura, de miedo a la libertad, por el secretismo oficial, la falta de transparencia de los partidos políticos y de la Administración, por el respeto excesivo a tabús como el Rey, el Ejército, la Iglesia Católica, los poderes económicos, que son casi los mismos que nos dejó de la Dictadura, etc.

Ni el ex director de El País ni el ex director de La Vanguardia han dicho una palabra sobre las causas de su destitución. Por el contrario, la campaña desplegada por Pedro J. Ramírez, ex director de El Mundo, ha dado alas a la explicación conspiratoria que circula por las redes sociales. El dueño de El Mundo, el líder italiano RCS (Rizzoli-Corriere della Sera), atribuye el cambio de director a razones económicas.

Sin embargo, en un articulo publicado en The New York Times (“In Spain, Fired for Speaking Out”, Feb. 5, 2014), el despedido y controvertido director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, achacaba su caída a las presiones del Gobierno de Rajoy sobre los dueños italianos del diario para silenciar sus críticas.

“My confrontation with the government –escribe Ramírez-  began last year, when an ally of Prime Minister Mariano Rajoy, his political partys former treasurer, Luis Bárcenas, now jailed on charges of corruption and tax fraud furnished documents showing illegal financing of the party over nearly two decades. We published an exposé, and turned over the documents to a judge investigating the case. We also published text messages of support that Mr. Rajoy had sent to Mr. Bárcenas.”

Sus acusaciones son difíciles de demostrar, aunque fáciles de creer para quien no conozca la profunda ruina económica que sufre el diario español de Rizzoli-Corriere della Sera.  Pedro J. Ramírez atribuye su destitución al presidente del Gobierno conservador que él mismo apoyó previamente:

“Previous prime ministers, including José Luis Rodríguez Zapatero, Mr. Rajoys Socialist predecessor, accepted press criticism. But everything changed when Mr. Rajoy, the leader of the conservative Peoples Party, came to power. Though we had endorsed him on three occasions, once in power he exhibited hostility toward uncomfortable truths and indifference to public opinión”. El ex director de El Mundo concluyó así su articulo ope ed:  “…it seems clear to me that democracy might be more fragile now than at any point since Franco died in 1975”.

El despedido tiene mala memoria. Se olvida de pequeños detalles que nos hicieron temblar a los españoles como, por ejemplo, el golpe de Estado militar del 23 de febrero de 1981, cuando todo el Congreso fue secuestrado a punta de metralletas.  O de los cientos de asesinatos de la banda terrorista ETA que provocaban ruido de sables contra la frágil democracia. Solo habla de él.

A mi juicio, la conclusión del director recién despedido, que continúa como columnista en El Mundo y con otro cargo dentro del Grupo RCS, es prematura y exagerada. Sangra por la herida. Quizás, por eso, la pasión le hace olvidar los gravísimos desafíos que nuestra joven y aún frágil democracia ha resuelto con éxito en sus 35 años de vida.

Durante los 40 años de cruel Dictadura del general Franco, la libertad de prensa fue la primera víctima: la censura brutal alcanzó niveles inimaginables cuando no ridículos. De la mordaza del dictador no se salvó ni el Pato Donald: su puño cerrado en alto fue tapado en España con una mancha negra. En la España de Franco se saludaba brazo en alto y mano extendida, herencia de sus aliados Hitler y Mussolini.

Desde la muerte de Franco, hemos ido conquistando la libertad de prensa palabra a palabra, venciendo tentaciones de intervencionismo oficial heredadas de la Dictadura, hasta llegar a la situación actual que es, se mire por donde se mire, incomparablemente mejor que la del pasado.

En democracia, la censura es más sutil y negociable.  Se presenta en forma de subvenciones oficiales, publicidad gubernamental o del sector privado, sobornos, compraventa de revelaciones de noticias exclusivas, siempre interesadas, periodismo de cheque, engaños, suscripciones en masas, etc.

Ciertamente, la libertad produce monstruos, capaces de devorar a tres directores de diarios en apenas dos meses, pero no olvidemos que la falta de libertad produce infinitamente más monstruos y mucho más feroces. Desgraciadamente, lo se por experiencia.

FIN

jamsoler@gmail.com

www.martinezsoler.com

 

What is going on in the Spanish press?

What is going on in the Spanish press?

The Editors of the three most influential newspapers have been fired in barely two months.

By José A. Martínez Soler

Nieman Fellow´77 (Harvard University)

Like dominos, the Editors of the three most influential newspapers of Spain (El País, El Mundo, and La Vanguardia) have fallen, one after another, in barely two months. Who pushed the dominos?  That is the question that several American colleagues have asked me, as well as Bill Kovach, former curator of the Nieman Foundation.

The coincidence in the timing of the firing of these three journalists (Javier Moreno, Pedro J. Ramírez, and Joan Antich), who had all been the directing Spain’s leading newspapers (two from Madrid and one from Barcelona), the importance of these papers and their ideological variety (one of center left, and two of center right respectively) have unleashed rumors of assorted conspiracy theories: pressure by the conservative government of Mariano Rajoy, the banks, the King, the Catholic Church, politicians against growing Catalonian nationalism… or all of the above.

As we know, pressure by political, economic, and social powers to influence the news and editorial content of the press is as old as democracy. Unlike other Western countries with centuries of democratic tradition, our democracy is young -our Constitution dates back to December of 1978- and more inexperienced in balancing these multiple pressures of the powers that be.  Our newspapers, many of them as young as our democracy, or even younger, are also more vulnerable to dramatic economic downturns. There will always be pressures in all democracies that have freedom of speech, and in our democracy, sometimes the assorted powers achieve their goal, and sometimes not.  And sometimes, partially.

In my opinion, these pressures are the “cold sores” of the press in democratic societies.  If the press enjoys good health, is profitable and has a solid readership, the effect of political and economic pressure is generally insignificant. The profitable press generates efficient antibodies to defend itself from attacks and does not yield under pressure. The cold sore is undetectable, but it is always there, hiding out or camouflaged.

However, if the press (or a particular newspaper) is in bad financial health, is not earning profits, hemorrhaging losses, burdened with enormous debt, and on the verge of bankruptcy, then its defensive antibodies no longer work, the immunological system fails and the cold sore blisters erupt in full sight for all to see – by both readers, advertisers, and enemies.

Newspapers with big losses must “pay” their sources and advertisers more.  The “payment” is non monetary in the form of favoring a particular slant, the amount of space occupied, the treatment given, and protection -the deliberate shelving of a particular newsworthy information “fit to print,” what we in Spain call the “no news story” that involves the protection of a source, a big advertiser, or a power that be of unfavorable or damaging information. Newspapers in deep economic trouble are more servile with their big advertisers than those who enjoy good financial health.

Additionally, in Spain, many newspapers, especially regional papers, depend heavily on central and regional institutional government advertising and on advertising from state owned or controlled companies

The Minister of the Treasury, Cristóbal Montoro, was very explicit upon suggesting that the criticism he was getting in the press was directly related to the income tax difficulties of some media. “Is this a form of pressure?” the Minister asked in Congress (December 11, 2013).  “I know it because they tell me so… they come to my office to tell me their financial problems.  Instead of giving so many lessons of ethics in their editorials, what they have to do (the media) is to religiously pay their taxes on time…”  As we can see, the pressures between the Government and newspapers are scandalously mutual, or as we say in Spain, “a return trip:” they go both ways.

There is not a single cause, but several, to explain the almost simultaneous change of three newspaper editors in two months. Conspiracy theories do have an advantage: they seem plausible and are easy to believe. But they also have a serious inconvenience: usually they are false. That said, I do not believe that these three firings one after another are merely random.

Each of the three newspapers has their own particular circumstances.  For example, the change in La Vanguardia, the leading paper in Catalonia, has a certain relationship with the pro-independence stance of the fired editor.  (A ruling coalition of nationalist parties in Catalonia, the northeast region of Spain with its own language, are vociferously insisting on a referendum in November for eventual independence from Spain.)  Since the entrance of the new editor, Marius Carol, the pro-independence positions of La Vanguardia seem to be more tempered or moderate.

In addition to the various specific causes there are also others in common.  For the last seven years in the three dailies (and in almost all the press), the traumatic effect of the brutal fall of income in advertising and plummeting sales of printed copies due to the economic crisis, has brought newspapers here to their knees.  Circulation for all three newspapers above has fallen by more than a third since a decade ago. (El País fell to 271,673 daily copies,El Mundo, to 150,085 copies, and La Vanguardia, to 128,022 copies, according to data from OJD -Spain’s media circulation control office- in December of 2013

Advertising in the press plunged two thirds over the last 6 years and average circulation of Spanish dailies, like the three fore-mentioned newspapers, fell by more than a third.  To reduce expenses, hundreds of journalists had been fired or laid off before these Editors lost their jobs.  El País, for example, laid off 129 journalists, a third of its staff.  And the digital versions of El País, El Mundo, and La Vanguardia continue to be unprofitable, despite having 14, 11, and 4 million monthly readers respectively, according to ComScore.

Spanish newspapers, saddled with huge losses and debts, are in deep trouble not just because of the current acute economic and political crisis (26% unemployment, 1600 cases of political corruption currently in the courts- one of the highest in Europe- and a very high level of social discontent in 2014) but also because its traditional model of business has no future in a country that reads very little.  Be it due to the legacy of the former dictatorship, Catholic tradition, or good climate -all enemies of reading- 92 newspapers are sold per 1000 people in Spain compared to an average of 175 copies/1000 people sold in the European Union and 193 copies/1000 people in the United States.  Only Italy (89 copies) and Portugal (52 copies) sell fewer newspapers than Spain. Of course, there are global causes (Internet, social networks, infotainment, availability of 24 hour TV news and hundreds of TV channels) and local causes (social and demographic changes, fragmentation of readership into specialized media…)

During the Spanish Republic of 1931-1936, combined Spanish newspapers had the same combined circulation as today of pay newspapers, about 4 million copies, but with half the population of today.  And of that 1930’s population, half of it was illiterate.  This is yet another legacy of the Franco dictatorship: the lack of a free press for almost 40 years discouraged a habit of reading newspapers and may have bred a deep distrust of getting reliable news from any newspaper for generations thereafter.

It goes without saying that if the traditional newspapers fail to change their business and news model, they will become irrelevant or they will perish.  The facts show that the content of pay newspapers are of little or no interest to potential readers at the current price.  Either they must make their papers more appealing or lower the price.  Perhaps for this reason, four free daily newspapers flourished in Spain distributing over 4 million daily copies in total, the same as the number of copies as all of Spain’s pay newspapers combined (more than a hundred).  The daily paper 20 minutos of the Norwegian Schibsted Media Group, is the lone free newspaper survivor of the current crisis.  It was launched in 2000 and reached a total of 2.9 million daily readers in 2007, distributing 1.17 million copies a day. (Full disclosure:  I was the founder, CEO for over 10 years, and board member of 20 minutos until my retirement last February. And we also had to reduce our newspaper staff by a third, among other cost cutting measures, to weather out the crisis.)

Older readers of pay papers are dying off and young people do not buy nor read these antiquated 20th century printed papers. If they do not change their model (too many neckties per page, women and young people do not see themselves in photos or news stories that are mostly about and/or for middle-aged and aging men), the index of reposition of old readers by an influx of young adult readers and more women is not going to happen. The newspaper owners are desperate.   They want to sell their shares, merge with others and/or change the content but they are blindly beating around. Blaming the Editor is very handy.  Hence, newspaper editors have become the sacrificial lambs in this crisis.  And such a remedy tends to have contagious effects.

Of the three biggest newspapers, the most relevant case is that of El País, the leading daily of the Spanish press since the end of the Dictatorship of “generalissimo” Franco[i].  Added to its failing economic health (with $873.2 million in losses and an accumulated debt in December, 2013, of $4.4 billion) there is the added anguishing problem of its ruinous pay TV that El País is trying to sell to, among others, Telefónica the largest company in Spain and one of the five most important in the world in the telephone business.

Jesús Polanco, the businessman who controlled 64% of Grupo PRISA, the publisher of El País since its founding in 1976, died in 2007.  The executive power was inherited by the journalist Juan Luis Cebrián, the first Editor of El País which is no longer controlled by the Polanco family, but by foreign investment and Spanish banks.  In December of 2013, PRISA received $1.2 billion from Liberty Adquisitions Holding, a New York based investment company.  The controlling share group today owns less than 30% of equity. Although Banco de Santander and La Caixa Bank do not like to be identified with a newspaper, they now have the possibility of collecting on their loans in the form of shares in El País..

Certainly, El País is going through a period of ill health, and for that reason is more vulnerable to external pressures.  But I do not believe the conservative Government of Rajoy has neither the strength nor sufficient wits, to provoke a change of Editor of El País by itself. However, if Antonio Caño, the new director, imprints his personal viewpoint (with the permission of the president, Juan Luis Cebrián), El País will move a little more towards the political center, getting a bit closer to the Popular Party government and distancing itself a little more from the opposition socialist party, at least while its economic independence fails to improve.

This could give rise to the dominant conspiracy theories that attribute this change to a direct intervention of “the invisible hand” of Government.  For some, the change of political slant will be the Litmus test.  To begin with, the appointment of Antonio Caño was rejected in a vote by the majority of the journalist staff.  The old crew does not recognize the new captain of the ship.

The exaggerated polarization of the three dailies in ideological trench lines, both in news stories as well as editorial content, has always been more typical of another century, and I mean the 19th century, not the 20th.   In addition, the poor quality of their news –without even remotely identifying sources- marks their own decline. One model is agonizing but another is being born.  The deterioration of the traditional press leaves an excellent space for new journalistic projects, both printed and digital, that, though embryonic are being born: eldiario.es, elconfidencial.com, el Huffinton Post Spain, Jot Down, Alternativas Económicas, El Heraldo, infoLibre, La Marea, Revista Mongolia, and more.

The pathetically low level of readership and quality of the Spanish press can be partly explained by professional bad habits, hangovers from the Dictatorship, such as excessive self censorship, obsessive official secrecy, the lack of transparency in both the political parties and in the Administration, undue respect for taboos or self-imposed off-limit subjects such as the King (but not his family), the Army, the Catholic Church, and certain economic powers.

Neither the former Editor of El País nor the former Editor of La Vanguardia has said a word about the causes of their replacement.  On the other hand, the campaign unfurled by Pedro J. Ramirez, ex-Editor of El Mundo, has given wings to the conspiracy explanation that circulates in social networks.  The owner of El Mundo, the leading Italian media group RCS (Rizzoli-Corriere della Sera), has attributed the change of Editor to economic reasons.

However, in an article published in The New York Times (“In Spain, Fired for Speaking Out,” Feb. 5, 2014,) the fired and controversial editor of El Mundo, Pedro J. Ramírez, blames his fall to pressure of the Rajoy Government on the Italian owners of El Mundo to silence his criticisms.

“My confrontation with the government –writes Ramírez-  began last year, when an ally of Prime Minister Mariano Rajoy, his political party’s former treasurer, Luis Bárcenas, now jailed on charges of corruption and tax fraud furnished documents showing illegal financing of the party over nearly two decades. We published an exposé, and turned over the documents to a judge investigating the case. We also published text messages of support that Mr. Rajoy had sent to Mr. Bárcenas.”

His accusations of government intervention are difficult to demonstrate, though easy to believe by those who do not know the profound financial ruin that the Spanish newspaper of Rizzoli-Corriere del Sera suffers.  Pedro J. Ramírez attributes his firing to the Prime Minister of the conservative Government that he himself previously and whole-heartedly supported:

“Previous prime ministers, including José Luis Rodríguez Zapatero, Mr. Rajoy’s Socialist predecessor, accepted press criticism. But everything changed when Mr. Rajoy, the leader of the conservative People’s Party, came to power. Though we had endorsed him on three occasions, once in power he exhibited hostility toward uncomfortable truths and indifference to public opinion.”  The ex-Editor of El Mundo concluded in his op-ed article:  “…it seems clear to me that democracy might be more fragile now than at any point since Franco died in 1975.”

The fired Editor has a poor memory.  He forgets about small details that made Spaniards tremble in fear and figuratively hide under their beds, when, for example, the attempted military coup of February 23, 1981, held all of Congress sequestered at machine gunpoint and which was aborted 24 tense, nerve racking hours later. Or the hundreds of assassinations carried out by the terrorist Basque separatist organization ETA that in turn provoked constant saber rattling of the military against the then really fragile Spanish democracy.

In my opinion, the conclusion of the recently fired Editor, who, by the way, continues as a prominent columnist in El Mundo and has another high ranking position within RCS, is premature and exaggerated. Perhaps, his passion for being “kicked upstairs” makes him forget the really serious challenges to our young democracy that have been resolved successfully over the past 35 years.

During the 40 years of our cruel Dictatorship, freedom of the press was the first victim: brutal censorship reached unimaginable, if not ridiculous levels.  Not even Donald Duck was spared:  dressed as a U.S. Calvary army fighter, Donald’s raised closed fist on a movie billboard advertising the Adventures of Donald Duck was covered by a mysterious black ball.  In Franco’s Spain, the official salute was the Nazi salute, a left over inheritance from Franco’s former allies Hitler and Mussolini. Donald Duck’s feisty raised fist was just too easily mistaken for the defeated leftist salute of our civil war of 1936-1939.

Since the death of Franco we have been conquering freedom of the press word by word, overcoming temptations of official interventionism inherited from the Dictatorship, to arrive at the current situation, which is, however you want to look at it, incomparably better than that of the past.  

In democracy, censorship is more subtle and negotiable.  It can be present in the form of official subsidies, governmental or private sector advertising; outright bribes, the buying and selling of exclusive revelations, always partial or biased, checkbook journalism, false or deceptive sources not thoroughly vetted, massive “protection” subscriptions numbering into the thousands of large companies, banks, airlines -subscriptions that can always be cancelled.

Certainly, freedom produces monsters capable of devouring three Editors of newspapers in just two months, but we must not forget that the lack of freedom produces infinitely more monsters that are much more ferocious.  Unfortunately, this I know from my own experience.

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jamsoler@gmail.com

www.martinezsoler.com

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[i] Although Franco died in 1975, the dictatorship remained in place until the first free elections in June, 1977.  The approval by referendum of the Spanish Constitution at the end of 1978, marked the official beginning of Spanish democracy.

¿No es el fiscal el defensor del pueblo frente a presuntos delincuentes?

Veo la Justicia al revés. ¿Acaso no es el fiscal el defensor del pueblo frente a presuntos delincuentes? Lo vemos continuamene en películas y series de televisión.

Es el fiscal quien defiende la Ley y, frente al abogado defensor, habla en nombre del pueblo contra los presuntos delincuentes. Rara vez un fiscal sale en defensa de un acusado o presunto delincuente. El fiscal es el acusador en nombre de la Ley. Y el abogado defensor, pagado por el acusado, es el encargado de defender a quien le paga.

Es más, según Hollywood –y yo lo he visto en la realidad- los pleitos en Estados Unidos se conocen como «El pueblo de los Estados Unidos contra Fulanito o Menganita…»

El rey-padre con su hija y su yerno.
El rey-padre con su hija y su yerno.

Aquí vemos el caso de un fiscal, pagado por nosotros, convertido en abogado defensor de una Infanta (hermana de Rey e hija de Rey) quien, a juicio del juez instructor, es una presunta delincuente que merece ir a juicio oral.

Hoy se ha producido un duro y extravagante enfrentamiento entre el juez instructor de caso Undargarín/Infanta Cristina y el fiscal correspondiente.

Rajoy está de acuerdo con lo que, en este caso, dice el fiscal. Faltaría más. El juez Castro le dice al fiscal que si cree lo que dice debería haberse querellado contra él. Vaya circo.

Casi todo lo relacionado con la Justicia y los peces gordos va en España al revés que en las democracias avanzadas ya sean monarquías o repúblicas.

¿Cual es el problema?

 

 

 

 

Monárquicos conversos: militantes pero no creyentes

gil calvo articuloCuando alguien empieza diciendo «yo soy republicano, porque así me lo dicta la razón, pero…» ya sabemos lo que viene detrás.

En desacuerdo con nuestros intelectuales monárquicos conversos, yo prefiero una república laica como la de Francia antes que una monarquía islámica aluita como la de Marruecos.

España, no lo olvidemos, está entre Francia y Marruecos. Por eso, a la hora de copiar, prefiero mirar a nuestros vecinos más próximos. No tenemos que irnos a Suecia o Arabia Saudita, para buscar monarquías, ni a Siria o Latinoamérica, para repúblicas.

La verdad es que ya no se hacia donde mirar ni a que maestro agarrarme.  ¿Tendré que irme a China, como Papini, para orientarme un poco?

Portada autocensurada de El Jueves
Portada autocensurada de El Jueves

Acabo de leer, no sin estupor, en la página de Opinión (antes llamada «noble«) de El Pais, el artículo de Enrique Gil Calvo titulado Sobreactuación republicana. Llevo años leyéndole no sin cierta admiración. Pero hoy se me cayeron los palos del sombrajo. Mirad lo que, tras caerse del caballo, se atreve a decirnos hoy este profesor demagogo por no decir frívolo:

«Las democracias de más elevada calidad (como las nórdicas) son monarquías mientras que las de peor calidad, que tienden al autoritarismo (como las latinoamericanas), son repúblicas».

¿Pero qué me dice usted? Yo no soy nórdico ni lationamericano. Semejante profundidad no podía habérsele ocurrido a él solo.  Hace dos semanas, el gran Javier Cercás (otro de mis admirados intelectuales) se anticipó con este mismo argumento, tan simplista como  indigno de él:

«Prefiero mil veces vivir en una monarquía como la sueca que en una república como la siria»

Esto fue lo que escribió Cercas (sí, Cercas) el 2 de junio en El País  en su articulo  Sin el Rey no habría democracia. Me dan ganas de responderle:

!Anda! Y yo, ¿no te jodes? ¿Me tomas por gilipollas? Yo no soy ni sueco ni sirio. En todo caso, medio francés y medio marroquí». 

Sin llegar a Siria ni a Suecia, me ha dolido más aún el recurso localista, pegado al terruño, del mismísimo Javier Marías (otro santo laico que se me cae del pedestal). En su artículo Ecuanimidad o histerismo (el título ya lo dice todo) escribió en El País Semanal del pasado 22 de junio:

«Me parece mucho más deseable que la Jefatura del Estado recaiga en alguien en verdad apolítico (que no pertenezca a “la casta”, como dicen ahora copiando el viejísimo apodo italiano), que en cualquier individuo severo, poseído de su verdad y proclive al sermoneo y la riña, se llame Anguita o Rouco Varela».

Sobractuación policial. Nunca vi la Puerta del Sol tomada por tanta policía como el día de la coronación.
Sobractuación policial. Nunca vi la Puerta del Sol tomada por tanta policía como el día de la coronación.

Ahí va otro que tal baila… ¿Anguita o Rouco Varela? ¡Válgame dios!  Podría haber elegido para presidente de la III República a algún político del estilo de Adolfo Suarez o a un clérigo del talante del cardenal Tarancón. Digo yo. Aunque no tendría nada que decir si fueran Zapatero o Aznar presidentes de la República. Si no lo hacen bien, podriamos cambiarlos tranquilamente en las siguientes elecciones presidenciales, lo que nunca podrá ocurrir con un rey vitalicio e inviolable salvo por su abdicación voluntaria cuando le plazca.

El historiador Santos Julíá se ha trabajado un poco más su servicio al nuevo monarca y ha hurgado en las raíces marxistas prerepublicanas del PSOE. Nos recuerda en El País (19 de Junio,  Una tradición inventada) que Julián Zugazagoitia llegó a decir que «un socialista solo podía ver la idea de la República “con indiferencia” por la muy sencilla razón de que a quien se había educado en las convicciones marxistas “le tiene perfectamente sin cuidado el trastueque que se opera en un país al pasar de la Monarquía a la República”.

Mas fino y ponderado, como es él, también le echa un cable a Felipe VI, el prestigioso y querido historiador Juan Pablo Fusi, en su artículo De la democracia en España (El País, 10 de junio):

«Para la democracia, la Monarquía fue en España, en 1931, el problema; y en 1975, la solución. El historiador Hobsbawm pudo decir con razón en 2011 que la Monarquía había sido un marco solvente para el liberalismo y la democracia en lugares como Holanda, Bélgica, Gran Bretaña y, añadía, como España. Por eso que reabrir la cuestión Monarquía-República parezca, ante todo, un error. Peor aún: un error innecesario.»

mafalda monarquiaPuedo estar de acuerdo con Fusi si nos referimos a la primera mitad del reinado de Juan Carlos I. Agradezco los servicios que prestó a la democracia aunque ello no me ata a Juan Carlos de Borbón para el resto de mi vida. En la segunda mitad, por la corrupción y la mala cabeza del Rey, la monarquía volvió a ser más problema que solución para la consolidación de la democracia en España.

Mafalda lo resumen muy requetebien. En 1978 la mayoría de los españoles votamos a favor de la Constitución. Yo mismo puse la bandera constitucional en la puerta de mi casa y guardé temporalmente la republicana. La elección era entonces muy clara entre futuro y pasado, entre democracia en forma de monarquía parlamentaria o dictadura militar. Eran lentejas. A la fuerza ahorcan.

«¿Cómo se puede sostener que la forma de Estado es un problema urgente?», se pregunta E. Gil Calvo en su articulo citado «Sobreactuación republicana».

 

Recorte de El País. La policia tiene orden de retirar la tricolor de los balcones.
Recorte de El País. La policia tiene orden de retirar la tricolor de los balcones.

Pasado el miedo generalizado del final de la Dictadura, emerge, cada día con más claridad, la necesidad de legitimar, de una vez, la monarquía parlamentaria en la próxima reforma de la Constitución. Sin prisas pero sin pausa. Ahora mismo, estoy casi seguro de que Felipe VI tendría el aprobado mayoritario. Pero el tiempo juega en su contra. Sobre todo si los intelectuales republicanos, recién convertidos en fervientes monárquicos, siguen dandole coba a discreción a Felipe VI.

Sobreactuación monarquica del Banco Santander: "Te quiero Felipe". Vamos anda.
Sobreactuación monarquica del Banco Santander: «Te quiero Felipe». Vamos anda.

No hubo tal cosa como «sobreactuación republicana» sino todo lo contrario. Hubo sobreactuación policial pro monárquica.  Y tal abuso antidemocrático pasará factura al joven Rey. La Policía no puede subir a un piso, sin orden del juez, a pedir que retiren una bandera republicana del balcón.  Tampoco puede impedir el paso a una joven por llevar un pin tricolor en la solapa. Sencillamente, es intolerable. pero nadie ha dimitido aún por esta sobreactuación policial. Y sobre esto me gustaría saber la opinión de mis intelectuales favoritos, esos que muestran tanto fervor en el aplauso al nuevo Rey y tan escaso en la defensa de la libertad pisoteada.

Para compensar el exceso de coba que están dado al nuevo Rey por doquier, recominedo la lectura refrescante de este artículo publicado por Rafael Reig en eldiario.es:

Al Rey Nuestro Señor

Exactamente, ¿para que está tan preparado?

Rafael Reig 

23/06/2014 – 20:49h

«Felipe, no sé por qué narices me tuteas, pero ya que te empeñas, me tomaré las mismas confianzas. Habrás oído que en la barra de los bares te llaman el Preparao. A veces, con la tercera ronda, el Súper-preparao o el Proto-preparao. Si fueras astronauta, opositor a Notarías o actor porno, se entendería a la primera de qué va esa espectacular preparación. En tu caso resulta un enigma. Sobre todo porque, si no estuvieras preparado, si fueras (un suponer) corto de luces y escaso de estudios, también serías rey igual, ¿verdad? ¿No es ese precisamente todo el busilis de la monarquía? A un rey no se le exige gran cosa, sólo tiene que ser el primer hijo varón (de momento) de un señor. ¿Alguien duda que no tengas esa preparación?

Pues el caso es que sí, porque parece que por ahí anda alguna demanda de paternidad, supongo que lo habrás oído. Si esa demanda prosperara (otro suponer), entonces ya no estarías tan preparado. Pero despreocúpate, que por algo a tu padre le llaman en los bares el Aforado y, con la tercera ronda, el Aforado-a-toda-pastilla. En cuanto él esté blindado (igual incluso antes de que te llegue esta carta), tu preparación ya no se podrá poner en duda.

Lo curioso es que, como la monarquía no tiene más cimiento que el ADN y la primogenitura, si tuvieras un hermano mayor, sólo por eso, ya estaría más preparado que tú y tendría que ser el mejor de los reyes posibles. Porque, si nos pusiéramos a elegir entre dos hermanos con algún otro criterio, a la monarquía se le caen los palos del sombrajo. Ya puestos a elegir al más capaz y prescindiendo del ADN o la fecha de nacimiento, pues para eso  mejor una república, ¿verdad?

Por otra parte, no te lo tomes a mal, pero ser licenciado en Derecho tampoco es una preparación tan supersónica. Ya sé que, para el nivel de estudios de tu familia, te parecerá la bomba, pero mira a tu alrededor: ¿tú sabes cuántos licenciados en Derecho están en la cola del paro? Seamos serios, ¿un título universitario, algún máster, idiomas, servicio militar cumplido, informática a nivel usuario y vehículo propio? Con ese currículum a muchos españoles les cuesta conseguir un empleo de cajera-reponedora o controlador de accesos (o sea portero de discoteca).

En resumen, puesto que cada vez que sale tu nombre al pedir unas cañas siempre hay alguien, el más timorato por lo general, que afirma con voz solemne que estás súper-preparado, tengo que hacerte una pregunta: exactamente, ¿para qué estás tan preparado, Felipe?»

 

 

 

 

 

 

 

Carta a los Reyes: Mas integridad y menos impunidad

Hoy mismo leo en El País que el jefe de prensa del nuevo Rey puede ser el periodista Jordi Gutiérrez, actual jefe de prensa del imputado Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña CEIM desde que sustituyó en el cargo a Gerardo Diez Ferrán ( ex presidente de la CEOE, que está en la cárcel).

Arturo Feernández, imputado, con el padre del rey Felipe VI.
Amistades peligrosas: Arturo Feernández, imputado, con el padre del rey Felipe VI.

Arturo Fernández, promotor de las miles de banderitas bicolor regaladas el jueves al público de Madrid, está imputado por la Justicia por el caso Bankia y ha sido denunciado por sus trabajadores por pargarles en negro. Por tanto, a Jordi Gutiérrez, posible próximo jefe de prensa de Felipe VI no le falta experiencia en lidiar con escándalos de corrupción de su jefe actual. Por si acaso.

Conozco poco personalmente a Jordi Gutiérrez pero profesionalmente, cuando estuvo en La Zarzuela antes de ser reclutado por Arturo Fernández, siempre me pareció un colega eficiente y amable. Le deseo mucha suerte, aunque su procedencia de la CEIM le perjudica mucho. Como le dijo don Luis a don Juan Tenorio (refiriéndose, claro, a doña Inés): «Imposible lo dejáis para vos y para mi». 

Sin embargo, no están los tiempos como para dar pasos en falso. La nueva Casa Real, como la mujer del César, no solo debe ser honrada sino también parecerlo. Las amistades del rey-padre con Arturo Fernández, un empresario típico de antesala, maestro en manejar influencias políticas para obtener licencias, no ayudarán al Rey hijo a reducir la corrupción rampante.

Arturo Fernandez y su Vpte en la CEIM muestran las 50.000 banderitas y carteles para celebrar la llegada de Felipe VI.
Arturo Fernandez y su Vpte en la CEIM muestran las 50.000 banderitas y carteles que regalan para celebrar la llegada de Felipe VI.

En el Reino de la Impunidad que es España, el Rey es una figura inviolable (con impunidad total) y prácticamente decorativa. Afortunadamente, reina pero no gobierna.

Por eso, me sorprende que abunden las personas que, de buena fe, mantienen aún la esperanza de que Felipe VI pueda cambiar algo relevante en la política española. Cuando la expectativa de conseguir algo es alta y el resultado es muy inferior a lo esperado, la diferencia se llama frustración y resulta inevitable y dolorosa.

El nuevo Rey es decorativo, como lo fue su padre, una vez aprobada la Constitución. Pero le quedan, al menos, la palabra y los gestos. Su frío y comedido discurso de coronación ante Las Cortes fue decepcionante en fondo y forma. Una oportunidad perdida.  Pasó de puntillas, o dando saltos de rayuela, por el paro y la pobreza insoportables, la corrupción generalizada, la desigualdad rampante, el separatismo de una parte creciente de los catalanes, la incrustación parasitaria y cínica de la Iglesia Católica en el Estado aconfesional, el deterioro abrumador de los partidos políticos, convertidos en chiringuitos de colocación de amigos y parientes más que de atender al interés general, la destrucción paulatina del estado del bienestar (educación, sanidad, vivienda…) y sobre tantos otros problemas que tiene pendientes la sociedad española. Hizo un discurso limpito y monocorde. Sin pasión alguna. Para salir del paso. Pero aún es pronto para juzgar sus intenciones. La sombra de su padre es alargada…

Jordi Gutiérrez, candidato a jefe de prense de Felipe VI
Jordi Gutiérrez, candidato a jefe de prensa de Felipe VI

Puestos a escribir una carta a los nuevos reyes (y gracias a lo que han debido aprender de la anterior familia real) yo les pediría únicamente que incitaran a los poderes públicos a reducir la impunidad y aumentar la integridad en nuestro país.  Esa es, a mi juicio, la mejor forma de defender la Democracia, es decir, de imponer y respetar el imperio de la Ley igual para todos. ¡Casi na!. Para eso, Felipe VI tiene que ser muy claro en su lucha contra la injusticia y contra la ignorancia. Paro, pobreza, corrupción, separatismo, desprecio de los partidos tradicionales y políticos golfos, financiados ilegalmente, hay en todos los países de nuestro entorno europeo. La diferencia fundamental que tenemos con ellos es que en los paises del Norte tratan de cumplir las leyes en mayor grado que en España. O, quizás, lo aparentan mejor. Aquí, los poderosos se las saltan a la torera. Y, para decepción y desesperación de la gente honrada, a los delincuentes de alta cuna no les suele pasar nada.

España es diferente, desgraciadamente, insisto, por la falta de integridad y el exceso de impunidad. Y esa impunidad reinante, tan escandalosa, es lo que deteriora la confianza de los ciudadanos en las instituciones del Estado, cada día menos democráticas.

Ya se que, en la práctica, los ricos y los pobres no son iguales ante la Ley en ningún país del mundo, y en ninguna época. Para empezar, los ricos pueden pagar a mejores abogados y, si nada se lo impide, sobornar a jueces, legisladores y gobernantes. Pero, en la teoría, en la letra de la Ley, sí que somos iguales. Solo nos falta que se aplique mejor la Ley y se reduzcan los niveles asfixiantes de impunidad.

Decimos que el que la hace la paga. No es cierto en España. Aquí hay demasiada manga ancha con la golfería de cierto nivel y excesiva mano dura con los débiles. Esta doble vara de medir es un misil contra la línea de flotación de la Democracia. Tarde o temprano pagaremos tan flagrante injusticia.

Que Felipe VI, por su bien y el nuestro, vaya tomando nota.

 

Homenaje a Juan Marichal: ¡Maestro!

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Nuestros más afamados escritores e intelectuales (Cercas, Marías, Elorza…) corren ahora en auxilio de Felipe VI, el vencedor. Salvo honrosas excepciones (Millás, el Roto, Forges, Boyero, Jordi Soler, Estefanía…) nuestros referentes políticos, incluso éticos, ya bien instalados, parecen cagados de miedo tan solo porque una instititución tan desprestiada como la Monarquía muestra cierta fragiliadad -como todos los seres vivos- al cambiar de piel. Hasta el gran Sabater anda callado como un somormujo o, como hoy, escribe solo de caballos.

¿Donde están ya esas plumas que andaban por el monte solas? ¿Tiritando bajo el polvo? ¡Ay Federico García!

Esta pérdida repentina de referentes intelectuales y éticos en la España actual me ha llevado a recordar a uno de mis maestros más queridos: Juan Marichal. Participé en el libro homenaje que, hace un par de años, le dedicó la Institución Libre de Enseñanza. Don Juan me ratificó en algo que me había enseñado mi padre: amar los ideales de la República. Recupero, copio y pego aquí aquel artículo.

Marichal: Homenaje de la Institución Libre de Enseñanza

04 marzo 2012

Me ha dado un ataque de nostalgia. El libro-homenaje no salda la deuda que tenemos con Juan Marichal pero algo es algo.

Portada del libro-homenaje del BILE a Juan Marichal

Acabo de recibir el número especial del BILE (Boletín de la Institución Libre de Enseñanza) dedicado al profesor de Harvard y me ha llenado de emoción.

Antes que los ensayos de los intelectuales, he leído las crónicas afectuosas de dos colegas: Miguel Angel Aguilar y Juan Cruz. Luego, las cartas inéditas del maestro, hilvanadas por su hijo Carlos Marchal Salinas, y ahora he concluido un artículo magistral de su discípulo y amigo Christopher Maurer de la Universidad de Harvard.

Estoy feliz por haber tenido la oportunidad de participar (entre gente tan principal) en este homenaje a un hombre tan sabio, tan querido y a quien tanto debo.

Para mis hijos, amigos y discípulos de Juan Marichal (para mi archivo, ¡cómo no!), con la venia del director del BILE, y con la del director de www.20minutos.es, copio y pego, a continuación, mi contribución a este homenaje (que, además, es la única que tengo escrita en mi ordenador).

Es un artículo-crónica largísimo. El que avisa no es traidor. Pero es lo que me pidieron los amigos del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, a cuyo Consejo de Redacción pertenezco, desde hace años, por encargo de Marichal. Y, aunque es largo, por el afecto y la deuda personal que tengo con el profesor Marichal, creo que me he quedado corto con este obituario incompleto.  Los restos de Marichal reposan en el cementerio de Cuernavaca (México) junto a los de su esposa Solita Salinas, la hija del poeta Pedro Salinas.

Ahí va mi artículo:

(3.400 palabras para el BILE dedicado a Juan Marichal)

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Marichal saca petróleo de Góngora

Los alumnos de “Humanities 55” le aplaudían siempre al término de sus clases; caso único en la historia de la Universidad de Harvard.

José A. Martínez Soler

(Periodista, profesor titular de Economía Aplicada y, sobre todo, alumno de don Juan en Humanities 55, Universidad de Harvard)

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¿Galdós, el garbancero? ¿Machado, el comunista? Asignaturas manipuladas, bibliotecas amputadas, tertulias con las ventanas cerradas, miedo al conocimiento, librerías clandestinas, maestros represaliados… ¡Válgame dios!

Tuve que ir a Estados Unidos en 1976 –huyendo de las torturas, de mi secuestro por paramilitares franquistas y de amenazas de muerte- para que un profesor republicano exiliado, con España a cuestas, me descubriera quién soy y de donde vengo. Y, lo que es mejor, para reconciliarme pacífica y orgullosamente con mis raíces históricas, literarias, culturales y sociales.  Una asignatura prodigiosa, de apariencia inofensiva, me cambió la vida. Y no soy el único que lo dice. Muchos otros alumnos de Juan Marichal (durante los casi 30 años de Humanities 55) comparten mi opinión.

¿Cómo consigue el profesor Marichal ese milagro de transformar el repudio en amor, la vergüenza en orgullo, el pasado triste y oscuro en futuro luminoso? Trataré de explicarme mediante la crónica de los hechos tal como aún los recuerdo.

Don Juan Marichal, boina, bufanda, gabardina larga, antigua, y cartera de cuero con brillo de décadas, camina cabizbajo y a paso lento desde su casa de Cambridge hasta el Harvard Yard, el centro del campus. “¡Ahí viene!”, avisan desde la puerta del Hall. Más de doscientos alumnos (entre oficiales y oyentes) de toda escuela, raza y condición nos acomodamos en una enorme aula que se abre desde el estrado y asciende como anfiteatro en forma de medio cono invertido.

Allí nos enseña don Juan la asignatura más famosa y aplaudida entre los hispanos e hispanófilos de la Universidad de Harvard: “Humanities 55. La literatura de los pueblos de habla española”. Y allí acudimos, dos veces por semana, los enamorados de la literatura, de la historia y de la vida española, tal como nos la enseña y contagia el profesor Marichal.  Procedemos del Harvard College, de la Kennedy School of Government, de la Law School, de Ingeniería, de Ciencias y hasta –¡quién lo diría!- de la mismísima Harvard Business School quienes se redimen cruzando el Río Charles para oír al maestro con fruición y recogimiento.

Al entrar en el aula, don Juan nos saluda en voz muy baja y sonríe con timidez. Para repartir, deja en la primera fila un montón de fotocopias con el texto del día, ya sea “Aldebarán”, “Escrito está en mi alma vuestro gesto”, “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones…”, en inglés y en español.

Sube torpemente al estrado y, ya sin gabardina ni boina, comienza su clase magistral, su transformación. Con tiza, garabatea en la pizarra unas palabras sueltas y desordenadas, para subrayar el tema del día: “noche oscura”, “Juan de la Cruz”, “Orlando furioso”, “sentimiento trágico de la vida”, “sor Juana Inés”, “soledades”, “vasallo”, “Inquisición”, “Machado”, “Borges”, “destierro”, “liberal”…

Se hace el silencio y es otro hombre el que toma la palabra.

Contraportada del BILE

Don Juan pasea por el estrado. Habla despacio, voz alta y grave, pronunciación impecable.  Sus silencios son largos, premeditados, sonoros.  Sus clases son aparentemente sencillas y de comprensión fácil para los estudiantes del Harvard College y doctorandos con nivel de español avanzado. Solo en la forma.

En el fondo, bajo esa suave apariencia formal, el profesor Marichal ataca a la línea de flotación de los alumnos y nos cautiva con un contenido profundo y turbador, bellísimo y tremendamente original.

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Juan Marichal tiene, no cabe duda, el don de enseñar y encarna a las mil maravillas el papel de profesor de Harvard, director del Departamento de Literatura Española. Luce el vestuario de rigor para la ocasión: chaqueta de lana a cuadros con coderas gastadas de cuero y corbata aburrida, prudente. Ordena sus tarjetas de apuntes, pasea por el estrado, escudriña al público y saca esa voz potente, grave y profunda, desconocida fuera del aula.

Abrimos los ojos y nos convertimos, de pronto, en discípulos entregados. El profesor, en provocador, en perturbador de aquellos alumnos a quienes mantiene en vilo.  No me extraña que sus clases superen con mucho a sus libros, por excelentes que estos sean. Maestro de la oratoria y de la retórica, don Juan administra sus silencios a la perfección.

La tensión y la atención obedecen al sube y baja de una sonora montaña rusa porque su discurso, con premeditada improvisación, está construido en dientes de sierra, como el minutado de un telediario. Su entonación es un recurso pedagógico muy bien aprovechado. Como también, la pronunciación de las palabras clave, que silabea con parsimonia y traduce cortésmente al inglés.

He dicho que aplaudimos todas las lecciones que daba de esta asignatura (caso único en Harvard). No exagero nada. Un día llegamos a aplaudir –lo nunca visto- a un magnetofón. Les cuento como fue. A las 12:00 en punto aparece en el estrado un ayudante de don Juan llevando un enorme magnetofón y una cinta de un palmo de diámetro. “El profesor Marichal está de viaje y no podrá dar personalmente la clase de hoy. Por eso, les pide disculpas y les deja esta grabación para que nadie se pierda la lección”. Acto seguido pone en marcha el aparato y, en el silencio habitual del aula, resuena la voz de maestro… Al cabo de 50 minutos, oímos su tradicional “muchas gracias” y el clic final de aquella tremenda caja sonora.  Tras unos segundos de desconcierto, comienzan nuestros aplausos de rigor, más fuertes y largos, si cabe, que cuando don Juan está presente.

Texto de Garcilaso repartido a los alumnos de «Humanities 55» en 1976.

Lo que más nos sorprende es la vigencia, la rabiosa actualidad, de lo que nos cuenta. Desde el Mío Cid hasta los poetas de la generación del 27 y el despertar latinoamericano, pasando por el Siglo de Oro, el maestro desgrana la vida y la obra de cada autor en su contexto histórico, filosófico, íntimo, vital.

Con finísima habilidad y sensibilidad, entronca el pasado con el presente y, burla burlando, lo proyecta al futuro.  Cada autor aparece inmerso en su época y nosotros entramos en ella con él. El análisis es, naturalmente, comparativo con todo lo que se cuece, a la vez, en otros países y por otros autores coetáneos de distintas lenguas.

Cada día nos cuenta, nos recrea, una historia. Y convierte en descomunal algún detalle que, hasta ese momento, nos pareció irrelevante. “¡Hay que ver! ¿será posible?”, es nuestra reacción silenciosa. Y nos cruzamos miradas cómplices llenas de sorpresa, de admiración.   Y así va formando una legión de hispanófilos norteamericanos que completan su formación científica o técnica con la fascinación por España y América Latina.  Al cabo de los años, he sabido que miembros destacados de las actuales élites culturales, sociales y políticas latinoamericanas descubrieron sus orígenes y se reconciliaran con su historia gracias a Humanities 55.

Estas clases, preparadas para el gran público universitario, no para especialistas, son una obra de arte escénico, de orfebrería literaria, con una técnica oratoria capaz de hacer soñar, incluso, a un alumno de la Harvard Business School. Si no habláramos de España y de América Latina, cada lección podría muy bien comenzar con el consabido “Érase una vez…”  y concluir con “…y comieron perdices”.  Pero, ¡ay!, en la literatura, en la historia y en la cultura de los pueblos de habla castellana no siempre acaban los autores ni los personajes “felices y comiendo perdices”. 

Él se preguntaba si no tendríamos los españoles, a lo  largo de los siglos, un regusto por hurgar en nuestras heridas históricas, por alimentar el unamuniano sentimiento trágico de la vida, por tropezar a menudo en la misma piedra del pesimismo o del fatalismo -¿victoria, acaso, del sino sobre el libre albedrío?- y por lapidar, con frivolidad inmisericorde, a los mejores profetas de nuestra tierra.

Y te hace pensar: ¿Acaso nos viene el despilfarro y liberalidad de los hidalgos arruinados de la influencia de la Inquisición que sospechaba como judaizante toda inclinación al ahorro? ¿Es nuestra envidia una herencia de Al Andalus? ¿Tiene algo que ver el exceso de deuda nacional y nuestra secular incapacidad para el ahorro con la persecución y expulsión de los judíos?

Y así, verso a verso, prosa a prosa, caminando de un lado a otro de la tarima, don Juan nos cuela reflexiones sorprendentes por su originalidad y verosimilitud. De pronto, se para en seco, se regodea en el silencio, recorre el anfiteatro con su mirada y nos suelta una frase corta y explosiva de Cervantes, de San Juan de la Cruz o de Miguel Hernández que nos deja de una pieza.

“La física y las matemáticas son extranjeras en España”, nos dice que escribió el padre Feijóo, un reformador del XVIII –al que dedicó su tesis doctoral, bajo la dirección de don Américo Castro- que atribuía el declive nacional a que “los españoles no han estudiado ciencias experimentales”. A menudo, sus citas, admiraciones e interjecciones son como el rayo, como el relámpago inesperado, que te estremece y te ilumina a la vez.

Con Juan Marichal en casa de su hijo Carlos Marichal Salinas en Cuernavaca, Mexico.

Su discurso penetra dulcemente, sin apenas resistencia. Sin embargo, al cabo de un tiempo, fuera del aula, estalla, a partes iguales, en el corazón y en el cerebro de sus discípulos. Se diría que es capaz de subyugar e iluminar al alumnado diseccionando, desmenuzando, el texto más complejo, oscuro y aburrido de cualquier clásico de la lengua castellana. Así lo resume un alumno venezolano procedente de Geología: “Marichal saca petróleo de las piedras más duras de Góngora”.  Y no le falta razón.

Además, al término de cada una de sus clases, tengo la sensación inquietante de que, bajo la ominosa dictadura de Franco, he vivido casi treinta años engañado acerca de lo que es España y de lo que somos los españoles, de lo que es América Latina y de los que son los latinoamericanos.

Hasta entonces (estudiante de Ciencias), yo no supe que mi lengua madre era tan rica, tan bonita, y que podía expresar sentimientos tan bellos y pensamientos tan profundos. Recuerdo, eso sí, que los maestros perdieron la guerra civil, fueron represaliados, y que los frailes del nacional catolicismo nos enseñaron otra Literatura y otra Historia.  Siento que la lengua, la literatura, la historia de España y mis propias raíces me han sido escamoteadas por falta de maestros auténticos, de referentes intelectuales y morales, como éste que tengo delante de mi en un aula extranjera.

Y me pregunto por qué sus palabras tienen, en la mayoría de los casos, un milagroso efecto balsámico, pacificador, sobre nuestras heridas históricas, sobre “los males de la patria” de Lucas Mallada. Apenas tengo respuesta. Quizá el enigma de Marichal reside en que su investigación histórica, su voluntad didáctica, su habilidad pedagógica y su propia crítica literaria,  en la práctica docente, están llenas de amor; amor al ser humano, en general, y al que se expresa en castellano, en particular.

Su discurso va enriquecido por una pertinaz introspección en la vida y en el alma de los pueblos, en su “intrahistoria”. Siempre que puede, cita de rondón, a don Miguel de Unamuno. Lo cita, si cabe, más que a Ortega o a Giner de los Ríos. Por eso, decimos que don Juan Marichal es nuestro Unamuno particular. Con su doble tragedia personal a cuestas (el largo exilio y la muerte prematura de su hijo Miguel), don Juan “unamuniza” y engrandece todo lo que toca.

En la prodigiosa asignatura Humanties 55 hay una línea argumental finísima, casi imperceptible en el día a día, que deja un poso potente al final del curso. Las lecciones rezuman erasmismo, disidencia, compasión, heterodoxia, amor a la creación, a la imaginación y, por encima de todo, a la libertad. Presenta a los autores casi en parejas antagónicas o complementarias: San Juan de la Cruz y Santa Teresa, Quevedo y Góngora, Lope de Vega y Calderón, Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez, Machado y García Lorca, Borges y García Márquez…

Sólo Cervantes y Unamuno –y no por llamarse ambos don Miguel- le merecen clases únicas, exclusivas. Los apuntes ya amarillentos de esos días me ponen aún la carne de gallina. Don Juan –un día cervantino y otro unamuniano- se debate entre ambos, los vive, los pregona, los goza y los sufre compasiva y agónicamente. Y en ambos ve el dolor y el clamor de las dos Españas: la que vence y la que convence , parafraseando a Unamuno.

Vemos la tensión y el miedo que produce esa dualidad desde el Mío Cid (frontera móvil, exterior) hasta nuestros días (frontera fija, interior):  cristianos y musulmanes, cristianos viejos y cristianos nuevos, eclesiásticos bélicos (inquisidores, en latín) y evangélicos (erasmistas, en castellano), ortodoxos y disidentes, conquistadores y conquistados, católicos y protestantes, dominicos (aristotélicos)  y agustinos (platónicos), conservadores y liberales, nacionales y republicanos …

Y nos pone mil ejemplos. Fray Luis de León (nieto de conversos perseguidos en Belmonte) ganó su cátedra a un dominico (próximo a la Inquisición) que le denunció por ser un profesor “afecto a novedades”.  ¡Qué denuncia tan tristemente española!

Nos desmenuza la lengua y nos sorprende con las influencias de la frontera móvil Norte-Sur, desde Asturias a Granada.  (¿Acaso hay algo más español que el “olé” de las tardes de toros? Pues viene de “Alá”).  Indirectamente, hace guiños a los “WASP (blancos, anglosajones y protestantes, que son mayoría entre los alumnos) con la mezcla de inmigrantes en EE.UU. y su frontera móvil Este-Oeste (“go west!”).  Y también se gana a los judíos y musulmanes norteamericanos con la rica acumulación cultural del “melting pot” de España, Sefarad y Al Ándalus.

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Como buen sabio y erudito de mil disciplinas, don Juan es modesto, muy trabajador y extremadamente austero. Los piropos le turban. Si viviera y leyera esto que escribo hoy, con tanto cariño y nostalgia y a modo de obituario incompleto, me impediría publicarlo y me llamaría “aleluyero” o, peor aún, “¡periodista!” por exagerado. Pero, en lo que a su sabiduría, pedagogía, humildad y timidez se refiere, me quedo corto.

Don Juan tiene arranques de ira, eso sí, pero en defensa de valores –hoy casi desvanecidos- como la integridad, el rigor intelectual, la investigación seria, no sesgada, la exigencia de calidad, el desprecio por la riqueza material, el trabajo duro, sin descanso, o la búsqueda de la excelencia.

Un día, comparando la literatura de Miguel de Cervantes, de Benito Pérez Galdós y de Gabriel García Márquez, exclamó:“Siento una enorme vergüenza al decirles que a García Márquez nunca le permitieron la entrada en los Estados Unidos”. El agradecimiento a su tierra de acogida (tenía pasaporte estadounidense) no le impide criticar con firmeza la política de Washington contra uno de los mayores escritores vivos en lengua castellana.

Claro que don Juan no es perfecto. Es un ser humano excepcional, muy especial, también en el sentido de raro, y, quizás, excesivamente estricto. Marcado por el exilio, “transterrado” lejos de su añorada España, que idealiza sin remedio desde la lejanía, el maestro tiene un perfil algo triste y, a veces, doliente, casi agónico. Le gusta reír, pero es tacaño con la risa. Todo lo contario que su esposa Solita Salinas, una sonrisa viviente.

Don Juan es delgado, enjuto y tiene bastante nervio pero parece físicamente frágil y se mueve con esa torpeza que solemos atribuir a los sabios despistados. Y como catedrático durante más de treinta años, y gran académico, no se priva, desde luego, de sentir los celos típicos de una profesión de envidiosos. Ataca a algunos de sus competidores con ironía compasiva (“cervantina”), no exenta de cierta soberbia intelectual, pese a su modestia aparente. Insobornable y cabal, critica duramente a los intelectuales que cree que se han vendido al poder o a intereses económicos. Tampoco se priva de lanzar contra ciertos colegas anécdotas humorísticas de pellizco de monja, dignas del peor Quevedo, que prometo no contar.

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Juan Marichal y JAMS en Cuernavaca, Mexico.

Por sus enseñanzas compruebo que la guerra “incivil” española nos cortó de raíz los grandes troncos de nuestra cultura: los maestros y líderes intelectuales y morales de referencia. Gruesos olivos poéticos, que acumulaban y trasmitían cultura milenaria, como Antonio Machado, Federico García Lorca o Miguel Hernández, fueron segados de golpe. Otros tuvieron que huir o fueron represaliados.  Perdimos la crema de España. Y volvió, otra vez, la secular tensión interior que Marichal llama “la frontera interior”. ¿Frontera imprecisa entre las dos Españas de siempre? ¿Acaso no sufrieron persecución, destierro o cárcel San Juan de la Cruz, Fray Luis de León, Quevedo, Jovellanos, Goya o Blanco White?

Durante la Dictadura, huérfanos de maestros en aquel prolongado y negro paréntesis de “frontera interior”, vimos, a escondidas, algunos brotes meritorios de aquellos troncos.  Pero en España no pudimos oír, ver ni leer a los exiliados como Pedro Salinas (padre de Solita, esposa y auténtico motor de Marichal), a Américo Castro (maestro de Marichal), a Vicente Llorens, a los tres grandiosos Pablos (Casals, Neruda y Picasso) y a tantos otros grandes.

La Universidad de Harvard cuenta entre sus glorias con el profesor Marichal. Y Marichal, durante décadas, acoge y mima a todos los españoles e hispanoamericanos que acudimos a él. Sus aulas, la Kirkland House (a la que ambos estamos afiliados) y su casa (con bandera republicana, naturalmente, y motivos canarios) son lugar de peregrinación, casi de culto, para quienes buscamos raíces literarias, históricas, políticas, vitales y –como no- el entronque con un pasado más libre, creativo y digno, alejado de la vergüenza, la humillación y la miseria de la Dictadura de Franco o de las dictaduras latinoamericanas.

En privado, don Juan habla poco y pregunta y escucha mucho. Le complace compartir lo que Giner de los Ríos llamó “el santo sacramento de la conversación”. Qué buenas tertulias montan Juan y Solita con invitados de categoría (Octavio Paz, José Ferrater Mora, Raimundo Lida, Josep Lluis Sert o Vicente Llorens) mezclados con jóvenes estudiantes, como yo mismo, o el matrimonio Francisco Ros (más tarde secretario de Estado de Telecomunicaciones) y Clemen Millán (luego profesora titular de Literatura de la UNED).

Por eso decimos que de las manos de Juan Marichal y de Solita Salinas sale otra España y otra Latinoamérica de las que podemos presumir y no sin razón.  Los Marichal-Salinas nos tienen en acogida generosa y cálida, en su particular isla hispana anclada en Cambridge, un refugio para estudiantes en el corazón universitario del imperio norteamericano.

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Después de escucharle, se nos hace muy difícil volver, sin más, a nuestra Facultad. Sus clases nos empujan a hacer novillos en nuestra especialidad.  ¡Qué le voy a hacer! Cuando salgo del aula de Marichal, contagiado por su pasión por los grandes escritores en lengua castellana, cruzo el Harvard Yard, camino de las clases de Federalismo Fiscal, con mi tutor Samuel Beer, y me paro en seco al pie de la escalinata de la descomunal Widener Library. (“Ahí están todas las traducciones del Quijote”, nos ha dicho don Juan, “y hasta el manuscrito de Fortunata y Jacinta”).

Mi duda es razonable: hacer novillos, entrar en la biblioteca y leer al autor del día, elegido por Marichal, o seguir mi camino hacia el despacho del simpático profesor Beer (ex ayudante de Rossevelt, lleno de ricas anécdotas) y mejorar mi tesina de Nieman Fellow.  Más de un día, -lo reconozco- el placer superó al deber y me encerré en aquella inmensa biblioteca, la catedral de los libros, en el área de lengua española. Me di a la lectura. Y a esas lecturas, gracias a la guía del maestro, debo mucho de lo que soy y de lo que pienso.

En la primavera de 2007, tres años antes de su muerte, visité a don Juan en su casa de Cuernavaca, México, con su hijo Carlos. Le encontré, con 85 años, muy delicado de salud. Ambos sabíamos que ese podría ser –como fue- nuestro último encuentro. Al despedirme, le abracé emocionado y le ayudé a sentarse en su sillón. Cuando yo estaba a punto de salir, ya en la puerta de su sala de estar, el profesor Marichal, con la mirada algo perdida en sus estanterías de libros, pronunció con su antigua voz, fuerte y grave -la misma voz, reconocí, que utilizaba 30 años atrás en sus clases de Humanities 55-, las célebres palabras de don Manuel Azaña:

“Paz, piedad, perdón”.  

Nunca sabré a qué se refería, por qué me lo dijo ni en qué pensaba, con esa mirada perdida en los libros y su salud tan frágil.  Pero, como en el curso 1976-77, el profesor Marichal consiguió, una vez más, lo que solía lograr con sus clases. Lo consiguió, sí: me dejó descolocado, perturbado, y, como siempre, … me obligó a pensar.

¡Maestro!

FIN

 

 

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5 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Erik

    Maravilloso. Gracias.

    05 marzo 2012 | 05:07

  2. Dice ser Pacodelcamino

    JAMS,
    muchas gracias por permitirnos leer esta bella página.
    Sólo recordarte que en tu querida Almería, allá en el verano de 1970 durante mis prácticas de IPS en San Viator, un buen librero, del que desgraciadamente no recuerdo el nombre, me permitía en la trastienda de su librería traspasar esa “frontera interior” a la que aludía tu maestro. Así, gracias a ese anónimo librero, pude conocer y poseer libros de autores de los que había oído pero no leído, y cuyos volúmenes luego si fueron leídos por mis hijos con total libertad.

    05 marzo 2012 | 18:47

  3. Excelente artículo, cada vez me deleito con lo que publican en este blog, un saludo

    13 marzo 2012 | 23:01

  4. Dice ser dweb3d

    Muy buen articulo, me gusta mucho la manera en la que escriben, espero visitar su blog mas a menudo

    14 marzo 2012 | 04:08

  5. muy buen articulo amigos… me gusto este y el de baltazar garzon, articulos bastante buenos.. espeor sigan publicando buena informacion en este blog :)

    15 marzo 2012 | 13:46

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Lo llaman Democracia y no lo es. ¡No lo es!

¿Cuando se jodió la Democracia en España?

España está, no solo geográficamente, entre Marruecos y FranciaTenemos una democracia treintañera, joven y débil si nos comparamos con los vecinos del Norte; madura y fuerte, si lo hacemos con los vecinos de Sur. No nos conviene perder la perspectiva. Y estamos infinitamente mejor, en todos los aspectos de la vida, que hace 40 años.

El príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, junto al dictador Francisco Franco
El príncipe de España, Juan Carlos de Borbón, junto al dictador Francisco Franco

Desde que murió en la cama el ominoso dictador Francisco Franco, en 1975,  hemos ido ido avanzando y ascendiendo. Azaña diría que «adelantabamos la civilización en España».  Con mucho miedo y algo de concordia, convertimos la Dictadura en Democracia. Sin embargo, ahora tengo la impresión, quizás por la edad, de que vamos hacia atrás, como los cangrejos, y hacia abajo, como los perdedores. 

(Recomiendo vivamente el artículo que publica hoy Joaquín Estefanía en la página 33 de El País, «La debilidad de la democracia«)

¿Desde cuando se está debilitando la democracia en España? O bien, como diría Zabaleta, si saliera de la excelente novela «Conversación en la catedral» de Vargas Llosa:

¿Cuando se jodió la Democracia en España?

El día de la abdicación de Juan Carlos I, la Puerta del Sol estuvo llena de jóvenes con banderas repúblicanas.
El día de la abdicación de Juan Carlos I, la Puerta del Sol estuvo llena de jóvenes con banderas repúblicanas.

El día de la abdicación o claudicación de Juan Carlos I, escuché a miles de jóvenes cantar, a grito pelado, en la Puerta del Sol.  Uno de los estribillos más repetidos era éste:

«¡Lo llaman Democracia y no lo es. No lo es!»

Al escuchar anteayer a Felipe González defender tan ardientemente a Vicente del Bosque y a La Roja, tras la derrota humillante en Brasil, tuve la sensación de que el ex presidente hablaba de sí mismo y defendía su propia historia. Está en su derecho.

El líder del PSOE, con los platos que le cocinaba Alfonso Guerra, llevó a España a las más altas cimas de la modernidad y de la democracia. Un ejemplo mundial.  Pero perdió la gracia… y el poder. Y salió corriendo, como gato escaldado, por la gatera del Palacio de la Moncloa… y de la historia.

En 1996, Felipe González, seleccionador de un partido centenario, fue derrotado no por Holanda -gran selección, subcampeona del mundo- sino nada menos que por José María Aznar, ese «hombrecillo insufrible» (como le llama Manolo Saco).

¿Se puede caer más bajo?

Me puse a hacer memoria, esa traicionera. Felipe González levantó la copa de su Mundial en el glorioso año 1992 (Juegos Olímpicos de Barcelona, Expo de Sevilla). Como en la comunión de la niña, tiramos la casa por la ventana, en plena crisis. El cava del 92 perdió las burbujas y nos dejó una resaca espantosa.

Mariano Rubio, aquel que firmaba los billetes del Banco de España, se lo llevaron los guardias a la cárcel por llevarse los billetes a casa. Y Luis Roldán, el jefe de los guardias, también se llevó los billetes … ¡de los huerfanos! La jefa del Boletín Oficial del Estado, robaba el papel. Miguel Boyer Salvador, fue ministro de Hacienda por parte de padre y delincuente financiero por parte de madre. En la cuentas pecaminosas de Ibercorp y Sistemas Financieros aparecía como Miguel B. Salvador y en los decretos del BOE lo hacia como Miguel Boyer.

Estos pequeños detalles eran la punta del iceberg de la corrupción rampante que se extendía también por ayuntamientos y comunidades autónomas gobernadas por el PSOE, el partido de mis padres y en el que yo había depositado tantos votos y tantos sueños…

La financiación ilegal, el trueque de favores por licencias, el nepotismo/enchufismo, las recalificaciones urbanísticas opacas y/o delictivas, el engreimiento/soberbia de las élites, el alejamiento de los ciudadanos, la pérdida de los valores éticos del socialismo solidario, el triunfo del capitalismo de hojalata y del «pelotazo», de Mario Conde, de los Albertos, la descomunal crisis bancaria, la crisis económica de efectos retrasados por los fastos del 92… Desde luego, no hubo una sola causa ni tampoco una fecha exacta.

En las elecciones generales del 93, me tocó hacer las entrevistas a los canditados presidenciales en Televisión Española. Felipe aún parecía imbatible. Se juntó con el juez Baltasar Garzón -mister Proper, le llamabamos- porque prometía limpiar la mierda acumulada en la vida política. Ese año fue la última vez que le voté, tapándome la nariz. Fue un error.

Felipe González, rendido ante la princesa.
Felipe González, rendido ante la princesa.

Si hubiera perdido en el 93, Felipe González aún habría salido por la puerta grande de la historia y a hombros.  ¿Quien sabe? Sin embargo, siguió arrastrándose tres años más por el fango político. En las elecciones generales del 96, la carroza de oro de Felipe ya se había convertido en calabaza. Aznar, el «hombrecillo insufrible», le tumbó.

La derecha tenía hambre de balón. Mucha hambre. Desde la muerte de su admirado dictador había estado agazapada y temerosa, mientras el centro democrático de Adolfo Suárez desmontaba el franquismo y, a la vez, construía los cimientos de nuestra democracia.

Cuando llegaron al poder, los populares se pusieron las botas. «Mientras dure…», debieron pensar. En cuestiones de corrupción política y económica, la derecha es mucho más hábil y sabia, por costumbre, y menos cutre, que la izquierda. Las veredas de la corrupción socialista ya estaban trazadas. Se ampliaron con Aznar, con Zapatero y con Rajoy.

Haceindo la cuenta de la vieja, la Democracia española lleva, más o menos, 20 años haciendo agua. Vamos hacia atrás y hacia abajo. Los jóvenes republicanos de la Puerta del Sol sabían muy bien lo que cantaban en día de la claudicación del Rey:

«¡Lo llaman Democracia y no lo es. No lo es!»

También cantaban, con la música de Guantanamera:

«¿Quién te ha votado/

Felipe, ¿Quién te ha votado?/

¿Quién te ha votado?»

La Policía "escolta" a los republicanos de Montera a Tirso de Molina.
La Policía «escolta» a los republicanos de Montera a Tirso de Molina.

Por si quedaba alguna duda de que, en efecto, lo llaman Democracia y no lo es, anteayer, esos jóvenes republicanos no pudieron cantar el mismo estribillo en la esquina de Montera con Sol, donde la Policía les mantenía «escoltados» para llevarlos a Tirso de Molina, más lejos de la procesión monáquica de Felipe VI.  La razón: «Para evitar conflictos, como se separan a los hinchas del Real Madrid de los del Barça». Pero -¡oiga!- esto no es un partido de fútbol sino el nombramiento del jefe del Estado, de mi Estado, y tengo todo el derecho a opinar, a expresarme y a manifestarme a favor o en contra.

No les dejaron cantar. (Me recuerda mi juventud en tiempos de la Dictadura). Los jóvenes y los viejos se pusieron a silbar la música, tan pegadiza y popular, del Guantanamera. Todoso conocíamos la letra prohibida que yacía bajo los silbidos.

¿Quien te ha votado?

Felipe ¿Quien te ha votado?

¿Quien te ha votado?

Algunos polícias no pudieron evitar guardar la porra y echarse a reir. Debo reconocer -lo cortés no quita lo valiente- que la policía nacional que yo vi el día de la coronación de nuevo Rey se portó bien, dentro de lo que cabe, cumplió las órdenes de Rajoy con su mejor cara. La Policía se portó mejor que el Gobierno que la mandó reprimir la libertad de expresión.

Y la Policía, con la sonrisa en los labios,  dejó silbar Guantamera a los republicanos. Silbaban con tanta emoción como si se tratara del mismísimo himno del Riego.

¿Quien se atreve a poner puertas al campo? No se enteran.

A mi me gusta más escribir con las plumas que me prohiben...
Esta es mi colección de plumas…

Como a Joan Manuel Serrat (que le gusta más cantar en la lengua que le prohiben), a mi me gusta más escribir con las plumas que me prohiben. ¿Y silbar Guantamera? ¡No digamos!

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Algo muy grave. Acabo de escuchar en La Sexta a la delegada de Rajoy en Madrid, Cristina Cifuentes.  Si no fuera por la mala fe y las intenciones políticas premeditadas del Gobierno de Rajoy, al prohibir los derechos constitucionales de expresión y manifestación, pensaría que esta señora es tonta de remate. Resultaba patétcio escuchar sus mentiras patentes, mientras veiamos a la policía prohibiendo el paso a una joven por llevar un pin republicano en la solapa.

Su lenguaje ha sido premeditamente guerracivilista y extremadamente peligroso. Habló de «evitar actitudes que persiguen la confrontación», » de no propiciar el enfrentamiento», «evitar el conflicto». Creo que la señora Cifuentes debería dimitir mañana mismo, sobre todo por haber ultrajado a la Policía, que sigue las órdenes del Gobierno. Ha dicho que la Policia actuó por su cuenta al pedir a los ciudadanos que retiraran «voluntariamente» las banderas republicanas de sus balcones.

Como pienso que los líderes del PP no son tontos de remate, debo admitir que lo que hecen es premeditado, para meter miedo en el cuerpo a los ciudadanos y dar la impresión -como trata Esperanza Aguirre-  de que son los republicanos los violentos que pretenden «volver a las andadas». Afortunadamente, sus pervesas intenciones no han colado.   Los que violentan la Constitución son los gobernantes del PP.

Rajoy contra Felipe VI: No cabemos todos

Con amigos como Rajoy, Felipe VI no necesita enemigos. Menudo favor le hizo ayer el presidente del Gobierno conservador a los republicanos españoles al conculcar la Constitución, en sus derechos fundamentales de expresión, reunión y manifestación. Con estas actitudes represivas, y de marcha atrás en la democracia, crecerán inevitablemente quienes demanden más democracia…

Concentracion-Republicana-proclamacion-Olmo-Calvo_EDIIMA20140620_0117_13Mientras el flamante Rey decía ante Las Cortes con palabras -seguramente de buena fe- que en la España que él quería «cabemos  todos», la policía de Rajoy nos demostraba con hechos, con violencia gratuita e innecesaria, que en su España no cabemos todos.

Rajoy prohibió la concentración republicana pacifica en la Puerta del Sol (que cerró a cal y canto) así como lucir símbolos republicanos. Los siete detenidos por entrar en Sol con símbolos republicanos han salido hoy en libertad con cargos. ¿Qué cargos? Ahora dirán que eran «violentos». Como querían demostrar al cercenar el derecho de reunión y expresión… y, de paso, meter miedo al  público.

Vestringe, ex diputado de Alianza Popular, detenido con camiseta republicana.
Vestringe, ex diputado de Alianza Popular, detenido con camiseta republicana.

¿A qué tienen nuestros gobernantes tanto miedo?

Desde luego, empezamos este nuevo reinado, en el Reino de la Impunidad, con muy mal pie. Para colmo, Rajoy y Rubalcaba le buscan ahora aforamientos extravagantes y urgentes (penal y civil) al ex Rey Juan Carlos I a quien, no se por qué arbitrariedad, siguen manteniendo el título de Rey.

Ya tenemos dos reyes para confusión y menosprecio del auténtico.

La bandera repulbicana no cabe en este Reino.
La bandera repulbicana no cabe en este Reino.

Además, aquí tenemos miles de aforados privilegiados mientras en los paises serios de Europa (Francia, Italia, Alemania, etc.) tienen media docena o ninguno.

¡Pobre Felipe VI con esta herencia envenenadaNo parece mal hombre. Y es de agradecer que haya reconocido que quiere «una Corona integra, honesta y transparente».  Ya veremos. 

Sabemos que su padre ganó muchos puntos al delvover al pueblo los poderes ilegitimos que heredó del dictador Francisco Franco.

La Policía "escolta" a los republicanos de Montera a Tirso de Molina.
La Policía «escolta» a los republicanos de Montera a Tirso de Molina.

Pero también sabemos que, sobre todo en los últimos años, su Corona no estuvo precisamente decorada por las virtudes que ahora pide su hijo para la suya: integridad, honestidad y transparencia. Todo lo contrario.

A las 12:45 pude lucir mi bandera en Sol hasta que vino la Policía a por ella. La guardé a tiempo.
A las 12:45 pude lucir mi bandera en Sol hasta que vino la Policía a por ella. La guardé a tiempo.
A este no le quitaron la bandera inconstitucional con la "gallina" de Franco
A este no le quitaron la bandera inconstitucional con la «gallina» de Franco

¡Qué lástima que le haya tocado reinar con este Gobierno, con estos partidos políticos y con este sistema judicial (al que ni siquiera mencionó) tan desprestigiados. Los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) , del que Felipe VI es el jefe simbólico, están por los suelos. Por eso, su discurso, frío y tedioso, me pareció una oportunidad perdida.

Afortunadamente, Felipe VI no tiene el poder que tuvo su padre para cesar al presidente franquista Carlos Arias y sustituirle por Adolfo Suárez para desmontar el franquismo.

No podemos ni debemos pedirle que se salte la Constitución. Faltaría más. Pero, al menos, tiene legalmente la palabra y tiene los gestos. Si quiere tener un comportamiento distinto a de su padre, podría empezar renunciando, por ejemplo, a su sospechoso privilegio de  inviolabilidad en la próxima reforma de la Constitución

A petición del público, la policia pidió a esta señora franquista que "no provocara y guardara su bandera" en la Plaza de Oriente. Ella respondió que el nuevo Rey estaba allí gracias a Franco. No le faltaba razón.
A petición del público, la policia pidió a esta señora franquista que «no provocara y guardara su bandera» en la Plaza de Oriente. Ella respondió que el nuevo Rey estaba allí gracias a Franco. No le faltaba razón.

 

Una valiente "Mariana Pineda" luce un modelo con lindos colores republicanos en su balcón de la calle Felipe V.
Una valiente «Mariana Pineda» luce un modelo con lindos colores republicanos en su balcón de la calle Felipe V.

El nuevo Rey perdió ayer una oportunidad histórica para para dar esperanza a los desesperados, para emocionar con su palabra y con sus gestos. Todo fue demasiado color rosa y cargado de almíbar. Una coronación empalagosa y con decorados (como los de la zarina Catalina) pagados con dinero público. Todo muy apropiado para la revista Hola y no para los 6 millones de parados y muchos más millones de decepcionados con la deriva que llevan los dos grandes partidos políticos que, en El Jueves, llaman PP-SOE.

No pueden poner puertas al campo. La libertad de expresión se cuela, con imaginación, por las rendijas que dejan sus represores.
No pueden poner puertas al campo. La libertad de expresión se cuela, con imaginación, por las rendijas que dejan sus represores.

El miedo a la libertad lleva a los gobernantes del PP a situaciones tan ridículas como esta: la Policía impide el paso a una joven porque lleva una chapa en la solapa con los colores de la bandera constitucional de la II República Española, aniquilada por un golpe de Estado y una Dictadura militar de casi 40 años. Video publicado por El Intermedio en La Sexta:

http://twitpic.com/e6jrug

 

 

 

 

 

 

Felipe VI, primer militar en el Congreso despues de Tejero

Que el nuevo Rey entre mañana en el hemiciclo de Las Cortes vestido con uniforme militar es un pésimo gesto que, algún día, le pasará factura. Un error garrafal. Basta con recordar que Felipe VI será mañana el primer ciudadano español que subirá a la tribuna del Congreso de los Diputados con ropa militar después de que el 23-F lo hiciera, pistola en mano, el golpista teniente coronel Tejero y su gente

Tte. Ccornel Tejero, último militar en la tribuna del Congreso antes de Felipe VI.
Tte. Coronel Tejero, último militar en la tribuna del Congreso antes de Felipe VI.

Mal precedente. ¿Se quiere recordar precisamente al pueblo español aquel hecho terrorífico luciendo mañana estrellas de capitán general?

El nuevo Rey debería jurar o prometer la Constitución vestido de civil y rodeado de civiles. Es lo suyo. Para empezar con buen pie.

Y luego podría presidir los desfiles o paradas militares o la recepciones cortesanas en el Palacio Real vestido de militar o de lo que le plazca. A cada uno lo suyo.

 

mafalda monarquia